El martes 12 de junio de 1883, en horas de la tarde, el coronel Estanislao del Canto Arteaga y sus fatigadas tropas de 3200 hombres llegaron al distrito de Aguamiro, que hoy se conoce como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco. Del Canto, noticiado de que el coronel Marco Aurelio Arriagada (Jefe de estado mayor del ejército chileno) se acercaba, siendo las 20:00 horas, mandó formar a sus oficiales y tropa, pero no avisó a los soldados de la llegada del segundo jefe del ejército, quien llegó dos horas más tarde. Este desplazamiento de las fuerzas invasoras en el territorio huanuqueño se llevó a cabo, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, comprendido desde el 6 de mayo de 1883 hasta el 2 de agosto de 1883. En este etapa de la guerra las fuerzas chilenas ya contaban entre sus filas con el apoyo de muchos militares y civiles traidores, adeptos al traidor de Cajamarca General Miguel Iglesias Pino, juntos formaron el ejército que denominaron "Ejército Pacificador del Perú".
El miércoles 13 de junio, en el distrito de Aguamiro, siendo las 08:00 horas, de sorpresa fue relevado del mando el coronel Estanislao Del Canto, lo relevó el coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, quién había llegado procedente de la ciudad de Lima y fue reconocido como nuevo jefe del ejército expedicionario, y pasó revista a las tropas en la plaza de armas del mencionado distrito; en ese momento todos permanecieron sorprendidos de ver el repentino cambio de comando. Hubo cierto descontento en todo el personal, pues el coronel Arriagada tenía la fama de ser táctico mediocre, como es normal decayó la moral del personal de tropa, según relato de uno de los soldados del batallón Miraflores, quien dijo lo siguiente: "Nos causó mucha sorpresa la inesperada presencia del coronel Arriagada, pues todo el mundo estaba muy contento con el coronel Del Canto". Las fuerzas chilenas sumaban entonces 3200 combatientes de las tres armas, armados con fusiles de última tecnología, según la información carecían de vestuarios de repuesto, asimismo pudo advertirse la falta de elementos de transporte, pues algunos caballos y mulas habían quedado en Huánuco, para acarreo de los abastecimientos que aún reunían, y otros debieron servir para conducir a los enfermos y heridos de regreso hacía la localidad de Chicla (Ticllo), huarochirí, Lima.
En el año 1966 mi abuelo tenía 90 años, recuerdo que tenía tez blanca y de baja estatura, como hombre andino se encontraba en lucidez total, quien me narró lo siguiente: Dijo, "Hijo, en la tarde del 15 de junio de 1883, las tropas del Ejército chileno llegaron a la puna Torres persiguiendo al General Cáceres que se había escapado desde la ciudad de Tarma, Junín, con destino al Norte. Allí en la pampa que lo tenemos a la vista las tropas invasoras ocuparon los corrales, donde todos pasaron la noche a la intemperie, sus jefes ocuparon la casa hacienda, toda la noche cocinaron los productos que habían traído desde el distrito de Huallanca. Ellos robaban los animales, asaltaban, incendiaban las chozas, por eso nosotros anticipadamente nos escapamos desde la puna Pucaraju y permanecimos escondidos en las partes altas como éste y también escondimos todos los animales en lugares estratégicos". Además, me dijo: "cuando pasaron algunos años su papa (mi bisabuelo) le había contado que algunas familias conocidas del distrito de Agua Miro y Huallanca se habían unido a las tropas del enemigo, algunos de manera voluntaria y otros a la fuerza, presionados con amenaza de fusilamiento, ellos habían servido como cargueros, informantes y guías de los chilenos", así concluyó su histórica narración en la tarde del 15 de junio de 1966. Además me dijo que en las pampas de la puna Torres y en la subida de Yanashallas, como consecuencia del intenso frío del mes de junio, perdieron la vida 15 soldados invasores y también algunos caballos que fueron abandonados por las tropas chilenas con su montura y todo, los mismos que fueron enterrados por mi bisabuelo don Gaspar Ramírez Cotrina y demás familiares.
En los años de 1960 los cerros que se ven al frente aun mantenían el nevado sobre todo en las partes superiores, ahora como se ve en la imagen toda la blancura de la nieve ha desaparecido, todo es negro; en las partes altas del cerro Ucrucancha el agua ha desparecido por completo. Por la proliferación de la gran minería irresponsable en complicidad con los gobernantes traidores todo el ecosistema se ha contaminado, como consecuencia en los ríos de la puna Torres ha desaparecido las truchas y la laguna Contaicocha se ha convertido en botadero de basura de la Empresa Minera "Santa Luisa" Huanzala. También han desaparecido las ranas, cóndores, perdices y las vizcachas, la gran ganadería que existió en estas punas de la familia de Genaro Llanos, que yo vi con mis propios ojos ya no existen.
El 17 de junio, siendo las 06:30 horas, las fuerzas del coronel Arriagada reiniciaron el desplazamiento desde el paraje de Pumapampa con destino al distrito de Ticapampa, cubriendo una distancia de 12 leguas en poco más de quince horas. Cruzaron los parajes de Yanayaco, en las zonas del distrito de Catac, en medio de furiosa tempestad, y vadeando el río Santa llegaron al distrito de Ticapampa, ocupando la hacienda de los judíos Sokoloski, Polaco y Terry, donde hallaron abundante leña y provisiones para preparar un reconfortante rancho.
El día martes 19 de junio en el distrito de Olleros, en horas de la mañana, tuvo lugar la reunión de la división al mando del coronel Arriagada con el tercio del ejército al mando del coronel Juan León García, unidos las fuerzas, juntos prosiguieron el desplazamiento a marcha forzada con destino a la ciudad de Huaraz, pero ya no a tiempo de alcanzar a las fuerzas del General Cáceres. Esa misma tarde el ejército invasor al mando del coronel Arriagada se aproximaba a la ciudad de Huaraz, siendo recibido en las afueras por una comitiva de vecinos notables que lo puso al tanto del peligro que representaban las minas automáticas dejadas por las Tropa peruanas.
El martes 19 de junio de 1883, siendo las 16:00 horas, las tropas chilenas de 3200 hombres de las tres fuerzas, al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, efectuaron su entrada en la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Ancash, donde aparte de los notables de la ciudad, nadie más se presentó a recibirlos. Advirtiendo la obvia hostilidad del pueblo, un soldado chileno anotó entonces: "Huaraz, capital del departamento de Ancash, es una ciudad fea y de sucias calles; en una palabra, es como todas las de la Sierra". El coronel peruano traidor Luis Milón Duarte, que ingresó al lado del coronel y jefe chileno Arriagada, no tardó en convencer a esos vecinos notables para que proclamaran su adhesión al gobierno del General Miguel Iglesias Pino de Arce: Al respecto Arriagada apuntó "el señor coronel Duarte ha podido organizar un gobierno local y departamental sin obstáculo alguno". A la reunión convocada por el coronel chileno Arriagada y coronel peruano Milón Duarte, acudieron cuarenta (40) personas locales, esa noche los notables huaracinos y algunos extranjeros prometieron colaborar y auxiliar al Ejército Pacificador con los escasos recursos de que podían disponer después de las exacciones que el General Cáceres les había impuesto. La consecuencia de esto fue que se adhirieron por medio de actas a la política del presidente traidor Miguel Iglesias. Desde su ingreso y permanencia en la ciudad de Huaraz, Arriagada mencionó lo siguiente: " Los notables, la colonia extranjera y el alcalde, que fue la única autoridad que no huyó, me aseguraron por medio de una comunicación que el pueblo no tenía miras ni intenciones de hostilizarme y fueron evitados las minas con el auxilio de los avisos del peligro que fueron suministrados por los vecinos de esta ciudad". Una versión pro iglesista añadiría que los notables huaracinos "constituyeron comisionados que acercándose a la vanguardia de las tropa pacificadoras señalaron el peligro y tomaron medidas para inutilizar los torpedos y/o minas". De igual forma, esos traidores comunicaron al jefe de las fuerzas chilenas que las fuerzas peruanas al mando del General Cáceres "se fortificaba en el distrito de Yungay, dispuesto quizá a empeñar combate contra las fuerzas invasoras.
Las acciones del General Cáceres durante la Campaña de la Breña, quedó gravado para siempre en el corazón y la mente del campesino peruano, hasta el día de hoy el campesino más humilde e iletrado siempre se identifica con el famoso "brujo de los andes". En esas circunstancias de guerra, muchos campesinos del ande recibieron la consigna verbal del General Cáceres para que envenen a las hambrientas tropas invasoras de Chile; al respecto, en los años de 1970 escuché comentarios de mis antepasados que muchos soldados chilenos habían sido envenenados en bebidas como la chicha de jora y otros comiendo mazamorra mezclado con yeso perdían la vida después de dos o tres días; en otros casos aquellos que comían mazamorra mezclado con vidrio molido perdían la vida lentamente después de meses y/o años, pero la muerte les llegaba lentamente, con total seguridad.
Interesante narración, la nefasta Guerra con Chile casi siempre ha sido narrada en los textos y libros de historia de forma sesgada, desde el punto de vista "oficial", encubriendo a los traidores e ignorando a los héroes de la resistencia contra la invasión del ejército chileno-británico, Enhorabuena Miguel Pineda.
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