El
21 de mayo de mayo de 1883, cumpliendo la decisión de la Junta de Tarma, las fuerzas peruanas del Ejército del Centro de 2260 hombres al mando del General Cáceres, abandonan la ciudad de Tarma, Junín, iniciando el largo y penoso desplazamiento a pie hacia el Norte del Perú con la misión de capturar al traidor de Cajamarca General Miguel Iglesias Pino, quien disolviendo al Ejército del Norte bajo su mando
había entrado en negociaciones de paz con los jefes chilenos para la entrega de
Tarapacá, Tacna y Arica.
Las fuerzas peruanas de 2260 hombres después de pasar por Cerro de Pasco y Huánuco, el día jueves siete de junio de 1883, en la noche, llegaron al distrito de Agua Miro, hoy conocido como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo. El día domingo 10 de junio, siendo las 07:00 horas, inició el desplazamiento desde el distrito de Aguamiro, con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari. Cuando finalizó el despliegue del último soldado, una hora después salió el General, acompañado de sus ayudantes, secretarios y la escolta. Desde un principio el camino se les presentó muy difícil, pedregoso y con muchos atolladeros, pero en ciertos tramos el antiguo camino de los Incas les presentó un trazo admirable, llano y muy espacioso, que los combatientes breñeros admiraron. Al respecto el combatiente De los Heros, anotó lo siguiente: "Parece una calle ancha, horizontal y bien alineada, y en ella se notan claramente los vestigios de esa gran obra de la civilización imperial, tanto más asombrosa por las inmensas dificultades que vencieron para construirla". Después de un sacrificado marcha de seis leguas por las rutas de Tambillo, llegaron a la puna Taparaco en el sector de Andachupa, lugar donde pasaron la noche soportando el intenso frió del verano serrano, lugar donde también hallaron tres chozas de paja abandonada, careciendo de leña hubo necesidad de deshacer esas casuchas, cuyo material sirvió de combustible para tostar un poco de cacha, que otro alimento no pudieron consumir los soldados en aquel inhóspito paraje. El General, por su parte, se conformó con un poco de infusión de hojas de coca, bebida a la que se habituó para soportar el rigor de la marcha en las altas punas.
Las fuerzas peruanas de 2260 hombres después de pasar por Cerro de Pasco y Huánuco, el día jueves siete de junio de 1883, en la noche, llegaron al distrito de Agua Miro, hoy conocido como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo. El día domingo 10 de junio, siendo las 07:00 horas, inició el desplazamiento desde el distrito de Aguamiro, con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari. Cuando finalizó el despliegue del último soldado, una hora después salió el General, acompañado de sus ayudantes, secretarios y la escolta. Desde un principio el camino se les presentó muy difícil, pedregoso y con muchos atolladeros, pero en ciertos tramos el antiguo camino de los Incas les presentó un trazo admirable, llano y muy espacioso, que los combatientes breñeros admiraron. Al respecto el combatiente De los Heros, anotó lo siguiente: "Parece una calle ancha, horizontal y bien alineada, y en ella se notan claramente los vestigios de esa gran obra de la civilización imperial, tanto más asombrosa por las inmensas dificultades que vencieron para construirla". Después de un sacrificado marcha de seis leguas por las rutas de Tambillo, llegaron a la puna Taparaco en el sector de Andachupa, lugar donde pasaron la noche soportando el intenso frió del verano serrano, lugar donde también hallaron tres chozas de paja abandonada, careciendo de leña hubo necesidad de deshacer esas casuchas, cuyo material sirvió de combustible para tostar un poco de cacha, que otro alimento no pudieron consumir los soldados en aquel inhóspito paraje. El General, por su parte, se conformó con un poco de infusión de hojas de coca, bebida a la que se habituó para soportar el rigor de la marcha en las altas punas.
El día lunes 11 de junio, siendo las 06:00 horas, se reanudó la marcha desde la puna Taparaco con destino al distrito de Chavín de Huántar. Esta jornada fue de las más penosas, según la versión de todos los
cronistas, por ejemplo, el combatiente Pedro Manuel Rodríguez, habló de un
"camino infernal" y el combatiente De Los Heros lo describió como
laderas resbaladizas, bajadas muy pendientes, quebradas y atolladeros a cada
paso, el combatiente huamachuquino Abelardo Gamarra por su parte recordó que
anduvieron por el "peor camino imaginable, cubierto de profundos pantanos, en algunos de los cuales fue preciso colmar con piedras y fajina para que pudiera
pasar los animales con sus cargas de artillería, cajas de municiones y otros. Relacionado a este desplazamiento el general Cáceres mencionó en sus
memorias que "se despeñaron algunas mulas en los barrancos, o quedaron
sumidas en el cieno, perdiéndose con ellas la carga que llevaban, la artillería
se trasladó con mucho cuidado y las bestias cuidadosamente guiadas por sus
acemileros".
El ejército patriota conformado en su mayoría por aguerridos soldados huancayinos y ayacuchanos, aprovisionados con la infaltable coca y cancha tostada que les servía como alimento, en su mayoría a pie, armados con fusiles obsoletos, en plena puna, recorrieron por la llanura de Ichic Kolla y Jatum Kolla, una distancia de 40 kilómetros, sobre los 4000 metros de altura sobre nivel del mar. Venciendo todo tipo de obstáculos, una tarde soleado, siendo las 15:00 horas, el Ejército patriota de 2260 hombres llegó al paraje de Huayrongha, cerca al caserío de Chalhuayaco, lado
Sur del distrito de San Marcos. En este hermoso paraje encajonado, cubierto de
abundantes árboles quinual, soportando en horas de la noche la temperatura de
10° grados bajo cero, pernoctó el grueso del Ejército, como es normal aquella noche el General Cáceres, su esposa e hijas, permanecieron junto
a la Tropa.
El día marte 12 de junio, siendo las
07:00 horas, el General Cáceres abandonó el paraje de Huayrongha, ubicado en el
sector del caserío de Chalhuayaco, lado Sur del distrito de San Marcos,
provincia de Huari, Ancash. Al respecto en los años de 1970 algunos familiares, entre ellos mi
abuelo Eliceo Ramírez Cadillo quien en aquellos tempos tenía la edad de 8 años,
testigos presenciales de dicho desplazamiento me comentaron, que habían visto
al General Cáceres bajar desde el encajonado paraje de Huayrongha montado en un
hermoso caballo negro de frente blanca, en el caserío de Challhuayaco los
campesinos le recibieron con abundante chicha de jora, el General había
brindado con sus escoltas y ayudantes, luego pasó por el caserío de Chullus,
pasó por el caserío de Quercos; en la retaguardia del grueso del ejército se
desplazaba la señora Antonia Moreno Leyva y sus tres hijas, acompañadas por 15
campesinas, todas bien resguardadas por los guerrilleros. En el distrito de Chavín, gracias a las
actividades del subprefecto Boubi, los pobladores del distrito y sus caseríos
acudieron a tributar y recibieron entre aplausos a todos los combatientes, para
este acontecimiento histórico habían "adornaron las calles con vistosos arcos y
banderas, además prepararon abundante rancho para los combatientes".
En el distrito de Chavín de Huántar, recibieron caballos y mulas para el traslado de cargas, tropa enferma y para el traslado de oficiales, pues muchos de ellos se desplazaban a pie la
dura marcha. Cáceres pensó entonces lo bueno que hubiese sido que esos
elementos de movilidad los hubiese logrado antes, pues en el tránsito desde el
distrito de Aguamiro, sobre todo en los sectores de Ichik Kolla y Jatum Kolla por
falta de ellos, dejó varias cargas de municiones y algunos enfermos que luego
serían víctimas de la barbarie chilena, como el subprefecto Pardo,
que moriría cruelmente asesinado en el distrito de Aguamiro. Posiblemente su asesinato fue ordenado por el coronel del ejército peruano traidor
Luis Milón Duarte, fiel aliado de los chilenos.
El 12 y 13 de junio de 1883, el histórico distrito de Chavín de Huántar, de clima agradable y de habitantes patriotas,
colaboró con el Ejército del Centro y sirvió de campamento al General Cáceres y
sus Tropas, para un reparador descanso. Como era de esperarse el monumento arqueológico del Antiguo
Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano que tuvo su centro de
desarrollo en este hermoso valle entre los ríos Mosna y Huachecsa a 3185 metros
sobre el nivel del mar, le impresionó a las tropas patriotas. El río Mosna
(nace en las alturas de la puna Taruscancha y recorre de Sur a Norte por Recudo,
caseríos de Qunin, caserío de Mosna, Machac y Quercos); y el río Huachecsa (nace al pie del
famoso nevado Huantsán y baja por las zonas del pintoresco caserío de Jato, caserío de Chichucancha, Chacpar y Lanchan, que está en el lado Oeste del distrito de
Chavín de Huántar.
El día miércoles 13 de junio, algunos oficiales y secretarios del General le
solicitaron autorización para visitar el monumento arqueológico del Antiguo
Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano que tuvo su centro de
desarrollo en las inmediaciones de este distrito, lógicamente, el permiso fue
concedido, dando nueva ocasión a los combatientes De los Heros y Rodríguez para
fungir de arqueólogos aficionados, siendo muy aceptables sus comentarios: Escribieron lo siguiente. "Este
monumento que ha sido visitado por muchos viajeros según se ve en las
inscripciones que han dejado cada uno de ellos, pertenece sin duda a la época
anterior a los incas, pues su construcción no tiene semejanza con las del
imperio. Es todo de piedra, grandes masas toscamente labradas, pero
perfectamente unidas. Se compone de una serie de callejones estrechos y
cruzados en diversas direcciones; a cortas distancias, también hay espacios,
también estrechos, que parecen cuartos. En el centro se eleva una mole, como
especie de columna, de forma prismática y con grabados por los lados,
representando cabezas de dragones, cadenas, manos y caras humanas. El
comandante La Puente y el amanuense Cortés sacaron un dibujo, que fue arreglado
después por el señor Paz, profesor de la Escuela de Ingenieros, fue
fotografiado por el ingeniero Remy, profesor del mismo establecimiento. El
palacio consta de dos pisos; se dice que se comunica por debajo del río con un
cerro vecino. Es un verdadero laberinto, se necesita penetrar con un guía para
no perderse; tiene más bien el aspecto y forma de prisión, que de palacio. En
muchos puntos está destruido por las excavaciones que se han hecho buscando
tesoros. El puente del río, que atraviesa el pueblo, es de una sola piedra de
once metros de largo y de cerca de dos metros de ancho, que ha sido extraída
del mismo palacio. Siguiendo la costumbre de los visitantes antes de retirarse
dejamos algunas inscripciones como recuerdo del paso por ese pueblo del ejército en época tan angustiosa".
El día miércoles 13 de junio en el distrito de Aguamiro, el coronel chileno Marco Aurelio Arriagada, recibió
información precisa de sus colabores peruanos que las fuerzas del General Cáceres se encontraban descansando en el
distrito de Chavín de Huántar. En aquellos días el General Cáceres desconocía
por completo la ubicación y la ruta por donde se desplazaban las fuerzas chilenas. El mando chileno no decide seguir a
las fuerzas peruanas por el mismo camino, es decir por las rutas de Tambillos,
Taparaco, Andachupa, Ichic Kolla y Jatun Kolla, etc; optando la ruta hacía el distrito
de Huallanca, llegando a la puna Torres de la familia LLanos el 15 de junio.
En Chavín de Huántar, el General Cáceres
desconocía por completo el desplazamiento del tercio del ejército enemigo hacía
este distrito, pues de haberlo sabido seguramente lo hubiese esperado a las
fuerzas del coronel León García, cuyo tercio de sus tropas, lo superaban
ampliamente las tropas peruanas, y no habría tenido mayor problema en
aniquilarlo, pues las tropas peruanas acostumbrados a este tipo de
desplazamientos a pie más aun teniendo en cuenta que la gran mayoría de los
combatientes lo conformaban los campesinos del ande, mal armados en su mayoría
pero incomparables en cuanto al valor, moral
y sacrificio.
El
día jueves 14 de junio de 1883, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro,
ignorando lo que sucedía en su retaguardia con las fuerzas invasoras, abandonó
el distrito de Chavín de Huántar. El General Cáceres y su escolta, como
siempre salió en retaguardia, dos horas más tarde. La tropa se encontraba con
la moral en lo más alto, pues mucho había mejorado la moral del personal con el apoyo
brindado por los chavinenses. Desde el distrito de Chavín prosiguieron la
marcha por la ruta ancestral pre Inca por los sectores de los caseríos de Nunupata,
Chuna, Lanchan, Chacpar y Chichucancha; después de recorrer la puna Shongo, siendo las 12:00 horas llegaron a la
cordillera de Yanashallas sobre los 4700 m.s.n.m, cuya ascensión se había presentado como un verdadero
reto, teniendo al frente el nevado Huantsán de 6,370 metros de altura. El ejército patriota siendo las 17:00 horas de una tarde radiante de sol, en un esfuerzo por demás
admirable, había avanzado hasta el otro lado
de la cordillera de los andes, plantando campamento en las faldas de la puna Arhuaycancha
bajo los rigores de un congelante frío de verano serrano sobre los 4500 m.s.n.m. Cuando todos los incansables
combatientes breñeros alcanzaron la cumbre, se les presentó un espectáculo
impresionante: "desde allí se divisaba el nevado Huascarán, el hermoso
Callejón de Huaylas, formado por las cordilleras Negra y Blanca". Desde
este lugar, el General Cáceres envió en comisión de servicio a De los
Heros, Manuel Rodríguez y Elespuro, con encargo de que, llegando al distrito de
Olleros, solicitasen acémilas de carga a las autoridades del distrito de Recuay
y de la provincia de Huaraz, caso contrario tendrían que abandonar más cajas de
municiones y demás equipaje pesado sobre todo de la artillería. Poca cantidad
de mulas y caballos pudo enviar Jesús Elías desde el distrito de Olleros, y nuevamente
los oficiales debieron desmontar para permitir el acarreo de los pertrechos.
Nuestro ejército que no conocía dificultades, subió esta larga y empinada cuesta de camino ancestral pre Inca desde Chavín hasta la cumbre de Yanashallas, ubicado a 4700 metros de altura sobre nivel del mar, un camino empinado, cubierto de atolladeros y otros obstáculos sumamente peligrosas. En muchos tramos la artillería y las municiones lo trasladaron en hombros y sobre las espaldas, pues no había bestia que pudiese resistir esa subida como de cinco leguas. La arenga pronunciada por el General en ese difícil momento fue oportuno acicate para vencer los obstáculos en esos caminos de inmensas montañas.
El día viernes 15 de junio, siendo las 06:00 horas, reanudaron la marcha desde el paraje de Arhuaycancha, pasaron por el caserío de Huaripampa, siendo las 11:00 horas, el General Cáceres y su Ejército entraron al caserío de Canray Chico y distrito de Olleros, donde sólo permanecieron una hora para consumo de rancho que preparó el generoso y patriota pueblo. En horas de la tarde el grueso del ejército bajó desde el distrito de Olleros hasta el puente Bedoya y se desplazaron por el camino llano con destino a la ciudad de Huaraz, Ancash, presentándose durante el trayecto el jefe político y militar del Norte, don Jesús Elías; y el prefecto de la ciudad de Lima, don Elías Mujica. Las fuerzas peruanas llegaron a la ciudad de Huaraz, el día viernes 15 de junio de 1883.
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