viernes, 8 de mayo de 2015

BATALLÓN CONTRASUBVERSIVO “CORONEL OSCAR DE LA BARRERA” Nº 323 HUAMACHUCO PERÚ (1992 - 1993)

El Batallón Contrasubversivo “Coronel Oscar de la Barrera” Nº 323, acantonado en el distrito de Huamachuco, se encuentra en el sector La Cuchilla, al Este de la ciudad, provincia José Faustino Sánchez Carrión, departamento de La Libertad. Entre los años de 1988 a 1995 en la zona Sierra del departamento de La Libertad, el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso se hizo presente con mucha fuerza y peligro para los interés del Estado, en muchas zonas del departamento, los combatientes de dicho grupo Subversivo comenzó atacar a las Fuerzas de la Policía Nacional del Perú, derrotándolo por completo en una serie de emboscadas, por este motivo de manera apresurada se mandó construir el Fuerte Mayor "Santiago Zavala Galarreta" donde quedó establecido el personal de este batallón con el efectivo de 650 combatientes entre Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa Servicio Militar Obligatorio. El punto más alto del accionar Subversivo se lleva a cabo entre los años de 1990 a 1994; por ende, desde el Cuartel General del Ejército en Lima, el Comando del Ejército dispuso cambios de colocación extraordinario para el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales de diferentes armas. En los enfrentamiento con los subversivos el batallón siempre tuvo éxito, menciono algunos: En el mes de julio de 1991 una patrulla de la Base Contrasubversiva del distrito de Tayabamba se enfrenta a 200 combatientes de PCP- Sendero Luminoso en el caserío de Asia en el distrito de Buldibuyo, con el resultado de 38 muerto en las filas subversivas y un muerto de la patrulla del teniente Rivera. En el mes de febrero de 1992 una patrulla del ejercito de la Base Contrasubversivo de la Mina Marsa, apoyado con el personal de la DINOES de la policía se enfrenta a 150 combatientes de PCP- Sendero Luminoso en el distrito de Chilia con el resultado de 68 muertos en las filas subversivas. En el mes de julio de 1993 la patrulla del subteniente López Palomino y la patrulla "Huascaran" bajo mi comando perseguimos desde el distrito de Ongon hasta Tayabamba a 120 combatientes del PCP-Sendero Luminoso al mando del "camarada" Gerardo, en todo momento los subversivos eludieron combate. En el mes de abril de 1993 en Frailones una columna subversiva del PCP-Sendero Luminoso embosca a la patrulla de la policía apoyado con personal del Ejército con el resultado de 18 muertos de la policía, tres soldados del ejercito y un civil, en total pierden la vida 22 personas . En aquellos años en las diferentes zonas hubo muchos enfrentamientos y emboscadas, pero los mencionados fueron de mayor relevancia. En este batallón trabajé desde 01 de Julio de 1992 hasta el 28 de febrero de 1994. 


Purrumpampa Huamachuco.- Durante mi permanecía en el Batallón Contrasubversivo N° 323, como oficial de guardia, sentado en una de las rusticas bancas, me ponía a pensar en aquella historia trágica ocurrido en el distrito de Huamachuco el martes 10 de julio de 1883; el cerro Santa Bárbara, el cerro Cuyulga y el cerro Sazón, ante mis ojos anochecía y amanecía guardando sus sagrados secretos como eternos testigos de la derrota peruana. La llanura de Purrumpampa día tras día me hacía pensar en el repase de los soldados chilenos que aplicaron contra los heridos, prisioneros y rendidos peruanos. En esta inmensa llanura el alma del soldado Lorenzo Yupanqui Berríos del Batallón Tarma, aún permanece impregnado, gritando con furia sobre el frío campo con su uniforme de bayeta y poncho de lana en la cintura, persiguiendo al “roto” invasor por las faldas del cerro Sazón, sin municiones y sin bayoneta, cayó herido, peleando a culatazos; luego repasado, él fue uno de los soldados que cumplió con el juramento en la llanura de Tres Ríos el 7 de julio de 1883, de pelear hasta vencer o morir. El soldado Lorenzo Yupanqui Berríos, representa al soldado desconocido, uno de los héroes olvidados de todo el país, el civil que tomó las armas para hacerse soldado y defender a la patria en peligro, el soldado que, lamentablemente, muchos libros de Historia lo ignoran por completo. La llanura de Purrumpampa, es un lugar de alto valor histórico que nadie cuida ni protege, muchas veces caminé sobre sus pastos de gran verdor en las épocas de invierno tratando de buscar explicaciones de los secretos que guarda este santuario. Purrumpampa, conocido por todos simplemente como la pampa, el cual es una  inmensa huella geológica de una milenaria laguna, en cuyas orillas se asentaron los primeros habitantes de Huamachuco. Como es de conocimiento general, en este espacio pantanoso, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el Ejército del Centro al mando del General Cáceres, combatió contras las fuerzas invasoras de Chile al mando del coronel Alejandro Gorostiaga, en esta inmensa llanura muchos heridos y prisioneros peruanos fueron rematados en el famoso "repase" que aplicaron los soldados chilenos. En Huamachuco perdieron la vida en el campo de batalla mas de mil hombres, los sobrevivientes, dispersos, marcharon en diferentes direcciones, no sometiéndose ninguno al enemigo que en vano pretendió su capitulación, ofreciendo no sólo garantías, sino aun recompensas. Muchos de ellos permanecieron ocultos a la espera de que el General Cáceres organizara el nuevo Ejército de la Resistencia Nacional. Contra lo que supusieron los chilenos e iglesistas, Huamachuco no fue el fin de la Breña, sino todo lo contrario. El sacrificio de los que batallaron y se inmolaron en día martes 10 de julio de 1883 marcó la senda para que se multiplique la resistencia a nivel nacional, salvo Lima, capital, que se encontraba en poder de mando chileno, Arequipa y Puno en poder del traidor Montero.

La llanura de Purrumpampa, es el campo santo altar de la Patria, donde el país pagó los afanes de la traición e incomprensión de muchos traidores peruanos; pero también es el campo del heroísmo, cuyo ejemplo se proyecta en la historia para lograr la unión para la grandeza del Perú. La batalla de Huamachuco, fue una demostración de patriotismo, arrojo y valor de nuestros combatientes, civiles guerrilleros algunos armados con fusiles otros armados con rejones, atacaron a los invasores empujando hacia sus trincheras en el Sazón, estando en la retirada los chilenos al observar que el ataque peruano perdía fuerza, volvió a envalentonarse y reorganizado cargó a la bayoneta, realizando un feroz contra ataque, atacando a unas fuerzas armados con fusiles viejos, sin municiones y sin bayonetas para su defensa. En Huamachuco faltó fusiles, municiones y bayonetas, lo que no faltó fueron los traidores pertenecientes a la clase dominante, que en esta etapa de la guerra comenzaron a colaborar como aliado de las fuerzas chilenas. En aquellos momentos difíciles para la patria, la clase política nacional se disputaba el puesto de la presidencia, por otro lado los traidores hacendados y grades comerciantes cuidaban sus propiedades con total avaricia, negándose a colaborar con las fuerzas patriotas, incluso participaron junto con los sanguinarios chilenos en el “repase” de soldados indígenas peruanos. Durante la permanencia de las Tropas chilenas en Huamachuco, los comerciantes pro iglesistas abastecían con provisiones a las tropas del invasor parapetados en el inexpugnable cerro Sazón y otros traidores escaparon en ves de apoyar a las fuerzas patriotas. En esta etapa de la guerra, muchos oficiales peruanos traidores colaboraron con los chilenos como el caso del General Miguel Iglesias Pino, coronel Luis Milón Duarte, coronel Manuel Encarnación Vento, coronel Relayse, coronel Ramón Iglesias, coronel Lorenzo Iglesias, coronel Segundo Leyva, etc. El contralmirante Lizardo Montero escapó a Bolivia dejando en Arequipa 8 mil fusiles, dos millones de balas, caballos, entre otras cosas que hubiera servido al General Cáceres durante la Campaña de la Breña. Las damas de la alta sociedad, principalmente la limeña tomaban té cómodamente sentadas y otras también eran amantes de los oficiales chilenos, mientras las mujeres indígenas del ande enterraban a sus esposos en los campos de batalla. La batalla de Huamachuco es el último episodio de aquella gloriosa Campaña de la Breña, que empezó en el Centro del Perú en el mes de febrero de 1881. La historia sirve para esto, para analizar los hechos históricos y no sólo para recordarlos sin ningún sentido.

Teniente Coronel de Infantería Riki Santos Román Comandante del Batallón Contrasubversivo "Coronel Oscar de la Barrera" N° 323 Huamachuco 1992.Oficial nacido en el distrito de Chorrillos el 17 de agosto de 1953, alto, fornido y buen deportista, como Comandante de Unidad llegó a tener éxitos en las Operaciones Contrasubversivos, quien para mantenernos contentos y cohesionados para el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, proporcionaba rancho gratis y cada 15 días había reuniones de camaradería, donde no faltaba parrilladas, polladas y licores de todo tipo, todo era gratis, así  de esta manera este comandante compartía sus “cutras” para evitar la desafección de su personal, pues el dinero de los diversos robos era asombroso, este comandante no pagó a nadie el dinero por permanencia en la Zona de Emergencia; en aquellos tiempos este dinero extra, fuera de la planilla, se pagaba a todo el personal que luchaba contra los subversivos, era un dinero tipo bono. En una oportunidad yo me apersoné a la tesorería para recibir mi sueldo, en ese momento el Comandante le llamó al Teniente Castañeda, tesorero de la Unidad de seudónimo “Pantro”, como este oficial se demoraba, comencé a verificar sus documentos y hallé el Oficio Nº 395 SECO – 32ª División de Infantería de Trujillo, que textualmente decía: “ Se remite el cheque Nº 54972901 del 18 de agosto de 1993 por la cantidad de Once mil quinientos cincuenta y dos soles con  sesenta y cuatro céntimos (S/11,552.64), como concepto de pago de bienestar del personal militar, firmado en Trujillo el 18 de agosto de 1993, para el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales destinaron la suma de (S/ 4,760.64), en mi condición de Suboficial a mi me correspondía la suma de S/ 43.20 nuevos soles por mes, para los Técnicos la suma de S/51.84 nuevos  soles por mes y para los Oficiales la suma de S/ 73.44 soles por mes y para el personal de Tropa SMO la suma de S/.25.00 nuevos soles por mes; para el personal de tropas remitieron la suma de: (S/ 6,792.00), todo este dinero era una de las tantas “cutras” del mencionado Comandante de Unidad, muy aparte de las “cutras por combustible, mantenimiento y Convenio Minero, en aquellos tiempos el personal militar daba seguridad a las minas de Marsa y Retamas, por este convenio minero al personal de Oficiales le correspondía la suma de S/120.00 nuevos soles por mes, al personal Técnicos la suma de S/.80.00 nuevos soles por mes y al personal de Suboficiales la suma de S/70.00 nuevos soles por mes, este concepto también le correspondía al personal de Tropa SMO de acuerdo al grado, todo el dinero se lo llevó el mencionado comandante en complicidad con el General de Brigada Comandante General de la 32ª División de Infantería de Trujillo, General EP Ismael Cornejo Alvarado, conocido como el "feo"

El comandante San Roman, por lo menos nos brindó rancho gratis y reuniones gratis, otros son peores, se lo llevan todo el robo y nadie les dice nada, haber quien se enfrentaría a este tipo de corrupción en el Ejército peruano si en esto están metidos los mismos Generales, si por ahí reclamas o protestas prácticamente sales perdiendo, es decir todos te buscan la sin razón, te dan la espalda y al final se vengan con la nota del fin de año y si denuncias sufres hostigamiento laboral, te intimidan en las inspectorías, hasta podrías ser asesinado. 


El comandante Riki Santos Roman se la daba de mujeriego, le sacandole la vuelta a su esposa con una mujerzuela de Huamachuco, prostituta cachaquera que pasaba de mano en mano, mujer que no valía la pena, con esta mujer se relevaron todos los comandantes que pasaron por este batallón, para este tipo de puteríos el Estado les dota con un vehículo a los Comandantes de Unidad, pero también era un tipo peleador callejero, muchas veces a los policías faltosos les pegábamos en las discotecas y en el club San Francisco. 


En un batallón la prioridad número uno es el rancho, si la alimentación para la Tropa y para el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales marcha bien, todos están felices y contentos, así este Jefe se ganó el apreció de todo su personal, hubo parrilladas, polladas y canastas navideña, todo fue gratis, con esto no estoy justificando la gran corrupción que hubo en este Batallón; claro, si nos paramos dentro de la honestidad, transparencia y honradez, este Comandante de Unidad fue un gran ladrón, en complicidad con el General de Brigada EP Ismael Cornejo Alvarado, conocido como el "feo" Comangral de la 32va División de Infantería de Trujillo.


En el mes de Junio de 1992, en el distrito de Quiruvilca, provincia de Santiago de Chuco, en las alturas, en una mina abandonada, participan dos patrullas del Ejército procedentes de Huamachuco, comandado por el capitán de Infantería de apellido Miguel, con seudónimo "chinchinela” con 30 hombres de Tropa y la otra patrulla del Ejército al mando del capitán de infantería Sánchez con el seudónimo “águila” al mando de 30 hombres de Tropa, en total sesentaidos (62) hombres, entre oficiales y personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio, este personal militar asesinó a tres combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, entre ellos había una mujer subversiva de nacionalidad Norte Americana, una joven estudiante de pedagogía de Huamachuco y un campesino de la zona abastecedor de víveres que fue capturado en la puna cuando se trasladaba montado en un caballo y con provisiones cargados en el otros, este campesino fue intervenido de casualidad, a quien bajo amenaza de muerte le interrogaron y este declaro ser parte del grupo subversivo y que cumplía la función como abastecedor de provisiones y medicinas, justamente este campesino guió a las patrullas donde se encontraba la gringa. 
La información de inteligencia daba cuenta que en las minas abandonadas en las alturas del distrito de Quiruvilca, en Santiago de Chuco, sobre los 4500 masnm, existía aproximadamente 30 combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, que entre sus integrantes había una mujer de nacionalidad estadounidense, pero aquel día el grupo subversivo no fue hallado, solamente se había quedado la “gringa” por tener heridas en los pies y su asistente una joven huamachuquina. La tropa trujillano y chimbotano en su mayoría me comentaba diciendo lo siguiente: Dijeron, "El indio nos llevó hacía el campamento de los “terrucos”, cuando llegamos a las inmediaciones se percataron de nuestra presencia, como se encontraban en la parte alta, comenzaron a dispar, resistieron bien, por más de una hora aguantaron el ataque nuestro, la mujer estadounidense salía disparando con dos fusiles AKM una en cada mano y en ráfaga, mientras la estudiante humachuquina lanzaba dinamitas en tarros de leche, ante tanta resistencia por más de una hora, nos silenciamos, mientras, los capitanes coordinaron y luego dispararon una granada con el lanzacohete RPG en la boca del túnel, con este disparo se rindieron totalmente, la joven huamachuquina salió con los brazos en alto, y procedimos a subir, a la “gringa” la encontramos tendida con la columna destrozada, ella aún estaba con vida, en un rincón del túnel la tropa inmediatamente le bajó el pantalón y procedieron a violarla sexualmente hasta dejarla muerta, y la joven huamachuquina quedó capturada. En el mismo lugar los oficiales interrogaron a la joven prisionera hasta las 11 de la noche, en esas horas, ella sin presagiar su muerte cantó varios temas de huayno; luego también comenzamos a violarla, toda la noche la tropa repetidas veces la violó sexualmente, absolutamente todos participaron; en seguida, siendo las cinco de la mañana primero le cortaron el cuello al campesino abastecedor de provisiones y medicina y a la chica con una pistola le dieron un tiro en la cabeza, los tres cuerpos fueron enterrados en la misma mina abandonada en las alturas del distrito de Quiruvilca”. Este fue la versión de la mayoría de la Tropa que participaron como parte de la patrulla “Águila”. En uno de los almacenes de la companía "C" del Batallón, almacenaron todo lo incautado de los terroristas, yo encontré dos costales conteniendo trapos rojos pintados con la hoz y el martillo, latas con dinamita y abundante mecha lenta, sogas para caballo y cuatro radios portátiles, a los receptores transmisores portátil en mi condición de mecánico de comunicaciones lo reparé y puse al servicio de la guardia.

En los primeros días del mes de Agosto de 1992, antes de la fiesta patronal en honor a la Virgen de Alta Gracia, patrona del distrito de Huamachuco; desde el G-2 de la 32ª División de Infantería acantonado en la ciudad de la "Eterna Primavera" Trujillo, enviaron un sobre de clasificación secreto para el S-2 (Oficial de Inteligencia) del Batallón, a lo que tuve acceso, el sobre manila contenía una relación con nombres y apellidos de supuestos integrantes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, por ende ordenaron realizar un operativo a gran escala, con 62 hombres bien armados, divididos en dos patrullas, cada patrulla de 31 hombres comandados por oficiales con el grado de mayor. Una noche, en varios vehículos de apoyo de combate las patrullas salen del cuartel y se dirigen a las zonas de Santiago de Chuco, Angasmarca y alrededores, donde la primera patrulla al mando del mayor del Ejército de apellido Mayor, cometió violación a los derechos humanos, de este problema se enteró la prensa y la Cruz Roja, el Jefe de la Patrulla, el segundo jefe de patrulla y el Técnico de Inteligencia fueron puestos a disposición del Comando de la 32ª División de Infantería de Trujillo y dados de baja del servicio activo del Ejército, el mayor de infantería de apellido Mayor a quien le conocí en el Batallón de Infantería “Glorioso Ayacucho” N° 3 de Lobitos, el Subteniente de Material de Guerra de apellido Atuncar con quien trabajé en el Regimiento de Servicios N° 51 de la 1ra División de Caballería en Sullana y el otro era un Técnico de Inteligencia enviado desde Trujillo solamente para este operativo, para este personal algunos decían que les habían dado de baja, otros decían que el Ejército les protegía con otro nombre y apellido, lo cierto es que desaparecieron de Huamachuco, la patrulla de este personal que menciono asesinó a una mujer en estado de gestación con 8 meses y a su menor hijo de 5 años, además asesinaron a 17 campesinos. La segunda patrulla al mando del mayor de infantería de apellido Dávila de seudónimo “Duma” retornó sin novedad, con él no hubo problemas. En el operativo también participó un helicóptero MI 8 del Ejército, el día que llegó la nave con los prisioneros yo estuve de servicio de guardia en la puerta principal del cuartel, al medio día hicieron llegar a nueve (09) jóvenes prisioneros con las manos bien amarrados hacia atrás y lo depositaron en el calabozo bajo mi custodia, dentro del calabozo también le amarraron los pies y dejaron tendidos como si fueran sacos de papa sobre el piso de tierra completamente húmedo, en la noche al ver este triste sufrimiento en este grupo de humanos me compadecí de ellos, con dos de ellos llegué a conversar, quienes me dijeron que eran jóvenes estudiantes y totalmente inocentes, les coloqué debajo del cuerpo unos cartones y pellejos de carnero que me prestó una señora campesina que vivía al frente del cuartel, quien era mi “cacerita” porque siempre me preparaba mi caldo de cabeza de carnero, en las noches el frió de Huamachuco no es poca cosa, hasta se puede morir de hipotermia, pero así amanecieron echados de costado y juntos. Durante su permanecía en el cuartel los detenidos no probaron alimentos, al día siguiente siendo las 13:00 horas aproximadamente, una tarde soleada, les sacaron del calabozo y lo llevaron al pequeño helipuerto y les subieron al helicóptero MI 8, dos oficiales y dos suboficiales llevaron fusiles, palas y picos, es por eso que presumo que por las alturas les habrían asesinado y enterrado los cuerpos para siempre, siendo las 15:00 horas el helicóptero retornó sin novedad y permanecía en el cuartel para cualquier emergencia.

En los meses de julio a diciembre de 1992, durante mi permanencia en este Batallón aparte de mis funciones en la especialidad de M.C.E, jefe de patrulla y otros, también según rol establecido por el (S-1) oficial de personal, me nombraron para cumplir funciones como oficial de guardia en la puerta principal del cuartel y también como oficial de día por la Companía Comando y Servicios. En una oportunidad como oficial de guardia entrante, como parte de relevo recibí a un campesino autóctono de 40 años de edad, depositado en el calabozo como prisionero, él había sido capturado en la zona del caserío de Convento, este campesino vestía (pantalón de bayeta, camisa, casaca y sombrero) de lana de oveja tejido de manera artesanal y en ves de zapatos utilizaba ojotas de jebe, desde la fecha que me relevé este campesino permaneció como depositado en el calabozo por lapso de varios meses, él estaba considerado como uno de los presuntos subversivos que participó en el ataque al campamento militar en el caserío de Convento que pertenecía a la Companía "A" Ingeniería acantonado en el caserío de "El Pallar", en el campamento militar de ingeniería 30 subversivos dinamitaron todas las maquinarias, vehículos, incendiaron la cuadra de tropa, la cocina de tropa. En el calabozo, por orden el Oficial de Inteligencia (S-2) lo mantenían amarrado los pies y las manos, pobre hombre permaneció varios meses así en esas condiciones, solamente para pasar sus alimentos el personal de tropa le soltaba la soga que amarraba sus manos, este campesino había sido adoctrinado hasta el tuétano por los subversivos, quien cada vez que finalizaba de pasar rancho (alimentos), daba vivas al PCP Sendero Luminoso, decía las siguientes frases: “Carajo, con Sendero Luminoso hasta la muerte”. Este campesino permaneció como depositado por lapso de tres meses, muchas veces me había relevado con él, muchos servicios lo pasé custodiando día y noche a este humilde campesino del ande, finalizado mi servicio yo me retiraba y él se quedaba en el calabozo sentado sobre un pellejo de carnero que en algo le protegía del intenso frió que emanaba el piso de tierra húmeda; algunos oficiales de guardia le decían " terruco de mierda, indio de mierda por cuidarte toda la noche no puedo darme ni una pestañada"; así pasé los meses de julio a diciembre del año 1992, cumpliendo servicios en el cuartel y patrullando a pie en las altas punas por las altura del la Laguna del Toro, Quesquenda, la localidad de Tres Ríos y Frailones; un día nuevamente me nombraron como oficial de guardia, al hacerme cargo de del puesto, para iniciar el relevo me asomé al calabozo, recinto húmedo y oscuro, ya no lo hallé al humilde campesino, entonces me daba muchas corazonadas, entre mi decía ¿que habrá pasado con él?, cuando hice las indagaciones del caso, por ahí la tropa que trabajaba con el Oficial (S-2) me decían, que lo habían fondeado en la laguna de Sausacocha, pero no puedo afirmar la verdad de este caso.

Cuando llegué al Batallón Contrasubversivo N° 323 en el mes de julio de 1992, a un costado del alojamiento del personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, había un almacén de recuperación de todos los Servicios Logísticos, construcción rustico con paredes de adobe y con techo de calamina, además servía como calabozo para las subversivas capturadas. Dentro de este almacén desde el mes de enero de 1992 hasta el mes de febrero de 1993, durante catorce meses consecutivos permaneció como prisionera una campesina pollerona de 30 años de edad, ella vestía una pollera de color rojo tejido con hilos de lana de oveja, en vez de zapatos tenia puesto un par de ojotas de jebe de llanta de camiones, a ella constantemente le cuidaba un soldado SMO, especialmente adiestrado por el capitán de inteligencia (S-2). Pocas veces que la vi fuera de su cautiverio, siempre quise entrevistarla, pero el soldado de seguridad no me lo permitía, quien me amenazaba con informar inmediatamente al (Oficial de Inteligencia). Casi todo los días le sacaban a los Servicios Higiénicos, a veces también le sacaban para que tome un poco de sol, cuando esta prisionera se bañaba en el almacén a este calabozo solamente ingresaba el oficial de Inteligencia, capitán que lo conocíamos con el seudónimo "águila blanca".

El día 01 de marzo de 1993, fecha en que viajé a la Base Contrasubversiva del distrito de Tayabamba, provincia de Pataz, como relevo, a esta prisionera la dejé en el cuartel y depositada en el calabozo, cuando regresé del distrito de Tayabamba al Puesto de Comando de Huamachuco el 30 de Agosto de 1993 ya no la encontré, no sé cuál habría sido su final. ¿Los cuatro caballos?, animales raquíticos "chuscos", todos de baja estatura, según los comentarios había sido de esta campesina, como en el cuartel había abundante pasto natural los animales se acostumbraron y estaban gorditos, trotaban de un lado a otro y se correteaban tratando de aparearse, pues había dos yeguas y dos caballos, pero una noche misteriosamente estos animales se desaparecieron, todos le echaban la culpa al Técnico de 2da mecánico de comunicaciones Julio Cayo Atayupanqui, así de manera misteriosa desaparecieron los animales.
 
Servicio de guardia para el personal de Tropa.- En aquellos tiempos el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio (TSMO), nombrado por el S-1 (Oficial de personal) para el servicio de guardia, cumplía funciones como centinelas en todo el perímetro del cuartel, el servicio duraba las 24 horas, este personal se relevaba cada tres horas. En las noches, en los diferentes puestos de vigilancia el personal permanecía con prendas totalmente inadecuadas, en su mayoría no tenían capotines ni frazadas, en esta zona el frió del "verano serrano" entre los meses de junio, julio y agosto es intenso, en el mes de setiembre empieza el "invierno serrano" y la lluvia es constante durante 8 meses consecutivos, es decir hasta el mes de mayo del año entrante, permanecer de servicio con el clima tan adverso es solo para los hombres del Ejército peruano, por la total indiferencia de los Comandos y de la clase política que nos gobernó en aquellos tiempos, en estas zonas de alto friaje permanecimos sin capotines y con frazadas viejas. Como es de conocimiento general, en la llanura de lado Este de Purrumpampa, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el Ejército del Centro al mando del General Cáceres se enfrentó a las Tropas de Chile al mando del coronel Alejandro Gorostiaga, la batalla se llevó a cabo el día martes 10 de julio de 1883, donde murieron muchos soldados de ambos bandos, en estas inmensas pampas muchos prisioneros y heridos peruanos fueron rematados en el famoso repase, justamente los torreones rústicos hechos de adobe y con techos de calamina se encontraban en lugares y sectores muy oscuros, muchos soldados me comentaban que cosas extrañas se les presentaba dentro de la oscuridad en forma de sombras y cuando les ganaba el sueño sobre todo durante las horas del segundo y tercer turno les daba pesadillas, pues en sus sueños se les presentaban personas ensangrentadas gritando de mucho mucho dolor y pidiendo auxilio, especialmente en los torreones N° 7, 8, 9 y 10, a estos torreones los soldados no querían ir solos, se rehusaban totalmente, siempre solicitaban ir en parejas, cuando les exigía con rigor me decían, "mi suboficial en esos lugares penan mucho se escucha quejidos de dolor y aparecen sombras".  

La historia del Alférez de Caballería José Soto:- Este oficial subalterno dicen que era hijo de un General del Ejército, que por cosas de la vida militar llegó a laborar en el batallón Contrasubversivo N° 323 del distrito de Huamachuco, provincia José Faustino Sánchez Carrión, departamento de La Libertad, a este oficial subalterno lo conocí en los primeros meses del año 1992 en la Primera Brigada de Caballería, provincia de Sullana, departamento de Piura (RMN); era un joven alto con apariencia de modelo, así como se ven a los jóvenes de "cabeza vacía" que abunda en los programas de la televisión peruana basura como "Esto es Guerra" y "Combate", pero para ser un buen soldado no se necesita una buena pinta ni buena estatura, para este oficial su señora madre abogó ante el señor comandante para que no le envíen a una Base Contrasubversiva y además para que no lo nombren para los patrullajes; por ende, siempre permanecía en el cuartel, cumpliendo solamente funciones administrativas y servicios de capitán de día, ni siquiera le nombraban como oficial de guardia que es una función mas exigente y agotador. Un día en la hora de lista el capitán Víctor Azalde le sugirió al señor Comandante de Unidad para que el alférez Soto sea nombrado como jefe de una patrulla, eso fue casi a los finales del mes de noviembre de 1992, pero el Comandante dijo: " Yo, no quiero tener problemas, él es hijo de un señor General, la señora madre de este oficial me llama todos los días preguntando por su hijo, me ha suplicado, no puedo enviarlo a una base y mucho menos como jefe de una patrulla". Así pasaron los meses de julio a diciembre, en esos días él mismo alférez se había presentado donde el comandante del batallón pidiendo ser enviado de patrulla, porque ya le habían comunicado que con fecha uno de enero de 1993 salía cambiado de colocación a la guarnición de Lima, y como es normal él se sentía frustrado porque nunca había salido de patrulla y le dijo al Comandante: " Mi Comandante pronto me iré a la guarnición de Lima y que le voy a contar a mis familiares, promociones y amigos de mi permanencia en un Batallón Contrasubversivo, si nunca me enviaron de patrulla", ante su pedido el Comandante San Roman como para complacer su pedido le envió de patrulla por las zonas del distrito de Curgos y distrito de Sarin, pero como adjunto del subteniente de infantería Costa Gallegos y experimentados 30 hombres de Tropa Servicio Militar obligatorio, a este personal personalmente lo trasladé en vehículos Unimog hasta el distrito de Curgos, ellos llevaron para comunicarse un equipo de radio de alta frecuencia (HF) Thomson TRC 340. En la plaza de armas del distrito de Curgos los desembarqué y retorné al cuartel. La patrulla se desplazó a pie por las alturas del distrito de Curgos y distrito de Sarin por lapso de cinco días, cuando retornaron el personal de tropa me informó lo siguiente: Dijeron, "Mi suboficial, el alférez Soto es una desgracia, a él teníamos que cuidar en todo el recorrido caminado a su paso porque no podía avanzar en las alturas, el primer día permaneció de hambre todo el día, el segundo día probó un poco de comida que nos invitaron los campesinos, usted sabe que el campesino nos brinda lo que tiene, principalmente papa sancochado con ají, oca sancochado, sopa de papa, sopa de trigo, nada más, pero él nada que ver con este tipo de comidas, por ahí ha sobrevivido en base a gaseosa y galletas que hacia cargar a la tropa". Oficiales costeños que he conocido, en su mayoría son flojos para los patrullajes fuertes, sobre todo en las punas, ellos son bravos en el cuartel nada mas, ellos son puro floro, muchos oficiales de grados de subteniente y tenientes con quienes laboré en los batallones contrasubversivos acantonados en las zonas de la Sierra y Selva, ahora son pues Coroneles y Generales expertos en escritorio. 

Patrullaje Contrasubversivo en la zona de Quesquenda "Laguna el Toro".- Muchas veces permanecí con mi patrulla entre las zonas de frió intenso de Quesquenda y Frailones, sobre los 4000 metros de altura sobre nivel del mar, y uno de ellos fue en el mes de noviembre de 1993. En el ande liberteño la temporada de lluvia se hizo presente con mucha fuerza, normalmente el cerro Huaylillas y el cerro Cuyulga permanecían cubierto de nevada y neblina.  

El 27 de noviembre, es una fecha inolvidable para los hombres de la gloriosa infantería del Perú, esta fecha tan importante no podía pasar por alto; por ende, el comandante ordenó organizar una ceremonia en la plaza de armas. 

El 26 en la tarde recibí la orden para salir de patrulla en las primeras horas de la mañana del día 27; por ende, siendo las 05:30 horas comencé a organizar la patrulla de 21 hombres con el personal de Tropa de la Companía "C". Recuerdo que un sargento 2do de apellido Mantilla por "relajado" como castigo había sido destacado desde el Batallón de Servicios N° 32 del cuartel Ramón Zavala de Trujillo al Batallón Contrasubversivo N° 323 de Huamachuco. Aquella mañana el patio de armas amaneció con abundante agua como consecuencia de la intensa lluvia de la madrugada y el cielo permanecía nublado con ligera llovizna, en esas circunstancia se me presenta el sargento Mantilla, en ese momento él muy entusiasta se ofreció integrar la patrulla, accedí a su petición. Formado el personal de la patrulla, cuando me dirigía a la oficina del mayor Manuel Dávila jefe de operaciones (S-3) para darle cuenta que ya estábamos listos para salir, el capitán jefe de línea para el desfile por el día de la infantería me comunica de la contra orden; ergo, se pospone mi salida hasta finalizado la ceremonia en la Plaza de Armas donde participé en el desfile como jefe de la primera sección. 

Después del desfile en la plaza de armas del distrito de Huamachuco, una mañana casi nublado, siendo las 11:00 horas abandonamos el cuartel, nuestro destino fue la zona de Quesquenda, por las alturas de la laguna "El Toro". Saliendo del cuartel, como siempre recorrimos por toda la avenida 10 de julio, en este recorrido inicial el sargento Mantilla iba sonriente y contando chistes, además le fastidiaba a sus promocionales de Huamachuco con palabras como: "serranos come mote, serranos come cancha, etc", luego pasamos por la plaza de armas, puerta de la discoteca Aruba y pasando el puente sobre el río Grande, el mencionado sargento costeño ya se iba apagando, el fusil FAL puesto con la cacerina abastecida, la fornitura, mas las cuatro cacerinas abastecidas en las cananas y sobre la espalda la mochila con los 200 cartuchos de reserva, el capotin y la frazada le había agotado por completo. 

En aquellos tiempos de enfrentamientos contra las huestes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, el personal de Tropa estaba acostumbrado a las caminatas a largas distancias, soportaba los rigores de la vida extrema en los patrullajes en las altas punas; siempre nos desplazábamos a paso largo, en esas circunstancias cuando ya estábamos en el camino por las inmediaciones de la central eléctrica de Yamobamba, él sargento "burlón" se sentó y se ponía pálido, me decía: "mi suboficial me falta aire, mi suboficial me falta aire" y no se movía para nada, en ese momento entre mi dije ¿qué hago con este pobre huevon?, en el acto le quité el fusil, todas las cacerinas, las municiones y le ordené que se regrese al cuartel, no me interesó si se desertaba. 
 
El Oficial de Inteligencia (S-2) del Batallón, diariamente reunía diversas informaciones de los transportistas de la ruta Trujillo, Huamachuco, Tayabamba y otros, sobre la presencia de grupos armados de combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso que permanecían ocultos en las partes altas del sector Quesquenda y Frailones. Según la información a partir de las 12 de la noche los subversivos bajaban a la carretera para pedir cupo a los camioneros y chóferes de buses interprovincial, nos decían que los "tucos" en su mayoría portaban fusiles AKM y para asustar a los transportistas y pasajeros tenían en la mano un cartucho de dinamita con su mecha lenta, si alguien se rehusaba a colaborar, colocaban el artefacto (cartucho de dinamita) debajo del vehículo con la intención de dinamitarlo. Ante esta información la patrulla "Huascarán" de 20 hombres de Tropa SMO bajo mi comando se desplazó a esta zona, siempre a pie para evitar las emboscadas. A paso largo pasamos por las zonas de Yamobamba y trepamos como si nada por el sector del caserío la Ramada, no había cansancio ni hambre en esta inhóspita puna.

Llegando a la zona de Frailones todo el recorrido es casi en terreno llano, salvo algunos cerros de mediana altura. En Quesquenda permanecíamos en las partes altas de los cerros, camuflados entre las piedras, los ichus y el pasto verde del ande; muchas veces bajo lluvia, sentados en puntos estratégicos, con nuestras presencia se garantizaba el libre transito de los vehículos que se desplazaban por la llanura y sinuosas curvas, mientras algunos soldados dormían para recuperar las horas de sueño perdido en el patrulla nocturno. En horas de la tarde a partir del medio día los camioneros procedentes de Huamachuco ya van subiendo con sus cargas de papa, a estos camioneros le paramos y le pedíamos colaboración, cada camionero nos regalaba un saco de papa, a veces reuníamos hasta cinco sacos de papa y oca; por ende, la papa y la oca era nuestro alimento de todos los días, estos productos la tropa lo trasladaba hasta la choza de los campesinos ganaderos, ahí lo sancochaban, papa con ají era nuestro desayuno, almuerzo y cena.

La patrulla "Huascaran" de 21 hombres bajo mi comando normalmente permanecía siete días en estos  inhóspitos lugares, siempre móvil, patrullando en la carretera día y noche, por estos patrullajes nunca recibimos viáticos ni raciones de campaña, no había bolsón de primeros auxilios. En las noches pernoctamos en las chozas de los campesinos ganaderos soportando un frió infernal, no era poca cosa, en estas situaciones de vida extrema, en algo cubría nuestro cuerpo el capotin de campaña y una frazada vieja. 

Durante el repliegue siempre tienes que emplear el engaño, si el repliegue es de día tienes que utilizar otro camino, el enemigo no debe saber por donde vas a regresar, si el repliegue es de noche analizando la situación utiliza la misma ruta, caso contrario corres el riesgo de ser emboscado. De los patrullajes que participé en aquellos tiempos en el sector de Huamachuco son testigos eternos el histórico cerro Huaylillas, el camino Inca la Escalerilla, cerro Cuyulga, el cerro Sazón, la llanura de Purrumpampa, caserío "El Pallar", el distrito de Chugay. Durante mi permanecía en el departamento de La Libertad participé en los patrullajes contrasubversivos en los sectores de responsabilidad de la provincia José Faustino Sánchez Carrión y en la provincia de Pataz. 

En el año de 1993 para finalizar el último patrullaje de estas zonas, recuerdo que una noche entera bien oscura nos replegamos a pie desde las alturas de la laguna "El Toro" hasta el cuartel. Bajo el silencio de la noche, bajamos por el sector  de Frailones, La Ramada, la Arenilla y luego proseguimos la marcha por la carretera en la llanura de Yamobamba. Siendo las 05:00 horas la patrulla "Huascaran" retornaba por el mismo itinerario de siempre, la plaza de armas y el inolvidable y larga avenida 10 de Julio. Nuestras botas estaba cubierto de barro, la chompa verde tipo Jorge Chávez y el pasamontañas verde totalmente humedecidos. Durante los patrullajes en estas zonas nunca encontré terrucos ni delincuentes comunes, pues en aquellos tiempos sin mediar palabras le metíamos bala a todos los indeseables; ergo, ante la presencia de las patrullas del ejército todos se escondían.  

La llegada del señor Teniente Coronel de Infantería Jorge Agreda Vargas 1993.- , En aquellos tiempos que Fujimori y Vladimiro Montesinos Torres, manejaban a las Fuerzas Armadas del Perú a su mejor parecer, en esas circunstancias en los primeros días del mes de enero de 1993 llegó como Comandante de Unidad el señor Teniente Coronel de Infantería (huamachuquino) Jorge Agreda Vargas , identificado con carnet N° (0-216107655-0), quién permaneció como Comandante del  Batallón Contrasubversivo Nº 323, solamente por el lapso de un mes, luego fue relevado del cargo, regresando a la ciudad de Lima.       

Batallón Contrasubversivo "Coronel Oscar de la Barrera" N° 323 Huamachuco 1993. 

El dos de Febrero de 1993, una tarde nublado con ligera llovizna, cuando el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales se encontraban jugando fulbito, de sorpresa ingresó por la guardia de prevención un oficial superior y venía como relevo del Comandante Jorge Agreda Vargas. Este oficial se llamaba el Teniente Coronel de Infantería Manuel León, un oficial de tez blanca, usaba bigotes, quién desde su llegada tuvo como su amante preferida a la hija mayor de 19 años de edad del Tco2 MCE Julio Atayupanqui, este Técnico prácticamente le puso en “bandeja” a su hija “charapita” al mencionado comandante.

El Comandante tenía su alojamiento en el mismo cuartel a un costado de la comandancia, allí a la hija del Técnico Atayupanqui todas las noches la tenía como si fuera su mujer, en las mañanas con total normalidad el chofer del jefe (un sargento 1° reenganchado) la llevaba a la chica hasta su colegio y en las noches la hacía ingresar al cuartel donde ella dormía en la cama del comandante, ¿Qué ejemplo del comandante, no?, por el constante mal ejemplo, el comando de este comandante fue una desgracia para el prestigio del batallón. El Técnico de 2da Julio Atayupanqui, quién es natural de Cusco y su esposa era loretana, su hija mayor era de tez trigueña, alta y bien agraciada, quién aún cursaba quinto año se educación secundaria en el distrito de Huamachuco, pero también tenía otra hija de 17 años de tez blanca, pero no era tan movida como la otra. La amante preferida tampoco no le era tan fiel al comandante, pues cuando éste Oficial bajaba a la ciudad de Trujillo en comisión de servicio, ella aprovechaba la situación para acostarse con los tenientes y subtenientes, ella ingresaba en las noches al alojamiento de los oficiales y se retiraba en las horas de madrugada. Así pues este Técnico le entregó a su hija al Jefe y como recompensa manejaba toda la cantina de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa, además fue el oficial de rancho permanente de Oficiales y Tropa, en estos puestos se manejaba gran cantidad de dinero, a fin de año el mencionado Técnico fue el mejor calificado con nota de (96), nadie reclamó, nadie protestó.

El Técnico de 2da MCE Julio Atayupanqui, siempre se encontraba en la mira de todos, sobre todo del oficial de inteligencia (S-2), pero nadie le decía nada para evitar problemas con el comandante del Batallón, pues de por medio estaba la hija mayor, pero un día el capitán (S-2) Jorge Sánchez “águila” le agarró con todos los robos en un inmueble fuera del cuartel, se halló toneladas sacos de arroz, azúcar, avena, harina, fideos, cajas de atún, frazadas, uniformes, colchones, bandejas y otros, todo lo incautado como medio probatorio se llevó al centro del patio de formación, todo estaba ahí como si lo hubieran bajado de un convoy del Servicio de Intendencia. Descubrieron y recuperaron todo lo robado, pero al mencionado Técnico no le pasó nada, ni siquiera le pusieron un día de castigo de arresto simple, como premio lo enviaron como destacado a la Base Militar acantonado en la Mina de Marsa. En la Mina de Marsa, en las noches el personal del Ejército y de la Policía Nacional del Perú permanecían de seguridad en la puerta de los túneles para evitar el robo de minerales en bruto, que los mismos trabajadores a veces robaban. El personal militar y policial, controlaban el ingreso y salida de los trabajadores; pero a partir de las 12 de la noche ingresan los "parqueros" (persona civil ajeno a la mina que se dedica a robar minerales) en complicidad con los jefes de la Base Militar, estos civiles conocidos como los "parqueros" se encontraban matriculados en la Base, lo conformaban 35 hombres a veces hasta mas, este personal en las horas de la noche robaba mineral en bruto, normalmente por persona sacaban un saco, lo trasladaban a sus casas y durante el día lo molían 
en los molinos artesanales que tienen en sus caseríos, a veces si tenían suerte sacaban hasta cinco gramos, un gramo era destinado para sobornar al Jefe de la Base, así nuevamente regresaban a robar el mineral. En el mes de abril de 1993 el gramo de oro en Retamas costaba S/.25.00 soles. En las Bases Contrasubversivas de las minas Marsa y Retamas los Jefes "sin mover ni un dedo" recibían diariamente 35 gramos de oro, algunos que permanecieron en estas minas, las aprovecharon bien y otros se lo gastaron solo en cervezas y mujeres de mala vida que nunca faltan. 

En el cuartel de Huamachuco cerca al helipuerto existía un blader conteniendo cantidad de combustibles para el Helicóptero MI 8 fabricado en Rusia, este combustible es un kerosene blanco, dotación para funcionamiento de la mencionada nave durante el apoyo de las operaciones contrasubversivas. En aquellos tiempos este combustible era muy solicitado en los mercados de la localidad para hacer funcionar las cocinas convencionales de las "mamachas" que preparaban el rico caldo de cabeza de carnero y el guiso de carnero con arroz que la Tropa lo conocía como "desmonte". Este combustible, todas las noches, de manera subrepticia lo robaba el Técnico de 2da MCE Luís Salas Mendoza, conocido con el seudónimo "pico de oro" por la labia que se dominaba para convencer sobre todo a los incautos a fines a sus trabajos ilícitos, quien diariamente sacaba del cuartel dos bidones conteniendo este combustible y los fines de semana un cilindro completo, además hacía otros robos siempre en complicidad con el Oficial de Logística (S-4) el capitán de Infantería Armando Bolivar Macedo. En el año 1993, dos bidones llenos de kerosene blanco se vendía en el mercado de comidas a S/60.00 nuevos soles, y el cilindro completo a S/400.00 nuevos soles. En los años de 1992 y 1993 no había energía eléctrica permanente en el cuartel, y los mecánicos de comunicaciones para mantenimiento de los equipos de radio de Alta Frecuencia, Muy Alta Frecuencia, teléfonos y otros, acondicionamos un taller en la amplia casa del coronel de infantería Rebaza Armas que en aquellos tiempos era el Jefe de Estado Mayor de la 32va División de Infantería; por ende, al mando del Técnico Salas, todos los días, después de la Lista de Diana salíamos con dirección a la ciudad, llegando al citado inmueble se trabajaba cómodamente, es ahí que siendo las 11:00 horas en los momentos precisos cuando el estomago ya te pedía algo de refuerzo, el Técnico, mi superior inmediato le ordenaba al soldado José Ocas Raico para que compre en el mercado el rico ceviche de trucha, toda la compra se hacia justamente con el dinero de la venta de kerosene del helicóptero, en cinco oportunidades el mencionado Técnico me participó de este negocio ilícito y siempre me invitaba el rico ceviche por mi silencio, el encargado de sacar los bidones con kerosene en las noches y luego venderlos en el mercado era el soldado incondicional José Ocas, quien era uno de los secuaces del Técnico Salas. Con este dinero mal habido en las noches el mencionado Técnico se alardeaba de tener dinero en la discoteca Aruba y otros, donde él pagaba todo el consumo de licores para algunos oficiales de su entorno.

Permanecer por mucho tiempo en el Puesto de Comando del Batallón en el distrito de Huamachuco, bajo el comando del Teniente Coronel de Infantería Manuel León, a ningún Oficial, Técnico y Suboficial le convenía. Este Comandante de Unidad fue un gran ladrón y desleal con todos sus subordinados, el mencionado oficial durante todo el año 1993 mensualmente robó 
Once mil quinientos cincuenta y dos soles con sesenta y cuatro céntimos (S/11,552.64) por concepto de pago de bienestar del personal militar por permanencia en la Zona de Emergencia, era un pago en forma de bono. La suma de S/ 4,760.64, el Comando del Ejército lo destino para el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, a mi persona como suboficial me correspondía la suma de S/ 43.20 nuevos soles por mes, a los Técnicos la suma de S/51.84 nuevos  soles por mes y a los Oficiales la suma de S/ 73.44 soles por mes y para el personal de Tropa SMO la suma de S/.25.00 nuevos soles por mes, de la tropa mensualmente robó la suma de: (S/ 6,792.00), todo este dinero era una de las tantas “cutras” del mencionado Comandante de Unidad, muy aparte de las “cutras por combustible y mantenimiento. Por el Convenio Minero con las minas de Marsa y Retamas también hubo pago extra para todo el personal, por este convenio minero al personal de Oficiales le correspondía la suma de S/120.00 nuevos soles por mes, al personal Técnicos la suma de S/.80.00 nuevos soles por mes  y al personal de Suboficiales la suma de S/70.00 nuevos soles por mes, este concepto también le correspondía al personal de Tropa SMO de acuerdo al grado, todo el dinero se lo robó el mencionado Comandante de Batallón en complicidad con el General de Brigada General EP Ismael Cornejo Alvarado, conocido como "el feo" Comandante General de la 32ª División de Infantería de Trujillo, este General delincuente siempre visitaba a la Virgen de la Puerta en Otuzco para borrar sus pecados. Con el Comandante Manuel León Rocha, el rancho para el personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio fue muy miserable, ya no había rancho gratis para los Oficiales, Técnicos y Suboficiales, entonces de mi exiguo sueldo me descontaban la suma S/120.00 nuevos soles por derecho a rancho, evidentemente había malestar general que ya no se podía ocultar más, en las horas de lista al señor mayor ejecutivo Carlos Chumpitazi More, sobre todo los subalternos le reclamamos para que le diga al Comandante para que le ordené al tesorero para que nos  pagué por derecho a la Zona de Emergencia y Convenio Minero, pero este mayor también mas pensaba en sus galones y nunca accionó a favor de sus subalternos, con todo el dinero el Comandante miserable nos “cerro” a todos, nadie reclamó, nadie protestó y la rutina continuo igual, en el Ejército más vale permanecer con la boca cerrada para ser recompensado con buenas notas de calificación a fin de año, sobre todo el personal de oficiales hacen carrera en esas condiciones de total inmoralidad y que mas tarde por su silencio serán recompensados y llegaran al grado máximo de General.

El Oficial es muy difícil que presente un reclamo ante la superioridad, este tipo de atrevimientos será para que lo lapiden de los ascensos y otros beneficios, ellos más piensan en sus galones y también esperan con paciencia su turno para robar, pues para ellos por si solo todo esto les llegará en su momento, es por eso que hasta en las peores situaciones ellos cierran el “pico”. Algunos Técnicos y Suboficiales por ahí le rogaban al mayor de Artillería Carlos Chumpitaz Morales (Ejecutivo de la Unidad) para que él hable en la hora de lista para el pagó por derecho a la Zona de Emergencia y Convenio Minero, pero nada que ver, este oficial en su condición de Ejecutivo también se acobardaba, entonces nos acercamos donde el Mayor Manuel Dávila  (Oficial de Operaciones) él en su condición de oficial de procedencia de reserva si presentó el reclamo así de manera diplomática, pero no le hicieron caso, nada se logró. Pero nadie como hombre se puso al frente para decirle al Comandante que por qué no pagaba los beneficios por labores en la Zona de Emergencia y por el Convenio Minero. Al respecto yo presenté mi solicitud e informes vía conducto regular, ante mi capitán Jefe de la Compañía Comando y Servicios de apellido Azalde, quien en vez de apoyarme un día me dijo lo siguiente: “Huascarán (mi apelativo de combate), no pelees con el tema (NPT) y vive feliz porque tu ya sabes como acciona el Inspector de la 32a División de Infantería, pues tu solo contra todos saldrás perdiendo y el coronel te arrimará tu sanción de rigor y nadie te la sacará"
Como había total malestar en el Cuartel, el persona de Oficiales, Técnicos y Suboficiales comenzaron a presionar al Mayor de Artillería Carlos Chumpitazi More (ejecutivo de la Unidad) para que el personal rote en las diferentes bases contrasubversivas, la sugerencia de este oficial ante el Comandante tuvo efecto y por ende el Comando del Batallón aprobó el relevo en todas las bases militares de Pataz y Huacrachuco. Se realizó los preparativos del caso, en la mañana del 01 de marzo de 1993 siendo las 05:00 horas el convoy militar conformado por vehículos de apoyo de combate, camiones LA y Unimog se desplazaron transportando personal, víveres y armamentos, para las Base Contrasubversivos de Retamas, Marsa, Tayabamba y Huacrachuco, en este relevo me nombraron para la base contrasubversivo de distrito de Tayabamba. En la época de lluvia la carretera en algunos sectores es sumamente difícil de transitar, es por eso que el primer día solamente llegamos hasta el cruce del distrito de Chilia, allí esa noche pernoctamos. El día 2 de Marzo siendo las 05:00 horas de la mañana se reinició el desplazamiento, se dejó  personal de relevos en la Base de Retamas y Marsa; en horas de la tarde siendo las 17:00 horas aproximadamente en plena lluvia llegamos al distrito de Tayabamba, en este lugar todos los vehículos pernoctaron. El día 03 de marzo siendo las 05:00 horas los vehículo LA y Unimog partieron con destino al distrito de  Huacrachuco, provincia de Marañón, Huánuco. Así, durante la ida y vuelta el convoy se demoró por lapso de seis días para retornar al Puesto de Comando de batallón del distrito de Huamachuco. Aquellos transportistas que van y vienen siempre se acordaran de los lugares como las curvas de Potrerillo antes de llegar a El Pallar, la bajada del Molino Viejo, el pasaje de Chagual, las bajadas de Buldibuyo, etc  lugares que dan miedo porque el vehículo pasa a las justas al borde de los acantilados y lentamente para no irse al fondo. Para finalizar reafirmo todo lo mencionado en la presente; ergo, el Comandante Manuel León, fue un gran delincuente, desleal a sus subordinados, ladrón como el General de Brigada Ismael Cornejo Alvarado, Comandante General de la 32va División de Infantería de Trujillo.


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