El día domingo 10 de junio, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro de 2240 hombres al mando del General Cáceres inició el desplazamiento desde el distrito de Aguamiro, que hoy se conoce como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco, con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, Ancash. Una hora después, cuando finalizó el despliegue del ultimo soldado, salió el General Cáceres, acompañado de sus ayudantes, secretarios y escolta. El camino se les presentó muy difícil, pedregoso y lleno de atolladeros, pero en ciertos tramos el antiguo camino de los Incas les presentó un trazo admirable llano y muy espacioso, que los combatientes breñeros admiraron. Al respecto el combatiente De los Heros, anotó lo siguiente: "Parece una calle ancha, horizontal y bien alineada, y en ella se notan claramente los vestigios de esa gran obra de la civilización imperial, tanto más asombrosa por las inmensas dificultades que vencieron para construirla".
Después de un desplazamiento de seis leguas llegaron al paraje de Taparaco en el sector de Andachupa, lugar donde hallaron sólo tres chozas de paja abandonada. Careciendo de leña y soportando el intenso frió de la gélida puna, hubo necesidad de deshacer esas casuchas, cuyo material sirvió de combustible para tostar un poco de cacha de maiz, que otro alimento no pudieron consumir los soldados en aquel paraje. El General Cáceres, por su parte, se conformó con un poco de infusión de hojas de coca, bebida a la que que se habituó para soportar el rigor de la marcha en las heladas punas.
El día lunes 11 de junio, siendo las 06:00 horas, desde el paraje de Taparaco se reanudó la marcha con destino al distrito de Chavín. Esta jornada fue de las más penosas, según la versión de todos los cronistas. Por ejemplo, el combatiente Pedro Manuel Rodríguez, habló de un "camino infernal" y el combatiente De Los Heros lo describió como laderas resbaladizas, bajadas muy pendientes, quebradas y atolladeros a cada paso, el combatiente huamachuquino Abelardo Gamarra por su parte recordó que anduvieron por el "peor camino imaginable, cubierto de profundos pantanos, algunos de los cuales fue preciso colmar con piedras y fajina, para que pudiera pasar la artillería, parque, etc, así mismo el general Cáceres mencionó en sus memorias que "se despeñaron algunas mulas en los barrancos, o quedaron sumidas en el cieno, perdiéndose con ellas la carga que llevaban, la artillería hubo de ser pasada con mucho cuidado y las bestias cuidadosamente guiadas por sus acemileros". En estas situaciones de mucha dificultad, continuando con la penosa marcha, en su mayoría a pie, el ejército patriota con su personal de Tropa netamente andino, conformado en su mayoría por aguerridos combatientes huancayinos y ayacuchanos, bien aprovisionados de la infaltable coca y cancha de maíz tostado que les servía como alimento casi permanente, atravesaron la planicie de Ichic Colla y Jatún Colla en plena puna a mas de 4000 metros de altura sobre el nivel del mar; después de recorrer 40 kilómetros, en horas de la tarde, siendo las 15:00 horas, una tarde soleado, el grueso del personal del Ejército del Centro llegó al paraje de Huayrongha, cerca al caserío de Chalhuayaco, lado sur del distrito de San Marcos en Huari. En este hermoso paraje encajonado, cubierto de abundantes árboles quinual y soportando en horas de la noche la temperatura de 10° grados bajo cero, pernoctó el grueso del Ejército del Centro de 2200 combatientes, como es normal aquella noche el General Cáceres permaneció junto a su Tropa.
El día lunes 11 de junio de 1883, en la tarde, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el General Cáceres y su Ejército del Centro de 2200 hombres de las tres armas llegó al paraje de Huayrongha, pernoctó en este "encajonado" lugar soportando los rigores del frió del verano serrano.
El día martes 12 de junio, siendo las 07:00 horas, el General Cáceres abandonó el paraje de Huayrongha y marchó en vanguardia con destino al distrito de Chavín de
Huántar, llegando una hora antes que el grueso del Ejército. Al respecto en los años de 1970, algunos familiares en su mayoría muy ancianos, testigos presenciales de dicho desplazamiento, me comentaron que habían visto al General bajar desde el paraje de Huayrongha montado en un hermoso caballo negro de frente blanca. En el caserío de Challhuayaco los campesinos le recibieron con abundante chicha de jora, el General había brindado con sus escoltas y secretarios, luego pasó por el caserío de Chullus y por las inmediaciones de los baños termales del caserío de Quercos. En el distrito de Chavín de Huántar, gracias a la actividades del
subprefecto Boubi, los pobladores del distrito y sus caseríos acudieron a tributar, recibieron entre aplausos vivas a todos los combatientes, para este acontecimiento histórico "adornaron las calles con vistosos arcos y banderas, prepararon abundante rancho". En el distrito de Chavín, recibieron mulas para el traslado de carga y caballos
para el traslado de oficiales, pues muchos de ellos seguían a pie la dura
marcha desde Tarma. Cáceres pensó entonces lo bueno que hubiese sido que esos elementos de
movilidad los hubiese logrado antes, pues en el tránsito entre Ichic Colla y Jatun Colla, por falta de ellos había dejado varias cargas de municiones que ya no lo recuperaron, algunos enfermos murieron y otros también quedaron por falta de medios de transporte. Muchos patriotas y enfermos fueron víctimas de la barbarie chilena y de sus aliados traidores; como el caso del subprefecto Pardo, que moriría cruelmente asesinado en el distrito de Aguamiro. El patriota Pardo se oponía a muchos de sus paisanos que comandados por el
coronel traidor Manuel Encarnación Vento y por el coronel huancayino Luis Milón Duarte comenzaron a luchar bajo el comando chileno, en contra de sus connacionales patriotas.
"Este
monumento que ha sido visitado por muchos viajeros según se ve en las
inscripciones que ha dejado cada uno de ellos, pertenece sin duda a la época
anterior a los incas, pues su construcción no tiene semejanza con las del
imperio. Es todo de piedra, grandes masas toscamente labradas, pero
perfectamente unidas. Se compone de una serie de callejones estrechos y
cruzados en diversas direcciones; a cortas distancias, también hay espacios
largos, también estrechos, que parecen cuartos. En el centro se eleva una mole,
como especie de una columna, de forma prismática y con grabados por los lados,
representando cabezas de dragones, cadenas, manos y caras humanas. El
comandante La Puente y el amanuense Cortés sacaron un dibujo, que fue arreglado
después por el señor Paz, profesor de la Escuela de Ingenieros, fue
fotografiado por el ingeniero Remy, profesor del mismo establecimiento. El
palacio consta de dos pisos; se dice que se comunica por debajo del río con un
cerro vecino. Es un verdadero laberinto, se necesita penetrar con un guía para
no perderse; tiene más bien el aspecto y forma de prisión, que de palacio. En
muchos puntos está destruido por las excavaciones que se han hecho buscando
tesoros. El puente sobre río Huachecza, que atraviesa el pueblo, es de una sola piedra de
once metros de largo y de cerca de dos metros de ancho, posiblemente ha sido extraída
del mismo palacio. Siguiendo la costumbre de los visitando, antes de retirarse
dejamos algunas inscripciones, como recuerdo del paso por ese pueblo del
ejército nacional en época tan angustiosa".
El día miércoles 13 de junio en Aguamiro, el coronel chileno Marco
Aurelio Arriagada recibió información precisa que las fuerzas peruanas se encontraban descansando en el distrito de Chavín de Huántar. Cáceres desconocía por completo la situación de los chilenos. El mando chileno no decide seguir a las fuerzas peruanas por el mismo camino, es decir por las rutas de Tambillos, Taparaco, Andachupa, Ichic Colla y Jatun Colla, optando la ruta hacía el distrito de Huallanca. El 14 de junio, siendo las 06:00 horas, el ejército chileno reinicio el avance cruzando dos veces las cabeceras del río Marañón y tras pasar un puente de piedra las fuerzas de los coroneles Arriagada y León García continuaron su desplazamiento con destino al distrito de Huallanca. Para las fuerzas chilenas el destino indudablemente era la ciudad de Huaraz cortando el camino por la cordillera de Huarapasca. Arriagada, una vez más, temió una contramarcha
peruana hacía el Centro del Perú, y a efecto de cubrir tal contingencia, luego de haberse decidido por
el camino de Huallanca, resolvió que un tercio de su ejército siguiese por la
ruta del distrito de Chavín de Huántar, partiendo desde el paraje de la puna Torres vía Mashra, Cunin, San Pedro
de Pichiu, Machac, Quercos. El terció del ejército chileno lo comando el coronel
Juan León García, llegando al distrito de Chavín al medio día del 17 de junio de 1883. El
acuerdo había sido que ambos ejércitos chilenos se unirían nuevamente en el distrito de Olleros, Recuay; en efecto se unieron el 19 de junio, unidos ambas fuerzas continuaron la marcha hacía la ciudad de ciudad de Huaraz. En la Puna Torres las fuerzas chilenas se dividen, el coronel Juan León García al mando de 1200 hombres se desplazó con destino al distrito de Chavín, fue
verdaderamente fatal que el General Cáceres desconociese aquello, pues de haberlo sabido hubiese esperado a León García, cuyo tercio de tropas del enemigo, las tropas peruanas lo superaban ampliamente, y no habría tenido
mayor problema en aniquilarlo, pues las tropas peruanas acostumbrados a este
tipo de desplazamientos a pie más aun teniendo en cuenta que la gran mayoría de
los combatientes lo conformaban los campesinos del ande, mal armados en su
mayoría pero incomparables en cuanto al valor y sacrificio.
El
día 14 de junio de 1883, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro,
ignorando lo que sucedía en su retaguardia con las fuerzas invasoras, abandonó
el distrito de Chavín. El General Cáceres y su escolta, como
siempre, salió en retaguardia, dos horas más tarde. La tropa se encontraba con
la moral en lo más alto, pues mucho había mejorado la moral del personal con el
apoyo brindado por los chavinenses. Desde el distrito de Chavín prosiguieron la
marcha por la ruta ancestral pre Inca por las inmediaciones de los caseríos de
Nunupata, Chuna, Lanchan, Chacpar y Chichucancha; siendo las 12:00 horas,
llegaron a la cordillera de Yanashallas, cuya ascensión se había presentado
como un verdadero reto, teniendo frente al nevado Huantsán de 6,370 metros de
altura. Después de recorrer por la puna Shongu y el paraje de Mitumarca, el
ejército patriota siendo las 17:00 horas de una tarde radiante de sol, en un
esfuerzo por demás admirable, había avanzado hasta el otro lado de la
cordillera de los andes, plantando campamento en las faldas de la puna
Arhuaycancha bajo los rigores de un congelante frío sobre los 4500 metros de
altura sobre nivel del mar. Cuando todos los incansables combatientes breñeros
alcanzaron la cumbre, se les presentó un espectáculo impresionante: "desde
allí se divisaba el nevado Huascarán, el hermoso Callejón de Huaylas, formado
por las cordilleras Negra y Blanca". La arenga pronunciada por el General en ese difícil momento fue oportuno acicate para vencer los obstáculos en esos caminos de inmensas montañas. Nuestro ejército, que no conocía dificultades, subió esta larga y empinada cuesta de camino ancestral pre Inca desde Chavín hasta la cumbre de Yanashallas, un camino cubierto de atolladeros y de otros obstáculos sumamente peligrosas. En muchos tramos la artillería y las municiones lo trasladaron en hombros y sobre las espaldas, pues no había bestia que pudiese resistir esa subida como de dos leguas. Desde este lugar, el General Cáceres
despachó por delante a los combatientes De los Heros, Manuel Rodríguez y Elespuro,
con encargo de que, llegando al distrito de Olleros, solicitasen acémilas de
carga a las autoridades del distrito de Recuay y de la provincia de Huaraz,
caso contrario tendrían que abandonar más cajas de municiones y demás equipaje
pesado sobre todo de la artillería. Poca cantidad de mulas y caballos pudo
enviar Jesús Elías desde el distrito de Olleros, y nuevamente los oficiales
debieron desmontar para permitir el acarreo de los pertrechos.
15 de junio en horas de la madrugada reanudaron la marcha desde el paraje de Arhuaycancha, después de pasar por el caserío de Huaripampa el grueso del Ejército ocupó la hacienda del ciudadano francés en el caserío de Canray Chico a un kilómetro del distrito de Olleros. Siendo las 11:00 horas el General Cáceres y su Ejército entraron en el distrito de Olleros, donde sólo permanecieron una hora para consumo de rancho, que preparó el generoso y patriota pueblo. En horas de la tarde el grueso del ejército bajó desde el distrito de Olleros hasta el puente Bedoya y se desplazaron por el camino llano a Huaraz, presentándose durante el trayecto el jefe político y militar del Norte, don Jesús Elías; y el prefecto de la ciudad de Lima, don Elías Mujica.
15 de junio en horas de la madrugada reanudaron la marcha desde el paraje de Arhuaycancha, después de pasar por el caserío de Huaripampa el grueso del Ejército ocupó la hacienda del ciudadano francés en el caserío de Canray Chico a un kilómetro del distrito de Olleros. Siendo las 11:00 horas el General Cáceres y su Ejército entraron en el distrito de Olleros, donde sólo permanecieron una hora para consumo de rancho, que preparó el generoso y patriota pueblo. En horas de la tarde el grueso del ejército bajó desde el distrito de Olleros hasta el puente Bedoya y se desplazaron por el camino llano a Huaraz, presentándose durante el trayecto el jefe político y militar del Norte, don Jesús Elías; y el prefecto de la ciudad de Lima, don Elías Mujica.
El 15 de junio de 1883, siendo las 17:00 horas, el General Cáceres y su escolta realizó su triunfal entrada en la provincia de Huaraz, capital del departamento de Ancash, años más tarde el General recordaría: "Algunas calles estaban abanderadas y las damas de la ciudad expresándome su simpatía me obsequiaron ramos de flores, atados con cintas bicolores": Pudo notarse sin embargo, que muchas familias había evacuado la ciudad, una por temor a la barbarie chilena y otras acatando la propaganda derrotista del General traidor Miguel Iglesias Pino. Siendo las 18:00 horas, ingresó a la ciudad el grueso del Ejército del Centro, los mismos que ocuparon la plaza de armas. Esa noche, sabedor de que los agentes del traidor de Cajamarca pugnaban por infiltrarse en sus filas, el General Cáceres visitó los cuarteles, exhortando a sus soldados a rechazar el carácter derrotista del traidor Miguel Iglesias. Poco después ordenó la prisión de dos individuos, uno peruano y el otro español, bajo la sospecha de que realizaban espionaje para el enemigo. No se pudo probar culpabilidad, pero, de cualquier forma, continuaron encarcelados por algún tiempo. En aquellos tiempos la ciudad de Huaraz ofreció pocos recursos, no obstante lo cual el General ordenó un estacionamiento de tres días, no sólo porque la tropa precisaba de un descanso reparador, sino porque la situación obligaba a un detenido estudio de la estrategia a seguir. Relacionado a la permanencia de las tropas del Ejército del Centro en Huaraz, el combatiente huamachuquino don Abelardo Gamarra Cueva, dijo: "El ejército se mantenía en el mayor orden y compostura, y en las mejores condiciones dando excelente idea de su disposición moralidad y entereza, a pesar de 23 días de penosa marcha, atravesando una distancia de ciento cincuenta leguas, poco menos que intransitables y desprovistas de recursos".
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