El 28 de octubre de 1836, bajo el protectorado del
Mariscal don Andrés Santa Cruz, por razones permanentes y personales, nace la Confederación del Perú y Bolivia, conformado por los Estados Nor Peruano, Estado Sur Peruano y la república de Bolivia.
Antes
de formarse la coalición unido restauradora de peruanos y chilenos, mediante golpe de Estado Felipe Santiago Salaverry tomó el poder
en el Perú y al mando de un ejército se enfrentó a Santa
Cruz en la sangrienta batalla de Socabaya en Arequipa el (7 de febrero de 1836), enfrentamiento armado que se conoce como la Guerra entre Salaverry y Santa Cruz, la cual
terminó con la derrota y fusilamiento del primero, y se consolidó la formación de la
Confederación peruano boliviano.
La clase política y la oligarquía chilena, de acuerdo a la doctrina del estadista Diego Portales "Chile
debe dominar para siempre en el Pacífico"; consideró como muy peligroso la formación de
una poderosa Confederación, por ende le declara la guerra el 26 de diciembre de
1836, enviando una expedición Restauradora al mando del Almirante Blanco
Encalada, que fracasó en Paucarpata, Arequipa el 17 de noviembre de 1837; el gobierno chileno con sus aliados peruanos inmediatamente organizaron la segunda expedición en el año de 1838 al mando del General
Manuel Bulnes Prieto, quien triunfó en Yungay el 20 de enero de 1839. En ambas campañas, las expediciones fueron impulsadas y financiadas por algunos peruanos emigrados a Chile, cuyo sentimiento contra el mariscal Andres de Santa Cruz era muy fuerte; por ende, personal de Oficiales y Tropas del Perú se unieron al ejército chileno.
Es necesario mencionar, que en la batalla de Yungay el 20 de enero de 1839, como jefe de Estado Mayor se desempeñó el ex presidente peruano mariscal Agustín Gamarra Mesia y las cuatro Divisiones de aquel “Ejército Unido Restaurador” conformado por chilenos y peruanos, estaban
bajo el mando de los generales peruanos:
En esta decisiva batalla en apoyo al Ejército chileno participó el teniente del ejército peruano José Balta y Montero; quien años después llegó a ser presidente de la República del Perú. Sin ningún fundamento la historia chilena trata de restar la participación de los oficiales y personal de tropa peruano durante la campaña de 1836 hasta 1839, ya que el General Manuel Bulnes, en su condición de jefe de la expedición, puso a los mencionados generales peruanos a la cabeza de las divisiones chilenas y peruanas, porque conocían muy bien el terreno y por lo que tenían experiencia de combate. Algo curioso ocurrió con los militares peruanos que apoyaron a los chilenos, quienes en su mayoría llegaron a ser presidentes del Perú y otros ocuparon puestos importantes dentro del ejército peruano.
Primera
División: General Juan Crisóstomo Torrico
Segunda
División: General Juan Bautista Elespuru
Tercera
División: General Juan Francisco Vidal
Cuarta
División, Caballería: General Ramón Castilla Marquesado.
La sangrienta batalla final de los Confederados (peruanos y bolivianos) contra los Restauradores (peruanos
y chilenos) se llevó a cabo en la provincia de Yungay, departamento de Ancash, el 20 de enero de
1839. Por este motivo, siguiendo el sendero por donde transitaron las Tropas
de ambos ejércitos, el 20 de enero de cada año, el personal de
Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa del Batallón de Ingeniería de Combate
Motorizado N° 32 del distrito de Caraz, provincia de Huaylas, regresamos al escenario de los
hechos, acompañados de autoridades políticas, civiles, educativas y policiales,
para rendir homenaje a los hombres que ofrendaron sus vidas en aquel acontecimiento bélico. Es necesario precisar que las ceremonias se llevan a cabo de acuerdo al sentimiento político militar de las autoridades de turno de la provincia de Yungay, en algunos fechas de 20 de enero, los que simpatizan con el bando boliviano y peruano (Ejército Confederado) se desplazan hasta la cumbre del cerro Pan de Azúcar, en la parte superior de este cerro de forma cónica se iza el pabellón nacional y los asistentes cantan las sagradas notas del Himno Nacional del Perú. Asimismo también existen autoridades político militares que simpatizan con el bando chileno y peruano (Ejército Restaurador); ergo, izan el pabellón nacional en la plaza de armas de centro poblado de Punyan, junto monumento del mariscal Ramón Castilla. La
palabra Punyan proviene del quechua “Punyai” que significa pegar fuerte. Como es de conocimiento general en este histórico lugar se
terminó las ilusiones de Santa Cruz y de muchos peruanos de unir Perú y Bolivia. En esta decisiva batalla en apoyo al Ejército chileno participó el teniente del ejército peruano José Balta y Montero; quien años después llegó a ser presidente de la República del Perú. Sin ningún fundamento la historia chilena trata de restar la participación de los oficiales y personal de tropa peruano durante la campaña de 1836 hasta 1839, ya que el General Manuel Bulnes, en su condición de jefe de la expedición, puso a los mencionados generales peruanos a la cabeza de las divisiones chilenas y peruanas, porque conocían muy bien el terreno y por lo que tenían experiencia de combate. Algo curioso ocurrió con los militares peruanos que apoyaron a los chilenos, quienes en su mayoría llegaron a ser presidentes del Perú y otros ocuparon puestos importantes dentro del ejército peruano.
Para llegar a la cima del
cerro de forma cónica denominado Pan de Azúcar, el visitante puede partir en
vehículo desde la plaza de armas de Yungay, dirección norte, en lapso de cinco
minutos podrá estar en las inmediaciones de la pequeña plaza de armas del
centro poblado mayor de Punyan, casi al pie del mencionado cerro, luego
caminando lentamente se llega a la cima del histórico cerro, en lapso de cuarenta minutos
aproximadamente. Al llegar a la cima el
visitante siente la emoción de poner sus pies en este lugar sagrado, donde el
general peruano Anselmo Quiroz y más de mil doscientos Confederados lucharon
por la causa de la integración peruano boliviano, sin embargo narra la historia
que alrededor de las once de la mañana, más pudo la superioridad militar del
ejército restaurador (chileno-peruano) que doblegaron la defensa y arrasaron
con todos los Confederados. Según la narración de los historiadores peruanos y chilenos en esta batalla participó la sargento chilena Candelaria Pérez, ella en su condición de espía desde muchos años radicaba en el Perú, en el Puerto del Callao ella tenia un restaurante como fachada, se dedicaba a la venta de comida, pero también era una experta espía al servicio de su país. Cuando llegó el Ejército Restaurador al mando del General Manuel Bulnes Prieto, ella se incorpora de inmediato al Ejército, su
labor en el Ejército fue de soldado, espía y mensajera. La sargento Candelaria, cuando vio que el capitán Guillermo Nieto (su amante) había sucumbido en el fragor del combate, no vacilo ni un segundo y se lanzó al combate demostrado valor y terminó el ascenso del cerro Pan de Azúcar junto al personal sobreviviente y combatió mano a mano contra los soldados de la Confederación
Peruano y Boliviano. Actualmente la sargento Candelaria Pérez es patrona del Arma de inteligencia de Ejército de Chile.
Luego del fracaso de la defensa en el Cerro Pan de Azúcar donde sucumbió el General del Ejército peruano Anselmo Quiroz; la batalla se definió en la parte baja, en las chacras de la hacienda Punyan y en las riveras del río Santa, donde el General Andrés de Santa Cruz (boliviano) había posicionado al grueso del ejército Confederado de más de tres mil hombres. El General Agustín Gamarra
(peruano) conjuntamente con el General Manuel Bulnes (chileno) fueron quienes
dirigieron al ejército Unido Restaurador, logrando vencer al ejercito
Confederado. Aproximadamente siendo las dos y media de la tarde la batalla
había culminado, de esta manera también culminó el ansiado sueño de la integración
peruano boliviano, que fue visto con mucho temor y envidia por el país vecino
del sur (Chile) y por algunos peruanos que más vieron su interés personales que
el futuro integrador de nuestra naciones que un día conformaron una sola nación.
El cerro Huamancayan, también conocido como el cerro Punyan, el cerro
Pan de Azúcar, la llanura de la hacienda Punyan y el río Ancash, es mudo testigo de aquel
acontecimiento bélico, considerado como uno de los más sangrientos en la
América Latina de todos los tiempos, donde perdieron la vida más de tres mil (3000) hombres en ambos
bandos; por ende, recorrer estos lugares y sobretodo llegar a la cima del Cerro
Pan de Azúcar tiene un simbolismo mágico e histórico de profunda reflexión,
pues allí se derramó la sangre de muchos seres humanos, bolivianos, chilenos y
peruanos que lucharon cada cual por un ideal, cumpliendo las consignas de los
caudillos militares de la época. Finalizado la batalla el general chileno
Manuel Bulnes Prieto es reconocido por el alto mando peruano como el gran Mariscal del
Perú y el mariscal Agustín Gamarra Mesia es impuesto como presidente peruano
vía las armas de Chile; el presidente Agustín Gamarra Mesia, en honor a la batalla y al
triunfo del Ejército Unido Restaurador (chileno – peruano), mediante Decreto Supremo con fecha de 28 de febrero de 1839 cambia el nombre del departamento de Huaylas por el de departamento de Ancash.
Existe dos leyendas relacionado a esta batalla. Algunos hechos históricos de armas llevados
a cabo en nuestra patria, también tienen algo de leyenda popular, algo de
tradición oral que en los últimos tiempos ya se está perdiendo; recuerdo que en
el año de 1977 cuando me encontraba sirviendo a la patria como Tropa en el
Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado “Huascarán” N° 112, acantonado en el distrito de Caraz, Huaylas, algunos
soldados yungayinos me contaban de una leyenda ocurrido en la batalla de Yungay el 20 de enero de 1839,
ellos decían que según comentarios de sus antepasados, en plena batalla cuando
las tropas del Ejército Confederado de peruanos y bolivianos iban atacando con mayor fuerza diezmando a las fuerzas Restauradoras de chilenos y peruanos, las tropas del Ejército Restaurador peligrosamente empezaron a retroceder, muchos ya
estaban escapando con dirección al fundo San Miguel en el distrito de Caraz, en esas circunstancias de un momento a otro apareció en el campo de batalla que fue la llanura de la hacienda Punyan una bella mujer con su criatura en la espalda, esta mujer arengaba a las tropas restauradoras
para que no se escapen, ella les levantaba el ánimo para que sigan combatiendo con mucho valor, ella recorría el campo de batalla de un lado a otro arengando a la tropa para que no se
rindan, a ella ni una bala le impactaba, según la
tradición oral el triunfo de los restauradores se da por el milagro de esta
mujer. El General Agustín Gamarra Mesia (jefe del estado mayor), después de la batalla se queda en Yungay, recién al
día siguiente regresa al distrito de Caraz acompañado por todo los jefes y oficiales, en Caraz
una de las capillas es tomada para ser utilizado como hospital de las fuerzas restauradoras,
a esta capilla convertido en hospital lo habían trasladado desde el campo de
batalla al General Juan Bautista Elespuru, uno de los amigos de Gamarra, entonces Gamarra preocupado
por la salud de su amigo va a visitarlo y cuando ingresa a la capilla al fondo
ve un cuadro y ese cuadro estaba representado por una mujer con su criatura en la
espalda y con los mismos colores de la ropa de la mujer que un día antes había estado
en el campo de batalla al pie del cerro Pan de Azúcar arengando a las tropas restauradoras, entonces Gamarra
dice: “caramba, la virgen de Chiquinquirá es la que nos ha ayudado y ha hecho
el milagro para que nuestras tropas puedan salir victoriosos en la batalla de
ayer”; desde esa fecha Gamarra dispone la celebración de la fiesta
de la virgen de Chiquinquirá para se lleve a cabo el 20 de enero y eso se va cumpliendo
hasta la fecha.
Pero hay otra versión que
totalmente contradice a la primera leyenda, al respecto dicen que la mujer que
recorría el campo de batalla no era la virgen de Chiquinquirá, sino fue una
dama real que ostentaba el grado de sargento, ella se llamaba Candelaria Pérez que
participaba como tropa del batallón Carampangue, encargada de auxiliar a los
heridos, encargada de llevarles agua, aguardiente, chicha, para los sedientos combatientes;
en esas circunstancia del combate su amante el capitán Guillermo Nieto había
recibido el disparo de un fusil que fue mortal, entonces ella totalmente enloquecida
había tomado el arma de su amado y se convirtió en feroz combatiente disparando el fusil con total precisión y comenzó a recorrer el campo de batalla arengando a sus compañeros para que no se rindan, hasta que logaron la victoria de las fuerzas restauradoras. Son
dos versiones diferentes que se ha mantenido a través de la historia oral de
los yungayinos.
En el Callejón de Huaylas, principalmente dentro del ámbito territorial jurisdiccional del distrito de Caraz, Huaylas y el distrito de Yungay, las tropas chilenas dejaron muchos hijos; durante mi permanencia como Tropa en el Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado "Huascarán" N° 112 con sede en Caraz, entre los años de 1977 y 1978, y luego como suboficial entre los años de 1997 hasta el año 2006, siempre he encontrado personal de tropa con apellidos como: Juan Chileno, Succhu Chileno, Pedro Araucano, Rómulo Chileno, Octavio Hinostroza, ect. Estos soldados cuando les interrogué sobre el origen de sus apellidos algunos dicen que por tradición familiar saben que sus antepasados fueron soldados de Chile, como no sabían el apellido del progenitor le pusieron como apellido la nacionalidad del padre, el apellido chileno y araucano a través de los años se ha multiplicado; algunos soldados decían que desconocían el origen de sus apellidos, pero cuando les hablé de las tropas chilenas que vivieron en estas tierras y que habían dejado muchos hijos, se quedaron absorto.
En el año 1997, el personal de la Companía "A" Ingeniería N° 112 realizó trabajos con tractores abriendo una trocha para el traslado de material para la instalación de torres de alta tensión, en el terreno que está ubicado al frente del Centro Poblado Mayor de Punyan, cerca al río Santa, al pie del cerro que presenta caídas de tierra, durante la construcción de la trocha se encontró cantidad de osamentas de soldados que aun conservan sus uniformes de campaña, las prendas (uniformes) estaban bien conservadas, polacas de color rojo, pantalones blanco de bayeta, polacas amarillo, pantalones azul, es muy posible pertenezcan a la tropas peruanas, bolivianas y chilenas.
Un hecho histórico que nos grafica, una vez más, que los intereses de un segmento adinerado de peruanos y chilenos,se sobrepuso a un gran proyecto como el que esbozó Santa Cruz! Y de eso, debemos aprender.
ResponderBorrarNilo Orduña
Interesante recordar la historia que compete a países vecinos.
ResponderBorrarNo era tan fácil. La convocatoria inconstitucional de dos congresos separados para crear dos estados: nor y sur peruano fue un factor de rechazo de parte de la civilidad en el Perú.
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