Con el sugestivo
nombre de “Pájaros de Alto Vuelo”, en diciembre de 1993 se publicó el último
libro de Carlos Malpica Silva Santisteban. El ex senador de Izquierda Unida
falleció un mes antes y por diversas razones este trabajo no tuvo la difusión
que hubiese deseado el infatigable estudioso de la realidad nacional y luchador
social.
Hoy, al cumplirse cinco (5) meses
del segundo gobierno del Dr. Alan García Pérez, y en momentos que el Perú se
juega su destino para salir de la podredumbre, es imprescindible que el pueblo peruano
conozca la trama gansteril orquestada por el
mandatario actual en la compra de 24 aviones Mirage 2000P durante su
primer gobierno. Según nuestro autor, en este fraude, el presidente actual y
sus secuaces durante su primer gobierno se engulleron más de cien millones de
dólares, de estos hechos de latrocinio ex profesamente durante veinte años se
ha pretendido cubrir con el manto del olvido. Pasaron los años y mimetizado
como las flores de la selva para pasar desapercibido, así regresó al poder Alan
García Pérez, y hoy después de 20 años como siempre no ha dejado de ser el
politicastro, demagogo y soberbio. Pero todo esto desde la eternidad, lo
observa el maestro Carlos Malpica. Obviamente recién me doy cuenta que por qué el
Presidente venezolano Hugo Chávez Frías, le dice a Alan García Pérez “Carlos
Andrés Pérez del Perú, ladrón de cuatro esquinas, ladrón de siete suelas, etc.”
En uno de los pasajes del discurso
que pronunció Alan García Pérez cuando asumió la presidencia de la república el
28 de julio de 1985, dijo: “anuncio a los pueblos del mundo nuestra decisión de
reducir sustancialmente las compras de material bélico, comenzando por el
recorte del número de aviones Mirage 2000P, cuya compra actualmente está en
tramite”. Este anuncio arrancó el aplauso unánime de los asistentes a la
ceremonia en el congreso de la
República entre quienes se encontraban presidentes, ex
presidentes y numerosas personalidades de América Latina y el mundo. Los
invitados estaban lejos de imaginar que detrás del anuncio, donde también se
expresó una falsa preocupación por las necesidades del pueblo, se escondía uno
de los más escandalosos negociados de nuestra historia republicana.
Fueron muy pocas las personas que
sabían que entre los invitados al acto de juramentación en el hemiciclo se
encontraba un dilecto amigo del flamante presidente, Abdul Rahman El Assir,
traficante de armas de origen libanés cuyos datos biográficos nos ayudaran a
entender mejor los hechos. Abdul Rahman o simplemente Adderramán El Assir, era
un joven economista que el año 1975 trabajaba como agregado cultural de la embajada
de Líbano en Egipto. Al año siguiente, por una de esas casualidades del destino
del Perú se conoce con el nombre de “braquetazo”, se casa con Samira Khashogui,
hermana de Adnan Khashogui, considerado entonces el hombre más rico del mundo y
mayor comerciante de armas del medio oriente.
Es así como Abderramán empieza a
conocer los secretos de este lucrativo negocio e incursiona en el alto mundo de
las finanzas internacionales. Su todopoderoso cuñado se encarga de presentarle
a los jaques árabes, presidentes, ministros y aristócratas europeos con quienes
tenía negocios o por concretar. Algunos años después y luego de haber vivido en
Francia y Chipre, el Assir se instala en España al mando de la empresa
Alcántara Iberian Exports, allí conoce al Rey Juan Carlos I así como a los
máximos dirigentes del gobernante Partido Socialista Obrero Español como el
primer ministro Felipe Gonzáles y el ministro de economía Carlos Solchaga. Es a
través de ellos que conoció al presidente venezolano Carlos Andrés Pérez con cuyo
gobierno efectuó jugosas transacciones en la venta de armamentos. Fiel a su
estilo y mientras su cuñado Adnam Khashogui triangulaba con Israel una venta de
armas norteamericanas a Irán a cambio de la liberación de rehenes, el Assir se
divorciaba de Samira y volvía a casarse con la hija de un diplomático
fuertemente vinculado al gobierno de España. Corría el año 1985, Alan García
había ganado las elecciones presidenciales y antes de asumir el mando efectuó
un viaje a Europa, dizque a recibir la bendición papal.
El domingo 9 de junio el mozallón llega a Madrid y
almuerza en el Palacio de la
Moncloa con Felipe Gonzáles. El lunes 10 tuvo una audiencia
con el Papa Juan Pablo II a quien le promete que hará “un gobierno cristiano al
servicio del pueblo”. Por la tarde, Alan se reúne con el Canciller Giulo
Andreotti (probable primer contacto para la obtención del préstamo de su famoso
Tren Eléctrico), y el martes 11 se entrevista con el jefe de gobierno Benito
Craxi. Ambos personajes que le fueron pródigos en halagos y consejos, serian
poco después defenestrados de sus cargos por haber recibido sobornos y por sus
vínculos con la sanguinaria mafia
italiana. Sin embargo la actividad más importante efectuada ese día por García
Pérez, fue la reunión que sostuvo en una trattoria romana con el ex presidente
de Venezuela Carlos Andrés Pérez. Luego, del jueves 13 al domingo 16 Alan
García salió de circulación y reaparece en Paris el lunes 17. ¿Dónde estuvo
esos cuatro días? Ni más ni menos que en la paradisíaca isla de Capri donde
posee una mansión el mismísimo Carlos Andrés Pérez. En el Capri con la
mediación del ex mandatario venezolano se produjo el primer contacto con
Abderramán El Assir y su nuevo jefe, Asaf Alí. “NO SEAS COMO HAYA DE LA TORRE ”, cabe destacar que en
este periplo europeo, García tuvo como acompañantes inseparables a Héctor
Delgado Parker y al ex diputado Carlos Roca Torres. Por versión de ellos se
llegó a conocer los sabios consejos que le diera Carlos Andrés Pérez a su
futuro compadre espiritual: “No seas como Haya de la Torre a quién nunca le
preocupó hacer dinero, pero cuando necesitó recursos económicos para sus
campañas políticas tuvo que humillarse y solicitarlo a sus amigos ricos. Si
quieres continuar en política y reelegirte debes hacer tu propio dinero”.
Encabritado por la emoción, dice que Alan preguntó sobre el monto de dinero que
debía acumular, recibiendo como respuesta: “cuando menos unos diez millones de
dólares”. Alan García superó los consejos de su maestro y guía, porque su
fortuna según amigos y enemigos, oscila entre 100 y 200 millones de dólares.
Pero sigamos con la historia real.
El 21 de junio del mismo mes y año (1985) a Alan y su comitiva nuevamente los
ven en Madrid. Ese mismo día parten a Marruecos en el jet particular de Abul Rahman
El Assir. Concretamente a la ciudad de Rabat. El círculo se iba cerrando.
La historia de la adquisición de los
Mirage se remonta a 1981 cuando se estalla el conflicto de la Cordillera del Cóndor y
el Consejo de Defensa Nacional a solicitud de la Fuerza Aérea del Perú acuerda
adquirir un escuadrón de dieciséis aviones F-16 de fabricación norteamericana o
similar. Enterados los gringos de esa necesidad de compra ofrecieron sus F-16
con motores reciclados de la segunda guerra mundial.”Nos querían dar un
Mercedes Benz con motor de Volswagen, lo cual era inadmisible” supo decir con
claridad y en su debido momento el entonces Comandante General de la FAP , Teniente General Hernán
Boluarte. Para tener una idea de gato por liebre que nos quería endosar los
norteamericanos, baste decir que los F-16 originales tienen motores de 25 mil
libras de empuje y los que ofrecían a la
FAP eran de mil libras
y del año 1953. Es así que el Perú optó por los franceses Mirage 2000
por ajustarse a nuestras necesidades. De esta manera nace el convenio Júpiter
I.
En Abril de 1982 cuando se desata la
guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra, el Perú mediante una
gestión no oficial le vende al gobierno argentino diez (10) aviones de combate.
Esta transacción contó con el visto bueno de la FAP a condición que sean repuestos aprovechando
las negociaciones que estaban en curso,
lo cual dio lugar a la firma del convenio Júpiter II. Las operaciones se
cerraron por 24 aviones monoplazas y dos biplazas que alcanzaron la suma de 650
millones de dólares. Ni más ni menos. Estos convenios no llegaron a
materializarse con la prontitud del caso, porque se desato una guerra por la
repartija de coimas entre las mas altas esferas del gobierno y funcionarios del
Ministerio de Economía, lo cual retrasó su ejecución y cuando menos lo
esperaban, ya tenían a Alan García como presidente electo.
Como es, cuanto hay, son las
palabras mágicas en el submundo de la coima y corrupción. Son las palabras que
abren todas las puertas y vencen todos los obstáculos, Los impenetrables muros
de las burocracias ministeriales, regionales y municipales son derribados con
disparos de misiles que contienen miles o cientos de miles de soles o dólares
según sea el caso. A esta podredumbre moral que corroe la patria no escapa
ninguna institución pública entre ellas, las universidades. Licitaciones fraudulentas,
sobrevaluaciones, nepotismo, nombramientos amañados, son pan del día. A estos
se añade la estructura de redes mafiosos donde abundan pandillas de mediocres e
incondicionales plañideros y abyectos. En este terreno, tenemos que reconocer,
el APRA se lleva las palmas, 82 años de
presencia política en el país han procreado generaciones enteras de
succionadores profesionales de las ubres del aparato estatal. Pero también hay
coimeros de baja estofa, pirañitas, peseteros de a dos por medio, Los más destacados
usan terno y corbata y los mejores, llegan a ser congresistas que juran “por
Dios y por la plata”, ministros o presidentes de la República.
En las altas esferas políticas a la
coima se le llama comisión y según el patriarca social cristiano Luís Bedoya
Reyes, al delincuente se le conoce como pecador. Al parecer personajes que se
mueven en las altas esferas políticas, como Belaúnde, Alan García,
Abderraman, Alberto Fujimori, Paniagua,
Toledo, etcétera, en algún momento hasta llegan a considerarse inmunes a los
alcances de la justicia terrenal y es común entre ellos creer que: Ofrecer
dinero a un gobierno para influir en sus decisiones, es comisión, recibirlo por
los servicios prestados también es comisión. Al menos, eso pensaba Adderraman El Assir y Vladimiro Montesinos,
etc.
Era catorce el número de aviones
Mirage que nuestro país iba a dejar de comprar según el anuncio de García
Pérez. Como ya existían dos convenios de por medio, al Perú para decirlo de
manera sencilla, le asistía en gran parte el derecho a participar en la
decisión final sobre el destino que iban a correr los 14 aviones que dejaba de
comprar, la otra parte interesada era la empresa fabricante. De por medio
estaba el gobierno francés entonces dirigido por el socialista Francois Miterrand.
Que ha mitad de las negociaciones fue
derrotado electoralmente y tuvo que esperar el cambio de gobierno para
retomarlas. Así llegamos a 1986.
Con el aval de los gobiernos peruano
y francés y el visto bueno de la empresa fabricante a El Assir le fue fácil
colocar ese lote de 14 aviones y a un precio alto en los países árabes que por
entonces y hasta ahora, navegan en petrodólares. El multimillonario negocio se
vio favorecido por el hecho que los países de Europa Occidental y los Estados
Unidos tenían acuerdos de no vender material bélico a los países árabes, mucho
menos a los que estaban en guerra. En esta operación Alan García, Abderraman y
otros se embolsicaron más de 100 millones de dólares mientras que nuestra
Fuerza Aérea quedó con aviones casi obsoletos tal como fue demostrado en el conflicto
del Alto Cenepa 1995, ergo, el poder combativo aéreo de la FAP siempre fue inferior a la FAE , pero aún así vi a nuestro
aviones Sukhoi cual un picaflor clavarse sobre las líneas de fuego enemigo, tal
como quedó demostrado aquel 10 de febrero de 1995. Como es de conocimiento general
en esas arriesgadas misiones Ecuador nos
derribó en total nueve (9) naves entre aviones y helicópteros cuando estos se
encontraban apoyando a las operaciones en el lado norte de Tiwinza.
Durante el primer gobierno de Alan
García Pérez las empresas públicas fueron saqueadas por una pandilla de
asaltantes convertidos en funcionarios de las dependencias estatales,
llevándolas al filo del abismo. A la vuelta de años, cuando se impone el
neoliberalismo o privatizaciones de empresas, Alan García fue el primero en
proclamar que se privaticen todas. Joseph Stiglitz, Novel de Economía 2002,
vicepresidente del Banco Mundial denunció que el Fondo Monetario Internacional
y el Banco Mundial sobornaban a los gobiernos de América Latina para que
desestabilicen sus empresas públicas, después el capital financiero
internacional, las compraba a precio regalado ¿Cuánto recibió Alan García como
coima del FMI, y del BM para que desestabilice las empresas publicas del Perú.
“Pájaros de Alto Vuelo” es un
testimonio con abundantes e irrefutables pruebas sobre este caso que muchos
pretenden acallar. Carlos Malpica fue uno de los principales miembros de la Comisión Investigadora
del BCCI que se ocupó de este tema. Lo curioso es que este libro ha
desaparecido de las librerías desde ya hace varios años, convirtiéndose en un
ejemplar de colección que muy pocos poseemos.
Me gusto la publicación, al final Ratalan solo se sentenció a la muerte no pudo con su conciencia tremendo delincuente.
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