En el año 1985 las instalaciones que ocupó este glorioso batallón perteneció a la Compañía Petrolera Lobitos de empresarios ingleses que luego fue vendido a la I.P.C. de EEUU. Desde el año 1888 hasta el 9 de octubre de 1968 los gringos explotaron el oro negro de estas tierras sin ningún control y sin pagar impuestos al Estado peruano en complicidad con gobernantes traidores de esas épocas, como único recuerdo de sus antepasados por estas tierras los gringos dejaron un cementerio con cientos de sarcófagos de mármol que hasta la fecha existe en las inmediaciones de los polvorines de la 8va división de infantería en el sector Este del distrito. Las dos bolas metálicas donde se almacenaba agua para abastecer a los pobladores del distrito y las instalaciones de madera fino ocupado por el personal militar y civil es otro de los recuerdos de los Yanquis.
En el año de 1985, las cuadras del personal Tropa Servicio Militar Obligatorio, las oficinas de estado mayor, los almacenes, la sala de conferencias y el casino de la tropa era de construcción de madera y con techo de eternit, los mismos que por el tiempo transcurrido se encontraban en completo mal estado. El alojamiento del personal de oficiales, el comedor y la cocina del personal de oficiales había sido construido en el año de 1977 (construcción moderna). El alojamiento del personal de suboficiales me parece que habría sido la casa de los obreros de la Empresa Petrolera Lobitos, eran casas de una sola planta, en regular estado, material noble y con techo de eternit, contaba con tres dormitorios, sala, cocina y comedor, (la cocina tenía instalación de gas natural). La red de agua y desagüe se encontraba totalmente colapsada desde las lluvias del Fenómeno de El Niño del año 1983 y no había sido refaccionado pese al tiempo transcurrido, al respecto manifestaban que no había presupuesto. La cocina de Tropa posiblemente también haya sido alguna instalación de la empresa yanqui, donde también existía cocinas con gas natural, a un costado quedaba el inmenso comedor del personal de Tropa. Como observación menciono lo siguiente: En aquellos tiempos en las Unidades de Combate no había personal de Técnicos, el grado máximo permitido era el de suboficial de primera (SO1), en la 8va División de Infantería el grado más antiguo era el de Técnico de primera (Tco1), el ascenso a estos grados fue muy restringido, pero después del desastroso gobierno del doctor Alan García Pérez (1985 - 1990) y el primer gobierno del Ingeniero Alberto Kenya Fujimori Fujimori(1990 - 1995), por los bajos sueldos del personal, como recompensa por los servicios en las Zonas de Emergencia, el Comando del Ejército dio carta abierta para los ascensos, ya no hubo exámenes de conocimientos, ya no hubo exámenes de esfuerzo físico, a partir del año 1990 el personal comenzó a ascender solamente con las calificaciones firmados por los jefes de companía y comandantes de Batallón; por ende, en estos tiempos las Unidades se llenaron de muchos Técnicos mediocres en sus respectivas especialidades, decían que en los años antes de 1990 a nivel Ejército solamente había ocho (8) Técnicos Jefe Superior y quince Técnicos Jefes, ahora (2013) existen 183 Técnicos Jefes Superiores y 573 Técnicos Jefes a nivel Ejército.
Tenientes y subtenientes de Batallón de Infantería Motorizado "Iquique" N° 31.- En el Ejército del Perú la función de Oficial de Guardia le corresponde a los Oficiales de grado de Teniente y Subteniente, según el Reglamento de Servicio Interior RE -34-5, sin embargo cuando me incorporé como cambiado de colocación a la 8va División de Infantería del distrito de Lobitos, con gran pesar encontré que esta función la ejercían los suboficiales, tal es así que hasta el mes de mayo de 1985 los suboficiales cumplimos esa función que por cierto no nos correspondía; por ahí habían algunos oficiales de reserva como el teniente arequipeño conocido como el “cirulito” Eloy Vega Sologuren, el teniente Chauca Lingan, el teniente Ezeta Vélez Néstor, el teniente Arroyo y el piurano “boquini” Guevara, quienes pues cuando cumplían la función de Capitán de día sigilosamente hacían su ronda a partir de las 12 de la noche y buscando siempre la sinrazón, encontraban ocurrencias en la guardia de prevención; por ende, sancionaban con castigos de arresto simple al suboficial a cargo de la guardia. A veces se acercaban pegado a la pared para esquivar la vista del centinela, luego para argumentar que el personal de tropa no hacia el alto reglamentario y como tal por falta de instrucción sancionaban al suboficial de guardia, de manera particular a mí pocas veces trataron de sorprenderme, en una oportunidad yo me escondí detrás de un muro, ahí permanecí en horas de la noche, cuando se aproximaba el Jefe de ronda personalmente le hice el alto reglamentario y como no se detenía a la voz de ¡alto, alto quien vive¡ hice un disparo al aire, así le hice asustar a un mayor que era del BIM “Glorioso Ayacucho Nº 3”. Pero luego las cosas se revirtieron, los tenientes de procedencia de la Escuela Militar de Chorrillos así como los teniente de procedencia reserva y también los subtenientes, por orden del señor General de Brigada Comandante General de la 8va División de Infantería, pasaron a ocupar la función de Oficial de Guardia y los suboficiales pasamos cumplir la función de Oficial de Día y Ronda Nocturna, ahora las cosas cambiaron, pero ellos si pues como eran oficiales hasta mandaban llevar sus colchones para dormir en la guardia, en una oportunidad le robé una ametralladora UZI al teniente Vega Sologuren Eloy y otro día al teniente Arroyo (un gordito de Pacasmayo, departamento de La Libertad), así mismo a muchos le hacía pasar malos momentos en la guardia, pues en las horas de la madrugada les sorprendía durmiendo al oficial y a su tropa, ese momento les robaba los fusiles a la tropa y luego me lo llevaba a mi alojamiento, al amanecer se daban cuenta que les faltaba fusiles y por ende algunos oficiales mostraban mucho rencor hacia mi persona, pero no me decían nada. Pero cuando se fue de la guarnición del distrito de Lobitos el General Briceño a fines de 1986, nuevamente los suboficiales retornamos a la guardia, pues el General entrante lo dispuso así.
El pozo donde se almacenaba agua para rancho de Tropa y Jeropa de la Unidad.- Cuando llegué a Batallón de Infantería Motorizado "Iquique" N° 31, encontré a un costado de la cocina de oficiales y en la parte posterior del alojamiento de oficiales un pozo hecho de cemento que tenía 5 metros de largo por 2 de ancho, tenía un metro y medio de profundidad, donde tres veces a la semana una cisterna del Batallón de Servicios Nº 8 dejaba agua destinado para el rancho del personal de tropa y de oficiales, este pozo tenía una tapa hecho de madera cubierto con calamina, en uno de los extremos se aseguraba con un candado, normalmente estaba controlado por un sargento 2do que lo llamaban (el plantón de agua), de este mismo pozo también el personal de oficiales y suboficiales recibíamos agua en un balde grande solo para ser utilizado para el baño después del entrenamiento físico. El personal de tropa después del entrenamiento físico se bañaba con agua del mar, para el lavado de prendas los días sábado al mando del oficial de día la tropa se desplazaba hasta la quebrada de Pariñas, un recorrido de seis kilómetros aproximado, donde se hallaban unos pozos de agua tipo manantial; en aquellos tiempos en este cuartel para el personal de reclutas la vida fue muy difícil, el agua que es un líquido elemental en la vida del hombre se encontraba racionado y muy controlado su consumo, de esta realidad se aprovechaban algunos malos sargentos, quienes en horas de la noche en complicidad con el sargento "plantón de agua" robaban agua del pozo y vendían a los sedientos reclutas como si fuera gaseosa en botellas.
Refacción de la Red de tuberías y llegada de agua a los cuarteles de la 8va DI Lobitos.- En el año de 1988 comenzaron a refaccionar la red de tuberías para agua desde el sector de Pariñas, en el mes de agosto de dicho año por primera llegó agua a un pozo que había en la parte posterior de la cuadra del personal de Tropa de la Compañía Comando y Servicios, la otra tubería llegaba al pozo que estaba ubicado entre el comedor y la cuadra del personal de oficiales, solamente a esos dos puntos llegaba agua. Los oficiales y suboficiales teníamos cilindros revestido con cemento en la puerta de los alojamientos, en esos depósitos un soldado "plantón" llenaba agua durante el día, el mismo que nos servía para el baño después del entrenamiento físico y lavado de prendas.
La energía eléctrica y los televisores en los cuarteles de Lobitos.- Gracias a Dios cuando llegué a este Batallón encontré por lo menos energía eléctrica, era tenue pero nunca faltó luz durante las 24 horas del día. En cuanto a aparatos electrónicos para la recreación si era un dolor de cabeza, el Batallón a las justas tenía un Televisor a color de 32 pulgadas y solamente llegaba la señal del canal 5 Panamericana Televisión y esto colocando una antena aérea de
La escasez de medios de transportes en Lobitos.- Desde el distrito de Lobitos a la ciudad de Talara existía una distancia aproximado de 35 Kilómetros, la carretera era pésimo y además había total escasez de medios de transportes, en horas de la mañana siendo las 08:00 horas salía desde el distrito de Lobitos a Talara la camioneta blanca de un empleado civil conocido con el apelativo de “cabezón” quien retornaba aproximadamente a las 13:00 horas, así mismo también prestaba servicio el auto tipo lancha del Técnico de 3ra OC Halanoca, quien trabajaba en la Compañía de Comunicaciones Nº 8. Ante la escasez de medios de transportes la gran mayoría del personal de oficiales, suboficiales y Tropa SMO no salíamos de los perímetros del distrito de Lobitos, la gran mayoría pasamos el fin de semana jugando fútbol en el famoso “Estadio de Patarcocha” o corriendo en la playa; de vez en cuando también en horas de la noche sobre todo los jóvenes formábamos grupos y nos dirigíamos a pie al prostíbulo conocido la "Rosa Roja" de la señora Juana, que se encontraba ubicado cerca al distrito de Talara, después de recorrer 25 kilómetros aproximado se llegaba cansado pero fogoso, donde permanecíamos hasta las horas de la madruga y luego después del gusto retornábamos a pie, a veces se retornaba al cuartel casi a las 05:00 horas, ya no dormíamos, porque siendo las 06:00 ya empezaba el entrenamiento físico que en aquellos tiempos fue muy riguroso; en otras fechas el fin de semana lo pasamos en el Bar Cevichería “El Cejon” del suegro del suboficial de 2da MVR Leónidas Ventura Bautista, donde no faltaba la cerveza helada y el ceviche mixto de pescado fresco, mero y el ojo de uva con su respectivo zarandaja.
Salida de paseo para el personal de Tropa SMO.- En los batallones de la 8va División de Infantería, cuando salía de paseo el personal de Tropa SMO, cada Unidad ponía sus vehículos de apoyo de combate para el transporte de su personal, desde la guarnición de Lobitos hasta la ciudad de Talara y viceversa. El Batallón de Infantería Motorizado “Iquique” Nº 31, normalmente los días sábados utilizaba entre ocho a diez vehículos de tipo UNIMOG y LA para el traslado y repliegue de su personal, uno de los oficiales de día se encarga del transporte del personal de paseo, quién el fin de semana se quedaba en el Cuartelillo de la ciudad de Talara al mando de todos los vehículos, el mismo que el día domingo a las 22:00 horas ya tenia listo y encolumnado a todo los vehículos en un costado de la Plaza Mayor de la ciudad de Talara, a este lugar llegaba todo el personal de Tropa, imagínense para mover a un batallón que en aquellos tiempos tenía un efectivo de 600 hombres; en estos mismos vehículos también algunos oficiales y suboficiales que vivían fuera de la guarnición de Lobitos se desplazan para salir así como para retornar. Personal de tropa que oportunamente no se encontraba a la hora indicada en el lugar de embarque se quedaba bajo su responsabilidad, ellos retornaban a pie llegando muchos de ellos recién en horas de madrugada a la guarnición de Lobitos. Los conductores y/o chóferes en su mayoría eran de la misma Tropa y algunos sargentos reenganchados.
Alfonso Ugarte Vernal.- Cuando se inició la Guerra con Chile en el año de 1879, con su propio peculio equipó y organizó un Batallón cuyo nombre fue: El Batallón de Infantería Iquique N° 31, y fue su primer Comandante de Unidad. Él un joven soltero y adinerado lo dio todo, su juventud, su fortuna y su vida por el Perú. Sin tener una carrera militar, con su dinero equipó y organizó su propio batallón, y el Ejército le asignó el grado de Coronel. Presentía que iba a morir; por ende, dejó un testamento en el cual disponía lo siguiente:
En la ciudad de Iquique, cuatro de noviembre de
1879; yo, el abajo suscrito, Alfonso Ugarte Vernal, hago el primero y quizá el
último testamento, con motivo de encontrarme de Coronel del Batallón de Infantería Iquique,
de la Guardia Nacional y tener que afrontar el peligro contra los ejércitos
chilenos que hoy invaden el santo suelo de mi patria y a cuya defensa voy
dispuesto a perder mi vida por la fuerza del sagrado suelo peruano.
Declaro que soy cristiano, que
profeso y creo en la religión católica y que vivo y muero en tal creencia.
Declaro que soy hijo legítimo de
mis padres don Narciso Ugarte y doña Rosa Vernal y que no tengo ni reconozco
otro hermano legítimo más que a Isabel Ugarte hija de mis antedichos padres
únicos dos que sobrevivimos a este matrimonio, habiendo muerto en la más tierna
edad mis hermano, Narciso y Federico Ugarte.
Declaro que después de la muerte
de mi legítimo padre, mi madre doña Rosa Vernal, casó por segunda vez con el
señor don Jorge C. Hillinger.- Que de este último matrimonio existe una hija
llamada Luisa Hillinger a la que reconozco como hermana legítima de madre.
En caso que esta población
(Iquique) cayera por desgracia en manos de los invasores chilenos, declaro que de mis
bienes enunciados quiero que mi señora madre y mis albaceas entreguen a mi
hermana Isababel Ugarte, ciento cincuenta mil soles en certificados salitreros,
la chacra Salcagua y Quincana, mis dos casas de Iquique y las piezas de plata
chafalonía que hay a bordo del buque Erato.
Dejo a mi hermana Luisa Hillinger
cincuenta mil soles en certificados salitreros y la mitad de la chacra Aroma
que me pertenece cuya hacienda es un porvenir para quien quiera dedicarse a
ella.
Dejo a mi prima Timotea Vernal quince
mil soles billetes porque le prometí casarme con ella y el tiempo no me lo ha
permitido efectuarlo como tenía resuelto.
Dejo a la Beneficencia de Iquique
cuatro mil soles para el Hospital.
Dejo a los pobres de Tarapacá
tres mil soles que los repartirá mi señora madre.
Dejo todo los demás de mis bienes
a mi señora madre Rosa Vernal de Hillinger para que los goce con la bendición
del Señor y la mía.
Dejo a mi padre político don José
C. Hillinger todos mis libros y mis cartas y copiadores para que le sirva de un
recuerdo y que se imponga que he sido siempre guiado de la mayor buena fe en
mis actos mercantiles y la buena voluntad que le tengo.
Dejo a mi primo Juan Vernal
Castro mi caballo blanco y un servicio completo de plaqué fino para Té, que
suplico a mi señora madre le mande comprar y se lo entregue.
Si en algo soy injusto aquí; si he olvidado algún deber, suplico a todos me perdonen, pues en los momentos en que escribo esto me encuentro apurado, con mis deberes militares y del negocio y mi ánimo completamente aniquilado al pensar que puedo desaparecer en esta campaña y abandonar a mi madre y mi hermana que necesitan de mi apoyo. Firmado, Alfonso Ugarte Vernal.
Alfonso Ugarte Vernal, murió en la batalla de Arica el 7 de junio de 1880.
MALDITO ABUSIVO. ACASO LA TROPA SON TUS HIJOS PARA QUE LES DES CON PALO?? HDP
ResponderBorrar