domingo, 2 de agosto de 2015

ALAN GARCÍA PÉREZ LAS PRUEBAS DEL ROBO EN LA COMPRA Y VENTA DE LOS AVIONES MIRAGE 2000P DE LA FAP

Con el sugestivo nombre de “Pájaros de Alto Vuelo”, en diciembre de 1993 se publicó el último libro de Carlos Malpica Silva Santisteban. El ex senador de Izquierda Unida falleció un mes antes y por diversas razones este trabajo no tuvo la difusión que hubiese deseado el infatigable estudioso de la realidad nacional y luchador social.

Hoy, al cumplirse cinco (5) meses del segundo gobierno del Dr. Alan García Pérez, y en momentos que el Perú se juega su destino para salir de la podredumbre,   es imprescindible que el pueblo peruano conozca la trama gansteril orquestada por el  mandatario actual en la compra de 24 aviones Mirage 2000P durante su primer gobierno. Según nuestro autor, en este fraude, el presidente actual y sus secuaces durante su primer gobierno se engulleron más de cien millones de dólares, de estos hechos de latrocinio ex profesamente durante veinte años se ha pretendido cubrir con el manto del olvido. Pasaron los años y mimetizado como las flores de la selva para pasar desapercibido, así regresó al poder Alan García Pérez, y hoy después de 20 años como siempre no ha dejado de ser el politicastro, demagogo y soberbio. Pero todo esto desde la eternidad, lo observa el maestro Carlos Malpica. Obviamente recién me doy cuenta que por qué el Presidente venezolano Hugo Chávez Frías, le dice a Alan García Pérez “Carlos Andrés Pérez del Perú, ladrón de cuatro esquinas, ladrón de siete suelas, etc.”

En uno de los pasajes del discurso que pronunció Alan García Pérez cuando asumió la presidencia de la república el 28 de julio de 1985, dijo: “anuncio a los pueblos del mundo nuestra decisión de reducir sustancialmente las compras de material bélico, comenzando por el recorte del número de aviones Mirage 2000P, cuya compra actualmente está en tramite”. Este anuncio arrancó el aplauso unánime de los asistentes a la ceremonia en el congreso de la República entre quienes se encontraban presidentes, ex presidentes y numerosas personalidades de América Latina y el mundo. Los invitados estaban lejos de imaginar que detrás del anuncio, donde también se expresó una falsa preocupación por las necesidades del pueblo, se escondía uno de los más escandalosos negociados de nuestra historia republicana.

Fueron muy pocas las personas que sabían que entre los invitados al acto de juramentación en el hemiciclo se encontraba un dilecto amigo del flamante presidente, Abdul Rahman El Assir, traficante de armas de origen libanés cuyos datos biográficos nos ayudaran a entender mejor los hechos. Abdul Rahman o simplemente Adderramán El Assir, era un joven economista que el año 1975 trabajaba como agregado cultural de la embajada de Líbano en Egipto. Al año siguiente, por una de esas casualidades del destino del Perú se conoce con el nombre de “braquetazo”, se casa con Samira Khashogui, hermana de Adnan Khashogui, considerado entonces el hombre más rico del mundo y mayor comerciante de armas del medio oriente.

Es así como Abderramán empieza a conocer los secretos de este lucrativo negocio e incursiona en el alto mundo de las finanzas internacionales. Su todopoderoso cuñado se encarga de presentarle a los jaques árabes, presidentes, ministros y aristócratas europeos con quienes tenía negocios o por concretar. Algunos años después y luego de haber vivido en Francia y Chipre, el Assir se instala en España al mando de la empresa Alcántara Iberian Exports, allí conoce al Rey Juan Carlos I así como a los máximos dirigentes del gobernante Partido Socialista Obrero Español como el primer ministro Felipe Gonzáles y el ministro de economía Carlos Solchaga. Es a través de ellos que conoció al presidente venezolano Carlos Andrés Pérez con cuyo gobierno efectuó jugosas transacciones en la venta de armamentos. Fiel a su estilo y mientras su cuñado Adnam Khashogui triangulaba con Israel una venta de armas norteamericanas a Irán a cambio de la liberación de rehenes, el Assir se divorciaba de Samira y volvía a casarse con la hija de un diplomático fuertemente vinculado al gobierno de España. Corría el año 1985, Alan García había ganado las elecciones presidenciales y antes de asumir el mando efectuó un viaje a Europa, dizque a recibir la bendición papal.

El domingo 9  de junio el mozallón llega a Madrid y almuerza en el Palacio de la Moncloa con Felipe Gonzáles. El lunes 10 tuvo una audiencia con el Papa Juan Pablo II a quien le promete que hará “un gobierno cristiano al servicio del pueblo”. Por la tarde, Alan se reúne con el Canciller Giulo Andreotti (probable primer contacto para la obtención del préstamo de su famoso Tren Eléctrico), y el martes 11 se entrevista con el jefe de gobierno Benito Craxi. Ambos personajes que le fueron pródigos en halagos y consejos, serian poco después defenestrados de sus cargos por haber recibido sobornos y por sus vínculos  con la sanguinaria mafia italiana. Sin embargo la actividad más importante efectuada ese día por García Pérez, fue la reunión que sostuvo en una trattoria romana con el ex presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez. Luego, del jueves 13 al domingo 16 Alan García salió de circulación y reaparece en Paris el lunes 17. ¿Dónde estuvo esos cuatro días? Ni más ni menos que en la paradisíaca isla de Capri donde posee una mansión el mismísimo Carlos Andrés Pérez. En el Capri con la mediación del ex mandatario venezolano se produjo el primer contacto con Abderramán El Assir y su nuevo jefe, Asaf Alí. “NO SEAS COMO HAYA DE LA TORRE”, cabe destacar que en este periplo europeo, García tuvo como acompañantes inseparables a Héctor Delgado Parker y al ex diputado Carlos Roca Torres. Por versión de ellos se llegó a conocer los sabios consejos que le diera Carlos Andrés Pérez a su futuro compadre espiritual: “No seas como Haya de la Torre a quién nunca le preocupó hacer dinero, pero cuando necesitó recursos económicos para sus campañas políticas tuvo que humillarse y solicitarlo a sus amigos ricos. Si quieres continuar en política y reelegirte debes hacer tu propio dinero”. Encabritado por la emoción, dice que Alan preguntó sobre el monto de dinero que debía acumular, recibiendo como respuesta: “cuando menos unos diez millones de dólares”. Alan García superó los consejos de su maestro y guía, porque su fortuna según amigos y enemigos, oscila entre 100 y 200 millones de dólares.

Pero sigamos con la historia real. El 21 de junio del mismo mes y año (1985) a Alan y su comitiva nuevamente los ven en Madrid. Ese mismo día parten a Marruecos en el jet particular de Abul Rahman El Assir. Concretamente a la ciudad de Rabat. El círculo se iba cerrando.

La cortina de humo, para esconder las oscuras negociaciones que García había iniciado con Abderramán apelaron a una maniobra distractiva. Presentaron al libanés como empresario interesado en invertir en los fosfatos de Bayóbar y en la actividad pesquera. A este juego se prestó el Comando de Campaña del APRA y ello se comprueba con las declaraciones que tiempo después brindaría a la Comisión Investigadora del Senado los ex ministros apristas de Pesquería José Palomino Roedle y de Energía y Minas Wilfredo Huaita, quines fueron enviados a Madrid por el Comando de Campaña para explicar a El Assir sobre los beneficios que obtendría invirtiendo en estos sectores. Envuelto en esta cortina de humo llegó Abdul Rahman a Lima, a la Asunción de mando el 28 de Julio y fue instalado en el mismo Palacio de Gobierno. Luego vendría el discurso de Alan García anunciando que se reducirá de 24 a 10, el número de aviones Mirage a ser comprados por el Perú a las empresas: MARCEL DASSAULT, SNECMA Y THOMPSON (Ver discurso presidencial en diario El Peruano del 29 de Julio de 1985). Justo en el día del aniversario patrio, se cierra en Lima el círculo del infame negociado JUPITER I Y JUPITER II.

La historia de la adquisición de los Mirage se remonta a 1981 cuando se estalla el conflicto de la Cordillera del Cóndor y el Consejo de Defensa Nacional a solicitud de la Fuerza Aérea del Perú acuerda adquirir un escuadrón de dieciséis aviones F-16 de fabricación norteamericana o similar. Enterados los gringos de esa necesidad de compra ofrecieron sus F-16 con motores reciclados de la segunda guerra mundial.”Nos querían dar un Mercedes Benz con motor de Volswagen, lo cual era inadmisible” supo decir con claridad y en su debido momento el entonces Comandante General de la FAP, Teniente General Hernán Boluarte. Para tener una idea de gato por liebre que nos quería endosar los norteamericanos, baste decir que los F-16 originales tienen motores de 25 mil libras de empuje y los que ofrecían a la FAP eran de mil libras  y del año 1953. Es así que el Perú optó por los franceses Mirage 2000 por ajustarse a nuestras necesidades. De esta manera nace el convenio Júpiter I.

En Abril de 1982 cuando se desata la guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra, el Perú mediante una gestión no oficial le vende al gobierno argentino diez (10) aviones de combate. Esta transacción contó con el visto bueno de la FAP a condición que sean repuestos aprovechando las negociaciones  que estaban en curso, lo cual dio lugar a la firma del convenio Júpiter II. Las operaciones se cerraron por 24 aviones monoplazas y dos biplazas que alcanzaron la suma de 650 millones de dólares. Ni más ni menos. Estos convenios no llegaron a materializarse con la prontitud del caso, porque se desato una guerra por la repartija de coimas entre las mas altas esferas del gobierno y funcionarios del Ministerio de Economía, lo cual retrasó su ejecución y cuando menos lo esperaban, ya tenían a Alan García como presidente electo.

            Como es, cuanto hay, son las palabras mágicas en el submundo de la coima y corrupción. Son las palabras que abren todas las puertas y vencen todos los obstáculos, Los impenetrables muros de las burocracias ministeriales, regionales y municipales son derribados con disparos de misiles que contienen miles o cientos de miles de soles o dólares según sea el caso. A esta podredumbre moral que corroe la patria no escapa ninguna institución pública entre ellas, las universidades. Licitaciones fraudulentas, sobrevaluaciones, nepotismo, nombramientos amañados, son pan del día. A estos se añade la estructura de redes mafiosos donde abundan pandillas de mediocres e incondicionales plañideros y abyectos. En este terreno, tenemos que reconocer, el APRA se lleva las palmas, 82 años  de presencia política en el país han procreado generaciones enteras de succionadores profesionales de las ubres del aparato estatal. Pero también hay coimeros de baja estofa, pirañitas, peseteros de a dos por medio, Los más destacados usan terno y corbata y los mejores, llegan a ser congresistas que juran “por Dios y por la plata”, ministros o presidentes de la República.

En las altas esferas políticas a la coima se le llama comisión y según el patriarca social cristiano Luís Bedoya Reyes, al delincuente se le conoce como pecador. Al parecer personajes que se mueven en las altas esferas políticas, como Belaúnde, Alan García, Abderraman,  Alberto Fujimori, Paniagua, Toledo, etcétera, en algún momento hasta llegan a considerarse inmunes a los alcances de la justicia terrenal y es común entre ellos creer que: Ofrecer dinero a un gobierno para influir en sus decisiones, es comisión, recibirlo por los servicios prestados también es comisión. Al menos, eso pensaba  Adderraman El Assir y Vladimiro Montesinos, etc.

Era catorce el número de aviones Mirage que nuestro país iba a dejar de comprar según el anuncio de García Pérez. Como ya existían dos convenios de por medio, al Perú para decirlo de manera sencilla, le asistía en gran parte el derecho a participar en la decisión final sobre el destino que iban a correr los 14 aviones que dejaba de comprar, la otra parte interesada era la empresa fabricante. De por medio estaba el gobierno francés entonces dirigido por el socialista Francois Miterrand. Que ha mitad de las negociaciones  fue derrotado electoralmente y tuvo que esperar el cambio de gobierno para retomarlas. Así llegamos a 1986.

Con el aval de los gobiernos peruano y francés y el visto bueno de la empresa fabricante a El Assir le fue fácil colocar ese lote de 14 aviones y a un precio alto en los países árabes que por entonces y hasta ahora, navegan en petrodólares. El multimillonario negocio se vio favorecido por el hecho que los países de Europa Occidental y los Estados Unidos tenían acuerdos de no vender material bélico a los países árabes, mucho menos a los que estaban en guerra. En esta operación Alan García, Abderraman y otros se embolsicaron más de 100 millones de dólares mientras que nuestra Fuerza Aérea quedó con aviones casi obsoletos tal como fue demostrado en el conflicto del Alto Cenepa 1995, ergo, el poder combativo aéreo de la FAP siempre fue inferior a la FAE, pero aún así vi a nuestro aviones Sukhoi cual un picaflor clavarse sobre las líneas de fuego enemigo, tal como quedó demostrado aquel 10 de febrero de 1995. Como es de conocimiento general en esas arriesgadas misiones  Ecuador nos derribó en total nueve (9) naves entre aviones y helicópteros cuando estos se encontraban apoyando a las operaciones en el lado norte de Tiwinza.

Durante el primer gobierno de Alan García Pérez las empresas públicas fueron saqueadas por una pandilla de asaltantes convertidos en funcionarios de las dependencias estatales, llevándolas al filo del abismo. A la vuelta de años, cuando se impone el neoliberalismo o privatizaciones de empresas, Alan García fue el primero en proclamar que se privaticen todas. Joseph Stiglitz, Novel de Economía 2002, vicepresidente del Banco Mundial denunció que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial sobornaban a los gobiernos de América Latina para que desestabilicen sus empresas públicas, después el capital financiero internacional, las compraba a precio regalado ¿Cuánto recibió Alan García como coima del FMI, y del BM para que desestabilice las empresas publicas del Perú.

“Pájaros de Alto Vuelo” es un testimonio con abundantes e irrefutables pruebas sobre este caso que muchos pretenden acallar. Carlos Malpica fue uno de los principales miembros de la Comisión Investigadora del BCCI que se ocupó de este tema. Lo curioso es que este libro ha desaparecido de las librerías desde ya hace varios años, convirtiéndose en un ejemplar de colección que muy pocos poseemos.

1 comentario:

  1. Me gusto la publicación, al final Ratalan solo se sentenció a la muerte no pudo con su conciencia tremendo delincuente.

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