Durante
la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el Jefe de la ocupación chilena Patricio Lynch, con la finalidad de aniquilar a las debilitadas fuerzas peruanas de 2240 hombres al mando del General Cáceres; despliega 15 mil hombres de las tres armas, en los departamentos de Junín, Lima, Ancash, La Libertad, Lambayeque, Ica, Piura y Cajamarca, tropa chilena entrenada y financiada por el imperio inglés, armados con fusiles de última tecnología y con numerosa artillería de montaña, manejadas en su mayoría por artilleros mercenarios (ingleses y alemanes).
En la ciudad de Tarma, Junín, dando inicio a las operaciones, el 25 de mayo de 1883 se unen las fuerzas chilenas del coronel Juan León García y la del coronel Estanislao Del Canto Arteaga, ambas fuerzas juntaron el efectivo de 3200 hombres, aquí por antigüedad tomó el mando el coronel Del Canto y comenzaron a perseguir a las empobrecidas tropas peruanas al mando del General Cáceres, persecución que culminó en el distrito de Aguamiro, que ahora se conoce como el distrito de La Unión, provincia Dos de Mayo, Huánuco, desde este distrito Cáceres se les escabulló hacía Chavín de Huántar. Es necesario precisar que en esta etapa de la guerra los invasores también recibieron el apoyo directo de muchos traidores peruanos, creando el ejército que denominaron "Ejército Pacificador del Perú". En esta difícil etapa las fuerzas patriotas se desplazaron hacía el Norte (Cajamarca) para la captura del traidor General Miguel Iglesias Pino, quién después del Grito de "Montán" el 31 de agosto de 1882; se había autoproclamó como Presidente "Regenerador" del Perú, disolviendo a todo el Ejército del Norte bajo su comando, ordenó enterrar los fusiles y las municiones en las iglesias de Chota y Cajamarca y comenzó a negociar la paz con los chilenos con sesión territorial de Tarapacá, Tacna y Arica. Para cristalizar sus propósitos el traidor recibió el apoyo de los 7 departamentos del Norte y la protección de las fuerzas chilenas al mando del coronel Gorostiaga acantonados en la ciudad de Huamachuco. En el siglo XIX la Región Norte del Perú lo conformaban los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Cajamarca y Amazonas.
El día miércoles 13 de junio en el distrito de Aguamiro, que hoy se conoce como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco; de sorpresa fue relevado del mando el coronel Estanislao Del Canto Arteaga. En la primera hora del mencionado día, lo relevó el coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, quién había llegado procedente de la ciudad de Lima y fue reconocido como nuevo jefe del ejército expedicionario, y pasó revista a las tropas en la plaza de armas del mencionado distrito, en ese momento todos permanecieron sorprendidos de ver el repentino cambio de comando. Hubo cierto descontento en todo el personal, pues Arriagada tenía la fama de ser táctico mediocre, como es normal decayó la moral del personal de tropa, según relato de uno de los soldados del batallón Miraflores, quien dijo lo siguiente: "Nos causó mucha sorpresa la inesperada presencia del coronel Arriagada, pues todo el mundo estaba contento con el coronel Del Canto". Las fuerzas chilenas sumaban entonces 3200 combatientes de las tres armas, armados con fusiles de última tecnología, según la información carecían de vestuarios de repuesto, asimismo pudo advertirse la falta de elementos de transporte, pues algunos caballos y mulas habían quedado en Huánuco, para acarreo de los abastecimientos que aún reunían, y otros debieron servir para conducir a los enfermos de regreso hacía Chicla. En vista de ello, el coronel Arriagada envió comisionados a la ciudad de Lima solicitando a Patricio Lynch el envío urgente de refuerzos. Como si hubieran premeditado un acuerdo, los ejércitos en pugna estuvieron estacionados del 12 al 14, el peruano en Chavín de Huántar y el chileno en Aguamiro, Huánuco. Al parecer, el enemigo prefirió mantener la distancia, a efectos de efectivizar el cerco y atacar por tres frentes en el Callejón de Huaylas, dentro del territorio ancashino.
El día miércoles 13 de junio en Aguamiro, Huánuco, el coronel chileno Marco Aurelio Arriagada recibió la información precisa de sus colabores peruanos que las fuerzas del General Cáceres se encontraban descansando en el distrito de Chavín de Huántar. En aquellos días el General Cáceres desconocía por completo la ubicación y las rutas de desplazamiento de las fuerzas chilenas. El mando chileno no decide seguir a las fuerzas peruanas por el mismo camino, es decir por las rutas de Tambillos, Taparaco, Andachupa, Ichic Colla y Jatun Colla y Huayrongha, etc; optando el desplazamiento por la ruta hacía el distrito de Huallanca.
El día jueves 14 de junio, siendo las 06:00 horas, el ejército chileno abandona el distrito de Aguamiro, reiniciando el avance
cruzaron dos veces las cabeceras del río Marañón y tras pasar un puente de
piedra, las fuerzas de los coroneles Marco Aurelio Arriagada y Juan León García continuaron su
desplazamiento con destino al distrito de Huallanca, ubicado entre los ríos Huallanca y el rió Ishpac que baja de Azul Mina, lugar donde llegaron siendo las 17.00 horas. Arriagada se quejó allí del escaso alojamiento, pocos víveres y falta de forraje para los animales. Soldados chilenos no acostumbrados al trajín en tan difícil territorio pernoctaron ahí soportando un frió infernal. Para las fuerzas chilenas
el destino indudablemente era la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Ancash.
El día viernes 15 de junio, siendo las 05:30 horas las fuerzas chilenas de 3200 hombres abandonan el distrito de Huallanca, continuando con su desplazamiento pasan la zona de farallón de piedras del sector Quita Calzón, laguna Contaicocha, Mina Santa Luisa "Huanzala" y la puna Tanash, llegando a la puna Torres, hacienda ganadera de don Genaro Llanos, paraje que ocuparon siendo las 17:00 horas; los mandos ocupan la casa hacienda y el grueso de la tropa pernoctó en los amplios corrales de piedra, soportando frío infernal del verano serrano. El coronel Arriagada, una vez más temió una
contramarcha peruana hacía el Centro del Perú, y a efecto de cubrir tal
contingencia, luego de coordinar con su Estado Mayor, decide resolver, que un tercio de su ejército siguiese por la ruta del
distrito de Chavín de Huántar, partiendo desde el paraje de la puna Torres vía la puna Mashra, caseríos de Cunin, San Pedro de Pichiu, Machac y Quercos. El grueso del ejército chileno de 2000 hombres al mando de Arriagada marchó por la ruta de Yanashallas, cordillera de Huarapasca, puna Pumapampa, distrito de Cátac, Ticapampa con destino a la ciudad de Huaraz.
El día sábado 16 de junio, siendo las 07:00 horas, desde la Puna Torres el terció del ejército chileno de 1200 hombres al mando del coronel
Juan León García, se desplazó por la ruta de la puna Mashra, Huanquin con destino al distrito de Chavín de Huántar, este día
llegaron hasta el caserío de Cunin, lugar donde pasaron la noche. Es necesario
precisar que en esta etapa de la guerra muchos militares peruanos y civiles ya
se habían unido a la fuerza chilenas y juntos formaron el ejército denominado
“ejército pacificador del Perú”. Como los principales traidores tenemos al coronel huancayino Luis Milón Duarte, coronel Manuel Encarnación Vento, coronel Lorenzo Iglesias, General Miguel Iglesias, coronel Segundo Leyva, coronel Arnaldo Panizo y otros, así mismo cientos de campesinos ordenados por los hacendados traidores acompañaron como aliados a las fuerzas chilenas, estos traidores en su mayoría cumplieron la función de guías, acopiadores de ganados, cargadores de provisiones e informantes.
El
día domingo 17 de junio, siendo las 07:00 horas, el tercio de las fuerzas chilenas de 1200 hombres de las tres armas (infantería, caballería y artillería), al mando del coronel Juan León García, abandona el caserío de Qunin, pasan por los caseríos de Pichiu, Machac y Quercos, siendo las 13:00 horas, llegaron al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari. En este distrito también como en todos los lugares por donde pasaron las tropas invasoras causaron muchos destrozos, saquearon comercios, incendiaron viviendas, robaron animales, buscaron casa por casa dinero y sobre todo alhajas, torturaron a inocentes y violaron a muchas mujeres.
"En aquellos años difíciles para
la patria, vivía en el distrito de Chavín de Huántar una distinguida dama, doña
Rosaura Beteta Solís, mujer joven, muy hermosa y de gran carácter. El 17 de
junio en horas de la mañana llegó al distrito de Chavín de
Huántar la noticia que un contingente de 1200 chilenos se acercaban
persiguiendo a los guerrilleros del General Cáceres y
de paso para abastecerse de alimentos y animales; entonces cundió un gran
pánico por todo el pueblo y muchos huyeron a las zonas altas a esconderse; la
casa de doña Rosaura, estaba ubicada en el actual mercado, frente a la plaza de
armas, era muy amplia y las habitaciones principales conectaban con una galería
subterránea muy antigua; en esas
circunstancias ella ideó un plan; preparó un gran banquete, que dejó listo para
servir; y organizó todo tipo de alimentos, en pequeñas costales, dejó harinas
de trigo, alverja, habas; abundantes
panes, bizcochos; gran cantidad de "charqui" (carne seca); luego doña
Rosaura se escondió en su galería ancestral, que tenía a manera de sótano en
su casa; y pidió a unos de sus
sirvientes que cubriera la entrada con una gran laja de piedra y así esperó el
desenlace. Llegaron los soldados invasores, grande fue la sorpresa que
encontraron al ver el pueblo sin habitantes, las casas comerciales totalmente
vacías, casas comunes vacías; excepto una grande que
estaba ubicado en la misma plaza de armas; la casa de doña Rosaura; a este inmueble
ingresaron los soldados chilenos desesperadamente buscando comida, encontrando
un banquete que estaba caliente; dijeron: "Estos cobardes han abandonado
sus casas y nos han dejado el almuerzo listo para servirnos y comenzaron
almorzar los ricos pucheros con jamones de chancho serrano, el picante de cuy,
el llushtu de trigo, mazamorra de calabaza, etc; habían quedado muy satisfechos
con los deliciosos manjares de la tierra chavina. Después de tan opíparo
almuerzo, uno a uno los soldados chilenos fueron cayendo muertos, como moscas
¿qué había pasado?, pues la hábil y astuta Rosaura había envenenado toda la
comida, así todo un contingente muy hambriento de 70 soldados chilenos,
incluidos sus oficiales, murieron envenenados gracias al ardid heroico de la
gran Rosaura".
En los años de 1970 vivía en Huayrongha cerca al caserío de Chalhuayaco, lado Sur del distrito de San Marcos, provincia de Huari, un anciano sobreviviente de la batalla de Tarapacá, este veterano de guerra se había desplazado desde la ciudad de Tarma, Junín, como tropa de infantería del General Cáceres, a él lo dejaron en este desolado paraje porque se enfermó. Pasaron los años, el veterano hizo su vida en este lugar, él como muchos de mis familiares de esa época comentaban que en el distrito de Chavín, como represalia por los abusos y robos que cometían las tropas invasoras, envenenaron a más de 70 soldados chilenos.
El día lunes 18 de junio, siendo las 05:00 horas, las fuerzas chilenas abandonaron el distrito de Chavín de Huántar, iniciando el desplazamiento con destino al distrito de Olleros, provincia de Huaraz; utilizaron la misma ruta de camino pre inca que habían utilizado las fuerzas peruanas, es decir marcharon por las rutas de los caseríos de Nunupata, Chuna, Lanchan Chacpar, Chichucancha, la puna Shongo y el paso de Yanashallas punta sobre los 4,700 m.a.s.n.m., luego bajaron a la puna Arhuaycancha y siendo las 17:00 horas, la vanguardía de las fuerzas invasoras llegaron al caserío de Huaripampa, cerca al distrito de Olleros, pero en total mal estado debido a los cinco
días de penosa marcha desde el distrito de Agua Miro, Huánuco. El acuerdo de los mandos chilenos había sido que, si las fuerzas peruanas continuaban su desplazamiento hacia el Norte, las tropas chilenas se unirían en el distrito de Olleros, provincia de Huaraz; en efecto sucedió así, ambas fuerzas se unieron en horas de la mañana del 19 de junio, unidos continuaron la marcha hacía la ciudad de Huaraz, capital de Ancash, lugar donde llegaron siendo las 16:00 horas.
El
coronel peruano traidor Luis Milón Duarte, ingresó al lado del coronel y jefe
chileno Marco Aurelio Arriagada Palacios, el traidor huancaíno no tardó en convencer a los vecinos notables para que
proclamaran su adhesión al gobierno del General Miguel Iglesias Pino de Arce.
Al respecto el coronel chileno Arriagada apuntó lo siguiente: "El señor
coronel Luis Milón Duarte ha podido organizar un gobierno local y departamental
sin obstáculo alguno". A la reunión convocada por el coronel chileno
Arriagada y el coronel peruano Luis Milón Duarte, acudieron cuarenta (40)
personas locales leales al traidor Miguel Iglesias, encabezado por el doctor
Luis Bueno Guzmán, que ejercía la alcaldía que pronunció un furibundo discurso
elogiando a las fuerzas pacificadoras. Luis Bueno, al hacer la entrega de las medallas
al coronel Arriagada, jefes y oficiales, expresó lo siguiente: " Recibid, pues, señor
coronel jefe del Ejército pacificador, recibid señores jefes y oficiales, que
habéis conducido con honor al ejército victorioso, una prenda de gratitud que
en su valor material es pequeño; pero grande en su significación moral, porque
con ellos os lleváis el corazón de todo un pueblo, representado por este
pequeño signo que se os va colocar a vuestros pechos para que recordéis su paso
por el departamento de Ancash". Esa noche los notables huaracinos y
algunos residentes extranjeros le presentaron a los mandos chilenos una fastuosa cena y
prometieron colaborar y auxiliar al Ejército "Pacificador del Perú"
con los escasos recursos de que podían disponer después de las exacciones que
el General Cáceres les había impuesto.
Como consecuencia de la Campaña de la Breña en muchas zonas del departamento de Ancash las acciones del General Cáceres quedó gravado para siempre en el corazón y la mente del campesino peruano, hasta el día de hoy el campesino más humilde e iletrado de estas tierras siempre se identifica con el famoso "brujo de los andes". En aquellos tiempos como parte de la estrategia, muchos campesinos del ande recibieron la consigna verbal del General Cáceres para que envenen a las hambrientas tropas chilenas. En los años de 1970 escuché comentarios de mis antepasados que muchos soldados chilenos habían sido envenenados con mazamorra mezclado con yeso, en mazamorra mezclado con vidrio molido, en bebidas como la chicha de jora y otros, comiendo mazamorra mezclado con yeso perdían la vida después de dos o tres días; comiendo la mazamorra mezclado con vidrio perdían la vida después de meses y/o años, pero la muerte les llegaba lentamente, con total seguridad; es conocido que en una Guerra No Convencional, las fuerzas débiles actúan de esta manera, y también empleando acciones guerrilleras.
Versión oral del señor Martín Flores García (profesor jubilado, natural de Chavín de Huántar). Cuando llegaron los chilenos, las familias se retiraron a las alturas. Un familiar ya fallecido me comentaba que los chilenos llegaron y cometieron muchos abusos. Entonces, los pobladores secretamente se reunieron de noche y planearon atacar a los invasores en las afueras de la ciudad. Así fue que el día 17 de junio un alto jefe y dos soldados fueron emboscados y para no despertar sospechas varios de ellos tocaban sus cornetas y demás instrumentos para distraer la atención de los demás chilenos en esta ciudad. Claro, este ataque y otros que se sucedieron trajeron como consecuencia actos de venganza. También comentaban mis antepasados que muchos soldados chilenos habían muerto comiendo comida envenenada y tomando chicha de jora envenenada.
¿Sobre la presencia del General Cáceres, ¿Qué nos podría relatar?. Sé que por aquí pasó el ejército peruano, venía maltrecho luego de recorrer la ruta montañosa desde el distrito de Agua Miro que hoy se conoce distrito de La Unión capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco, se desplazaron por el paraje de Taparaco, Andachupa, Ichic Kolla, Jatun Kolla, paraje de Huayrongha, caserío de Cahallhuayaco y el caserió de Chullus. El 12 de junio de 1883, antes del medio día llegaron a este distrito, desfilaron aquí, el pueblo los recibió con flores.
¿Algo más señor Martín?. Sí, que tengo en mi poder uniformes y un revolver, que han pertenecido a algún oficial chileno de caballería, y que se lo facilito para los fines necesarios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario