jueves, 28 de abril de 2016

LA HISTORIA DEL TORO "CHITO" CAMPAMENTO MILITAR COMPANÍA "A" 112 CASERÍO EL PALLAR HUAMACHUCO 1978

En la tarde del 22 de abril de 1978, los proveedores de ganado bovino para rancho del personal de Tropa SMO, hicieron llegar desde la Cooperativa SAIS Cochabamba, una ternera de tres años y una vaca de cinco años; el oficial de rancho además compró diez ovejas, cinco chanchos, seis cabritos, varios sacos de papa, camote, choclo,  ají, etc. Toda la compra de animales y tubérculos fue para la preparación de pachamanca para 180 personas (almuerzo de camaradería), donde participamos los militares, empleados civiles y además civiles invitados entre ellos las autoridades del distrito de Huamachuco, provincia José Faustino Sánchez Carrión. Todos los animales quedaron reunidos en el sector del torreón N° 7 bajo el cuidado del personal de Tropa que cubría servicio de guardia en dicho puesto.

El 23 de abril, siendo las 03:00 horas, la vaca de cuernos largos y largo pelaje de color rojo de cinco años, en las inmediaciones del torreón N° 7 había parido un hermoso vecero de color rojo; para la sorpresa de todos, pos parto el animal amaneció con su placenta colgada y lamiendo el pelaje de su cría, pero el destinó de la madre ya estaba para morir después de algunas horas; pues esa mañana un par de matarifes contratados, siendo las 08:00 horas comenzaron a desollar a todos los animales para que la carne sea untado y condimentado con preparados especiales a cargo del personal especialista, toda la carne durante el día y la noche entera permaneció en grades depósitos embadurnado con diversos sabores de condimentos, bajo la vigilancia del personal especialista en la preparación de pachamancas. En la misma hora también otro grupo de personal comenzó a levantar 12 hornos con piedras. 

El 24 de abril de 1978, en el campamento militar del caserío de El Pallar, siendo jefe de la Companía "A" Ingeniería N° 112 el Mayor de Ingeniería don Walter Machiavelo Corcuera, todos hicimos un alto en nuestras labores cotidianas; no podíamos pasar alto esta fecha tan importante en la historia del Perú, pues durante la Guerra con Chile, en esta fecha en el año de 1880 se inmoló el Teniente Coronel de Ingeniería Don Pedro Ruiz Gallo, quien fue un militar e inventor, se desempeñó como mecánico, músico, pintor, investigador, médico y explorador, ​ considerado como uno de los precursores de la aeronáutica moderna​ y patrono del arma de ingeniería del ejército peruano. ​

La pachamanca es un plato típico de la gastronomía del Perú, es una costumbre ancestral principalmente de la zona Sierra de Ancash, Huánuco, zona central del Perú y otros, la preparación varía de acuerdo a las regiones. La palabra correcta sería patza manka (olla de tierra), las piedras que se escogen para levantar el horno son especiales, capaces de resistir alta temperatura, caso contrario revientan y colapsan en poco tiempo. Después de recibir intenso fuego las piedras en la parte interna muestran un color blanquecino, señal que indica que ya está a punto para ser colocado en el hoyo mas o menos de un metro de profundidad; la piedra que acumuló alta temperatura, algunas de mayor volumen se colocan al fondo como base y sobre esta de manera escalonada se van colocando las carnes de vacuno, oveja, cerdo, pollo, cuy y otros, previamente aderezados con ingredientes como chincho (el principal), huacatay, ají, comino, pimiento y otras especias, acompañado también con productos netamente andinos como la papa, camote, choclo, haba en vainas y, eventualmente, yuca. Con todo el producto adentro el hoyo es tapado con cartones, hojas verdes, mantas y todo cubierto con la tierra extraída del hoyo.  Más allá de una comida o de un ágape de camaradería, es un rito comunitario en el Ande del Perú y en algunas ciudades. La costumbre andina para comer la pachamanca es en una mesa grande o en el suelo, donde se tiende unas mantas. Las papas, las habas, los camotes, las humitas se tiende a lo largo de la mesa, de donde todos los invitados pueden coger y comer a su gusto sin limitaciones. Las carnes de diferentes sabores se sirven en platos. El ají molido con huacatay acompaña a este delicioso plato peruano.

En la mañana del 23 de abril el becerro quedó huérfano y fue adoptado por el personal de Tropa, en el acto bautizado con el nombre de soldado "chito", en alusión a un soldado a quien sus promocionarles le conocían con sobre nombre de "chito cabezón". Desde ese momento el becerro se convirtió como el mas querido por todo el personal militar, en las noches dormía en la cuadra del personal de Tropa sobre un colchón; así pasaban los meses, el animal se acostumbró a la vida castrense, participaba en las dos listas reglamentaria de Diana y Retreta, también en las listas extraordinarias; cuando el personal de Tropa rotaba como sanción a toda velocidad, en la mayoría de las veces por la parte posterior de la comandancia y las cuadras ordenado por los Oficiales de Día, ahí estaba el animal detrás de nosotros, es decir nos consideraba como parte de su especie. Durante los primeros tres meses recibió sus alimentos (leche) a través de biberones, en la horas de rancho formaba junto al personal de Tropa, respetando su orden jerárquico, siempre atrás sumisamente esperaba su biberón, pero luego ya no soportó ni entendió los respetos ni los escalones jerárquicos, ya no quería recibir sus alimentos a través del biberón, es decir el también quería alimentarse con el mismo rancho del personal de Tropa (sopa, guiso, arroz, refresco, platanos, etc), tal es así que un día en la hora del almuerzo, antes que pasen por las pailas los racioneros, el animal corrió y se aventó de cabeza a la paila de sopa, por ende los rancheros trataron de impedirlo mediante la fuerza, algunos lo jalaban de la cola, otros de las orejas y nadie pudo moverlo, cuando vieron que toda la sopa se había mezclado con las salivas de "chito" simplemente lo dejaron. Tomando toda la sopa totalmente satisfecho el animal levantó su cabeza y comenzó a caminar por las inmediaciones de la ranchería con la panza llena, al verlo algunos soldados comentaban diciendo: "En esta oportunidad el soldado chito dejó sin sopa a los racioneros, si continua así, un día a todos nos dejará sin rancho"; a partir de esa fecha el animalito no solo quería la sopa sino el rancho completo, ergo para evitarse problemas los rancheros le acondicionaron una paila para el solo, ahí le servían sopa, arroz, guiso con carne y otros, alimentado, con el rancho del personal de Tropa, el animal crecía fuerte y robusto, se sentía muy feliz compartiendo su vida junto con el personal de tropa.

Cuando el animal cumplió un año de vida se notaba que le salían sus cachitos; por ende, el Jefe de la Companía ordenó para que ya no permitan ingresar a la cuadra del personal de Tropa, sobre todo durante las noches, pero el soldado "chito" se había acostumbrado a dormir sobre un colchón y se sentía con derecho, cuando le cerraban la puerta, a la fuerza lograba ingresar, golpeaba y empujaba la puerta con su cabeza, en otros casos como protesta mugía fuerte perturbando el sueño del personal; por ende, el sargento 1° Anco Mamani en su condición de reenganchado mas antiguo de la companía le daba orden al imaginaria de turno abrir la puerta para el ingreso del animal. 

Cuando el soldado "chito" cumplió un año y medio de vida, mostraba fuerza y poder, por ende el jefe de la Companía ordenó su traslado hacía uno de los corrales de don Francisco Pinillos Montoya, poderoso hacendado de los caseríos El Pallar y Yanasara. Un día en horas de la mañana dos soldados le colocaron soga a "chito" y a la fuerza lo sacaron por la puerta de la guardia de prevención y lo depositaron en un corral donde estaban los animales del mencionado hacendado; cuando el soldado "chito" ingresó al corral, otros animales de su misma especie inmediatamente se le acercaron a olisquearlo, entonces nuestro engreído se espantó y se escapaba por los rincones, mientras nosotros le mirábamos atentos todo este acontecimiento desde la parte exterior. El animal que nunca había compartido su vida con las de su especie, desde el rincón nos miraba como si estaría pidiendo auxilio para rescatarlo, pero ahí lo dejaron triste y asustado. Pasaban los minutos el torito muy engreído se sentía cada vez más solo, pues extrañaba a sus amigos soldados que eran como su única familia pues a diario corría siempre a la retaguardia del personal, sobre todo en las horas de lista. Al medio día en las inmediaciones de la guardia el cornetero de servicio ejecutó el toque de corneta para rancho del personal de Tropa, no tardó mas de cinco minutos y el torito "chito" pasó por la guardia a toda velocidad, los soldados del servicio totalmente sorprendidos gritaron ¡"chito", "chito","chito"!, el animal corrió hasta el centro del patio de armas donde se cuadro con la cabeza levantada mostrando altanería y poder, a continuación corrió hasta el sector del rancho donde todos le miraban sorprendidos. El soldado "chito" acostumbrado a las actividades castrenses se había memorizado todos los toques de corneta mas aun si era para rancho, aquel medio día nuevamente almorzó en su paila de siempre, su infaltable sopa, arroz con guiso de carne, refresco y plátanos. Al día siguiente nuevamente lo llevaron al coral y otra vez se escapó para el rancho del medio día, para el animal el toque de corneta era una orden y tenía que cumplirlo, pues así lo acostumbramos; a partir de esa fecha como castigo lo llevaron a otros corrales aparentemente mas seguro, para "chito" nada cambio, cuando escuchaba los toques del corneta sobre todo si era para rancho, como por arte de magia se escapaba y pasaba por la guardia a toda velocidad y recién frenaba su carrera en la ranchería del personal de Tropa. 

El querido toro "chito" creció entre los soldados del Ejército peruano en el campamento militar del caserío "El Pallar", distrito de Huamachuco, provincia José Faustino Sanchez Carrión, La Libertad, fuerte, sano y poderoso, cuando cumplió los cinco años de edad sus cachos estaban bien desarrollados y le creció el morrillo en la nuca a su máxima expresión, a esa edad los animales de su especie están maduros y normalmente son sacrificados para carne y por ende también le llegó su final, los soldados que fueron  sus amigos no le perdonaron su vida, es decir corrió la misma suerte que su madre, el 23 de abril de 1983, el Jefe de la Companía dio la orden para que el animal sea sacrificado, por ende los soldados lo desollaron para el almuerzo de camaradería del personal militar por el día de la Ingeniería del Ejército peruano.    

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