En aquellos tiempos todo el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales teníamos identidad falsa, es decir para identificarnos con la población contábamos con una Libreta Electoral falso, equivalente al DNI actual, utilizamos pelo largo y barba, sobre todo nadie utilizaba galones (grados) sobre el hombro ni en la gorra, nadie sabia quien es quien, además comúnmente el personal se identificaba mediante "chapas" y/o seudónimos, el personal de Tropa también se identificaba mediante seudónimos. En las Bases todo tipo de documentos se firmaba con nombre y apellido falso y rubrica ficticio. Normalmente el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales rotábamos de base en base cada tres meses, en esas circunstancias el 06 de junio de 1994 llegué como destacado a la Base Contrasubversivo N° 28 del distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, departamento de San Martín, en esta base militar trabajé hasta el 30 de octubre de 1994, es decir laboré durante cinco meses consecutivos. En este distrito encontré a un oficial del grado de capitán (jefe de base) de seudónimo Manuel, un alférez con seudónimo Zeus, Técnico Lester, Suboficial de inteligencia de seudónimo Carlos y 60 hombres de Tropa Servicio Militar Obligatorio en un 99 % de origen selvático, en su totalidad jóvenes de condición muy humilde, que procedían de los diferentes caseríos y distritos del departamento de San Martín.
En el mes de octubre del año 1993, en este distrito incursionó una columna subversiva, conformado por 120 combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, los grupos subversivos incursionaron al mando de un médico traumatólogo, el camarada "Alfonso" y procedieron a saquear la posta medica del distrito, llevándose consigo todos los medicamentos, al respecto algunos pobladores me informaron que la agrupación maoísta había sido comandado por un doctor en medicina, pues él se había identificado manifestando ser un profesional en la especialidad de traumatología. El grupo subversivo abandona el distrito llevando consigo el medicamento incautado, se desplaza con dirección a la mina de sal, pero antes en la parte baja sacrifican un chancho donde algunos proceden a preparar comida y otros descansaban plácidamente, en esas circunstancias es sorprendido por las patrullas del Ejército, en breve enfrentamiento muere el mando subversivo y tres combatientes subversivos, otros escaparon por el monte. Dando respuesta a esta incursión el Comando del Ejército del Destacamento Leoncio Prado con sede en la ciudad de Tarapoto, departamento de San Martín, mando instalar una Base Contrasubversiva en este empobrecido distrito.
Durante mi permanencia en esta Base Contrasubversiva, en horas de la tarde el personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa jugaba fútbol contra los equipos (civiles) del distrito, en esas circunstancias en mi condición de futbolista de la base militar hice amistad con algunos deportistas de la localidad y uno de ellos fue un individuo conocido por todos como "Vily" una persona de contextura gruesa, tez blanca, quien vivía cerca a la base militar, resulta que este individuo había sido el coordinador y hombre enlace con los narcotraficantes colombianos y peruanos, un día finalizado el partido de fútbol me dijo "jefe habrás venido con un costal porque de aquí vas a salir con miles de dólares", palabras que desde ese momento despertó mucha curiosidad en mi mundo interno.
El 3 de julio, en las primeras horas, me apersoné a la estación de radio para la instalación del Receptor Transmisor HF/BLU Thomson TRC 340, para iniciar el reporte respectivo con el Puesto de Comando ubicado en el distrito de Rioja, en esas circunstancias el capitán Manuel al verme no pudo disimular su amargura pues su plan de despistarme había fallado, se sentía muy incomodo y me dijo. ¿y la radio?, en el acto le contesté, manifestando: "que el aparato lo reparé en San José, todo está operativo. Siendo las 08:00 horas el Suboficial de Inteligencia de seudónimo "Carlos" se presentó con el informe de detención y la declaración testimonial de los detenidos, ambos detenidos bajo juramento dijeron en sus respectivas declaraciones que les habían incautado 200 kilos de droga refinada, una camioneta de lunas polarizadas y la cantidad de $ 20,000 dólares americanos en efectivo, como es normal la documentación que presentó el mencionado suboficial no le gustó al capitán Manuel; presencié cuando el capitán y el suboficial Carlos bajo el techo de la pequeña oficina del estado mayor, casi se agarran a golpes. El capitán mandó salir a los detenidos y con la pistola en la mano les amenazó, diciendo: "carajo, yo en ningún momento he incautado dinero en efectivo, solamente se incautó 20 kilos de droga, si continúan jodiendo les vuelo la cabeza y punto", en ese momento los dos narcotraficantes declinaron su versión cambiando su declaración testimonial que solo había sido incautado los 20 kilos de droga y la camioneta, firmaron todo el documento así como ordenó el capitán. Siendo las 10:00 horas en la misma camioneta se lo llevaron a los dos detenidos con destino a la ciudad de Tarapoto, dijeron que iban a ser entregados a la Fiscalía y todo fue una finta nada mas. Antes de viajar habían hecho la repartición del dinero, a mi no me participaron para nada, como en la primera ves en horas de la noche cuando llegué a mi alojamiento debajo de mi almohada en esta oportunidad encontré la suma de Mil Doscientos ($1200.00) dólares americanos, hasta la fecha no se quien habría colocado dicho dinero, todo el dinero lo gasté en la segunda bajada de bienestar, pues yo era el hombre indicado para salir de bienestar, los otros simplemente no querían salir por estar atentos a estos negocios sucios con los narcotraficantes peruanos y colombianos. El capitán Manuel, el Alférez Zeus y el Técnico Lester ya había depositado en dos oportunidades miles de dólares en el Banco de Crédito del Perú con sede en la ciudad de Tarapoto, depósitos a nombre de sus familiares, fue un gran error de ellos depositar es cantidad de dinero, ellos no se dieron cuenta que ya les estaban siguiendo los de servicio de inteligencia, en si hasta los de la base sabíamos que ellos hacían esos depósitos. A mediados del mes de setiembre, compraron dos chanchos de gran tamaño y mandaron preparar carne ahumado y dijeron que era para el General del COPERE que laboraba en el Cuartel General del Ejército, distrito de San Borja, Lima, además también compraron licores afrodisiacos oriundos de la selva. En varias cajas se embaló la carne de chancho y los licores, todo estaba listo para ser transportado a la ciudad de Lima, pues en esos días había previsto viajar a la ciudad de Lima el mismo Técnico Lester, llevando consigo todo tipo de regalos para el General de tan alto cargo en el manejo del personal a nivel Ejército, pero antes deciden viajar a la ciudad de Tarapoto para hacer el tercer deposito de miles de dólares en el Banco de Crédito del Perú, en esta oportunidad la rutina les traicionó, pues los elementos de inteligencia les habían seguido de cerca y para coronar la mala suerte los tres habían viajado como si fuera un paseo con sus respectivas amantes de companía, mujeres jóvenes del distrito, llegando a la ciudad de Tarapoto se habían alojado en uno de los hostales de lujo que se encontraba en las inmediaciones de la plaza de armas, que la noche les cobraban $100.00 dólares americanos, en el hostal se quedaron las mujeres y ellos se habían dirigido al Banco de Crédito, donde cada uno de ellos se habían apoderado de la ventanilla; por ende, los cajeros se demoraron por mas de 20 minutos contando miles de billetes americanos de manera detallada, en esos momentos los mafiosos de la Inspectoría del Destacamento Leoncio Prado de Tarapoto y la fiscalía de Tarapoto les intervinieron a los tres, inmediatamente fueron conducidos a la Inspectoría del Cuartel, mientras ellos eran detenidos otro grupo de elementos de la Inspectoría habían intervenido el hostal, donde ingresaron y verificaron todo, las mujeres asustadas no sabían lo que ocurría, se lo llevaron todo tipo de evidencias. En horas de la noche la amante del Técnico Lester retornó al distrito de Agua Blanca y ella me buscó para informarme todo lo relacionado a la detención de mis colegas, mientras las amantes del capitán Manuel y del alférez Zeus aun permanecían en el hostal de Tarapoto. En aquellos días yo quedé al mando de la Base Contrasubversivo, teniendo como mi adjunto al suboficial de inteligencia "Carlos".
Patrullaje Contrasubversivo en el distrito de Alto Saposoa, octubre 1994.- Pasarraya es la capital del distrito del Alto Saposoa, provincia del Huallaga, por las inmediaciones de este hermoso y acogedor distrito recorre el serpenteante y caudaloso río Saposoa de aguas de color marrón que es su principal característica sobre todo en las épocas de lluvia. Hoy, el tiempo se ha encargado para recordar mis pasos por estas tierras, fue en la segunda semana del mes de octubre del año 1994.
En el silencio de la noche, siendo las
01:30 horas, 42 hombres de la patrulla, procedente del distrito de Agua Blanca,
provincia de El Dorado, caminó por las riveras de este río, río abajo, en
paralelo, buscando un puerto para cruzar hacia el lado sur del distrito.
Después de caminar largo tramo en una trocha rodeado de árboles, hallamos un
puerto y una pequeña embarcación armado con maderas de topa. En la oscuridad,
dentro del monte, el río iba soltando sus murmullos amenazantes, nadie sabía a
ciencia cierta los secretos que guardaba en sus correntadas, para algunos
cruzarlo nadando en plena oscuridad con el uniforme puesto era de vida o
muerte, de manera muy particular para mi persona, yo sabía de mis limitaciones
dentro del agua; ergo, parado en la orilla, me llené de sentimiento de mucho
miedo que brotaron de mi alma, era muy grande la distancia para mis brazos, de orilla
a orilla había más de 60 metros, parado en la orilla viví momentos sin
palabras, pero los minutos avanzaban, entonces comprendí que el riesgo más
grande en la vida es no arriesgar, el soldado que no arriesga nada, no hace
nada, no es nada en este mundo.
En el lado sur del distrito de Agua
Blanca, provincia de El Dorado, existe un cerro con una mina de sal que los
pobladores de la zona la explotan para su consumo. En esta cadena de montañas
existen trochas muy antiguas por donde también transitan los combatientes del
Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso; por ende, las patrullas del
ejército siempre se movilizaron hacia el sector en mención en un terreno
empinado y muy difícil de transitar con la finalidad de realizar emboscadas.
Por estas trochas transité en la segunda semana del mes de octubre del año 1994,
fue mi último patrullaje en esta zona, en este patrullaje nos acompañaron cinco
civiles del pueblo que eran ronderos, ellos trasladaron a la espalda las
municiones de reserva, granadas de reserva, provisiones y otros.
La patrulla lo comandó el teniente del Ejército a quien lo conocíamos con el seudónimo de loco "Marte", graduado como comando, excelente oficial y muy capacitado; este oficial en plena oscuridad, dando el ejemplo se lanzó a la turbulenta correntada del rio Saposoa, llevó consigo enganchado en la cintura uno de los extremos de una soga para jalar a la pequeña embarcación cargado con fusiles, mochilas, el lanza cohete RPG, el equipo de radio y otros.
Después de la cena con la carne del ave paujil, todo el personal permaneció descansando en una tarde de temperatura agradable y soleado, por lo que decidimos pasar la noche en la cima de este cerro, llegado la noche, en este lugar tendimos ramas y lo cubrimos con plásticos, ahí nos acostamos tapados también con plásticos que nos servían como si fueran ponchos de jebe, en esa circunstancias, siendo las 01:00 horas, nos sorprendió una lluvia torrencial e imparable, era como un diluvio, nada nos protegía, en esos momentos todos nos pusimos de pie con el uniforme mojado, cinco minutos permanecimos acomodando las mochilas y cubriendo el cañón del fusil con bolsas de plástico para protegerlo del agua, luego decidimos bajar por esa trocha angosta al borde de inmensos y profundos acantilados, la oscuridad era total, nuestro destino fue el distrito de Pasarraya del Alto Saposoa. Siempre nos dicen que en las noches para no delatar de nuestra presencia no deberíamos prender nada de luces, pero durante esa marcha todos rompimos esas normas que muchas veces salen del escritorio de tácticos mediocres, si no es por las luces de la linterna de mano aquella madrugada muchos hubieran terminado en esos abismos de más de mil metros de profundidad, los restos de los caídos difícilmente lo hubieran rescatado. Tapamos nuestras espaldas, las mochilas y el armamento con plásticos y continuamos bajando con intervalos de hombre a hombre a una distancia de medio metro, en este tipo de patrullajes, el soldado siempre debe pensar en su fusil, pues sin ella no es nada; siempre protegiendo el fusil así como dice el instructor Gamboa en la película "Ciudad y los Perros" el arma nunca debe caer al suelo, es preferible romperse la cara antes que soltar el fusil, para el soldado el arma es tan importante como sus huevos, ¿usted cuida mucho sus huevos soldado?"; con las palabras del instructor Gamboa que alguna vez habíamos escuchado en la mencionada película, con las mismas frases casi al pie de la letra le inculcamos y advertimos a la tropa para el cuidado del armamento durante la marcha con el correaje del fusil bien asegurado y con el cañón hacia abajo para proteger de la intensa lluvia, en una trocha sinuoso y muy resbaladiza, donde también corría mucha agua, rodaban piedras, se nos presentaba también inmensos árboles caídos que sobre estos teníamos que pasar como si fueran obstáculos de pistas de combate, para estos tipos de desplazamiento no contamos con pochos de jede ni bolsón de primeros auxilios para cualquier accidente.
Siendo las 07:45 horas, llegamos al lado Este del distrito de Pasarraya, capital del distrito de Alto Saposoa. Las montañas circundantes de este hermoso valle amanecieron abrigados por una densa neblina que permaneció largo rato abrazado con la copa de los árboles, a los lejos también se sentía el rugir amenazante del caudaloso y turbulento río Saposoa que nos separaba con el distrito en mención. Ocupamos un hermoso lugar donde hallamos dos casas con techado de hojas de plátanos, el inmueble habría sido de presuntos narcotraficantes, quienes ante la proximidad de la patrulla del ejército escaparon dejando montón de hojas de coca que estaba en proceso de secado, tres sacos de arroz de buena calidad y 15 gallos de pelea en sus corrales, aquella maña esos animales nos sirvieron de sustento para saciar el hambre, todos los gallos terminaron en las ollas, desde este lugar los cinco ronderos retornaron al distrito de Agua Blanca, pues ya habían cumplido su misión.En
el inmueble de los presuntos narcotraficantes, descansamos todo el día para
recuperarnos del desgaste físico, como es obvio después de consumir el
suculento caldo de 15 gallos de pelea ya estábamos bien reconfortados. En la
noche todos permanecimos uniformados y puesto nuestros borceguíes en espera de
cualquier orden, en esas circunstancias siendo las 02:00 horas, apareció una
avioneta, sobrevoló casi en forma circular iluminando con luces potente a todo
el valle, ¿pero una avioneta porque hizo su presencia a esa hora?,
definitivamente era una avioneta de narcotraficantes; por ende, en plena
oscuridad formó todo el personal de la patrulla y nos desplazamos a paso largo
con destino al aeropuerto informal del Centro Poblado Mayor de Rejis del Alto
Saposoa, caminamos dentro de la trocha, cubierto de una densa vegetación y
llegamos al río Saposoa, como en horas de la madrugada del día anterior había
llovido por varias horas, el río aún estaba cargado y muy turbulento y se
desplazaba lentamente, hallamos un pequeño puerto donde en una de las orillas
encontramos una pequeña balsa hecho de maderas de topa, a esta pequeña
embarcación el teniente "Marte" le amarró una soga de 60 metros y en
plena oscuridad se lanzó al agua todo uniformado, nadó en la oscuridad para
trasladar la soga a la otra orilla, él ahí nos esperó, del otro lado ordenó a
todo el personal de Tropa pasar nadando, cinco en cinco los clases y soldados
pasaron nadando todos uniformados dentro de la oscuridad, en estos casos mis
respecto para la Tropa de la Selva, ellos son muy expertos en lo que respecta a
la natación en los ríos, todos uniformados nadaron más de 60 metros de
distancia, de orilla a orilla; mientras yo quedé en el mismo emplazamiento con
ocho hombres de Tropa, amarrando todos los fusiles sobre la pequeña embarcación
de madera de topa, bien amarrado, por ambos lados, mientras ellos amarraban los
fusiles, las mochilas de todo el personal, la ametralladora Mag, el
lanzacohetes RPG y el equipo de radio Thomson TRC 340; ahora el problema era
para mí, por mi cabeza reina mil problemas, en ese momento sentí mucho miedo,
entonces me vino a la memoria mis recuerdos de vivencias de juventud, pues en
esas épocas había nadado más de 100 metros de distancia en una represa profunda
por allá en la hacienda agrícola de Santa Rosa en Sayán, Huacho, al norte de la
ciudad de Lima, así mismo llegaba a mi memoria los nados que realizaba en el
río Pallar en Huamachuco, durante los años de Servicio Militar Obligatorio en
el año de 1978, donde nadaba juntamente con mis compañeros en esos remolinos
profundos, todo esos recuerdo de años llegaba en mi mente como acicate de
valor, pero habían pasado muchos años. En los cuarteles me habían entrenado en
unas piscinas de 25 metros de largo en ropa de baño, por ende el entrenamiento
básico del cuartel no me garantizaba para pasar este rió bajo intensa
oscuridad, en ese momento de desesperación hasta casi me orino de miedo, entre
mi dije ¿son más de 60 metros, son más de 60 metros?, en estas situaciones no
podía justificar el miedo delante del personal de Tropa, nunca había nadado
uniformado en horas de la noche y mucho menos en total oscuridad, en ese
momento pensé subirme sobre la topa cargado de armamentos, pero sentí vergüenza
delante de la Tropa, no sabía qué hacer. Para evitar cualquier percance, los
ocho hombres de Tropa se encargaron de la seguridad de la pequeña embarcación,
se colocaron cuatro en cada lado para sostenerlo, momentos que en voz alta el
oficial ordenó de la otra orilla para pasar y al mismo tiempo el grueso del
personal de tropa que ya estaba en la otra orilla a una sola voz comenzaron a
jalar todo el cargamento, en ese momento de desesperación me colgué detrás de
la pequeña embarcación, cogí una soga gruesa entre las crucetas de la madera topa
y no la solté para nada, de otro lado nos arrastraron, continuaron jalando con
mucha fuerza, cuando el cargamento y el personal llegó a la otra orilla el
teniente dijo (¿dónde está el suboficial, dónde está el suboficial?) pues no me
habían visto porque me demoré mucho en salir por la misma situación de la
oscuridad, estreches y el barro. Luego, todos con el uniforme mojado,
rápidamente cogimos nuestros armamentos y mochilas, nuevamente reinicie el
desplazamiento como hombre en punta, todo el camino se nos presentó barroso y
muy difícil para transitar, hemos realizado una marcha forzada hasta el
aeropuerto del Centro Poblado Mayor de Rejis, adonde llegamos en marcha
forzada, siendo las 06:40 horas, no hallamos ninguna evidencia de haber sacado
vuelo, fue una marcha agotadora por gusto.
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