Durante el primer gobierno del
doctor Alan García Pérez (28 de julio de 1985 – 28 de julio de 1990), el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, incrementa sus acciones
armadas y peligrosamente abre nuevos frentes a nivel nacional, durante este
gobierno aparece el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y el narcotráfico
aumenta su producción, principalmente en los departamentos de San Martín y
Huánuco, en complicidad con las autoridades del gobierno y en algunos casos
también protegidos por los grupos subversivos.
Durante el primer gobierno del
ingeniero Alberto Kenya Fujimori Fujimori (28 de julio de 1990 – 28 de julio de 1995), con la captura del jefe del Partido
Comunista del Perú Sendero Luminoso Abimael Guzmán Reynoso se frena el accionar
subversivo en algunos frentes, pero el narcotráfico continuó sus labores con
total normalidad, principalmente en el frente Huallaga. Durante su segundo
gobierno se derrota por completo al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
Entre los años de 1980 hasta el año 2000, la clase política peruana conformado en su mayoría por sectores pudientes, vivieron siempre dando las espaldas a la paupérrima vida del soldado Servicio Militar Obligatorio de estrato social pobre que subsistió en las Zonas de Emergencia en condiciones muy duras. Los políticos de ayer y hoy en su mayoría son antimilitares y como no son sus hijos los que pierden la vida en defensa de la patria; ergo ningún representante del Estado se preocupa si el soldado tiene provisiones para rancho, si tiene buenos uniformes y buenos armamentos, ellos por tradición son indiferentes y normalmente se presentan en la televisión objetando todo pedido de mejoras para las Fuerzas Armadas, en estos casos los argumentos de siempre son que no hay presupuesto y a todo esto tenemos que agregar la corrupción del Servicio de Intendencia en complicidad con los Generales del Ejército; ergo, durante las luchas contra los grupos subversivos, ante la constante carencia de víveres, para rancho del personal de Tropa destacado en las diferentes Bases Contrasubversivas, para poder subsistir, el personal militar destacado, sobre todo en las zonas de la zona Sierra, cometió diversos tipos de robos en las chacras y en las punas de los humildes campesinos del ande; se enviaba personal de Tropa a las punas para fusilar animales bovino para abastecerse de abundante carne, así mismo se incursionaba en las chozas y manadas para robar ganado ovino, caprino, cerdos, alpacas, etc. En aquellos tiempos los malos elementos sobre todo el personal de oficiales de origen costeño fueron una pesadilla y carga constante para los humildes campesinos, tiempos en que el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, permanecimos durante las luchas Contrasubversivas con miserable sueldo y el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio con propina de vergüenza, ahora la clase política peruana y los civiles ya se imaginaran como sobrevivimos patrullando y combatiendo en las zonas de la Sierra y Selva en defensa de la Democracia y el Estado de Derecho. Ocupamos Bases Contrasubversivas improvisadas, había escasez de víveres, había escasez de uniformes, no había colchones, no había ollas, faltaba frazadas, no había leña, etc. Desde el año 1980 hasta el año 2000, la Base Contrasubversivo "Rayo" del distrito de la Unión, provincia de Dos de Mayo, departamento de Huánuco, en sus instalaciones siempre tenía más de 70 animales ovino para la alimentación de su personal, todos llevados a la fuerza desde las manadas de los humildes campesinos por las patrullas del Ejército. En las zonas de la Sierra se robaba y en las zonas de la Selva se vivía de la mano con los narcotraficantes. Hasta el año 2003 el Estado peruano a través del Servicio de Intendencia del Ejército, diariamente proporcionaba la insignificante suma de dos soles con ochenta céntimos (S/. 2.80) para rancho de un soldado, destinados para su desayuno, almuerzo y cena; con dos soles y cincuenta (S/2.50) centimanos, el Servicio de Intendencia compraba víveres secos y abastecía trimestralmente a los batallones y a las bases contrasubversivas, y los treinta (S/.0.30) céntimos que correspondía para la compra de víveres frescos como: Verduras, carne, tubérculos, ect se entregaba en efectivo a los comandantes de Unidad y jefes de base contrasubversivo.
Entre los años de 1980 hasta el año 2000, la clase política peruana conformado en su mayoría por sectores pudientes, vivieron siempre dando las espaldas a la paupérrima vida del soldado Servicio Militar Obligatorio de estrato social pobre que subsistió en las Zonas de Emergencia en condiciones muy duras. Los políticos de ayer y hoy en su mayoría son antimilitares y como no son sus hijos los que pierden la vida en defensa de la patria; ergo ningún representante del Estado se preocupa si el soldado tiene provisiones para rancho, si tiene buenos uniformes y buenos armamentos, ellos por tradición son indiferentes y normalmente se presentan en la televisión objetando todo pedido de mejoras para las Fuerzas Armadas, en estos casos los argumentos de siempre son que no hay presupuesto y a todo esto tenemos que agregar la corrupción del Servicio de Intendencia en complicidad con los Generales del Ejército; ergo, durante las luchas contra los grupos subversivos, ante la constante carencia de víveres, para rancho del personal de Tropa destacado en las diferentes Bases Contrasubversivas, para poder subsistir, el personal militar destacado, sobre todo en las zonas de la zona Sierra, cometió diversos tipos de robos en las chacras y en las punas de los humildes campesinos del ande; se enviaba personal de Tropa a las punas para fusilar animales bovino para abastecerse de abundante carne, así mismo se incursionaba en las chozas y manadas para robar ganado ovino, caprino, cerdos, alpacas, etc. En aquellos tiempos los malos elementos sobre todo el personal de oficiales de origen costeño fueron una pesadilla y carga constante para los humildes campesinos, tiempos en que el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, permanecimos durante las luchas Contrasubversivas con miserable sueldo y el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio con propina de vergüenza, ahora la clase política peruana y los civiles ya se imaginaran como sobrevivimos patrullando y combatiendo en las zonas de la Sierra y Selva en defensa de la Democracia y el Estado de Derecho. Ocupamos Bases Contrasubversivas improvisadas, había escasez de víveres, había escasez de uniformes, no había colchones, no había ollas, faltaba frazadas, no había leña, etc. Desde el año 1980 hasta el año 2000, la Base Contrasubversivo "Rayo" del distrito de la Unión, provincia de Dos de Mayo, departamento de Huánuco, en sus instalaciones siempre tenía más de 70 animales ovino para la alimentación de su personal, todos llevados a la fuerza desde las manadas de los humildes campesinos por las patrullas del Ejército. En las zonas de la Sierra se robaba y en las zonas de la Selva se vivía de la mano con los narcotraficantes. Hasta el año 2003 el Estado peruano a través del Servicio de Intendencia del Ejército, diariamente proporcionaba la insignificante suma de dos soles con ochenta céntimos (S/. 2.80) para rancho de un soldado, destinados para su desayuno, almuerzo y cena; con dos soles y cincuenta (S/2.50) centimanos, el Servicio de Intendencia compraba víveres secos y abastecía trimestralmente a los batallones y a las bases contrasubversivas, y los treinta (S/.0.30) céntimos que correspondía para la compra de víveres frescos como: Verduras, carne, tubérculos, ect se entregaba en efectivo a los comandantes de Unidad y jefes de base contrasubversivo.
Base Contrasubversiva del distrito de Tayabamba, provincia de Pataz 1993. En la Base Contrasubversiva del distrito de Tayabamba, el capitán con seudónimo "águila" recibía por el concepto de víveres frescos la suma de dieciocho (S/.18.00) soles diarios, para 60 hombres de Tropa SMO, dinero destinado para la compra de verduras, tubérculos y carne. Pero lo poco que se recibía a veces los Comandantes de Unidad y los jefes de las Bases lo administraban mal, este dinero lo empleaban para sus gastos personales; ergo, el personal de Tropa pasaba hambre. Por este tipo de abusos y engaños contra el personal de Tropa SMO, llegué a tener muchos problemas sobre todo con los comandantes de Batallón y jefes de las Bases Contrasubversivos, muchos oficiales ladrones se comportaban como cómplices de los Generales del Ejército en su mayoría delincuentes, ídem a la clase política del Perú. Y los oficiales subalternos del grado de subteniente, teniente y capitán, guardan falsa lealtad a los oficiales superiores, así ellos hacen carrera, cuidando sus galones y sus ascensos, traicionan al personal de Tropa. El Ejército a través del servicio de Intendencia nos hacía llegar abastecimiento para tres meses, con gramaje exacto, que consistía en sacos de arroz con gorgojos, azúcar, fréjol, avena, harina, manteca, fideos, atún, etc, pero todo lo que se recibía solo era para devolver por el préstamo a las pequeñas tiendas que había en las inmediaciones de la Base y nuevamente nos quedábamos sin nada de víveres; por ende, ante tanta necesidad recurrimos a PRONAA donde nos regalaron 30 sacos de trigol podrido y 10 sacos de avena podrido, estos productos lo vaciamos al piso, lo esparcimos y escogimos la parte buena, recogimos en total 18 sacos de trigol y 7 sacos de avena "aptos" para el consumo humano, con este producto el personal de Tropa se alimentó durante seis meses, en algunas oportunidades también recurrimos a la Mina Marsa solicitando apoyo de provisiones. En aquellos tiempos yo recibí como sueldo la suma de S/280.00 soles, de los cuales gastaba mensualmente la suma de S/140.00 soles en una pensión cerca al mercado del distrito de Tayabamba, provincia de Pataz, el sueldo solamente me alcanzaba para comer y para algunos gastos extra, no se podía ahorrar pues recién estábamos saliendo de la gran crisis económica que había dejado el corrupto Alan García.
El día 19 de agosto de 1993, siendo las 10:00 horas, ingresé de sorpresa al alojamiento del capitán conocido con el seudónimo "Águila" y le encontré sentado en su escritorio y sobre el mueble tenía amontonado gran cantidad de paquetes de 100 dólares americanos, lo afirmo en nombre de Dios y todo poderoso, le encontré contando los billetes verdes; es decir, le sorprendí con las manos en la masa, como ingresé sin tocarla la puerta, el oficial se quedó totalmente nervioso, no supo que hacer, él me conversaba pero sus manos lentamente abría el cajón de su escritorio donde comenzó a introducir los billetes empaquetados, me parece que en ese montón de billetes verdes había mas de sesenta ($60,000.00) mil dólares americanos. En ese momento le dije lo siguiente: Capitán "Águila", tranquilícese, yo no soy tan cobarde y miserable como usted, si yo fuera ambicioso en estos momentos le fusilaría y punto, porque hay evidencias y pruebas como este, usted como jefe de la Base, los Policías y también las autoridades mensualmente reciben cinco ($5000) mil dólares de los narcotraficantes y no lo voy a delatar porque no es mi estilo, yo no he ingresado con la finalidad de ver este miserable acto y que usted negó delante del personal de Tropa y juró en nombre Dios, he ingresado para verificar el material de Comunicaciones que usted mandó a su alojamiento para coordinar con los narcotraficantes secretamente; en ese momento el oficial miserable solo atinó a decirme lo siguiente: "Está bien suboficial Pineda, procede a sacar los equipos de radio HF/BLU Thomson TRC-372, antenas, baterías y demás accesorios, procede a verificar todo el material para el relevo". Verificado los cargos, inmediatamente presenté el Estado de Relevo, a partir de ese momento se hizo cargo de todo el material el suboficial conocido como el "burro" Rentería Huiman.
Con fecha 31 de agosto de 1993 retorné por mis propios medios al Puesto de Comando del Batallón de Infantería Motorizado N° 323 acantonado en el distrito de Huamachuco, provincia José Faustino Sánchez Carrión. Pasaron algunas semanas también relevaron a todo el personal de Tropa, quienes también retornaron a Huamachuco. Yo me retiré de Huamachuco el 15 de febrero de 1994, pues salí cambiado de colocación con destino al Batallón Contrasubversivo N° 28 del distrito de Rioja, departamento de San Martín. El capitán y suboficial Rentería continuaron como destacados en la Base Contrasubversivo N° 323 del distrito de Tayabamba, no descarto que el dinero del narcotráfico también haya llegado para los mandos superiores, sino porque la preferencia de mantenerlos en el mismo puesto a este oficial por más de un año, en fin son historias que se arrastra desde muchos años donde están involucrados con el narcotráfico los Policías, las autoridades políticas así como los efectivos del Ejército, como ocurrió en Tayabamba, Pataz en el año 1993.
Base Contrasubversivo N° 28 del distrito de Agua Blanca,
provincia de "El Dorado" 1994.- En el año 1994, el distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, departamento de San Martín, era muy pobre, los pobladores en su mayoría eran pequeños agricultores; en el distrito no había agua potable, no había desagüe, no había energía eléctrica, no había canales de televisión, la posta médica no contaba con un médico, etc.
En los tiempos del gobierno del ingeniero
Alberto Kenya Fujimori ( 28 de julio de 1990 hasta 21 de noviembre de
2000 ) Perú se había convertido en narco estado, como la Policía Nacional del
Perú había sido derrotado por los combatientes del Partido Comunista del Perú
Sendero Luminoso; ergo, el Ejército asumió el control total del narcotráfico y
la lucha contra la subversión en todo el Perú, principalmente en el Frente
Huallaga. En esta Guerra Interna que involucró a los efectivos de las Fuerzas
Armadas, se combatió a la subversión y menos el narcotráfico, porque tanto fue
la pobreza que había en las bases militares el personal en su totalidad dormía
en el suelo, no había colchones, no había frazadas y sobre todo faltaban
provisiones, por ende, muchos jefes de las Bases Contrasubversivas convivieron
con los narcotraficantes, pues estos apoyaban principalmente con víveres y
dinero.
En
aquellos tiempos todo el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales
teníamos identidad falsa, es decir para identificarnos con la población
contábamos con una Libreta Electoral falso, equivalente al DNI actual,
utilizamos pelo largo y barba, sobre todo nadie utilizaba galones (grados)
sobre el hombro ni en la gorra, nadie sabía, quien es quien, además comúnmente
el personal se identificaba mediante "chapas" y/o seudónimos, el
personal de Tropa también se identificaba mediante seudónimos. En las Bases
todo tipo de documentos se firmaba con nombre y apellido falso y rubrica
ficticio. Normalmente el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales rotábamos
de base en base cada tres meses, en esas circunstancias el 06 de junio de 1994
llegué como destacado a la Base Contrasubversivo N° 28 del distrito de Agua
Blanca, provincia de El Dorado, departamento de San Martín, en esta base
militar trabajé hasta el 30 de octubre de 1994, es decir laboré durante cinco
meses consecutivos. En este distrito encontré a un oficial del grado de capitán
(jefe de base) de seudónimo Manuel, un alférez con seudónimo Zeus, Técnico
Lester, Suboficial de inteligencia de seudónimo Carlos y 60 hombres de Tropa
SMO en un 99 % de origen selvático, en su totalidad
jóvenes de condición muy humilde, que procedían de los diferentes caseríos y
distritos de San Martín.
En
el mes de octubre del año 1993, en este distrito incursionó una columna
subversiva, conformado por 120 combatientes del Partido Comunista del Perú
Sendero Luminoso, en esta incursión los
grupos subversivos al mando de un médico traumatólogo saquean la posta medica
del distrito, llevándose consigo todos los medicamentos, al respecto algunos
pobladores me informaron que la agrupación maoísta había sido comandado por un
doctor en medicina, pues él se había identificado manifestando ser un
profesional en la especialidad de traumatología. El grupo subversivo abandona
el distrito llevando consigo el medicamento incautado, se desplaza con
dirección a la mina de sal, pero antes en la parte baja sacrifican un chancho
donde algunos proceden a preparar comida y otros descansaban plácidamente, en
esas circunstancias es sorprendido por las patrullas del Ejército, en breve
enfrentamiento muere el mando subversivo y tres combatientes, otros escaparon
por el monte. Dando respuesta a esta incursión el Comando del Ejército del
Destacamento Leoncio Prado con sede en Tarapoto, departamento de San Martín,
mando instalar una Base Contrasubversiva en el mencionado distrito.
Durante
mi permanencia en esta Base Contrasubversiva, en horas de la tarde el personal
de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa SMO jugaba fútbol contra los equipos
(civiles) del distrito, en esas circunstancias en mi condición de futbolista de
la base militar hice amistad con algunos deportistas de la localidad y uno de
ellos fue un individuo conocido por todos como "Vily" una persona de
contextura gruesa, tez blanca, quien vivía cerca a la base, resulta que este
individuo había sido el coordinador y hombre enlace con los narcotraficantes
colombianos y peruanos, un día finalizado el partido de fútbol me dijo
"jefe habrás venido con un par de costales, porque de aquí vas a salir lleno de
dólares", palabras que desde ese momento despertó mucha curiosidad en mi persona.
El
10 de junio en horas de la tarde, el capitán Manuel ordena reunión en su
alojamiento, donde participó el Alférez Zeus, el Técnico Lester, Suboficial
Carlos y el suscrito, el capitán nos hablaba del miserable sueldo que nos
pagaba el Estado; por ende, teníamos que recursearnos como sea para solventar los
gastos del hogar y de los hijos, entre palabreos nos decía que una firma
colombiana había solicitado la carretera que está cerca al distrito de Santa
Rosa para sacar un vuelo de droga, que el Técnico Lester y 20 hombres de Tropa
saldrían para dar seguridad, por este trabajo los narcotraficantes pagaron la
suma de TREINTA MIL ($ 30,000) DOLARES AMERICANOS, la repartición se hizo de la
siguiente manera: El capitán dijo, "si pasa algo yo seré el responsable de
todo esto, a mí me enviaran a la cárcel, por ende me quedaré con QUINCE MIL ($
15,000) DÓLARES", para el alférez destinó CINCO MIL ($ 5,000) DÓLARES,
para el Técnico destinó la suma de CINCO MIL ($ 5,000) DÓLARES AMERICANOS, para
el Suboficial Carlos la suma de MIL ($ 1,000) DÓLARES, para el suscrito la suma
de MIL ($ 1,000) DÓLARES y para
mejoramiento de rancho del personal de Tropa se destinó la suma de TRES MIL ($
3,000) DÓLARES. Cuando finalizó la conversación sobre la repartición, yo, pedí
la palabra, le dije al capitán lo siguiente: "Mi capitán. yo no estoy de
acuerdo y me niego a ser partícipe de este acto delictivo, todo el ofrecimiento
que usted hace mancha mi honor y mi moral de soldado", por ende, me negué
a recibir el sobre conteniendo los Mil Dólares, y en el acto me retiré a la
parte externa de la base. En la noche después de la lista de retreta llegué a
mi alojamiento, que normalmente permanecía con la puerta sin candado,
alojamiento alquilado de la señora Elvira Pérez, por el costo de S/ 10.00 soles
mensuales, al lado de la iglesia del pueblo, casi junto a un torreón, ingresado
prendí una pequeña velita para iluminar el pequeño cuarto, después de dejar mi
fusil y todo mi equipaje al pie del catre, levanté mi almohada y bajo la sabana
hallé el mismo sobre con los MIL ($ 1,000) DÓLARES AMERICANOS, bueno, dije ¿qué
hago con este dinero? al respecto a nadie le pregunté, hasta el día de hoy no
sé quién habría dejado el sobre bajo mi sabana, me quedé con todo el dinero.
Después
de la primera repartición de miles de dólares, ellos me consideraban como una
persona indeseable, me miraban con mucho recelo y total desconfianza, ya no
estaba en la lista de ellos para estos negocios oscuros, por ende no sabían
cómo sacarme de la Base Contrasubversivo, en esos días desde el Puesto de
Comando del distrito de Rioja enviaron un radiograma, dando orden para que el
Técnico Lester salga de bienestar por lapso de 15 días, quien tenía que viajar
a la ciudad de Lima; pero no, en la Base Militar hicieron una contra orden y a
mí me obligaron para salir de bienestar, desde el 15 hasta el 29 de junio; por
ende, desde la ciudad de Tarapoto viajé vía aérea hasta la ciudad de Trujillo y
desde esta ciudad vía terrestre hasta la ciudad de Huaraz. Finalizado mi
bienestar retorné a la Base Contrasubversivo, a mi llegada inmediatamente el civil
"Vily" me informó que en los días de mi ausencia habían sacado dos
vuelos de gran tonelaje, en total habían cobrado la suma de Sesenta Mil ($
60,000.00) dólares americanos, específicamente me dijo: "Jefe, hemos
sacado dos vuelos, provecho para ti también seguramente han guardado lo que te
corresponde", concluyó. En la Base Contrasubversivo los días pasaban con
total tranquilidad, pero nadie me hablaba de los vuelos de las semanas pasadas,
no indagué y no reclamé a nadie, en esos días constaté que el Técnico Lester,
experimentado en este tipo de negocios oscuros con los narcotraficantes se
había arriesgado alquilando una "casa fachada" al frente de la Base,
quien había puesto un aviso que decía "se compra algodón" en si era
una casa que acopiaba droga de los pequeños "traqueteros" que siempre
abundaban por estos lugares. El 30 de junio una firma colombiana llegó a la
Base con un equipo de fulbito, se jugó partido de fulbito con el personal de la
Base y en la noche organizaron una fiesta en companía de mujeres de la
localidad, donde abundó licores de todo tipo, yo no participé en el partido de
fulbito, ni en la fiesta.
El
02 de julio, en horas de la tarde, se malogró el receptor transmisor HF/BLU
Thomson TRC 340, por ende, el capitán Manuel con carácter de urgencia me ordenó
viajar a la ciudad de Tarapoto, llevando consigo el mencionado equipo de radio
para ser reparado en el taller de mantenimiento del cuartel "Mariscal
Cáceres", orden que en mi condición de especialista (mecánico de
comunicaciones y electrónica) lo acaté sin dudas ni murmuraciones. Para cumplir
con esta comisión de servicio, en horas de la tarde me embarqué en una
camioneta que cubría la ruta Agua Blanca y San José de Sisa, llegando a este
último lugar siendo las 18:30 horas, caminé hasta el paradero de camionetas
para la ciudad de Tarapoto, donde me informaron que ya no había vehículos hasta
el día siguiente, por ende decidí caminar por las calles preguntado si había un
taller de reparación de radios y televisores, por ahí me indicaron que había
uno cerca a la plaza de armas, cargando a la espada el mencionado aparato de
comunicaciones llegué a un taller de reparación de radios y televisores, donde
le supliqué al dueño para que me preste sus herramientas e instrumentos de
medición (multimetro), gracias a Dios el técnico civil me brindó todo tipo de
apoyo, inicié mis labores verificando la batería ALI 116, este artículo menor
se encontraba en buen estado, luego abro las tapas del artículo principal
verificando los fusible, los integrados y todo estaba en buen estado, para
finalizar verifiqué los cables internos del combinado microtelefónico COT 101,
constatando que dos cables internos debajo del PRESTOTALK adrede habían sido
cortados, este desperfecto inmediatamente lo reparé, reparado el aparato de
comunicaciones, siendo las 23:00 horas retorné al distrito de Agua Blanca,
llegando a la Base siendo las 01:15 horas, a mi llegada el personal de Tropa me
informa que el capitán Manuel y el Técnico Lester habían capturado a dos
narcotraficantes peruanos con doscientos (200 kilos de cocaína refinada) y
$20,000 dolares americanos en efectivo y una camioneta de lunas polarizadas
casi nuevo y que los detenidos se encontraban en el calabozo bajo tierra. La
camioneta blanca permanecía estacionada en el costado de la iglesia. En la
parte posterior de la Base Contrasubversivo, teníamos un calabozo rustico bajo
tierra, era un hueco de tres (3) metros de profundidad ( 4 metros de largo y 3
metros de ancho), cubierto con palos gruesos y sobre estos se colocó gruesas
capas de tierra y pasto natural para mantenerlo bien camuflado. Para el ingreso
del personal detenido había una pequeña puerta, puerta hecho con palos
amarrados, construido por el personal de Tropa y una escalera que servía para
el ingreso y salida del personal detenido, cuando bajaban los detenidos
cerraban la puerta, sobre la puerta día y noche dos soldados bien armados
permanecían sentados. Aquella noche uno de los soldados que permanecía de
servicio en la "trinchera" al costado de la iglesia me llevó hacía el
calabozo a donde llegué con una linterna de mano, cuando levantaron la pequeña
puerta iluminé hacia el fondo constatando que habían dos personas (civiles)
sentados sobre unos troncos en un rincón, ellos inmediatamente levantaron la
mirada, suplicándome para darles libertad de manera inmediata, me decían:
"Jefe quédate con los $ 20,000 dólares, entréganos la merca (la droga) y
la camioneta, asunto arreglado", al respecto yo no les contesté ni una
palabra, a los centinelas les ordené para que tapen la puerta, en seguida me
retiré.
El
3 de junio, en las primeras horas, me apersoné a la estación de radio para la
instalación del Receptor Transmisor HF/BLU Thomson TRC 340, para iniciar el
reporte respectivo con el Puesto de Comando ubicado en el distrito de Rioja, en
esas circunstancias el capitán Manuel al verme no pudo disimular su amargura
pues su plan de despistarme había fallado, se sentía muy incómodo y me dijo. ¿y
la radio?, en el acto le contesté, manifestando que todo estaba operativo.
Siendo las 08:00 horas el Suboficial de Inteligencia de seudónimo
"Carlos" se presentó con el informe de detención y la declaración
testimonial de los detenidos, ambos detenidos bajo juramento dijeron en sus
respectivas declaraciones que les habían incautado 200 kilos de droga refinada,
una camioneta de lunas polarizadas y la cantidad de $ 20,000 dólares americanos
en efectivo, como es normal la documentación que presentó el mencionado
suboficial no le gustó al capitán, quienes bajo el techo de la pequeña oficina
del estado mayor, casi se agarran a golpes. El capitán mandó salir a los
detenidos y con la pistola en mano les amenazó, diciendo: "carajo, yo en
ningún momento he incautado dinero en efectivo, solamente se incautó 20 kilos
de droga, si continúan jodiendo les vuelo la cabeza y punto", en ese
momento los dos narcotraficantes declinaron su versión cambiando su declaración
testimonial que solo había sido incautado los 20 kilos de droga y la camioneta,
firmaron todo el documento así. Siendo las 10:00 horas en la misma camioneta se
lo llevaron a los dos detenidos con destino a la ciudad de Tarapoto, dijeron
que iban a ser entregados a la Fiscalía y todo fue una finta nada más. Antes de
viajar habían hecho la repartición del dinero, en mi caso como en la primera
vez en horas de la noche cuando llegué a mi alojamiento debajo de mi almohada
encontré la suma de Mil Doscientos ($1200.00) dólares americanos, hasta la
fecha no se quien habría colocado dicho dinero, todo el dinero lo gasté en la
segunda bajada de bienestar, pues yo era el hombre indicado para salir de
bienestar, los otros simplemente no querían salir por estar atentos a estos
negocios sucios. El capitán Manuel, el Alférez Zeus y el Técnico Lester ya
había depositado en dos oportunidades miles de dólares en el Banco de Crédito
del Perú con sede en la ciudad de Tarapoto, depósitos a nombre de sus
familiares. A mediados del mes de setiembre, compraron dos chanchos de gran
tamaño y mandaron preparar carne ahumado y dijeron que era para el General del
COPERE, en inmensas cajas se embaló la carne y estaba listo para ser
transportado a la ciudad de Lima, pues en esos días iba a viajar a Lima el
mismo Técnico Leste, llevando consigo todo tipo de regalos para el General de
tan alto cargo en el manejo del personal a nivel Ejército, pero antes deciden
viajar a la ciudad de Tarapoto para hacer el tercer depósito de miles de dólares,
en esta oportunidad la rutina les traicionó, pues los elementos de inteligencia
les habían seguido de cerca y para coronar la mala suerte los tres habían
viajado como si fuera un paseo con sus respectivas amantes de companía, mujeres
jóvenes del distrito, llegando a Tarapoto se habían alojado en el Hostal Edison, uno de los
hostales de lujo que se encontraba en las inmediaciones de la plaza de armas,
que la noche les cobraban $100.00 dólares americanos, en el hostal se quedaron
las mujeres y ellos se habían dirigido al Banco de Crédito, donde cada uno de
ellos se habían apoderado de la ventanilla por ende los cajeros se demoraron
por más de 20 minutos contando miles de billetes americanos, en esos momentos
los "mafiosos" de la Inspectoría del Destacamento Leoncio Prado de Tarapoto y la
fiscalía, intervinieron a los tres, inmediatamente fueron conducidos a la
Inspectoría del Cuartel, mientras ellos eran detenidos otro grupo de elementos
de la Inspectoría habían intervenido el hostal, donde ingresaron y verificaron
todo, las mujeres asustadas no sabían lo que ocurría, se lo llevaron todo tipo
de evidencias. En horas de la noche la amante del Técnico ester retornó al
distrito de Agua Blanca y ella me informó todo lo relacionado a la detención de
mis colegas, mientras las amantes del capitán Manuel y del alférez Zeus aún
permanecían en el hostal, en Tarapoto. En aquellos días yo quedé al mando de la
Base Contrasubversivo, teniendo como mi adjunto al suboficial de inteligencia
de seudónimo "Carlos".
La
sorpresiva llegada del coronel del Ejército peruano Luis Sablich Garaicoa,
seudónimo (Garoso) .- Al día siguiente de la detención del capitán Manuel,
Alférez Zeus y el Técnico Lester en la ciudad de Tarapoto, en mi condición de
más antiguo en grado, pasé lista de Diana y realicé el reporte respectivo con
el Puesto de Comando ubicado en el distrito de Rioja. Finalizado la lista, siendo
las 09:00 horas me dirigí a mi alojamiento, me senté en mi rustica silla y
procedí a verificar mi pantorrilla derecha que se encontraba muy hinchado por
los golpes que recibí en los partido de fútbol con el personal civil de la
localidad, me saqué los borceguíes y cuando procedía a frotar la parte afectada
de mi pierna que se encontraba con moretones, dos hombres con vestimenta civil armados con
ametralladoras "HK" se ubicaron en la puerta de mi pequeño
alojamiento, me sorprendieron, cuando quise reaccionar me dijeron que eran de
la Inspectoría de la ciudad de Tarapoto, en voz alta uno de ellos me dijo:
"suboficial no te muevas, a partir de este momento quedas detenido, tu
jefe ya está detenido en la ciudad de Tarapoto", en ese momento yo pensaba en mil
cosas, si estos eran subversivos del Partido Comunista del Perú Sendero
Luminoso o Narcotraficantes, desde la puerta también el otro integrante de la
inspectoría gritó preguntando que si ya habían detenido al suboficial de Inteligencia Carlos,
al Presidente del Comité de Autodefensa y al civil de seudónimo
"Vily", ahí recién me convencí que eran de la Inspeccionaría del
Ejército de la ciudad de Tarapoto. En ese momento dos elementos de inteligencia
ingresaron a mi alojamiento y verificaron todo detalladamente, de rincón a
rincón, desarmaron mi fusil FAL, vaciaron los cartuchos de mis cacerinas,
voltearon el colchón, verificaron mis libros hoja por hoja, mis libretas de
apuntes, mi maletín, el morral de campaña, etc. Yo había cobrado dos sueldos
completos a mi retorno de mi segundo bienestar, en aquellos tiempos percibía
como sueldo la suma de Setecientos Cincuenta (S/750.00) soles, en total en mi
billetera encontraron la suma de Mil Ochocientos (S/1800.00) nuevos soles,
inmediatamente como justificación les mostré mis boleta de pago, pero no
cuadraba la cantidad, pero yo también me "recurseaba" tomando fotografía a los
civiles y al personal de Tropa, como medio probatorio ahí estaban los
paquetes conteniendo las fotografías de tamaño jumbo para entregar y las boletas del revelado, uno de los
oficiales que se encontraba en la puerta de mi alojamiento mostrado total acto delicuencial, durante las
pesquisas ya se lo había metido a su bolsillo mi billetera con todo el dinero,
ni siquiera levantaron el acta de decomiso del dinero, mientras el otro me
tomaba manifestación relacionado al narcotrafico. En aquellos tiempos yo tenía
un diario, un cuaderno donde anotaba todo lo que acontecía en los patrullajes y
en la Base Contrasubversivo, lo leyeron detenidamente y se quedaron sorprendidos,
este cuaderno se lo llevaron a la Inspectoría del Destacamento Leoncio Prado
acantonado en la ciudad de Tarapoto, este cuaderno para ellos significó como si
fuera un trofeo de guerra, pues en ella encontraron toda la información que
requerían. En el interrogatorio me dijeron: " Usted ya sabe que tu jefe
está capturado, él ya declaró todo, nos ha dicho que usted también ha recibido
dinero del narcotrafico", pregunta: ¿Diga si has recibido dinero del
narcotráfico durante tu permanencia en la Base Contrasubversivo de Agua
Blanca?, mi respuesta fue, todos los detalles del caso está en mi diario, en
dos oportunidades encontré dinero debajo mi almohada, en la primera noche encontré mil dólares, en la segunda oportunidad 1200 dólares, yo no sé quién habría
dejado el dinero, los mismos que sumaban Dos Mil Doscientos ($ 2200.00) dólares
y que me lo he gastado durante mis viajes de bienestar en las ciudades de
Trujillo y Huaraz". Además les dije: "señores oficiales de la Inspectoría, desde mi llegada a esta base en la primera semana del mes de junio, yo he sido el hombre indicado para salir de bienestar, yo he salido de bienestar por todos, como es normal esas "bajadas" irrogan mucho gasto, desde Rioja ordenaron para que salga el Técnico Lester y a mi me obligaron para viajar, así por todos sin excepción yo he salido. Dentro de mi inocencia nada pude negar, hablé toda la verdad; siempre he sido uno de los grandes cojudos que he visto pasar de todo por delante de mis ojos y nunca reclamé ni los pedí; a pesar de todo en los patrullajes siempre fui el "caballito" de batalla, mientras otros sentaditos se llenaban de dólares en contubernio con los narcotraficantes. Si hubiera sido recontra astuto y sinvergüenza como el
doctor Alan García Pérez, mejor hubiera negado todo, todos sabemos que los políticos
peruanos se enriquecen con las coimas y otros negocios oscuros, como dice el
viejo Alberto Quimper siempre son aceitados, pero lo niegan todo, pero yo no
los negué. Me hicieron otra pregunta y fue lo siguiente: ¿Por qué no has
denunciado al Jefe de la Base y compañeros de labores sabiendo que estaban
involucrados con el narcotráfico?, mi respuesta fue, según Ley y nuestros
reglamentos no puedo denunciar a un superior.
Luego
apareció en la puerta de mi alojamiento el coronel de caballería del Ejército
peruano Luis Sablich Garaicoa, popularmente conocido con el seudónimo (Garoso),
uno de los temidos Inspectores del Destacamento Leoncio Prado, acantonado en la ciudad
de Tarapoto, a el le reclamé para que me devolvieran mi billetera con el dinero completo quien luego hacer las coordinaciones con su personal, ordenó la devolución del dinero incautado. Este coronel fue un tipo muy vozarrón y de trato intimidarme mediante la voz alta, quien me gritaba de todo, pero yo en todo
momento mostré total tranquilidad y le escuché callado todas sus preguntas con
amenazas de todo tipo. Este coronel al final me dijo lo siguiente: "El
suboficial Carlos también está detenido, será conducido a la ciudad de
Tarapoto, así mismo los tres detenidos en la Inspectoría ya no regresaran a
esta base; por ende, usted queda al mando hasta nueva orden". En mi
condición de Jefe de la Base Contrasubversivo (interino), esa misma tarde me
reuní con todo el personal de Tropa SMO, a quienes les informé de los hechos
ocurridos, también a esa hora mandé sacar todas las pertenencias de los
detenidos, los calzoncillos, las medias, polos, borceguíes y uniformes, todo lo
repartí entre el personal de Tropa, además mandé abrir los cajones que contenían
los ahumados de carne de chancho, aquella tarde comimos harta carne de calidad
y nos duró por lapso de ocho días. El coronel de caballería Luis Sablich
Garaicoa, en su condición de Inspector solamente asustaba a todos los
detenidos, nos gritaba, nos amenazaba con enviarnos a Lurigancho, cuando él
mismo también se recurseaba con el dinero de los narcos, su único objetivo fue
sacar todo el dinero del personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales
involucrados con el narcotráfico, todo se arreglaba en la Inspectoría. Los
altos mandos del destacamento Leoncio Prado de Tarapoto, la Inspectoría y la
fiscalía, quitaban todo el dinero a los detenidos y luego les perdonaban la
vida a todos, sino pues toda la Corporación de Oficiales Técnicos y
Suboficiales hubieran sido dados de baja y encarcelados, pero nada de eso
ocurrió. El personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja en un 95% se
encontraban denunciados en la Inspectoría por estar involucrados con el
narcotráfico colombianos y peruanos, sin embargo una vez finalizado sus labores
en estas Zonas de Emergencia continuaron haciendo su carrera con total
normalidad, en nada les afectó en los ascensos al grado inmediato superior,
para el año 2020 los subtenientes de esa época ya ostentan grados de Coronel, los
capitanes con quienes laboré hoy ostentan el grado de Generales de División, sin embargo a mí me sancionaron con una papeleta de
arresto de rigor, motivo por el cual fue causal para no ascender al grado
inmediato superior.
Base Contrasubversivo N° 28 del distrito de Huimbayoc,
departamento de San Martín 1994.- En los años de 1990 el distrito de Huimbayoc
fue uno de los distritos empobrecidos de la provincia de San Martín, fue
declarado por el Estado peruano como Zona de Emergencia, en aquellos años este
distrito se había convertido en Sodoma y Gomorra, abundaban muchos
narcotraficantes colombianos y peruanos; prostitutas foráneas y de la
localidad, homosexuales según su identificación en su mayoría de Sullana,
Chiclayo y Tabalosos; abundaban delincuentes comunes y alcohólicos, era un
distrito donde la presencia del Estado peruano era totalmente nulo.
En
los años de 1980, durante el primer gobierno del doctor Alan García Pérez (1985
- 1990) y parte del gobierno del ingeniero Alberto Kenya Fujimori Fujimori, el
distrito de Huimbayoc había sido una de las Zonas Liberadas por el Partido
Comunista del Perú Sendero Luminoso. Cuando el Estado peruano comenzó a
instalar Bases Militares en todos los distritos y provincias del departamento
de San Martín, las fuerzas principales del ejército guerrillero popular (EGP)
huyen a las partes altas, convirtiéndose en grupos errantes. Como en todo grupo
subversivo sus cuadros son escalonados por ende sus Base de Apoyo a través de
sus comités populares continuaron en los distritos y zonas rurales del ande y
de la selva, no se sabía quién es quién, para identificarlos se requería de
mucha paciencia o colaboración de informantes “soplones” locales a sueldo.
En
el año de 1992 en el distrito de Huimbayoc, San Martín, el narcotraficante
colombiano de seudónimo "ministro" había armado su residencia de
lujo, meses después en este mismo lugar fue capturado por una patrulla de la
policía Nacional del Perú, comandado por un coronel y 24 subalternos, según la
narración de los pobladores de esta zona, esta captura efectuado por los
efectivos de la policía solo había sido una finta, pues este delincuente previo
pago de un rescate de Quinientos Mil ($500,000) mil dólares americanos había
sido liberado en las inmediaciones del distrito de Pelejo. En las horas de la
madrugada, todos los efectivos de la Policía Nacional retornaron a Yurimaguas
sin el detenido, el jefe de la operación argumento que durante el trayecto río
abajo en el caudaloso río Huallaga por la oscuridad reinante en el lugar el
detenido había sido rescatado por los sicarios bien armados, por este delito,
todos los efectivos de la patrulla fueron denunciados quienes para su defensa
presentaron argumentos falsos; por ende, no creíble para la fiscalía,
finalizado la investigación los 25 efectivos recibieron sentencia para
permanecer en la cárcel por lapso de 25
años. Durante mi permanencia en la Base Contrasubversivo N° 28 de Yurimaguas,
el 02 de mayo de 1995 acompañé al cabo EP Servicio Militar Obligatorio Josué
Izuisa Chasnamonte para visitar a su hermano que se encontraba detenido en la
cárcel del mencionado distrito, circunstancias que aproveché para indagar la
verdad sobre este caso, con el mencionado clase nos desplazamos a pie, dicho
penal se encontraba solo a trescientos metros de la Base Militar. Ingresado a
dicho penal constaté que todos los detenidos se dedicaban en su mayoría a
trabajos de carpintería, todos trabajan libremente en un espacio grande, cuando
se apersonó el detenido, hermano del cabo, entablé una conversación fluida con
él, justamente este individuo estaba realizando trabajos con el grupo de ex
policías detenidos, así por medio de él me contacté con otros tres ex policías
con quienes también conversé y les pregunté el motivo de su encarcelamiento,
uno de ellos me dijo, " indicando con el dedo índice derecho, dijo,
obligado por el viejo huevon que está sentado al fondo, coronel durante la
captura del narcotraficante "ministro", recibí la suma de cuatro
($4,000.00) mil dólares americanos, por lo que estoy sentenciado para
permanecer en este penal hasta el año 2017".
En
la mañana del 5 de noviembre del año 1994, llegué al distrito de Huimbayoc, San
Martín, típico distrito de la selva del Perú, caminé por sus calles de tierra
donde los perros vagos abundaban, en la plaza de armas con pasto crecido había
manada de chanchos de todos los tamaños; observé muchas casas sin veredas, a simple
vista se notaba que había mucha pobreza, luego constaté que no había agua
potable, no había desagüe, no había servicio de energía eléctrica, no había
canales de televisión, la posta médica se encontraba al mando de un solo
enfermero, donde los medicamentos básicos eran escasos, no había médicos ni de
los que hacen sus prácticas (SERUM), el servicio telefónico era muy
restringido. La población en su totalidad se dedicaba a la pequeña agricultura
legal e ilegal (había muchas chacras de coca en las partes altas).
Finalizando
mis servicios en la Base Contrasubversiva del distrito de Agua Blanca,
provincia de "El Dorado", departamento de San Martín, cumpliendo con
el rol de rotación de personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, con fecha
5 de noviembre de 1994 me incorporé a la Base Contrasubversivo N° 28 del
distrito de Huimbayoc, donde encontré como jefe al capitán de infantería de
seudónimo "Clover" al mando de 40 hombres de Tropa Servicio Militar
Obligatorio y un suboficial de inteligencia que fungía de vendedor ambulante de
artículos plásticos como baldes, platos, bidones, etc, el informante con rasgos
selváticos "charapa" vivía en un cuarto alquilado lejos de la Base
Militar, este suboficial con rasgos autóctonos de pobladores de la selva
permanecía como uno más de la población, este individuo se desplazaba por
diferentes lugares encubierto como vendedor ambulante, la misión que tenía era
la obtención de información de los subversivos. En horas de la tarde del mismo
día de mi incorporación, el jefe de la Base Contrasubversivo en su condición de
jefe político militar me nombró para presidir una reunión con toda la población
y las autoridades, a esta reunión asistí acompañado por el sargento 2do EP
"jaguar", en la agenda que presentaron las autoridades contemplaba
solamente tres problemas que con urgencia solicitaban su erradicación, la
prostitución, la delincuencia y el alcoholismo, ellos no consideraron como
problema la presencia de los narcotraficantes ni del narcotráfico en todos sus
niveles, finalizado los ajetreos de la reunión con las autoridades en presencia
de la población, mediante un megáfono hice conocer los cinco puntos que
teníamos que aplicar para erradicar los males que reinaban en el distrito, en
esos momentos nadie reclamó, nadie protestó, en aquellos tiempos ante las
decisiones del personal del Ejército la población obedecía las ordenes sin
dudas ni murmuraciones, todos permanecieron en completo silencio, finalizado la
reunión se firmó un acta, firmado por el alcalde del distrito, el gobernador,
el presidente de la ronda y el representante de la Base Militar, los cinco
puntos contemplados en el acta fueron:
1.
Prohibir la venta de todo tipo de licor en los bares y cantinas (Ley seca).
2.
Funcionamiento de las discotecas hasta las 12 de la noche con venta de licor
moderado.
3.
Erradicar el narcotráfico.
4.
Prevenir la delincuencia mediante la ronda nocturna de los ronderos apoyados
por las patrullas del Ejército.
5.
Empadronamiento de las peluquerías que en su mayoría eran de propiedad de homosexuales.
Después
de la reunión por lapso de una hora y media con la población y las autoridades
del distrito, retorné de inmediato a la Base Militar Contrasubversivo,
informando por escrito al capitán del Ejército de seudónimo "Clover"
jefe político militar del distrito, de todo lo relacionado a los asuntos
tratados de manera específica y detallada. En la pequeña sala del Estado Mayor
de la Base Militar me senté con el mencionado oficial donde pusimos sobre la
mesa que estrategias aplicar para erradicar todos los males especificados en el
acta firmado, es ahí que coincidimos en todo, pues estos males no se podía
combatir ni derrotar por los medios convencionales, se tenía que actuar de
manera informal, es decir al margen de todas las leyes del Estado existentes.
En esta Base Militar había un calabozo profundo bajo tierra, a todos los
detenidos sea hombres, mujeres y homosexuales se depositaba en este recinto
húmedo y con muchos roedores (ratas), así mismo cerca a uno de los torreones
había un árbol grueso donde el personal de Tropa construyó una pequeña
plataforma, sobre este plataforma en la parte alta del árbol, totalmente
desnudos permanecieron amarrados algunos delincuentes durante el día en pleno
sol, de hambre y sed, ellos permanecieron parados con las manos amarrados hacia
atrás a un poste, el primer día permanecían de hambre, al segundo día se le
brindaba un poco de comida y agua por una sola vez, al tercer día también se le
proporcionaba un poco de comida y agua, así permanecieron hasta pedir perdón
por los delitos que habían cometido. En una oportunidad en una de las
discotecas intervinimos a 28 personas entre hombres, mujeres y homosexuales,
todos fueron conducidos a la Base, con este personal nos amanecimos a un lado
de la Base, desde las 01:00 horas hasta las 06:00 horas, les ordené para que
hagan gimnasia básica sin armas de 100 repeticiones cada una, en total sumaban
1000 mil repeticiones, para levantarles la moral les decía: Si ejecutan las
1000 repeticiones se retiran a sus domicilios, caso contrario ingresaran al
calabozo por lapso de una semana, ante mis requerimientos los civiles trataron
de cumplir la orden pero nadie llegó ni a la mitad, al amanecer todos estaban
totalmente agotados y así ingresaron al calabozo, después de tres días comenzamos
a darles libertad a las mujeres bajo compromiso de honor firmado para que
eviten de hacer escándalos y peleas en lugares públicos, en su mayoría los
varones por las planchas que habían hecho por lapso de cinco (5) horas a muchos
se les hinchó los brazos, por la cantidad de abdominales que habían ejecutado
con mucho dolor movían la cintura y por la cantidad de flexiones y ranas que
habían ejecutado con mucha dificultad movían sus piernas, en aquellos tiempos
por estas detenciones nadie reclamaba, nadie protestaba, no se presentaba
ningún abogado, ni los representantes de los derechos humamos, cuando se
liberaba a los detenidos se le hacía firmar un documento que avalaba que
estaban abandonado la Base sanos y en buen estado de salud; con los homosexuales
fue un trato especial en el compromiso de honor, este personal para abandonar
el calabozo se comprometía bajo juramento a cambiar su opción sexual, es decir
bien se convertían en mujer u hombre, no había otra opción, para tal fin se les
hacia la advertencia con la Santa Biblia en la mano; y muchos borrachos también
después de ranear hasta quedar exhausto terminaron en el calabozo. Durante mi
permanencia en esta Base Militar el control disciplinario de la población fue
así, en lapso de tres semanas aproximadamente los delincuentes foráneos
desaparecieron por completo, los homosexuales también desparecieron,
desaparecieron los alcohólicos, desaparecieron las prostitutas, las mandas de
chanchos desaparecieron de la plaza de armas, muchos de estos animales terminaron
en la pailas del personal de Tropa, los perros capturados terminaron
sacrificados en la Base, con estos animales el personal hacia la práctica de
prueba de valor, al perro crucificado se le sacaba el corazón y las tripas, con
la sangre se bañaba el personal, luego con el cuerpo ensangrentado el personal
de Tropa salía a correr por las calles llevando colgado en el cuello como
collar las tripas de los perros y como trofeo la cabeza. Durante el día había
personal de Tropa y ronderos cazadores de chachos y perros vago, animal que era
sorprendido circulando por las calles terminaba en la Base Militar. Para
nosotros no fue difícil erradicar todos los males que había en el distrito de
Huimbayoc, de un momento a otro todo se convirtió en un silencio total, los
grandes perjudicados fueron los restaurantes, las discotecas y los bares porque
ya no tenía clientela, por ende, por un lado, algunos estaban feliz con el
logro obtenido de la tranquilidad y orden, mientras los comerciantes de alguna
manera se encontraban disconformes, pero el objetivo fue erradicar los males se
logró rápidamente.
Donde
está el narcotráfico abundan todos los males, pero también muchos se benefician
de manera ilegal, hay trabajo para los desocupados, los cocaleros ilegales
ganan, los comerciantes formales e informales
ganan, los dueños de hostales ganan, los dueños de los restaurantes
tienen muchos comensales, las discotecas y bares llenan sus salones en las
noches, las prostitutas tienen muchos
clientes de todas las edades, los homosexuales peinadores abundan; es
decir todos ganan, hay movimiento de dinero y hay trabajo para el pueblo. En
las primeras semanas del mes de noviembre en este distrito conocí al
narcotraficante colombiano "Jimi" un joven de tez blanca bien presentable
que siempre se desplazaba con cuatro sicarios (hombres de seguridad)
colombianos bien corpulentos de buena estatura, también conocí al
narcotraficante con seudónimo Cristal cuyo nombre verdadero fue Luis Pineda,
llegué a conocer al narcotraficante con seudónimo Trompa de Buque, le decían
así por su aspecto feo, otro narcotraficante que conocí fue el narcotraficante
colombiano de seudónimo "hermano", el otro narcotraficante colombiano
fue uno que tenía seudónimo "Pescado" un hombre de apariencia muy
humilde pero cumplidor y muy caballero, conocí a estos narcotraficantes
colombianos y peruanos porque ellos apoyaron a las Bases Contrasubersivos
mensualmente con provisiones y dinero. Los oficiales y suboficiales del
Ejército que pasaron por esta Base Contrasubversivo, ni el capitán del Ejército
de seudónimo "Clover" que comandó a la Base durante mi permanencia,
no pudo capturar a estos narcotraficantes, "decían que todo estaba
arreglado con los de arriba, capturarlos era muy peligroso", por ende en
su mayoría los narcotraficantes colombianos y algunos peruanos, pagando sus
respectivos cupos transitaban con total normalidad, para entrar pagaban la suma
de Quinientos ($ 500.00) dólares americanos y para salir la suma de Dos mil ($
2000) dólares; pagando las sumas en mención, ellos circulaban en el río Huallaga como "Pedro por su casa".
Como nos habíamos comprometido con el pueblo y autoridades del distrito de
Huimbayoc para erradicar todos los males, ergo el capitán "Clover"
entró en arreglo con los narcotraficantes para que se retiren pacíficamente del
distrito, y estos se retiraron con todo su personal a las zonas altas de
Chasuta, Juan Guerra, Chipuruna, conocido también como Navarro, para permanecer
en estos lugares los narcotraficantes mensualmente pagaban sus cupos a los
jefes de las Bases Contrasubversivas, el cupo mensual fue de Quince Mil
($15,000) dólares americanos.
En
la última semana del mes de noviembre, una noche nublado, siendo las 21:00
horas, el capitán de infantería de seudónimo "Clover" salió al centro
del distrito para llamar por teléfono y se demoró en retornar, mientras yo me
quedé al mando de la Base Militar, en esas circunstancias llegaron de sorpresa
a la instalación militar cinco (05) individuos, cuando les solicité sus
documentos, ellos se identificaron como ciudadanos de la nacionalidad
colombiana y eran de la firma de narcotraficantes "Jimi" con sus
cuatro (04) elementos de seguridad, ellos llegaron con sus maletines y se
sorprendieron al verme, como me dijeron que se habían apersonado por orden del
capitán, les ordené para que permanezcan en las inmediaciones de la puerta
principal, el capitán retorno siendo las 22:30 horas y pasó a su oficina con
los narcotraficantes, cuando los narcos se retiraron de la Base, inmediatamente
le pregunté al mencionado oficial de la cantidad de dólares americanos que
habían dejado para el personal militar, pero este oficial trató de engañarme,
quien textualmente me dijo: "Los narcos solamente han venido para
coordinar, no me han dejado nada, me han dicho que recién se van a matricular
la otra semana", como ya había antecedentes que este oficial me estaba
"cerrando" con los cupos que pagaban puntualmente las diferentes
firmas de narcotraficantes colombianos y peruanos, pese al pago de cupos, el
rancho para el personal era muy pobre, nunca hubo almuerzo de camaradería para
el personal de Tropa en el tiempo que permanecí en esta Base, por ende, en esta
oportunidad le reclamé con fuerza y hasta le amenacé con denunciarlo. Este
oficial era más vivo que otros oficiales que conocí en diferentes Bases
Militares donde laboré como especialista en la operación y mantenimiento del
material de comunicaciones que siempre lo alterné con las funciones de jefe de
patrulla, para no dejar evidencias del cobro de cupos, cada vez que se recibía
el cupo, un hermano suyo era el encargado de trasladar los dólares hasta
Cajamarca, este oficial nunca deposito dinero en los Bancos de Yurimaguas ni
Tarapoto, después de una semana retornaba su hermano quien para pasar como
desapercibido en el pueblo vivía cerca a la plaza de armas en un
"cuartucho" alquilado, donde pacientemente esperaba otros cobros de
cupos que hacia el oficial. La relación de paz, concordia y entendimiento con
el mencionado oficial se había acabado, habíamos coincidido en todo, pero con
el dinero en la mano su comportamiento cambió totalmente, por ende, como es
normal el oficial comenzó a tratarme con mucha desconfianza y por ende habría
dado cuenta al Comando del Batallón Contrasubversivo N° 28 con sede en Rioja
San Martín y obtiene autorización, ergo me destaca para ser Jefe de la Base
Contrasubversivo del distrito de Pelejo.
Base Contrasubversivo N° 28 distrito de Pelejo, provincia de San Martín 1994.- El distrito de El Porvenir Pelejo, es uno de los 14 distritos de la provincia de San Martín, se encuentra en la margen derecha del río Huallaga, entrando desde Yurimaguas, en deslizador o “peque peque” se llega a seis horas río arriba. En este distrito permanecí como jefe de la Base Contrasubversivo desde el 5 de diciembre de 1994 hasta el 29 de enero de 1995. En el año 1994, vivíamos la violencia política por la guerra contrasubversiva. En este distrito de escasa población, había mucha pobreza, sus habitantes en su totalidad era gente muy humilde, para subsistir se dedicaban a la pequeña agricultura, ganadería y pesca. No contaban con servicio de energía eléctrica, no había red de agua, no tenía desagüe, no había canales de televisión, en la pequeña posta médica no había medicamentos ni médicos, pero si tenía un aeropuerto para las avionetas de los narcotraficantes a una hora de camino a pie. En las zonas de la selva, las principales autoridades políticas son cómplices de los narcotraficantes, ellos por su silencio son recompensados y los pobladores trabajaban para las firmas, ellos limpiaban la pista, otros cumplen la función de informante, otros trabajan como cargadores, en las noches para aterrizaje de las avionetas colocaban mecheros en la pista. En aquellos tiempos una de las misiones que teníamos era cuidar el aeropuerto para evitar el transporte de droga de las firmas peruanas y colombianas. Hasta antes de mi llegada, el empobrecido distrito de Pelejo, había sido un centro de descanso temporal de algunas firmas de narcotraficantes colombianos y peruanos, principalmente durante la entrada de sus embarcaciones procedente de la ciudad de Yurimaguas. En aquellos tiempos en las inmediaciones del pequeño puerto había algunos restaurantes, hostales y casas de hospedajes, donde los narcotraficantes almorzaban plácidamente y pasaban algunas horas de siesta en companía de hermosas féminas, pero cuando puse mis pies en la polvorientas calles de este distrito, casi olvidado por el Estado peruano, de un momento a otro todo se convirtió en total silenció, habían desaparecido todas las lacras, por ende los restaurantes y las tiendas comerciales se quedaron sin clientela, los dueños de los negocios de comida y otros me miraban con mucho odio, por ahí mis informantes me decían que por culpa mía los negocios habían fracasado.
En la Base Militar, una maña del mes de diciembre, antes de la navidad del año 1994, en horas de la mañana llegó a la Base Contrasubversiva el narcotraficante colombiano de seudónimo "pescado", a quien lo recibí en la pequeña sala de visitas de la Base, casi junto a mi modesto dormitorio, en el momento del encuentro el colocho sin perder tiempo me dijo lo siguiente: Dijo: "Jefe, nosotros sabemos de los problemas de provisiones y grandes necesidades que tiene ustedes; por ende, he venido a entregarle mi colaboración para que pasen una buena navidad, aquí te entrego una boleta de pago para que recojan sus provisiones en la tienda del señor Fasabi, y un sobre conteniendo Mil ($ 1000.00) dólares americanos", mientras sucedía todo esto la Tropa de servicio se encontraba atento durante este suceso, en esas circunstancias en el acto mandé llamar al sargento de seudónimo "chancho" el más antiguo entre el personal de Tropa a quien le hice participe de todo lo que recibí; en ese momento me sentí muy feliz por el apoyo recibido y el colombiano un hombre de apariencia humilde de baja estatura me decía "jefe, no se preocupe, mi apoyo es incondicional"; ergo, no me solicitó ningún tipo de favores; a continuación, pensando que ya había cumplido su misión, el "colocho" se levantó de la pequeña banca, me dio la mano y se retiró con destino al distrito de Papa Playa. En ese momento cuando el colombiano cruzaba el puente, en el acto reuní a todo el personal de Tropa, ordené a diez hombres para que se apersonen con la boleta en la mano para el recojo de provisiones en la pequeña tienda comercial del señor Fasabi, este personal retornó cargando todo el pedido, el narcotraficante colombiano abasteció a la Base mejor de lo que me abastecía el Comando del Ejército a través de su Servicio de Intendencia, recibí tres sacos de azúcar, tres sacos de arroz, cinco cajas de leche, diez paquetes de fideos, dos sacos de harina, cuatro bolsas de avena cada uno de 15 kilos, cajas de condimentos, dos cajas de aceite, cinco cajas de atún, etc. A partir del 18 de diciembre de 1994 todo mi personal comenzó a pasar racho tipo A1, el desayuno, almuerzo y cena, todo era de primera calidad, con el dinero recibido todos los días se compraba gallinas, pescado, carne de sajino, carne de chancho, verduras, plátanos verdes para sancochar y otros, recién nos sentimos como soldados al servicio de la patria, bajo mi comando el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio se sentían muy feliz de la vida, cuando llegaban de transito algunos soldados de otras bases militares, cuando les invité el rancho que comía mi personal se sintieron muy asombrados, al respecto uno de ellos me dijo: "Mi suboficial en esta base me gustaría servir, aquí si el personal de Tropa come bien y en cantidad, mientras allá en mi base el capitán nos mata de hambre". En la base militar de Pelejo todo había cambiado de manera radical, se fomentó la disciplina, respeto a los civiles; con el dinero recibido me apersoné donde un carpintero y le pedí en el acto para que me entregue en lapso de 15 días 20 catres de madera ishpingo, además mande comprar 20 colchones, ollas, pailas y baldes y otros enseres para la cocina. En aquel año en esta base militar pasé una linda navidad junto con todo mi personal, compramos pavos, panetones, es decir hubo una buena cena. Así mismo este dinero se empleaba cuando el personal de Tropa salía de permiso a lugares lejanos; por ende, se le entregaba la suma de S/100.00 soles para que cubran sus pasajes y alimentación. En esta Base Contrasubversiva todos mis antecesores habían trabajado cómodamente con todos los narcotraficantes colombianos y peruanos, sacaron varios vuelos desde el aeropuerto que se encontraba a una hora a pie, pero en este negocio no solo se beneficiaba el jefe de la Base Militar, este era un trabajo conjunto, para permitir el ingreso de las aeronaves también entraba al negocio el alcalde, el teniente gobernador, el presidente de comité de autodefensa (jefe de ronderos), es decir todas las autoridades participaban. Para comprar el silencio de los pobladores del distrito abandonados por el mismo Estado peruano, los narcotraficantes compraron un grupo electrógeno, motor generador de luz de corriente alterna y una antena parabólica. Cuando llegué al mencionado distrito, hallé el motor frente de la Base dentro de un pequeño inmueble, justamente el personal de Tropa se encargaba de encenderlo y apagarlo en horas de la noche (19:00 horas - 22:00 horas), además encontré 20 cilindros de petróleo comprado por los narcotraficantes. Me decían en aquellos tiempos cada vuelo costaba la suma de treinta ($ 30,000.00) mil dólares americanos, también me dijeron que en algunas oportunidades habían sacado hasta tres vuelos, información vertida por la familia Ríos Orbe que en aquellos tiempos tenía sus chacras en las inmediaciones del rustico aeropuerto. También comentan que la misma DEA se encontraba involucrado con el tráfico de droga, pues según la versión de algunos intermediarios (hombres de contacto de los narcos), en horas establecidas se apagaban todos los radares, lapso de tiempo en que las aeronaves ingresaban y salían con destino a Colombia. No lo niego, en los lugares donde laboré recibí la propina de los narcotraficantes peruanos y colombianos, dinero que lo empleé en rancho y bienestar de mi personal.
Base Contrasubversiva del distrito de San Martín de Alao 1994.- En el mes de julio, durante 15 días trabajé como destacado en la Base Contrasubversivo del distrito de San Martín de Alao, provincia de El Dorado, departamento de San Martín. En aquellos tiempos el distrito tenía una pista grande especialmente como para aterrizaje de avionetas de los narcotraficantes que siempre transitan por estos lugares buscando como sacar sus mercaderías con destino a Colombia. En el lapso de tiempo que permanecí como destacado intentaron sorprenderme, enviaron a sus emisarios, quienes una tarde calurosa me visitaron, uno de ellos me ofreció la suma de $ 60,000.00 dólares americanos por dos vuelos en la noche, no lo acepté y se retiraron. Como jefe de base militar, en estas situaciones no los puedes capturar porque ellos dicen que todo esto está arreglado con los de arriba, entonces es mejor hacerse el "cojudo", si le das vuelta ellos como sea te buscan con sus sicarios, es mejor no aceptar sus tentaciones y uno queda tranquilo.
En las bases militares de la Sierra y Selva, los narcotraficantes patriotas colaboraron con el personal del Ejército, esta realidad es innegable, sin el apoyo oportuno de ellos no hubiéramos subsistido, la mayoría de los Oficiales, Técnicos y Suboficiales en sus boletas de pago se encontraban con deuda, es decir a fin de mes no cobraban ni un céntimo, en estas situaciones difíciles los narcos siempre se presentaban con provisiones de todo tipo y como no recordar que gracias a ellos también hubo una buena cena en las fiestas de navidad y un buen año nuevo para el personal de todos los grados. Estos hechos, aunque lo consideren increíble ha sido de lo más normal entre los años de 1980 hasta el año 2000, donde el personal a sueldo de todas las jerarquías aprovecharon bien la presencia de los narcotraficantes como: Cachique Rivera, Trompa de Buque, Luis Pineda "Cristal", Jimi, Lucho Culon, Pescado, el Vaticano, Waldo Arias Vargas "Ministro", etc, en el Frente Huallaga el personal militar que trabajó de la mano con las firmas de narcotraficantes colombianos y peruanos levantando vuelos, brindando seguridad y otros, encontraron el "premio de la lotería", por ende aseguraron el futuro de sus hijos, pero también hubo personal militar "pesetero" que no arriesgó, es decir no abarcó más allá de los límites, por ende se conformaron con las propinas y colaboraciones voluntarias, caso contrario los familiares de muchos no hubieran sobrevivido, porque en las boletas de pago de sus esposos salía cero soles; por todo lo mencionado, en aquellos tiempos, en el Huallaga todos hemos mamado de las ubres del narcotráfico, ahí están incluidos, los alcaldes, los presidentes del Comité de Autodefensa, los gobernadores, La Policía Nacional del Perú, hasta algunos presidentes de la república.
Base Contrasubversivo N° 28 distrito de Pelejo, provincia de San Martín 1994.- El distrito de El Porvenir Pelejo, es uno de los 14 distritos de la provincia de San Martín, se encuentra en la margen derecha del río Huallaga, entrando desde Yurimaguas, en deslizador o “peque peque” se llega a seis horas río arriba. En este distrito permanecí como jefe de la Base Contrasubversivo desde el 5 de diciembre de 1994 hasta el 29 de enero de 1995. En el año 1994, vivíamos la violencia política por la guerra contrasubversiva. En este distrito de escasa población, había mucha pobreza, sus habitantes en su totalidad era gente muy humilde, para subsistir se dedicaban a la pequeña agricultura, ganadería y pesca. No contaban con servicio de energía eléctrica, no había red de agua, no tenía desagüe, no había canales de televisión, en la pequeña posta médica no había medicamentos ni médicos, pero si tenía un aeropuerto para las avionetas de los narcotraficantes a una hora de camino a pie. En las zonas de la selva, las principales autoridades políticas son cómplices de los narcotraficantes, ellos por su silencio son recompensados y los pobladores trabajaban para las firmas, ellos limpiaban la pista, otros cumplen la función de informante, otros trabajan como cargadores, en las noches para aterrizaje de las avionetas colocaban mecheros en la pista. En aquellos tiempos una de las misiones que teníamos era cuidar el aeropuerto para evitar el transporte de droga de las firmas peruanas y colombianas. Hasta antes de mi llegada, el empobrecido distrito de Pelejo, había sido un centro de descanso temporal de algunas firmas de narcotraficantes colombianos y peruanos, principalmente durante la entrada de sus embarcaciones procedente de la ciudad de Yurimaguas. En aquellos tiempos en las inmediaciones del pequeño puerto había algunos restaurantes, hostales y casas de hospedajes, donde los narcotraficantes almorzaban plácidamente y pasaban algunas horas de siesta en companía de hermosas féminas, pero cuando puse mis pies en la polvorientas calles de este distrito, casi olvidado por el Estado peruano, de un momento a otro todo se convirtió en total silenció, habían desaparecido todas las lacras, por ende los restaurantes y las tiendas comerciales se quedaron sin clientela, los dueños de los negocios de comida y otros me miraban con mucho odio, por ahí mis informantes me decían que por culpa mía los negocios habían fracasado.
En la Base Militar, una maña del mes de diciembre, antes de la navidad del año 1994, en horas de la mañana llegó a la Base Contrasubversiva el narcotraficante colombiano de seudónimo "pescado", a quien lo recibí en la pequeña sala de visitas de la Base, casi junto a mi modesto dormitorio, en el momento del encuentro el colocho sin perder tiempo me dijo lo siguiente: Dijo: "Jefe, nosotros sabemos de los problemas de provisiones y grandes necesidades que tiene ustedes; por ende, he venido a entregarle mi colaboración para que pasen una buena navidad, aquí te entrego una boleta de pago para que recojan sus provisiones en la tienda del señor Fasabi, y un sobre conteniendo Mil ($ 1000.00) dólares americanos", mientras sucedía todo esto la Tropa de servicio se encontraba atento durante este suceso, en esas circunstancias en el acto mandé llamar al sargento de seudónimo "chancho" el más antiguo entre el personal de Tropa a quien le hice participe de todo lo que recibí; en ese momento me sentí muy feliz por el apoyo recibido y el colombiano un hombre de apariencia humilde de baja estatura me decía "jefe, no se preocupe, mi apoyo es incondicional"; ergo, no me solicitó ningún tipo de favores; a continuación, pensando que ya había cumplido su misión, el "colocho" se levantó de la pequeña banca, me dio la mano y se retiró con destino al distrito de Papa Playa. En ese momento cuando el colombiano cruzaba el puente, en el acto reuní a todo el personal de Tropa, ordené a diez hombres para que se apersonen con la boleta en la mano para el recojo de provisiones en la pequeña tienda comercial del señor Fasabi, este personal retornó cargando todo el pedido, el narcotraficante colombiano abasteció a la Base mejor de lo que me abastecía el Comando del Ejército a través de su Servicio de Intendencia, recibí tres sacos de azúcar, tres sacos de arroz, cinco cajas de leche, diez paquetes de fideos, dos sacos de harina, cuatro bolsas de avena cada uno de 15 kilos, cajas de condimentos, dos cajas de aceite, cinco cajas de atún, etc. A partir del 18 de diciembre de 1994 todo mi personal comenzó a pasar racho tipo A1, el desayuno, almuerzo y cena, todo era de primera calidad, con el dinero recibido todos los días se compraba gallinas, pescado, carne de sajino, carne de chancho, verduras, plátanos verdes para sancochar y otros, recién nos sentimos como soldados al servicio de la patria, bajo mi comando el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio se sentían muy feliz de la vida, cuando llegaban de transito algunos soldados de otras bases militares, cuando les invité el rancho que comía mi personal se sintieron muy asombrados, al respecto uno de ellos me dijo: "Mi suboficial en esta base me gustaría servir, aquí si el personal de Tropa come bien y en cantidad, mientras allá en mi base el capitán nos mata de hambre". En la base militar de Pelejo todo había cambiado de manera radical, se fomentó la disciplina, respeto a los civiles; con el dinero recibido me apersoné donde un carpintero y le pedí en el acto para que me entregue en lapso de 15 días 20 catres de madera ishpingo, además mande comprar 20 colchones, ollas, pailas y baldes y otros enseres para la cocina. En aquel año en esta base militar pasé una linda navidad junto con todo mi personal, compramos pavos, panetones, es decir hubo una buena cena. Así mismo este dinero se empleaba cuando el personal de Tropa salía de permiso a lugares lejanos; por ende, se le entregaba la suma de S/100.00 soles para que cubran sus pasajes y alimentación. En esta Base Contrasubversiva todos mis antecesores habían trabajado cómodamente con todos los narcotraficantes colombianos y peruanos, sacaron varios vuelos desde el aeropuerto que se encontraba a una hora a pie, pero en este negocio no solo se beneficiaba el jefe de la Base Militar, este era un trabajo conjunto, para permitir el ingreso de las aeronaves también entraba al negocio el alcalde, el teniente gobernador, el presidente de comité de autodefensa (jefe de ronderos), es decir todas las autoridades participaban. Para comprar el silencio de los pobladores del distrito abandonados por el mismo Estado peruano, los narcotraficantes compraron un grupo electrógeno, motor generador de luz de corriente alterna y una antena parabólica. Cuando llegué al mencionado distrito, hallé el motor frente de la Base dentro de un pequeño inmueble, justamente el personal de Tropa se encargaba de encenderlo y apagarlo en horas de la noche (19:00 horas - 22:00 horas), además encontré 20 cilindros de petróleo comprado por los narcotraficantes. Me decían en aquellos tiempos cada vuelo costaba la suma de treinta ($ 30,000.00) mil dólares americanos, también me dijeron que en algunas oportunidades habían sacado hasta tres vuelos, información vertida por la familia Ríos Orbe que en aquellos tiempos tenía sus chacras en las inmediaciones del rustico aeropuerto. También comentan que la misma DEA se encontraba involucrado con el tráfico de droga, pues según la versión de algunos intermediarios (hombres de contacto de los narcos), en horas establecidas se apagaban todos los radares, lapso de tiempo en que las aeronaves ingresaban y salían con destino a Colombia. No lo niego, en los lugares donde laboré recibí la propina de los narcotraficantes peruanos y colombianos, dinero que lo empleé en rancho y bienestar de mi personal.
Base Contrasubversiva del distrito de San Martín de Alao 1994.- En el mes de julio, durante 15 días trabajé como destacado en la Base Contrasubversivo del distrito de San Martín de Alao, provincia de El Dorado, departamento de San Martín. En aquellos tiempos el distrito tenía una pista grande especialmente como para aterrizaje de avionetas de los narcotraficantes que siempre transitan por estos lugares buscando como sacar sus mercaderías con destino a Colombia. En el lapso de tiempo que permanecí como destacado intentaron sorprenderme, enviaron a sus emisarios, quienes una tarde calurosa me visitaron, uno de ellos me ofreció la suma de $ 60,000.00 dólares americanos por dos vuelos en la noche, no lo acepté y se retiraron. Como jefe de base militar, en estas situaciones no los puedes capturar porque ellos dicen que todo esto está arreglado con los de arriba, entonces es mejor hacerse el "cojudo", si le das vuelta ellos como sea te buscan con sus sicarios, es mejor no aceptar sus tentaciones y uno queda tranquilo.
En las bases militares de la Sierra y Selva, los narcotraficantes patriotas colaboraron con el personal del Ejército, esta realidad es innegable, sin el apoyo oportuno de ellos no hubiéramos subsistido, la mayoría de los Oficiales, Técnicos y Suboficiales en sus boletas de pago se encontraban con deuda, es decir a fin de mes no cobraban ni un céntimo, en estas situaciones difíciles los narcos siempre se presentaban con provisiones de todo tipo y como no recordar que gracias a ellos también hubo una buena cena en las fiestas de navidad y un buen año nuevo para el personal de todos los grados. Estos hechos, aunque lo consideren increíble ha sido de lo más normal entre los años de 1980 hasta el año 2000, donde el personal a sueldo de todas las jerarquías aprovecharon bien la presencia de los narcotraficantes como: Cachique Rivera, Trompa de Buque, Luis Pineda "Cristal", Jimi, Lucho Culon, Pescado, el Vaticano, Waldo Arias Vargas "Ministro", etc, en el Frente Huallaga el personal militar que trabajó de la mano con las firmas de narcotraficantes colombianos y peruanos levantando vuelos, brindando seguridad y otros, encontraron el "premio de la lotería", por ende aseguraron el futuro de sus hijos, pero también hubo personal militar "pesetero" que no arriesgó, es decir no abarcó más allá de los límites, por ende se conformaron con las propinas y colaboraciones voluntarias, caso contrario los familiares de muchos no hubieran sobrevivido, porque en las boletas de pago de sus esposos salía cero soles; por todo lo mencionado, en aquellos tiempos, en el Huallaga todos hemos mamado de las ubres del narcotráfico, ahí están incluidos, los alcaldes, los presidentes del Comité de Autodefensa, los gobernadores, La Policía Nacional del Perú, hasta algunos presidentes de la república.
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