El 19 de octubre de 1994 a escasos 24 horas de expirar los alcances de la mencionada ley, un grupo de jóvenes arrepentidos se presentaron al Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja, San Martín, entre ellos se presentó el joven Juan Vásquez Paniagua, natural de Tingo María, 18 años de edad, mirada profunda y de mediana estatura como la gran mayoría de peruanos, quien luego de ser aceptado como soldado de la patria, inició su servicio militar obligatorio como cualquier recluta; pero un buen día del mes de febrero de 1995, la “alerta roja” lo sorprendió en el Puesto de Comando del Batallón. Las tropas invasoras de Ecuador están en el Valle del Cenepa dentro del territorio peruano delimitado y no demarcado, en esas circunstancias el batallón se apresta y se organiza en patrullas para salir rumbo al Puesto de Vigilancia N° 1 en Amazonas, y él no está considerado, entonces se acerca donde el teniente Delgado Valderrama y le dice, "mi teniente, yo también quiero ir" entonces el oficial lo mira y le contesta: "tú no estás considerado en las patrullas" pero él exige ser considerado y luego de ciertas coordinaciones con la superioridad es aceptado y lo nombran como un fusilero más de una de las companías, pero Juan conocedor de sus habilidades, pide algo mejor: "mi teniente a mí deme un lanza cohetes RPG" y así fue, le dieron el arma que buscaba y conocía mejor.
El 8 de febrero de 1995, antes del mediodía, desde la Base Militar de Ciro Alegría en Amazonas, comenzaron a trasladar en helicópteros MI 8 y MI 17 a todo el personal del batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja con destino al Puesto de Vigilancia N° 1, provincia de Condorcanqui. Por aquellos días, los pilotos de la Aviación del Ejército y de la FAP estaban muy intranquilos, los ecuatorianos nos habían derribado dos helicópteros, había temor en la ruta desde la Base militar de Ciro Alegría al Puesto de Vigilancia N° 1 porque los ecuatorianos tenían emplazados muchas armas antiaéreas en las pendientes del sector Cóndor Mirador, desde este lugar se domina todo la cuenca del río Cenepa. Por todo lo mencionado durante el desplazamiento aéreo entre el personal a bordo hubo momentos de mucha tensión, el tirador de la ametralladora colocó la cinta con municiones y comenzó a disparar en ráfaga hacía la inmensidad del mando verde, manifestó lo siguiente: “estamos pasando cerca de la línea de frontera, esta zona es muy peligroso”, en esos momentos todos permanecimos en completo silencio, pienso que cada cual iba cavilando en el misil del enemigo que podría salir de algún rincón de las profundidades del inmenso manto verde; ante un misil, un helicóptero de transporte es presa fácil y la ametralladora no servía para nada, ¿qué podría hacer un tirador de ametralladora ante un misil?, hubo miedo y tensión en ese desplazamiento, gracias a Dios llegamos sin novedad al PV N° 1.
El día jueves 9 de febrero de 1995, en el Puesto de Vigilancia N° 1, los
combatientes del Batallón Contrasubversivo N° 28 procedente de Rioja, armados
con los viejos fusiles FAL modelo 1958, modelo 1969, ametralladoras MAG y
lanzacohetes RPG, comprados en Bélgica y Rusia, durante el gobierno militar del
General Juan Velazco Alvarado en el año 1970, sin casco, sin chaleco, con
fornituras y cananas en hilachas, con mochilas y morrales en mal estado, nos
reunimos en las inmediaciones del río Cenepa, donde recibimos la arenga del
señor Teniente Coronel de Infantería Julio Celestino Chaparro Beraun,
Comandante de Batallón, donde el personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales
y personal de Tropa hicimos un juramento para defender a la patria y expulsar a
los invasores ecuatorianos del suelo peruano, finalizado este breve ceremonial
de compromiso con la patria, se inició el desplazamiento con rumbo a la zona
conocido como la "Ye".
Juan, como muchos de sus compañeros, bajo la sombra de inmensos arboles soporta el olor a la humedad, olor a sangre y muerte, como aquella mañana del 10 de febrero en la “Ye”; las lloviznas y la densa neblina que oscurece el cielo no cesa hasta el sábado 11 en la mañana, aquel día el batallón se traslada al cerro “Helipuerto Tormenta”, bautizado por los ecuatorianos como la Base Norte. Los dispararos de los lanzadores múltiples BM 21 del Ecuador disparados desde el PV Coangos y Cóndor Mirador relampaguean en nuestro espacio aéreo, explosionando a pocos metros, por el impacto vuelan despedazados inmensos árboles, en esa selva en disputa el joven soldado y sus compañeros avanzan sin ser visto por el enemigo; Juan, por su baja estatura se mimetiza con la naturaleza que la rodea, acostumbrado a la vida en el monte él quizás verá lo que otros no ven, siempre nos decía: “yo estoy hecho para la guerra, tengo que estar donde las papas queman” y cuando las circunstancias se le presentó, no lo dudó ni un segundo y disparó su temible lanzacohetes RPG.
Juan, era un experto tirador de lanzacohetes RPG, adiestrado en las filas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, y puso en práctica su habilidad frente a los ecuatorianos, él sólo fue pesadilla para los “monos”. En el silencio de las noches en el Valle del Alto Cenepa, los soldados ecuatorianos comentaban que había un peruano loco y suelto en la selva, que los tenía con los nervios en punta, porque en el momento menos esperado llegaba y disparaba con total certeza sus granadas, causando pánico y desesperación en el enemigo ecuatoriano (la granada de lanzacohetes RPG produce más de 3000 grados de calor y quema a
En
pleno combate los Oficiales, Técnicos, Suboficiales y la Tropa le miraba
sorprendido a este tirador que se paraba o se arrodillaba según las
circunstancias del combate, con total frialdad frente a los ecuatorianos los miraba
bien, apuntaba fijamente y disparaba con gran precisión. Juan le trataba con
tanto cariño a su lanzacohetes RPG,
en los momentos de descanso le conversaba y le daba sus palmaditas. Durante
los desplazamientos él se adelantaba buscando a las patrullas ecuatorianas, pero un día 22 de
febrero de 1995, él subió a una loma algo despejada y recibió un impacto de
bala mortal; el teniente Delgado al
verlo herido apresuró el paso para socorrerlo, pero él le decía; "no mi
teniente, no suba, no, no"……al parecer Juan desde el lugar elevado en que se
encontraba podía observar a las Tropas ecuatorianas atrincherados; si subía el teniente y su
patrulla, quizá lo “barrían”. Juan
así herido avanzó y disparo sus últimas granadas de su lanzacohetes RPG, luego le quitó el fusil a su cargador
y advirtió por última vez: mi teniente déjeme a mí sólo y así herido llegó
cerca de las trincheras del enemigo ecuatoriano, decidido a cumplir su cita con
la muerte, los soldados peruanos que habían quedado más abajo al no escuchar
más los tiros de FAL, dijeron ¡pucha! ya se lo tumbaron; pero el
coraje de este soldado peruano hizo huir a los soldados ecuatorianos, y recién
el teniente Delgado ordenó subir y
recoger el cadáver de Juan, su RPG que
había rodado a media pendiente de la loma y él tenía bajo su pecho su fusil FAL; así
murió este bravo combatiente peruano. Admirado por todo el personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 Rioja, pero por “terruquito”, por haber militado en las
filas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, ha quedado en total olvido.
La conmovedora historia de este muchacho, es una realidad que no se da a conocer tan fácilmente; por el simple hecho de que fue un «terruco». Esta historia nos da a conocer un aspecto que los militares, con seguridad, el ejército regular, desconocía. Sendero Luminoso, tenía tropas muy bien entrenadas, preparadas ideológica, como militarmente. Por eso lo llevaron al Cenepa. El, conocía la selva muy bien. Cuál sería su origen, se desconoce. Juan era un verdadero hijo del pueblo. Se insertó en las filas de SL porque amaba al Perú, quería un cambio radical de todos los males, la corrupción, la concesión, casi gratuita de nuestra país por parte de gobernantes traidores. Desertó, seguro convencido de la propaganda gubernamental que mientras ellos exponían el pellejo para demostrar sus verdades; sus dirigentes se daban la buena vida en la capital. La reflexión que nos deja esta lectura es que Juan en una u otra fila demostró que amaba a su país y se inmoló por ello.
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