Entre marzo y
noviembre de 1885, cuando en el Valle del Mantaro el 5to Ejército de la Breña
enfrentaba a los traidores chilenizados del presidente criollo Miguel Iglesias Pino de Arce,
burlando al General Relaize en la famosa maniobra de la “Huaripampeada”, estalla
en Ancash la rebelión campesina de Pedro Atusparia y Uchku Pedro, este último veterano
y combatiente en la Batalla de Huamachuco.
La chispa que provocó la rebelión
fue el abuso gubernamental, que en pro de la indemnización de guerra a Chile,
implantó una política de explotación que recurría a exorbitantes tributos así
como solo para los cobrizos la leva para los llamados “trabajos de la
república”.
Pero el gobierno criollo no sopesó
que los callejones de Huaylas, y conchudos acababan de ser teatro de
operaciones del 4to Ejército de la Breña en la campaña del Norte (Huamachuco),
y que éste, antecediendo en 30 años a los Ejércitos agraristas mexicanos de
Villa y Zapata, habían efectuado una serie de tomas de haciendas en la medida
que así lo exigía la base campesina de sus tropas, lo cual era vital para la
concecusión de la resistencia anti chilena. Era pues, el campesino ancashino,
un elemento de gran convicción nacionalista.
El gobierno del traidor Miguel
Iglesias se vio obligado a enviar un batallón de infantería y un regimiento de
caballería al mando del Coronel Iraola para sofocar la sublevación. La fuerza
contrasubversiva desembarca en Casma y sube por Killo en dirección a Yungay la
cual ocupa. Yungay es inmediatamente cercada por las fuerzas de Uchku Pedro.
Tras cinco días de combate, el ejército campesino se retira dejando 300 bajas, entre
las cuales se encontró Silverio Montestruque, ideólogo que redactó el boletín
“El Sol de los Inkas”.
Montestruque había sido oficial de
Cáceres en Marcavalle. En Yungay los fusilados pasaron el millar. El 3 de mayo
el Coronel Iraola ocupa Huaraz, la cual es sitiada por los “avelinos ancashinos”.
“Las primeras oleadas de infantería
campesina son rechazadas. Un escuadrón de caballería carga contra ellos abriendo
brecha. Alentado por su éxito ataca Pumacayán, fortaleza inca de empinadas
galerías. Ahora, después de 130 años de aquel acontecimiento popular, mi más
sincero reconocimiento, respeto y gratitud. Honor y gloría para los lideres
como Pedro Pablo Atusparia, el gran “Uchku” Pedro, Pedro Granados, José Orobió etc.
Asimismo merecen un especial reconocimiento, por su valor y entrega total por
una causa justa los miles de campesinos armados simplemente con rejones,
dinamita y algunos fusiles, quienes entregaron sus vidas combatiendo contra un
batallón de infantería de 600 hombres y un regimiento de caballería con 400 hombre
bien armados y equipados por los chilenos, bajo la conducción de un Coronel prochileno, como Iraola. Atusparia perdió mas de tres mil hombres y miles también
quedaron lisiados; por el bando gubernamental también perdieron la vida mas de
200 soldados. Todo este acotenciemiento sucedió siendo presidente del Perú el
traidor y prochileno general Miguel
Iglesias Pino de Arce.
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