jueves, 17 de diciembre de 2020

LLEGADA DEL EJÉRCITO PATRIOTA AL DISTRITO DE AGUA MIRO HUÁNUCO CAMPAÑA DE LA BREÑA 7 DE JUNIO 1883

El 21 de mayo en horas de la tarde, desde la ciudad de Tarma, Junín, las debilitadas tropas peruanas de 2240 hombres pesimamente mal armados iniciaron el desplazamiento hacia el Norte del Perú, fueron perseguido por dos divisiones chilenas de 3200 hombres de las tres fuerzas y bien armados. Las fuerzas patriotas en su mayoría a pie y descalzos, después de un largo y penoso desplazamiento en las zonas del departamento de Junín y Cerro de Pasco llegó al departamento de Huánuco.

Entre los días 1 al 4 de junio, el Ejército del Centro permaneció en Huánuco, capital del departamento. Se ordenó el descanso prolongado por la necesidad de que las tropas se fortaleciesen para la difícil marcha por las cordilleras y punas que llevaría a la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Ancash, y a la de procurar algunos recursos económicos. Esto último fue difícil de conseguir, pues los grandes potentados de la provincias se hallaban escondidos en sus haciendas del interior, y fue ínfima la suma de dinero que se logró reunir, proporcionada mayormente por los pobladores de modesta condición: Al respecto los secretarios de Cáceres apuntaron, "desgraciadamente todos los esfuerzos fueron inútiles, y apenas se tuvo pequeña suma de soles en billetes; las personas adineradas que pudieron prestar algunos auxilios a nuestro ejército se encontraban escondidos en sus fundos y no era posible estimular su patriotismo". Poco dinero que se obtuvo apenas sirvió para la adquisición de algunas subsistencias para las tropas. 

El 4 de junio, siendo las 13:00 horas, en creencia de que las poderosas tropas chilenas ocupaban Ambo, el ejército peruano abandona la ciudad de Huánuco, marchando hacia la quebrada de Higueras, punto designado para pernoctar pues adelante seguía una zona montuosa inconveniente para la marcha nocturna. El coronel Secada que se desplazaba en vanguardia al mando de dos divisiones no ocupa la hoyada de Higueras y continuó su marcha hacía Mito, cuando ya caía la noche, esa noche aprovechando la oscuridad algunos elementos de tropa se extraviaron en el camino y otros se desertaron dejando sus fusiles, las armas y municiones se veían tirados en los potreros de maíz, dando como resultado de mas de 100 desertores, que produjo el error de Secada. El ejército se había dividido, algunas divisiones pernoctaron en Higueras y otros en Mito. Recién a media mañana del día 5 de junio llegó al caserío de  Mito el resto del Ejército, y tras consumir un frugal rancho se continuó la marcha hacía el paraje de Chasqui. Fueron 9 leguas de marcha forzada, por las "repetidas cuestas y fragosidades del terreno". Chasqui era un caserío carente de recursos, situado en plena puna donde no encontraron pasto para las bestias. En Cajas Chico la tropa pernoctó a la intemperie, soportando un fuerte aguacero.

El día miércoles 6 de junio, siendo las 06:00 horas, las fuerzas peruanas abandonan Chasqui y se trasladan a Sulluyacu, a donde llegaron siendo las 18:00 horas, en este caserío pernoctaron. Durante este desplazamiento lo más saltante de la jornada fue el paso del rio Marañón, que corría tranquilo por entre los cerros.

El día 7 de junio, tras un ligero desayuno en Sulluyacu, el ejército patriota prosiguió la marcha cruzando pantanos y muchas abras donde se fatigó la tropa. Se ordenó un breve descanso en Malpo, al reanudar la marcha, para cubrir el tramo que conducía a Aguamiro se presentaron a Cáceres los curas de Carhuamayo y Aguamiro, portando botellas de vino blanco que en ese difícil trance reconfortaron bastante a los jefes. Dos horas duró la subida por una quebrada llamada De las Siete Estaciones, porque se pasaba siete veces el riachuelo que corría por esos cerros. Desde estos caminos los combatientes de la breña contemplaron las ruinas incaicas de Huánuco Viejo, situadas en una inmensa llanura sobre Aguamiro.

El día jueves 7 de junio de 1883, siendo las 20:00 horas, el ejército peruano de 2240 hombres hacía su ingreso al distrito de Aguamiro, soportando torrencial lluvia. Nadie pudo descansar esa noche, pues "torrentes de agua pasaban por los pies de la tropa" además no encontraron comida, pese a que se ordenó a las autoridades del lugar tenerlas preparadas. El General Cáceres, sumamente contrariado, ordenó la prisión del subprefecto, que fue acusado por los pobladores de haberse opuesto a la preparación del rancho; en el acto se le sometió a juicio y fue destituido. Asimismo se levantaron cargos contra el gobernador pero éste no fue hallado; hubo informe de habérsele visto ocultando alimentos en su casa, y en efecto, al ordenar el General su allanamiento pudo encontrarse almacenadas gran cantidad de papas, ollucos, granos, y coca, productos que de inmediato fueron distribuidos entre la tropa para levantarle la moral. Atendiendo las sugerencias de los pobladores patriotas Cáceres en el acto nombró un nuevo gobernador, y gracias a sus servicios pudo mantenerse la tropa durante las tres noches y dos días que duró allí su estancia. En este distrito Cáceres nuevamente se reunió con su esposa e hijas que siempre habían marchado por delante del grueso del ejército, como es normal en situaciones de mucho peligro, el General a fin de no exponer a su familia, ordenó que, en algunas rutas, tomase la delantera, siempre protegida por una escolta conformada por oficiales y guerrilleros. En el distrito de Aguamiro el Ejército del Centro descansó dos días, 8 y 9 de junio de 1883. 

El día 10 de junio en horas de la mañana continuaron el desplazamiento con destino al distrito de Chavín de Huántar, por la ruta del Camino Inca de Tambillos y Taparaco, en este último paraje pasaron la noche; el día 11 continuaron la marcha por las zonas de Andachupa y por la planicie de Jatum Kolla, Ichik Kolla, llegado en una tarde radiante de sol hasta el encajonado paraje de Coyllur cerca al caserío de Challhuayaco, lado Sur del distrito de San Marcos, provincia de Huari, lugar donde pernoctaron.

En el mes de abril de 1883, el contraalmirante Patricio Lynch Solo, jefe de la ocupación chilena, instalado cómodamente en el palacio de gobierno de Lima, despliega 15 mil hombres bien armados por diferentes frentes con destino al Centro y Norte del Perú, hubo divisiones chilenas en las zonas de Junín, Huancavelica, en la zonas de la costa ocuparon todos los puertos del litoral desde Ica hasta Paita en el departamento de Piura; la finalidad de los invasores fue rodear y aniquilar a las debilitadas fuerzas peruanas; que en esas circunstancias difíciles para la patria como parte de la estrategia con fecha 20 de mayo por la decisión de la Juta de Tarma se retiraban con destino al Norte del Perú, para la captura del General traidor Miguel Iglesias Pino, quien se había rendido disolviendo al Ejército del Norte, luego entró en negociaciones de paz con los chilenos para la sesión territorial de Tarapacá, Tacna y Arica . 

En esta etapa de la guerra, principalmente después del grito o manifiesto en la hacienda Montan en Cajamarca llevado a cabo el 31 de agosto de 1882, la situación para el Perú se puso muy difícil, debido a la presencia claudicante de muchos oficiales y civiles del grupo de poder económico, adeptos al General traidor Miguel Iglesias Pino, quienes a nivel nacional comenzaron a colaborar con los altos mandos del Ejército chileno, ya no querían que se prosiga la guerra, porque la permanencia de los chilenos en el Perú a los grupos de poder económico no les convenía por que los invasores les imponía fuertes cupos. Grupos de poder como los grandes hacendados, mineros, guaneros, grandes comerciantes, como apátridas se unieron al bando enemigo como parte del "Ejército Pacificador del Perú", estos traidores sirvieron como propagandistas, guías, acopiadores de provisiones y principalmente como informantes en contra de sus propios connacionales que luchaban al mando del General Cáceres para expulsar a las fuerzas invasoras.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

LAS FUERZAS PATRIOTAS MARCHAN DESDE CHAVÍN DE HUÁNTAR A HUARAZ CAMPAÑA DE LA BREÑA 14 JUNIO 1883

El día jueves 14 de junio de 1883, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro del Perú de 2240 hombres de las tres fuerzas al mando del General Cáceres, ignorando lo que sucedía en su retaguardia con las poderosas fuerzas chilenas, abandona el distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari y se dirigen a la ciudad de Huaraz.

Desde el distrito de Chavín de Huántar las fuerzas peruanas prosiguieron la marcha con destino a la ciudad de Huaraz utilizado la ruta ancestral pre Inca por los sectores de los caseríos de Nunupata, Lanchan, Chacpar y Chichucancha; después de recorrer la puna Shongu Pampa, siendo las 12:00 horas, llegaron al paso de Yanashallas Punta sobre los 4700 m.s.n.m, cuya ascensión se había presentado como un verdadero reto, teniendo al frente el nevado Huantsán de 6,370 metros de altura. Cuando todos los incansables combatientes breñeros alcanzaron la cumbre, se les presentó un espectáculo impresionante: "desde allí se divisaba el nevado Huascarán, el hermoso Callejón de Huaylas, formado por las cordilleras Negra y Blanca".

El ejército patriota siendo las 17:00 horas, en una tarde radiante de sol plantó campamento en las faldas de la puna Arhuaycancha, Olleros, bajo los rigores de un congelante frío del verano serrano sobre los 4400 m.s.n.m. en un esfuerzo por demás admirable, había avanzado desde el Callejón de Conchucos hasta el otro lado de la cordillera de los andes del sector Callejón de Huaylas.

Desde la puna Arhuaycancha, el General Cáceres envió en comisión de servicio a De los Heros, Manuel Rodríguez y Elespuro, con encargo de que, llegando al distrito de Olleros, solicitasen acémilas de carga a las autoridades del distrito de Recuay y de Huaraz, caso contrario tendrían que abandonar más cajas de municiones y demás equipaje pesado sobre todo de la artillería. Pocas mulas y caballos pudieron enviar Jesús Elías desde el distrito de Olleros, y nuevamente los oficiales debieron desmontar para permitir el acarreo de los pertrechos.

martes, 8 de diciembre de 2020

MI EXPERIENCIA PARANORMAL ¡ VI EL ESPÍRITU DE MUJER BLANCA SIN PIES! EN URPAY PATAZ PERÚ 1993

Este acontecimiento paranormal me sucedió una madrugada del uno de noviembre de 1993, en el distrito de Urpay, provincia de Pataz, departamento de La Libertad. 

El 31 de octubre, finalizado las labores del Proceso de Referéndum en el Colegio César Vallejo, durante el gobierno de Alberto Fujimori, siendo las 18:30 horas, la patrulla "Huascarán" de 21 hombres ocupó el segundo piso de la municipalidad. Eran épocas del terrorismo y las patrullas del ejército luchaban contra las huestes del partido Comunista del Perú Sendero Luminoso. 

Organizado los tres turnos de servicio nocturno, siendo las 21:00 horas, el personal de primer turno ocupó sus puestos en los exteriores del local municipal; el turno de reten y la reserva procedió a descansar, en esas circunstancias pensando recuperar energías para el repliegue a pie sobre las escarpadas punas hasta el distrito de Tayabamba, procedí a tender al piso una frazada que me servía como colchón y me acosté tapado con mi capotin de campaña. 

Siendo las 12:00 horas, se produce el relevo del servicio, el personal de tropa de guardia de segundo turno bajó del segundo piso y ocupó sus puestos en los exteriores del local municipal; en este pequeño distrito del ande liberteño el frio de la madruga se nos presentaba intenso e insoportable, pese a todo el servicio se encontraba sin novedad. 

Uno de noviembre en el Perú es día de los muertos; siendo las 01:45 horas, comencé a sentir fuerte dolor estomacal, el dolor intenso ya no podía soportar, la patrulla no contaba con bolsón de primeros auxilios; ergo, decidí ir al rustico baño del pueblo para defecar, procedí a bajar al primer piso llevando consigo mi fusil FAL abastecido con una cacerina con 20 cartuchos, cargado, es decir con un cartucho en la recamara, además por si acaso llevé otra cacerina abastecida con 20 cartuchos en uno de los bolsillos de mi capotin. 

Dejando a los siete centinelas del segundo turno en las inmediaciones del local municipal, con la intensión de defecar para calmar el dolor intenso, a paso largo comencé alejarme caminando por medio de la humilde plaza de armas con dirección a un rústico baño público (letrina) que se encontraba entre las chacras en un lugar oscuro y desolado; a esa hora había total silencio y la oscuridad fue parcial debido a los efectos de la Luna que se encontraba en su Cuarto Menguante, hubo claridad como para caminar sin riesgo de caídas ni tropiezos. 

Después de caminar más de 100 metros de distancia a lo largo de la plaza de armas, doble la curva por un camino estrecho e ingresé a un terreno desolado, reinaba el silencio, me aproximé con mucho cuidado a una de las letrinas sin puerta, sin techo, sin agua, ni desagüe, dividido por muros de adobe. Obligado por el intenso dolor, como única alternativa para calmar el dolor estomacal quise defecar lo más rápido posible; por ende, a tropezones ingresé al pequeño y oscuro espacio (baño) con la mirada puesta hacía abajo para no pisar el hueco del silo, ubicando mis pies sobre el piso firme volteé hacía mi retaguardia, antes de bajar mi pantalón levanté la mirada y encontré a mi frente parado a una distancia de 4 metros a un ser extraño de 1.60 de estatura aproximado que tenía la vestimenta de color negro parecido a la de una monja, era una mujer blanca de mirada fija, estaba vestida con una ropa negra, era algo así como una falda que le llegaba hasta las pantorrillas, su tez muy blanca se notaba con claridad, sus ojos no se movían, no tenía pies, permanecía en el aire, todo su cuerpo se movía ligeramente en ambos lados, pero siempre permanecía en el mismo sitio, es decir no se alejaba. 

Desde el primer instante este ser paranormal anuló por completo mis movimientos, no pude mover mis pies ni los brazos, intenté gritar a todo pulmón y pedir auxilio, no pude; completamente mudo y sin reacción alguna permanecí en el mismo sitio como si fuera una estatua con el fusil FAL en el hombro derecho (al porta fusil); momentos que comencé a expulsar cantidad de babas en forma de espuma que se deslizaba hacía mi pecho, me salían lágrimas en cantidad y comencé a orinar en mi pantalón. 

En total silencio permanecimos frente a frente por lapso de 20 minutos aproximadamente, la vista y el oído en todo momento me funcionó con normalidad, es por eso que lo observé detenidamente, miraba su rostro blanco redondo bien tapado y también miraba sus pantorrillas sin pies que en todo momento permanecía ligeramente inestable, siempre se movía con el viento. Pasé los minutos muy aterrorizado y permanecí haciendo mucho esfuerzo intentando gritar y por momentos también pensada emplear el fusil, pero solo fue una idea nada más, pues mi cuerpo estaba paralizado, en esas circunstancias de casualidad ladró un perro desde una de las casas que se encontraba a una distancia de 80 metros y el ser extraño gira alrededor de sí mismo y sobre las chacras se fue a velocidad con dirección al distrito de Santiago de Chayas, no camina, se desplazó por el aire a ras del suelo como si fuera un papel arrastrado por el viento, aún paralizado me quedé siguiendo con la mirada hasta una distancia de 300 metros aproximadamente, momentos que los perros de otras casas también ladraron, los animales salieron y le persiguieron por la chacras y desapareció, en las chacras los perros comenzaron a aullar. 

Aterrorizado procedí a salir de la letrina, mi cuerpo que había permanecido durante varios minutos como anestesiado, gradualmente volvía a su estado normal, no defequé, sin embargo, el dolor estomacal había desaparecido; con abundantes babas espumoso a lo largo del pecho y con el pantalón húmedo por la orina, por el estrecho camino entre magueyes volteé la curva a toda velocidad, me faltaban piernas para correr, corrí por el medio de la plaza con dirección al local municipal a donde llegué con el cuerpo sudoroso y medio adormecido, de a pocas recobré la conciencia. Retornando al segundo piso de este inmueble sin hacer ningún comentario me acosté sobre la misma frazada, mi pantalón seguía mojado, parte de mi uniforme por el sector del pecho aun mostraba el espumoso babas que había quedado impregnado, ya no pude dormir, pasé las horas muy pensativo presagiando malos augurios sobre mi vida.

El día lunes uno de noviembre, es el día de los "muertos"; Urpay amaneció con lluvia, una mañana fría con abundante nubosidad, sobre todo en los cerros circundantes; el empobrecido y silencioso plaza de armas aun mostraba algunas casas pintarrajeadas por los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, cuando estos incursionaron en el mes de julio. Aquel día, siendo las 08:30 horas, empezamos a salir de este pequeño distrito; que como consecuencia de la lluvia de la madrugada la nubosidad baja cubría gran parte del sendero sinuoso, en este tipo de terrenos el ascenso es muy exigente y agotador, pero continuamos, nosotros con los pulmones acostumbrados en este tipo de terrenos continuamos la marcha entre eucaliptos, magueyes y pastos naturales, pero las subidas son cada vez más empinadas, así que las paradas para recuperar el aliento se repiten cada 15 a 20 minutos. 

Aquel día, durante el repliegue estuve muy pensativo, mientras caminaba por los cerros, sentía que mis pasos no eran los mismos; en el camino sinuoso, entre arboles de eucalipto y magueyes como si estaría escapando en la madrugada avanzaba entre tropezones, me daba miedo de voltear hacía el distrito de Urpay, me alejé, cargando en mi mundo interno el mal recuerdo del encuentro con el fantasma. En mi condición de soldado andino de acuerdo a mi cosmovisión por muchos años a nadie le informé ni comenté de este encuentro paranormal. 

Pasaban los años, la tortura en sueños siempre se me presentaba en imágenes parecidas al fantasma de Urpay, aparecía con vestimenta negra a veces con el cuerpo ensangrentado, ya era casi iterativa; incontables veces he luchado para no ser secuestrado, me perseguía en lugares desconocidos y desolados, pero lograba escapar volando hacia el espacio infinito, o también volaba de un cerro a otro cerro; todo este mal recuerdo se me presentaba en forma de pesadilla, en los instantes que estaba a punto de capturarme, me despertaba sudoroso, jadeando, respirado con cierta agitación por efectos del cansancio, mi corazón latía intensamente, ya no podía dormir, me levantaba de la cama y procedía a caminar, amanecía despierto viendo televisión. 

Cuando se cumplió los 20 años de aquel encuentro paranormal en el distrito de Urpay, comencé a contarles a mis familiares y también a mis colegas de labores del ejército en los diferentes cuarteles, pero nadie me cree, algunos lo toman en forma de burla y otros simplemente me dicen que estoy loco, otros dicen que para la ciencia este tipo de seres no existen. 

martes, 24 de noviembre de 2020

EL GENERAL CÁCERES REGRESA DE HUAMACHUCO A HUARAZ CAMPAÑA DE LA BREÑA 14 DE JULIO DE 1883

Finalizado la batalla de Huamachuco el 10 de julio de 1883, el General Cáceres acompañado por el coronel Justiniano Borgoño, comandante Florentino Portugal, sargento mayor Félix Costa Laurent y su asistente Saavedra, toda la noche se desplazaron por el camino Inca llegando hasta la localidad de Mollepata, Santiago de Chuco, lugar donde descansaron algunas horas. 
 
El día sábado 14 de julio de 1883, perseguido por chilenos y sus aliados peruanos el General Andrés Avelino Cáceres retornó a la ciudad de Huaraz. Cáceres pudo llegar con cierta tranquilidad a la ciudad de Huaraz pues el guerrillero Hidalgo Zavala y sus 200 hombres contuvieron a los chilenos y traidores peruanos que lo perseguían desde el Norte. 

El día 15 de julio, apoyado por algunos patriotas y allegados se quedó a descansar en la ciudad para reponer fuerzas y planear los siguientes pasos en la resistencia contra los chilenos y sus aliados peruanos adeptos al traidor Miguel Iglesias.

El 16 de julio de 1883, en la ciudad de Huaraz, el General Cáceres tomó la decisión de retornar al Centro del Perú, dijo: “Seguiré al interior para formar nuevo ejército y combatir hasta arrojar de la patria a los invasores”. En su largo periplo hacia el Centro del Perú muchos huaracinos lo acompañaron hasta el distrito de Olleros. Desde Olleros otro grupo lo acompañó hasta Recuay, prosiguiendo la marcha en horas de la noche entraron en la ciudad de Chiquían, donde fueron recibidos por un grupo de entusiastas patriotas entre los que figuraba Luis Pardo, jefe de guerrilleros y vencedor en el combate de El Infiernillo en Ocros. Aquí sucedió un singular episodio, que describió con sentida emoción el General Cáceres: "Al hacer alto en la cumbre, me ofrecieron coñac y aguardiente de pisco, y luego templando las guitarras que habían llevado consigo, pusiéronse a cantar, improvisando los siguientes versos que copió uno de mis ayudantes y que lo consigno aquí como un recuerdo de la emoción que me produjeron". 

“Cuando el peruano pelea y pierde,

no se desespera de la victoria,

porque el coraje crece y se enciende

y en nueva empresa verá la gloria.

¡Oh Patria mía! No me maldigas

porque al chileno no lo vencí,

que bien quisiera haber perdido

la vida entera que te ofrecí.

Más queda un bravo, noble soldado,

que aquí en la breña luchando está;

tú eres ¡oh Cáceres!, nuestra esperanza,

tu fe y constancia te harán triunfar”.

Fue aquella la más hermosa prueba de la conjugación del sentir de los pueblos con los ideales proclamados por el General Cáceres. De seguro, la noticia de lo ocurrido en Huamachuco llegó a Chiquián por la información de algún anónimo combatiente, y su relato debió ser de una emotividad tal que los guerrilleros de la zona le compusieron aquellos versos de reafirmación patriótica, en los que por primera vez se citó a La Breña, para dar nombre inmortal a la epopeya de la resistencia nacional. 

Así, pues, la batalla de Huamachuco se convirtió para los peruanos y para Cáceres, la Senda del Honor, sostén principal de la voluntad inquebrantable de no doblegarse ante la adversidad y de continuar la lucha contra el invasor y sus aliados traidores.

(Fuente: “Recuerdos de la Campaña de la Breña".

EN TRES CRUCES CACHICADÁN SE FRUSTRA EL PLAN DE ATAQUE A LAS FUERZAS CHILENAS 6 DE JULIO DE 1883

El día jueves 5 de julio de 1883 en Angasmarca, la inopinada Junta de Guerra expuso un plan de ataque a las fuerzas chilenas que se dirigían desde la ciudad de Trujillo al distrito de Huamachuco para reforzar a Gorostiaga. Cáceres Calculó que las tropas chilenas de 710 hombres de las tres fuerzas con cinco piezas de artillería al mando del comandante Herminio Gonzáles necesariamente pernoctaría en Porcón, y que al día siguiente, entre las 14:00 horas y 15:00 horas, estaría pasando por la localidad de Tres Cruces, Cachicadán
punto situado entre Porcón y la localidad de Tres Ríos, que le pareció al jefe peruano adecuado para dar la sorpresa. El plan fue aprobado con entusiasmo por todos los jefes y oficiales, pues a todos le pareció "magnifico y de éxito seguro". Se regresó entonces a Tulpo, llegando a las 19:00 horas, y el General impartió las órdenes pertinentes a todos los jefes. Se iniciaría la marcha al amanecer del día 6, y el triunfo dependería fundamentalmente de la celeridad y exactitud con que se movilizaran las tropas.

El General Cáceres se retiró a descasar "a una miserable choza de paja", mientras sus tropas habían ocupado un potrero para pasar la noche, todos a la intemperie. Llegaría durante esa noche un correo del Norte, informando que los guerrilleros del coronel Puga, a los que se creía que se encontraban en Cajabamba, estaban en Ichocán. Se remitieron de inmediato instrucciones al jefe de la guerrilla, pero ya no las recibiría a tiempo de avanzar con oportunidad sobre Huamachuco.

En Tulpo el día 6, siendo las 05:00 horas, la tropa estaba ya en pie, consumiendo rancho. El General Cáceres fue el primero en dejar Tulpo, adelantándose con su escolta a Tres Cruces para elegir posiciones. Tras cargarse dos piaras de mulas que desde Angasmarca enviaron los hermanos Porturas para ayudar en el transporte, en Tulpo a las 06:00 horas parecía quedar todo listo para la iniciación de la marcha, pero desgraciadamente Recavarren, que debía marchar en vanguardia, perdió valioso tiempo castigando a algunos soldados de su destacamento que intentaron desertarse. Recién a las 08:00 horas se inició el movimiento, siempre con Recavarren en vanguardia y por derecha; mientras que el coronel Secada tomaba el difícil camino de la izquierda. El destacamento del Norte tuvo pocos problemas durante la marcha, aparte del desgano visible de parte de la tropa y la severidad que impuso su jefe, temiendo siempre se produjera deserciones en masa. Pero el coronel Secada tuvo múltiples contratiempos, que fueron retrasando la marcha ante la desesperación del comandante en jefe, que infructuosamente trató, a medio camino, pasar a la derecha. Cerca a Pampamarca el Ejército del Centro tuvo que atravesar en columnas de a uno por un estrecho sendero; luego, para pasar un pequeño río en el primer vado de Angasmarca, hubo de bajarse a tierra toda la artillería, por cansancio de las mulas. Se continuo la marcha por terreno pantanoso y de repetidas cuestas sumamente pendientes y accidentadas, trayecto en que se fatigó grandemente la tropa y los animales de carga se fueron retirando de cansadas y extenuadas.

Así, el destacamento del Norte llegó al paraje de Tres Cruces a las 15:30 horas, solo para ver desfilar al enemigo por la pampa de Yamobamba. Cáceres, previendo que el coronel Secada llegaría muy tarde, preguntó entonces a Recavarren si estaba en condiciones de lanzar ataque. La respuesta fue negativa, porque el Coronel adujo no tener confianza en sus tropas: "Ante tan ingrata respuesta - Cáceres señaló - envié a uno de mis ayudantes al coronel Secada, ordenándole forzara la marcha". Todo resultó inútil, y el General, sumamente contrariado, vio avanzar al enemigo de Tres Cruces a Tres Ríos, sin poder hacer nada por evitarlo, el enemigo se les adelantó: "Mis miradas dirigiánse impacientes, escudriñando los puntos por donde debían aparecer las tropas de Secada, pero éstas no aparecían. Esperé con ansiedad hasta las cinco de la tarde. Los chilenos llegaban a Tres Ríos. Mi propósito se frustraba".  

No fue hasta tres horas después de haber pasado el enemigo cuando las tropas de Secada llegaron a la cumbre de Tres Cruces. Tampoco esta vez hubo recriminaciones, pero era ya evidente el enfrentamiento silente entre Recavarren y Secada, y entre éste y los secretarios del General, por más que nadie señalara públicamente a un responsable del percanes. Casi al mismo tiempo se presentaron unos paisanos, con un falso informe de que Gonzales había decidido acampar en Mollebamba. Era gente adicta al hacendado Bartolomé Terry, que llegó poco después, pues este proporcionó a Cáceres otro informe bastante alejado de la verdad: " Me aseguró asimismo el señor Terry - recordó Cáceres - que las fuerzas de Gorostiaga no pasaban de 500 hombres".

Cáceres creyó sobre todo en el primer informe, considerando que Herminio Gonzáles tendría que pernoctar en algún punto distante a 5 leguas de Tres Ríos. Pensó entonces que aun era posible sorprenderlo si se continuaba la persecución a marchas forzadas. Apoyaron esa opinión Recavarren y los secretarios, pero Secada hizo presente su disconformidad, principalmente por lo cansadas que tenía a sus tropas y porque el avance en la oscuridad sería una invitación para los desertores en masa. Se impuso el parecer de la mayoría y las 19:00 horas la hueste patriota principió  a bajar la escarpada cuesta, para luego seguir por una extensa pampa salpicada de ciénagas. Cáceres, que marchaba con su escolta en vanguardia, fue ajeno a la dispersión que se declaró a medio camino en algunos batallones, especialmente entre los conformantes del destacamento del Norte. Así, ante la impotencia de los jefes, se produjeron deserciones en masa, cuya considerable magnitud recién pudo comprobarse al amanecer: "El resultado de esa marcha nocturna e infructuoso sugerida por el doctor Manuel Rodriguez y Recavarren - apunta Secada -, fue que éste perdiera más de 300 hombres, y yo 82. La tropa no había tomado más que un solo rancho ese día, y estaba mucho más fatigada que en la víspera". Pero no fueron solamente 382 las bajas, sino 600, según reconocieron Abelardo Gamarra y el propio Cáceres. Y eso no fue todo: al llegar a la llanura de Tres Ríos a las 04:00 horas del 7 de junio, tras una ininterrumpida marcha de 20 horas, no encontraron chileno alguno. Gonzales, que había visto a las tropas peruanas en los altos de Tres Cruces, había acelerado su marcha y no paró hasta Huamachuco, a donde llegó la misma noche del 6 de Julio.

En Tres Cruces, Cachicadán, provincia de Santiago de Chuco se produjo uno de los peores reveses del General Cáceres. Salió a emboscar un destacamento de 781 chilenos que se trasladaban desde la ciudad de Trujillo con destino al distrito de Huamachuco, y perdió en el intento 600 hombres (desertores en masa) sin causar una sola baja al enemigo

El 7 de julio de 1883 en la localidad de Tres Ríos a 24 kilómetros de Huamachuco, el Ejército del Centro y el Ejercito del Norte con trapas disminuidas por la fuerte deserción y  con el resultado de una frustrada persecución nocturna, se reuniría para una nueva junta de guerra.

sábado, 21 de noviembre de 2020

DESPLAZAMIENTO DEL EJÉRCITO CHILENO DESDE CHAVÍN DE HUÁNTAR A LA CIUDAD DE HUARAZ 18 DE JUNIO 1883

Durante la Campaña de la breña, el día lunes 18 de junio, siendo las 05:00 horas
, las fuerzas chilenas de 1200 hombres de las tres armas, al mando del coronel Juan León García abandonaron el distrito de Chavín de Huántar, iniciando el desplazamiento con destino al distrito de Olleros en la provincia de Huaraz, Ancash. 

Utilizaron la misma ruta de camino pre inca que había utilizado las fuerzas peruanas, es decir marcharon por la ruta del caserío de Nunupata, Chuna, Lanchan, Chichucancha, Puna Shongu, Yanashallas Punta sobre los 4700 m.s.n.m, luego bajaron por la puna de Arhuaycancha, con destino al caserío de Huaripampa y el distrito de Olleros. Siendo las 17:00 horas del mismo día la vanguardia había llegado hasta el caserío de Huaripampa, pero en total mal estado debido a los cinco días de penosa marcha desde el distrito de Agua Miro, Huánuco. 

El acuerdo de los mandos chilenos había sido que, si las fuerzas peruanas continuaban su desplazamiento hacia el Norte, las tropas chilenas se unirían nuevamente en el distrito de Olleros, provincia de Huaraz; en efecto sucedió así, ambas fuerzas se unieron en horas de la mañana del 19 de junio, unidos las fuerzas de Arriagada y las fuerzas de León sumaban 3200 hombres de las tres armas y continuaron la marcha hacía la ciudad de Huaraz, Ancash, lugar donde llegaron en horas de la tarde del mismo día. 

El día martes 19 de junio el Ejército del Centro de 2240 hombres al mando del Cáceres ya se encontraba en el distrito de Yungay.



viernes, 20 de noviembre de 2020

TROPAS CHILENAS EN LA PUNA TORRES HUALLANCA BOLOGNESI ANCASH 16 DE JUNIO DE 1883

Durante la Tercera Etapa de la Campaña de la Breña, el sábado 16 de junio de 1883, siendo las 08:00 horas; 2000 hombres del ejército chileno de las tres fuerzas, al mando del Coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, abandonan la Puna Torres en el distrito de Huallanca, provincia de Bolognesi, Ancash. 

Las poderosas fuerzas chilenas de las tres armas se desplazaron con destino a la ciudad de Huaraz por la subida de Yanashallash, sobre los 4600 m.s.n.m., prosiguieron la marcha por las rutas de la cordillera Huarapasca, Puncu Ruri y la zona de Pastoruri; después de 12 horas de penosa y sacrificada marcha, ocuparon la hacienda ganadera Pumapampa jurisdicción del distrito de Cátac, provincia de Recuay, lugar donde pasaron la noche y esperaron a las tropas rezagadas.

En aquellos tiempos, las poderosas fuerzas chilenas al mando del coronel Arriagada se dirigían a la ciudad de Huaraz, persiguiendo a las fuerzas peruanas al mando del General Cáceres que se habían dirigido desde el distrito de Agua Miro por las rutas de Tambillo, Taparaco, Ichik Kolla y Jatum Kolla con destino al distrito de Chavín de Huántar, las fuerzas desde el día 15 ya se encontraban en la ciudad de Huaraz.

En esta etapa de la guerra a las poderosas fuerzas chilenas se unieron los traidores peruanos adeptos al traidor de Cajamarca Miguel Iglesias Pino. Después del Grito o Manifiesto de "Montan" ocurrido en Cajamarca el 31 de agosto de 1882, peruanos y chilenos comenzaron a formar el "Ejército pacificador del Perú", los invasores transitaron en los andes del Perú guiados por peruanos traidores. 

La cordillera de Yanashallash del distrito de Huallanca, provincia de Bolognesi, se ubica a 200 kms al sur de la ciudad de Huaraz, capital de la región Áncash y a 15 kilómetros del Centro Poblado Mayor de Pachapaqui, pueblo mas cercano; y a una distancia de 17 kilómetros del distrito de Huallanca. El clima es muy frío y lluvioso, por localizarse sobre los 4600 m.s.n.m. 


domingo, 25 de octubre de 2020

LA PATRULLA "HUASCARÁN" EN CASERÍO DE GOCHAPITA TAYABAMBA PROVINCIA DE PATAZ 1993

El caserío de Gochapita es uno de los caseríos del distrito de Tayabamba, provincia de Pataz. En los años de 1990 como actividad económica para sobrevivir los pobladores en su mayoría se dedicaban a la pequeña agricultura y ganadería, en aquellos años carecían de los servicios básicos de agua, desagüe y electricidad.

El 28 de octubre de 1993, el helicóptero Ruso MI-8 trasladó a la patrulla "Huascarán" de 21 hombres desde la sede del Batallón Contrasubversivo N° 323 acantonado en el distrito de Huamachuco, con destino a la Base Contrasubversiva acantonado en el distrito de Tayabamba, provincia de Pataz. Después de 45 minutos de vuelo, la nave que había sobrevolado bajo el infinito cielo azul sobre las inmensas montañas comenzó a descender, aterrizando en el aeródromo de tierra afirmada del caserío de Gochapita que está ubicado en la parte alta, sobre los 3,800 metros de altura sobre el nivel del mar.

Dejando a la patrulla bajo mi mando, la nave inmediatamente retornó a Huamachuco, pues tenía la misión de trasladar más personal de patrullas a otros lugares del departamento de La Libertad. Siendo las 12:30 horas, desde el caserío de Gochapita la patrulla “Huascarán” conformado por 21 hombres comenzó a bajar a pie con destino al distrito de Tayabamba; en esas circunstancias, en las faldas del cerro en una pequeña escuela de educación primaria varios niñas y niños nos recibieron con toda su alegría que les brotaba desde su pequeño corazón, decían: ¡soldados del Perú!, ¡soldados del Perú!, ¡soldados del Perú!; casi todos corrieron, se nos acercaban unos y otros nos abrazaban.

Entre el caserío de Gochapita y el distrito de Tayabamba, existen desde muchos siglos algunas quebradas profundas y medianas, originadas por fallas geológicas, donde el hombre andino de estos lugares, al andar, con sus huellas han hecho camino, por donde transitan a  pie a través de todos los tiempos los pobladores de todas las edades. Por este camino angosto, pedregoso y sinuoso bajó la patrulla "Huascarán" de 21 hombres, luego aparecimos por la parte alta del distrito, bajamos cantado canciones de guerra, canciones de muerte, canciones de sangre; pasamos por la calle donde está el pequeño mercado de abastos, la iglesia, y formamos al frente de la Municipalidad donde se encontraba instalado la Base Militar Contrasubversivo, y desde los tiempos que permanecí como destacado en esta instalación militar continuaba como jefe el capitán de infantería de seudónimo "aguila", oficial que se encontraba coludido con los narcotraficantes de la zona en contubernio con todas las autoridades políticas y policiales del distrito.

El caserío de Gochapita por su ubicación estratégica siempre fue paso obligado para los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso y también de los mochileros con droga que salían por la ruta del distrito de Ongon con destino al distrito de Urpay.

El día 29 de octubre, en la Base Militar del distrito de Tayabamba, siendo las 05:00 horas, la patrulla de 21 hombres salió al pequeño patio de armas con sus fusiles FAL en la mano, esperando, tan solo la orden para el desplazamiento a pie, nos esperaba por tercera vez el pequeño distrito de Urpay con sus 2688 m.s.n.m. En las dos anteriores nos desplazamos por motivos del terrorismo y el narcotráfico; en esta oportunidad teníamos la misión de dar seguridad en el local de votación instalado en el colegio César Vallejo del distrito, para el cambio de la Constitución mediante el proceso de Referéndum ordenado por el presidente Alberto Kenya Fujimori Fujimori.

jueves, 8 de octubre de 2020

LAS HEROÍNAS RABONAS EN LA GUERRA CON CHILE (1879 – 1884)

En casa o en colegio, nos relatan las historias de batallas o guerras de nuestro Perú, como la batalla de Junín, la batalla de Ayacucho, el combate de Angamos, la batalla Tarapacá, la batalla de Arica, la batalla de El Alto de la Alianza, la batalla San Juan y Miraflores, la batalla de Huamachuco, la batalla de Zarumilla y otros. De los cuales comúnmente recordamos a grandes personajes masculinos, de total admiración, como, por ejemplo: General Bolívar, General Sucre, Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres, Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte, Leoncio Prado, Eloy Ureta y otros.

¿Por qué en los colegios no nos relataron la relevancia de la mujer rabona que participó en las guerras de la resistencia contra los españoles y durante la Guerra con Chile?. Lamentablemente las acciones de las mujeres peruanas en estos acontecimientos han quedado en la oscuridad u olvido, como si ellas no hubieran hecho nada por la patria; me refiero a todas las mujeres sin importar la clase social.

Las rabonas eran aquellas mujeres campesinas, algunas esposas y otras amantes de los soldados reclutados para formar los batallones. Eran llamadas así porque seguían a las tropas y se colocaban en la retaguardia de los combatientes. La existencia de las rabonas viene desde los improvisados ejércitos que se crearon durante las guerras independentistas y de aquellos que se formaron bajo el mando de los caudillos militares que se disputaron el poder posterior a la declaración de la independencia, siendo su accionar más importante durante la Guerra del Pacifico.

Flora Tristán, testigo en la guerra de la Independencia, relata en su obra Las Peregrinaciones de una Paria: “Estas forman una tropa considerable y preceden al ejército por un espacio de 4 o 5 horas para tener tiempo de conseguir víveres, cocinarlos y preparar todo el albergue que iban a ocupar, ellas atraviesan los ríos llevando uno y a veces dos hijos sobre sus espaldas, siempre están atentas a las necesidades del soldado, lavan y componen sus vestidos”. “Además de llevar esta vida de penuria y peligros cumplen los deberes de la maternidad, se admira uno de lo que puedan resistir”. Otro autor, referente al segundo momento en la guerra escribió: “…desde entonces la compañera del soldado tiene que multiplicar sus labores: guisa, barre, cose, limpia las armas de su “cholo”, recoge sus haberes, asiste a sus ejercicios y cuando hay orden de emprender una marcha, carga con todo el ajuar para la guerra, equipo que lo trasladaba a la espalda”.

Cuando el ejército peruano iniciaba largas marchas por los desiertos y en los andes, las rabonas se encargaban de conseguir todo tipo de provisiones para preparar el rancho para las tropas, casa por casa pedían colaboración voluntaria de provisiones y leña, muchas veces le cerraban las puertas, no porque los pueblos estaban en contra del país, sino que cuando estas rabonas buscaban provisiones cometían algunos excesos. Las tropas después de larga marcha acampaba, ellas organizadas en grupos, inmediatamente preparaban el racho caliente para los combatientes. En largas marchas ellas trasladaban agua en los porongos para saciar la sed de los combatientes.

Pero la labor de estas rabonas no queda allí, a pesar de las condiciones de vida que llevaban, del peligro en el cual se encontraban, también se hicieron presentes en el mismo campo de batalla, sea para recargar los fusiles de sus compañeros, prestando servicios de enfermería, enterrando a sus muertos, ocasionalmente también entró en combate. También cumplieron el papel de espías, Doña Antonia de Cáceres cuenta que “una indiecita frutera, fingiendo no saber hablar castellano, se había infiltrado en el campo chileno y había escuchado un complot para asesinar al Mariscal Cáceres y gracias a esta información el Mariscal pudo salvar su vida”

Por todo lo mencionado, no debería de sorprender aquellos actos heroicos de algunas de ellas como el de Dolores, heroína anónima de la Batalla de San Francisco, nunca se llegó a saber su verdadero nombre y se la denominó así por el cerro en que se produjo su primera hazaña. Esta mujer, cuentan, que era la esposa de un sargento, que al caer herido mortalmente, ella tomó el mando y luciendo por su osadía ayudó a desalojar a los enemigos, peleando cuerpo a cuerpo junto a los soldados. Posteriormente se trasladaron a Tarapacá donde vuelve a tomar parte activa en el combate hasta lograr la victoria, lamentablemente fue herida en un brazo y murió antes de llegar a Arica.

Doña Antonia Moreno de Cáceres, llamada cariñosamente como hatum mamay, otra rabona destacable, se encargó de la organización del Comité de Resistencia en la ciudad de Lima; este comité desempeñaba diversas actividades como, por ejemplo, la recolección de armas, envíos secretos de víveres, armas, medicinas y otros. Siendo esposa del Mariscal Cáceres tuvo la labor de ser intermediaria diplomática entre él y otros jefes militares con los cuales discrepaba políticamente.

En conclusión, la participación de estas rabonas en la guerra fue decisivo y esencial para nuestros soldados; sin ellas, no hubieran tenido las fuerzas necesarias para dar frente al enemigo. Incluso los propios soldados lo aseveraron al realizar protestas cuando los mandos oficiales pretendieron eliminarlas, debido a que ellos no confiaban que la administración militar fuera capaz de suplantar los servicios de nuestras grandes rabonas. Aquellas que simplemente quedaron en el olvido.

La presencia de las mujeres y su apoyo antes, durante y después de combate o guerra era imprescindible para el ejército. Estas mujeres valientes, osadas y corajudas demostraron gran valor patriótico; que antes de aceptar cualquier retirada decían: "yo muero matando".

En la Campaña Militar del Alto Cenepa 1995, el día 7 de febrero de 1995, las mujeres del Centro Poblado Mayor de Imazita en Mesones Muro, Amazonas, organizada en grupo preparon comida para la tropa de diferentes batallones que pasaron por este caserío con destino al puerto pluvial para dirigirse a la Base de Ciro Alegría. Ellas  nos sirvieron un plato de guiso de pallar, con arroz y carne de pescado de rio, después de esta comida nadie probó alimento caliente por lapso de tres meses en el Puesto de Vigilancia N° 1, Amazonas.