domingo, 27 de marzo de 2016

COMPANÍA "A" INGENIERÍA N° 112 CASERÍO "EL PALLAR" HUAMACHUCO LA LIBERTAD PERÚ DICIEMBRE 1992

El 17 de diciembre de 1992, durante el primer gobierno del ingeniero Alberto Kenya Fujimori, una columna subversiva integrado por treinta (30) combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, en su mayoría conformado por campesinos adolescentes y jóvenes, comandados por dos personas mayores (mando militar y mando político) incursionan con mucho éxito en el caserío El Convento y atacaron mediante armas de fuego y dinamitas el pequeño campamento militar de construcción de carretera custodiado solamente por 5 hombres de Tropa SMO, todos sin armas. No hubo resistencia ni oposición del personal custodio, los subversivos incendiaron las cuadras y dinamitaron a las maquinarias pesada, volquetes, compresoras de aire y otros; gracias a Dios el personal de Tropa aprovechando la oscuridad habían logrado escapar por los acantilados hacia el monte y otros hacía el río. En las últimas semanas del mes de diciembre, circulaban los rumores de una incursión subversiva de gran magnitud hacía el mismo campamento militar El Pallar; por ende, solicitaron apoyo de una patrulla de combate al Batallón Contrasubversivo N° 323 de Huamachuco, a lo que acudí como apoyo con mi patrulla de 20 hombre de Tropa Servicio Militar Obligatorio. 

En el año de 1992 trabajó en este campamento militar, el teniente de ingeniería del Ejército peruano José Tamayo Flores, quien era un cholo fornido de tez trigueño, él se había iniciado en el Ejército como soldado (recluta) SMO, se había distinguió por su disciplina y voluntad de superación, así había obtenido sus ascensos al grado de cabo y sargento segundo, finalizando su servicio militar obligatorio se había reenganchó con el grado de sargento 1°, pasaron los años se le presentó la oportunidad y postuló a la Escuela Militar de Chorrillos, convirtiéndose en cadete de ingeniería, quien después de 4 años de estudios egresó como subteniente del arma de Ingeniería. El mencionado oficial subalterno durante el año 1992 fue el segundo jefe en este campamento militar.

En la tarde nublado del 24 de diciembre de 1992, salí al pueblo para comer un rico ceviche de trucha, en el restaurante “Sabor Serrano” de la señora Marisol Rojas, que se encontraba ubicado en las inmediaciones de la plaza de armas del distrito de Huamachuco. Cuando me encontraba en lo más agradable del festín, se me presentó el soldado SMO Ambrosio Ocas Raico, perteneciente a la Companía Comando y Servicios, quién me dijo: "Mi suboficial el Comandante le espera urgente para que salga de patrulla"; por ende, en el acto retorné al cuartel, a paso largo me desplacé por la avenida 10 de julio, al ingreasr al cuartel desde el sector de la guardia de prevención miré al señor comandante reunido con un grupo de oficiales y personal de tropa en el medio del patio de armas del batallón, me habían esperado para equipar a una patrulla de combate de 20 hombres para desplazarme en un vehículo Unimog con destino al caserío El Pallar. Recibido la orden, inmediatamente organicé la patrulla, y siendo las 13:30 horas inicié el desplazamiento. El recorrido de 35 kilómetros en una carretera de alto riesgo a marcha lento lo hicimos en 3 horas. Pasamos por la laguna Sausacocha al Éste de la ciudad, los caseríos Yanac y Olichoco donde el vehículo se malogró, en este lugar permanecimos una hora y media reparando el viejo Unimog, luego se nos presentó el siempre temido bajada de Potrerillo en el sector de l caserío de Anamuelle, zona muy peligroso sobre todo en las épocas de lluvia, pues en las curvas cerradas constantemente había desprendimiento de piedras y tierra. En la época de invierno desde las partes altas se aprecia un bello paisaje de manto verde en los valles del caserío de  Yanasara y El Pallar y es de inolvidable significado para quienes hemos transitado por estos hermosos lugares. Unir la capital de la provincia de Sánchez Carrión con el caserío de El Pallar y Yanasara, significa descender desde los 3200 m.s.n.m en que se ubica Huamachuco a los 2200 m.s.n.m en que se encuentran los caseríos de Yanasara, El Pallar y Cochabamba.

En los meses del año de 1992, los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, extendió su accionar armado, político y de propaganda, en la jurisdicción de la provincia de José Faustino Sánchez Carrión, La Libertad, sobre todo comenzó aplicar asesinatos selectivos contra los alcaldes y gobernadores. Por este motivo, después de 12 años al mando de una patrulla contrasubversivo retorné al Campamento Militar de la Companía "A" Ingeniería N° 112 acantonado en el hermoso caserío de El Pallar. Retorné al mando de una patrulla de combate de 20 hombres, como apoyo. Llegando a la guardia el conductor estacionó el viejo vehículo Unimog que trasladó a la patrulla "Huascaran" conformado en su totalidad por personal de Tropa SMO, armados con los fusiles FAL, granadas de fusil y granadas de mano tipo piña, como es normal el oficial de guardia registró la hora de nuestra llegada, el motivo, y otros detalles; mientras duraba los protocolos para ingresar, recordando los años de 1978 aproveché para mirar todo el sector de la guardia, es ahí que desde la cabina del vehículo reconocí al señor Alejandro Salas conocido por todos como el viejo “chapato”, eterno almacenero de herramientas del Ministerio de Trasportes y Comunicaciones, quien se encontraba en las inmediaciones del sector donde se encontraba el grupo electrógeno, en ese momento viendo al mencionado empleado civil me sentí muy feliz y comencé a recordar mis vivencias en este campamento cuando permanecí como Tropa SMO en el año 1978. Traspasando la tranquera, inmediatamente bajé del vehículo y me acerqué donde el señor Salas y le di la mano, a quien le dije: Maestro Salas que gusto verlo, luego nos abrazamos afectuosamente, mientras el personal de mi patrulla pasó hacia el patio de armas del campamento militar, el viejo "chapato" casi no se acordaba de mi, pero cuando le hice recordar del comando del año 1978 del mayor de Ingeniería don Walter Machiavelo Corcuera, capitán Flores Saucedo, Subteniente Gustavo Espinoza, en instantes los ojos oscuros del viejo comenzaron a brillar como si hubiera lagrimas en ellos, como es normal este reencuentro origina una amena conversación por lapso de algunos minutos. En esas circunstancias también, caminado lentamente llegó a la guardia de prevención un niño de tez trigueño con una gorrita en la cabeza, de cuatro años y medio de edad aproximadamente, quien se paró delante de los soldados de la guardia e hinchó su pequeño pecho, dio un grito fuerte que decía ¡papa, dice mi mamá que vengas a almorzar!, el aviso era para el teniente Tamayo que también se encontraba cerca a la guardia, el oficial lisuriento no tardó ni segundos en contestar, algo ofuscado grito fuerte, diciendo, carajo "cuantas veces te voy a decir que yo no soy tu papá, concha de tu madre" al escucharlo el niño se puso muy triste y casi llora, en ese momento el viejo "chapato" también en voz alta, dijo: Teniente Tamayo "padre no es el que engendra, sino el que cría" quien también recibió una respuesta inmediata con lisuras que decía "cállate la boca chapato concha de tu madre y no me jodas". Este niño era hijo de un policía coimero que había muerto en el distrito de Huacrachuco, asesinado por los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL), quien dejó una viuda de 20 años, una linda chola huamachuquina, que muchos Oficiales, Técnicos y Suboficiales trataban de enamorarla, pero un día misteriosamente ella se desapareció del mundo nocturno de distrito de Huamachuco, pues el teniente Tamayo se lo había llevado al caserío El Pallar y la tenía como su conviviente.

La noche del 24 de diciembre de 1992, fue una noche inolvidable para el personal de la patrulla "Huascarán" destacado al caserío El Pallar. En el mundo civil en esta noche por tradición y costumbre muchas familias se reúnen, muchos brindaban con sus familiares, muchos se abrazaban con sus amistades, mientras el personal de la patrulla "Huascaran" bajo mi comando permaneció en alerta constante dentro de las instalaciones del campamento militar El Pallar. Siendo las 12 de la noche, en una mesa muy austero hubo una pequeña cena navideña, nos reunimos con el teniente José Tamayo, su conviviente y el personal de Tropa, la reunión fue muy breve, luego todo el personal de la patrulla se retiró a las cuadras, donde permanecieron en espera de ordenes. El 25 de diciembre, siendo las 03:00 horas, la patrulla "Huascarán" bajo mi comando se encontraba formado en el medio del patio de armas del campamento militar, en esos momentos la oscuridad era total, a esas horas también como de costumbre los gallos sacuden sus alas y dan sus primeros cantos; así, cubierto por la oscuridad, silenciosamente salimos del campamento e iniciamos el desplazamiento con destino al caserío El Convento. A paso de camino nos desplazamos lentamente tomando todas las medidas de seguridad del caso, pasando por el lugar donde había muerto el cabo EP SMO Ernesto Cabrera en el año 1978, me acorde de él y me persigné dando señales de cruz, se continuo con la marcha con la Tropa encolumnado y casi al amanecer llegamos al mencionado caserío. Este caserío esta ubicado en un lugar muy encajonado, ambos cerros están solamente a trescientos metros de distancia, por ende con mucha cautela hicimos las pesquisas del caso, todo era un silencio, los campesinos habían escapado a las partes altas, no hubo capturas. En este caserío permanecimos durante tres días levantando un inventario de algunos materiales existentes, pero todo era inservible, no hubo ataque, no hubo hostigamiento sin embargo permanecimos en alerta constante día y noche, teniendo en cuenta que por la parte alta el suboficial Cusma Gálvez había incursionado al mando de una patrulla. 

El día 28 en la madrugada, siendo las 03:00 horas iniciamos el repliegue a pie con destino al caserío de El Pallar, a donde llegamos siendo las 06:00 horas, todos sin novedad. El mismo día siendo las 13:00 horas, la patrulla a mi mando retornó al distrito de Huamachuco, así finalizó mi patrullaje en las zonas de El Pallar, lugar que a la fecha le guardo un especial cariño en un rincón de mi corazón.

martes, 1 de marzo de 2016

LA HISTORIA DE LA BASE CONTRASUBVERSIVO N° 28 DISTRITO DE AGUA BLANCA PROVINCIA DE "EL DORADO" 1994

En los tiempos del gobierno del ingeniero Alberto Kenya Fujimori Fujimori ( 28 de julio de 1990 hasta 21 de noviembre de 2000 ) Perú se había convertido en narco Estado; como la Policía Nacional del Perú había sido derrotado por los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso; ergo, el Ejército asumió el control total del narcotrafico y la lucha contra la subversión en todo el Perú, principalmente en el Frente Huallaga. En esta Guerra Interna que involucró a los efectivos de las Fuerzas Armadas, se combatió a la subversión y menos el narcotráfico, porque tanto fue la pobreza que había en las bases militares el personal en su totalidad dormía en el suelo, no había colchones, no había frazadas y sobre todo faltaban provisiones; por ende, la mayoría de jefes de las Bases Contrasubversivas convivieron con los narcotraficantes, pues estos apoyaban principalmente con víveres y dinero. 

En aquellos tiempos todo el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales teníamos identidad falsa, es decir para identificarnos con la población contábamos con una Libreta Electoral falso, equivalente al DNI actual, utilizamos pelo largo y barba, sobre todo nadie utilizaba galones (grados) sobre el hombro ni en la gorra, nadie sabia quien es quien, además comúnmente el personal se identificaba mediante "chapas" y/o seudónimos, el personal de Tropa también se identificaba mediante seudónimos. En las Bases todo tipo de documentos se firmaba con nombre y apellido falso y rubrica ficticio. Normalmente el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales rotábamos de base en base cada tres meses, en esas circunstancias el 06 de junio de 1994 llegué como destacado a la Base Contrasubversivo N° 28 del distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, departamento de San Martín, en esta base militar trabajé hasta el 30 de octubre de 1994, es decir laboré durante cinco meses consecutivos. En este distrito encontré a un oficial del grado de capitán (jefe de base) de seudónimo Manuel, un alférez con seudónimo Zeus, Técnico Lester, Suboficial de inteligencia de seudónimo Carlos y 60 hombres de Tropa Servicio Militar Obligatorio en un 99 % de origen selvático, en su totalidad jóvenes de condición muy humilde, que procedían de los diferentes caseríos y distritos del departamento de San Martín.

En el año 1994, el distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, San Martín, era muy pobre, los pobladores en su mayoría eran pequeños agricultores y pequeños ganaderos; en el distrito no había agua potable, no había desagüe, no había energía eléctrica, no había canales de televisión, la posta médica carecía de medicamentos básicos, no tenía ambulancia y no contaba con un médico, como parte del sector salud del Estado solamente labora una enfermera con recursos muy limitados.

En el mes de octubre del año 1993, en este distrito incursionó una columna subversiva, conformado por 120 combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, los grupos subversivos incursionaron al mando de un médico traumatólogo, el camarada "Alfonso" y procedieron a saquear la posta medica del distrito, llevándose consigo todos los medicamentos, al respecto algunos pobladores me informaron que la agrupación maoísta había sido comandado por un doctor en medicina, pues él se había identificado manifestando ser un profesional en la especialidad de traumatología. El grupo subversivo abandona el distrito llevando consigo el medicamento incautado, se desplaza con dirección a la mina de sal, pero antes en la parte baja sacrifican un chancho donde algunos proceden a preparar comida y otros descansaban plácidamente, en esas circunstancias es sorprendido por las patrullas del Ejército, en breve enfrentamiento muere el mando subversivo y tres combatientes subversivos, otros escaparon por el monte. Dando respuesta a esta incursión el Comando del Ejército del Destacamento Leoncio Prado con sede en la ciudad de Tarapoto, departamento de San Martín, mando instalar una Base Contrasubversiva en este empobrecido distrito. 

Durante mi permanencia en esta Base Contrasubversiva, en horas de la tarde el personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y Tropa jugaba fútbol contra los equipos (civiles) del distrito, en esas circunstancias en mi condición de futbolista de la base militar hice amistad con algunos deportistas de la localidad y uno de ellos fue un individuo conocido por todos como "Vily" una persona de contextura gruesa, tez blanca, quien vivía cerca a la base militar, resulta que este individuo había sido el coordinador y hombre enlace con los narcotraficantes colombianos y peruanos, un día finalizado el partido de fútbol me dijo "jefe habrás venido con un costal porque de aquí vas a salir con miles de dólares", palabras que desde ese momento despertó mucha curiosidad en mi mundo interno.

El 10 de junio en horas de la tarde, el capitán Manuel ordena reunión en su alojamiento, donde participó el Alférez Zeus, el Técnico Lester, Suboficial Carlos y el suscrito, el capitán nos hablaba del miserable sueldo que nos pagaba el Estado por ende teníamos que "recursearnos" como sea para solventar los gastos del hogar y de los hijos, entre palabreos nos decía que una firma colombiana había solicitado la carretera que está cerca al distrito de Santa Rosa para sacar un vuelo de droga, que el Técnico Lester y 20 hombres de Tropa saldrían para dar seguridad, por este trabajo los narcotraficantes pagaron la suma de TREINTA MIL ($ 30,000) DOLARES AMERICANOS, la repartición se hizo de la siguiente manera: El capitán dijo, "si pasa algo yo seré el responsable de todo esto, a mi me sancionaran, a mi me enjuiciaran, a mi me enviaran a la cárcel, por ende me quedaré con QUINCE MIL ($ 15,000) DÓLARES", para el alférez destinó CINCO MIL ($ 5,000) DÓLARES, para el Técnico destinó la suma de 
CINCO MIL ($ 5,000) DÓLARES AMERICANOS, para el Suboficial Carlos la suma de MIL ($ 1,000) DÓLARES, para el suscrito la suma de  MIL ($ 1,000) DÓLARES y para mejoramiento de rancho del personal de Tropa se destinó la suma de TRES MIL ($ 3,000) DÓLARES. Cuando finalizó la conversación sobre la repartición, yo, pedí la palabra, le dije al capitán lo siguiente: "Mi capitán. yo no estoy de acuerdo y me niego a ser participe de este acto delictivo, todo el ofrecimiento que usted hace mancha mi honor y mi moral de soldado"; por ende, me negué a recibir el sobre conteniendo los Mil Dólares americanos, y en el acto me retiré a la parte externa de la base, el día seguía su curso como cualquier otro día con las actividades de siempre, seguridad de la base con el personal de Tropa de servicio. La base militar tenía dos alojamientos, uno para el personal de Tropa y el otro para el personal de Oficiales y Suboficiales, pero ya estaba lleno de rincón a rincón; ergo, yo alquilé un cuarto de una señora en la calle que está casi junto a la iglesia del distrito. Recuerdo que aquel día desde la mañana un par de veces ingresé a  mi a alojamiento por asuntos de higiene bucal, nada mas; aquel día, en la noche, después de la lista de retreta muy pensativo retorné a mi alojamiento para descansar, mi alojamiento normalmente permanecía con la puerta cerrada pero sin candado, alojamiento alquilado de la señora Elvira Pérez, por el costo de S/ 10.00 soles mensuales, como mencioné líneas arriba quedaba al lado de la iglesia del pueblo, casi junto a un puesto de vigilancia donde día y noche permanecía de servicio un elemento de Tropa; en las noches como de costumbre al ingresar al pequeño cuarto encendía una pequeña velita para iluminar, después de dejar mi fusil y todo mi equipaje al pie del catre, para acostarme levanté mi almohada y bajo la sabana hallé el mismo sobre con los mil ($ 1,000) dólares Americanos, bueno, dije ¿Qué hago con este dinero? al respecto a nadie le pregunté, hasta el día de hoy no sé quien habría dejado el sobre debajo de mi almohada, me quedé con todo el dinero y lo gasté cuando salí de bienestar.

Después de la primera repartición de miles de dólares, por haber rechazó el dinero ilícito, mis superiores me consideraban como una persona no grata, indeseable, me miraban con mucho recelo y total desconfianza, ya no estaba en la lista de ellos para estos actos ilícitos, por ende no sabían como sacarme de la Base Contrasubversivo, en esos días desde el Puesto de Comando del distrito de Rioja enviaron un radiograma, dando orden para que el Técnico Lester salga de bienestar por lapso de 15 días, a quien le ordenaron para que viajé a la ciudad de Lima con la finalidad de visitar a su esposa e hijos; pero no, en la Base Militar hicieron una contra orden y a mí me obligaron para salir de bienestar, desde el 15 hasta el 29 de junio, al respecto el capitán me dijo: "Diego, el Técnico Lester no está en condiciones de viajar por problemas económicos, tu te iras pues en reemplazó de él, porque en tu condición de soltero estas mejor económicamente", yo no reclamé; por ende, en el acto acepté viajar, desde la ciudad de Tarapoto viajé vía aérea hasta la ciudad de Trujillo y desde esta ciudad vía terrestre hasta la ciudad de Huaraz, luego a la ciudad de Lima. Finalizado mi bienestar retorné a la Base Contrasubversivo, a mi llegada inmediatamente el civil "Vily" me informó que en los días de mi ausencia habían sacado dos vuelos de gran tonelaje, en total habían cobrado la suma de Sesenta Mil ($ 60,000.00) dólares americanos, específicamente me dijo: "Jefe, hemos sacado dos vuelos, provecho, para ti también seguramente han guardado lo que te corresponde", concluyó. En la Base Contrasubversivo los días pasaban con total tranquilidad, pero nadie me hablaba de los vuelos de las semanas pasadas, no indagué y no reclamé a nadie, en esos días constaté que el Técnico Lester, experimentado en este tipo de actos ilícitos con los narcotraficantes colombianos se había arriesgado alquilando una "casa fachada" al frente de la Base Militar, quien había puesto un aviso que decía: "Se compra algodón" en si era una casa que acopiaba droga de los pequeños "traqueteros" que siempre abundaban por estos lugares. El 30 de junio una firma colombiana llegó a la Base con un equipo de fulbito, se jugo partido de fulbito con el personal de la Base y en la noche organizaron una fiesta en companía de mujeres del distrito de Bellavista y del distrito de Agua Blanca, donde abundó licores de todo tipo, yo no participé en el partido de fulbito, ni en la fiesta. 

El 02 de julio, en horas de la tarde, de manera sospechosa deja de funcionar el receptor transmisor HF/BLU Thomson TRC 340; por ende, el capitán Manuel con carácter de urgencia me ordenó viajar a la ciudad de Tarapoto, llevando consigo el mencionado equipo de radio para ser reparado en el taller de mantenimiento del cuartel "Mariscal Cáceres", orden que en mi condición de especialista (mecánico de comunicaciones y electrónica) lo acaté sin dudas ni murmuraciones. Para cumplir con esta comisión de servicio, en horas de la tarde me embarqué en una camioneta que cubría la ruta Agua Blanca y San José de Sisa, llegando a este último lugar siendo las 18:30 horas, caminé hasta el paradero de camionetas para la ciudad de Tarapoto, donde me informaron que ya no había vehículos hasta el día siguiente; por ende, decidí caminar por las calles preguntado si había un taller de reparación de radios y televisores, por ahí me indicaron que había uno cerca a la plaza de armas, cargando a la espada el mencionado aparato de comunicaciones llegué a un taller de reparación de radios y televisores, donde le supliqué al dueño para que me preste sus herramientas e instrumentos de medición (multímetro) y desarmadores, gracias a Dios el técnico civil me brindó todo tipo de apoyo, inicié mis labores verificando la batería ALI 116, este artículo secundario mayor se encontraba en buen estado, luego abro las tapas del artículo principal verificando los fusibles, los integrados y todo estaba en buen estado, para finalizar verifiqué los cables internos del combinado microtelefónico COT 101, constatando que dos cables internos debajo del PRESTOTALK adrede habían sido cortados, este desperfecto inmediatamente lo reparé, reparado el aparato de comunicaciones, siendo las 23:25 horas regresé del distrito de San José de Sisa con rumbo al distrito de Agua Blanca, llegando a la Base siendo las 01:15 horas. A mi llegada el personal de Tropa me informa que el capitán Manuel y el Técnico Lester habían capturado a dos narcotraficantes peruanos con doscientos (200 kilos de cocaína refinada) y además habían incautado $20,000 dólares americanos en efectivo y una camioneta de lunas polarizadas casi nuevo y que los detenidos se encontraban en el calabozo bajo tierra. La camioneta blanca permanecía estacionado en el costado de la iglesia. 
En la parte posterior de la Base Contrasubversivo, teníamos un calabozo rustico bajo tierra, era un hueco de tres (3) metros de profundidad ( 4 metros de largo y 3 metros de ancho), cubierto con palos gruesos y sobre estos se colocó gruesas capas de tierra y pasto natural para mantenerlo bien camuflado. Para el ingreso del personal detenido había una pequeña puerta, puerta hecho con palos amarrados, construido por el personal de Tropa y una escalera que servía para el ingreso y salida del personal detenido, cuando bajaban los detenidos cerraban la puerta, sobre la puerta día y noche dos soldados bien armados permanecían sentados. Aquella noche uno de los soldados que permanecía de servicio en la "trinchera" al costado de la iglesia me llevó hacía el calabozo a donde llegué con una linterna de mano, cuando levantaron la pequeña puerta iluminé hacia el fondo constatando que habían dos personas (civiles) sentados sobre unos troncos en un rincón, ellos inmediatamente levantaron la mirada, suplicándome para darles libertad de manera inmediata, me decían: "Jefe quédate con los $ 20,000 dólares, entréganos la merca (la droga) y la camioneta, asunto arreglado", al respecto yo no les contesté ni una palabra, a los centinelas les ordené para que tapen la puerta, en seguida me retiré a mi alojamiento que estaba ubicado al costado de la iglesia.

El 3 de julio, en las primeras horas, me apersoné a la estación de radio para la instalación del Receptor Transmisor HF/BLU Thomson TRC 340para iniciar el reporte respectivo con el Puesto de Comando ubicado en el distrito de Rioja, en esas circunstancias el capitán Manuel al verme no pudo disimular su amargura pues su plan de despistarme había fallado, se sentía muy incomodo y me dijo. ¿y la radio?, en el acto le contesté, manifestando: "que el aparato lo reparé en San José, todo está operativo. Siendo las 08:00 horas el Suboficial de Inteligencia de seudónimo "Carlos" se presentó con el informe de detención y la declaración testimonial de los detenidos, ambos detenidos bajo juramento dijeron en sus respectivas declaraciones que les habían incautado 200 kilos de droga refinada, una camioneta de lunas polarizadas y la cantidad de $ 20,000 dólares americanos en efectivo, como es normal la documentación que presentó el mencionado suboficial no le gustó al capitán Manuel; presencié cuando el capitán y el suboficial Carlos bajo el techo de la pequeña oficina del estado mayor, casi se agarran a golpes. El capitán mandó salir a los detenidos y con la pistola en la mano les amenazó, diciendo: "carajo, yo en ningún momento he incautado dinero en efectivo, solamente se incautó 20 kilos de droga, si continúan jodiendo les vuelo la cabeza y punto", en ese momento los dos narcotraficantes declinaron su versión cambiando su declaración testimonial que solo había sido incautado los 20 kilos de droga y la camioneta, firmaron todo el documento así como ordenó el capitán. Siendo las 10:00 horas en la misma camioneta se lo llevaron a los dos detenidos con destino a la ciudad de Tarapoto, dijeron que iban a ser entregados a la Fiscalía y todo fue una finta nada mas. Antes de viajar habían hecho la repartición del dinero, a mi no me participaron para nada, como en la primera ves en horas de la noche cuando llegué a mi alojamiento debajo de mi almohada en esta oportunidad encontré la suma de Mil Doscientos ($1200.00) dólares americanos, hasta la fecha no se quien habría colocado dicho dinero, todo el dinero lo gasté en la segunda bajada de bienestar, pues yo era el hombre indicado para salir de bienestar, los otros simplemente no querían salir por estar atentos a estos negocios sucios con los narcotraficantes peruanos y colombianos. El capitán Manuel, el Alférez Zeus y el Técnico Lester  ya había depositado en dos oportunidades miles de dólares en el Banco de Crédito del Perú con sede en la ciudad de Tarapoto, depósitos a nombre de sus familiares, fue un gran error de ellos depositar es cantidad de dinero, ellos no se dieron cuenta que ya les estaban siguiendo los de servicio de inteligencia, en si hasta los de la base sabíamos que ellos hacían esos depósitos. A mediados del mes de setiembre, compraron dos chanchos de gran tamaño y mandaron preparar carne ahumado y dijeron que era para el General del COPERE que laboraba en el Cuartel General del Ejército, distrito de San Borja, Lima, además también compraron licores afrodisiacos oriundos de la selva. En varias cajas se embaló la carne de chancho y los licores, todo estaba listo para ser transportado a la ciudad de Lima, pues en esos días había previsto viajar a la ciudad de Lima el mismo Técnico Lester, llevando consigo todo tipo de regalos para el General de tan alto cargo en el manejo del personal a nivel Ejército, pero antes deciden viajar a la ciudad de Tarapoto para hacer el tercer deposito de miles de dólares en el Banco de Crédito del Perú, en esta oportunidad la rutina les traicionó, pues los elementos de inteligencia les habían seguido de cerca y para coronar la mala suerte los tres habían viajado como si fuera un paseo con sus respectivas amantes de companía, mujeres jóvenes del distrito, llegando a la ciudad de Tarapoto se habían alojado en uno de los hostales de lujo que se encontraba en las inmediaciones de la plaza de armas, que la noche les cobraban $100.00 dólares americanos, en el hostal se quedaron las mujeres y ellos se habían dirigido al Banco de Crédito, donde cada uno de ellos se habían apoderado de la ventanilla; por ende, los cajeros se demoraron por mas de 20 minutos contando miles de billetes americanos de manera detallada, en esos momentos los mafiosos de la Inspectoría del Destacamento Leoncio Prado de Tarapoto y la fiscalía de Tarapoto les intervinieron a los tres, inmediatamente fueron conducidos a la Inspectoría del Cuartel, mientras ellos eran detenidos otro grupo de elementos de la Inspectoría habían intervenido el hostal, donde ingresaron y verificaron todo, las mujeres asustadas no sabían lo que ocurría, se lo llevaron todo tipo de evidencias. En horas de la noche la amante del Técnico Lester retornó al distrito de Agua Blanca y ella me buscó para informarme todo lo relacionado a la detención de mis colegas, mientras las amantes del capitán Manuel y del alférez Zeus aun permanecían en el hostal de Tarapoto. En aquellos días yo quedé al mando de la Base Contrasubversivo, teniendo como mi adjunto al suboficial de inteligencia "Carlos". 

La sorpresiva llegada del coronel del Ejército peruano Luis Sablich Garaicoa, seudónimo (Garoso) .-
Al día siguiente de la detención del capitán Manuel, Alférez Zeus y el Técnico Lester en la ciudad de Tarapoto, en mi condición de mas antiguo en grado, pasé lista de Diana y realicé el reporte respectivo con el Puesto de Comando ubicado en el distrito de Rioja. Finalizado todo, siendo las 09:00 horas me dirigí a mi alojamiento, me senté en mi rustica silla y procedí a verificar mi pantorrilla derecha que se encontraba muy hinchado por los golpes que recibí en los partido de fútbol con el personal civil de la localidad, me saqué los borceguíes y cuando procedía a frotar la parte afectada de mi pierna afectada, dos hombres con vestimenta civil armados con ametralladoras "HK" se ubicaron en la puerta de mi pequeño alojamiento, me sorprendieron, cuando quise reaccionar me dijeron que eran de la Inspectoría de la ciudad de Tarapoto, en voz alta uno de ellos me dijo: "suboficial no te muevas, a partir de este momento quedas detenido, tu jefe ya está detenido en Tarapoto", en ese momento yo pensaba en mil cosas, si estos eran subversivos del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso o Narcotraficantes, desde la puerta también el otro integrante de la inspectoría gritó preguntando que si ya habían detenido al suboficial Carlos, al Presidente del Comité de Autodefensa y al civil de seudónimo "Vily", ahí recién me convencí que eran de la Inspeccionaría del Ejército de la ciudad de Tarapoto; en ese momento dos elementos de inteligencia ingresaron a mi alojamiento y verificaron todo detalladamente, de rincón a rincón, desarmaron mi fusil FAL, vaciaron los cartuchos de mis cacerinas, voltearon el colchón, verificaron mis libros de literatura, mis libros de historia, hoja por hoja, mis libretas de apuntes, mi maletín, el morral de campaña, etc; yo siempre he permanecido con obras literarias y libros de historia que me acompañaron en las bases militares, en las noches prendía una velita y siempre dos o tres horas diarios leía estos libros antes de acostarme. Yo había cobrado dos sueldos completos a mi retorno de mi segundo bienestar, en aquellos tiempos percibía como sueldo la suma de Setecientos Cincuenta (S/750.00) soles, en total en mi billetera encontraron la suma de Mil Ochocientos (S/1800.00) nuevos soles, inmediatamente como justificación les mostré mis boleta de pago, pero no cuadraba la cantidad, pero yo también me recurseaba tomando fotografía a los civiles del distrito y al personal de Tropa, como medio probatorio ahí estaban sobre la mesa los paquetes de fotografías para entregar y las boletas del revelado de foto estudios en la ciudad de Tarapoto, uno de los oficiales que se encontraba en la puerta de mi alojamiento durante las pesquisas ya se lo había metido a su bolsillo mi billetera con todo el dinero, en ese momento pensé que me iban a quitar mi sueldo, ya le daba por perdido, ni siquiera levantaron el acta de decomiso del dinero, mientras el otro me tomaba manifestación relacionado al narcotráfico en la zona. En aquellos tiempos yo tenía un cuaderno de 100 hojas que lo convertí en un "diario", en este "diario" todos los días anotaba todo lo que acontecía en la Base Contrasubversiva y en los patrullajes; lo cogieron y luego lo leyeron detenidamente y se quedaron estupefactos, este cuaderno se lo llevaron a la Inspectoría del Destacamento Leoncio Prado acantonado en la ciudad de Tarapoto, este cuaderno para ellos significó como si fuera un trofeo de guerra, pues en ella encontraron toda la información que requerían, todo estaba escrito en ese cuaderno con fechas y horas, en este cuaderno se fue toda la información sobre todo de los patrullajes que realicé por los sectores de la Mina de Sal, Regis, Saposoa, Fausa Lamista, Fausa Sapina y otros. En el interrogatorio me dijeron: " Usted ya sabe que tu jefe está capturado, él ya declaró todo, nos ha dicho que usted también ha recibido dinero del narcotráfico", pregunta: ¿Diga si has recibido dinero del narcotráfico durante tu permanencia en la Base Contrasubversivo de Agua Blanca?, mi respuesta inicial fue, todos los detalles del caso está en mi diario, todos está anotado por fechas y horas, en la noche en dos oportunidades y en difirentes fechas encontré dinero en dólares en un sobre debajo de mi almohada, yo no se quien habría dejado el dinero, los mismos que sumaban en total Dos Mil Doscientos ($ 2200.00) dólares americanos y que me lo he gastado durante mis viajes de bienestar en las ciudades de Trujillo, Lima y Huaraz", con ese dinero viajé porque a mi me obligaron a salir de bienestar en reemplazo de otros, yo he sido el sacrificado para salir de bienestar en reemplazo de otros, cumpliendo ordenes salí, con ese dinero pude viajar en reemplazo del Técnico Lester y Suboficial Carlos. Si hubiera sido recontra astuto y sinvergüenza como el doctor Alan García Pérez y otros políticos del Perú, mejor hubiera negado todo, pues no había pruebas, el capitán nunca me entregó ese dinero en forma directa, él sabía con seguridad de mi negativa a todo acto delictivo y los demás también lo sabían. Todos sabemos que los políticos peruanos se enriquecen con las coimas y otros negocios oscuros con el dinero del Estado y también con el dinero del narcotráfico, como dice el viejo Alberto Quimper siempre son "aceitados", pero cuando son investigados lo niegan todo, pero yo no los negué, les canté todo. Me hicieron otra pregunta y fue lo siguiente: ¿Porqué no has denunciado al Jefe de la Base y compañeros de labores sabiendo que estaban involucrados con los narcotraficantes?, mi respuesta fue, "según Ley y nuestros reglamentos no puedo denunciar a un superior". Esas dos preguntas fueron los principales, los otros fueron irrelevantes.


Apareció en la puerta de mi alojamiento el coronel de caballería del Ejército peruano Luis Sablich Garaicoa, popularmente conocido con el seudónimo (Garoso), uno de los Inspectores del Destacamento Leoncio Prado, acantonado en la ciudad de Tarapoto departamento de San Martín, él fue un tipo muy vozarrón y trató de intimidarme mediante la voz alta, quien me gritaba de todo, pero yo en todo momento mostré total tranquilidad y le escuché callado todas sus preguntas con amenazas de todo tipo. Este coronel al final me dijo lo siguiente: "El suboficial Carlos también está detenido, será conducido a la fiscalía de la ciudad de Tarapoto, así mismo los tres detenidos en la Inspectoría ya no regresaran a esta base; por ende, usted queda al mando de la Base Militar hasta nueva orden". En mi condición de Jefe de la Base Contrasubversivo (interino), esa misma tarde me reuní con todo el personal de Tropa SMO, a quienes les informé de los hechos ocurridos, también a esa hora mandé sacar todas las pertenencias de los detenidos, los calzoncillos, las medias, polos, borceguíes y uniformes, todo lo repartí entre el personal de Tropa, además mandé abrir los cajones que contenían los ahumados de carne de chancho, aquella tarde comimos harta carne de calidad y nos duró por lapso de ocho días. El coronel Luis Sablich Garaicoa, en su condición de Inspector solamente asustaba a todos los detenidos, nos gritaba, nos amenazaba con enviarnos al Penal de Lurigancho ubicado en la ciudad de Lima, presumo que él también se recurseaba con el dinero de los detenidos, presumo que el coronel le sacaba todo el dinero a los detenidos y luego les personaba la vida, todos los Oficiales, Técnicos y Suboficiales involucrados siempre quedaban en libertad, sin confirmar pienso que ese fue su objetivo, presumo que todo se arreglaba en la Inspectoría y la fiscalía de Tarapoto, sino pues toda la Corporación de Oficiales Técnicos y Suboficiales hubieran sido dados de baja y encarcelados, pero nada de eso ocurrió. El personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja en un 75% se encontraban denunciados en la Inspectoría por estar involucrados con los narcotraficantes colombianos y peruanos, sin embargo, una vez finalizado sus labores en estas Zonas de Emergencia ellos se retiraron sin problemas a su nuevo destino en difirentes Regiones Militares del Perú donde continuaron ejerciendo sus labores con total normalidad, con ellos nunca me he cruzado en el camino, pero por la información de otros colegas me he enterado que muchos ascendieron al grado inmediato superior, en nada les afectó esas denuncias, todos ascendieron sin problemas al grado inmediato superior, dicen que para el año 2020 los subtenientes de esa época ya ostentan grados de Coronel, los capitanes con quienes laboré, dicen que hoy ostentan el grado de General de Brigada y otros son Generales de División, como repito yo nunca me crucé con ellos, ni se su nombre verdadero; sin embargo, a mí me sancionaron con una papeleta de sanción de arresto de rigor de dos días, esta sanción fue uno de los causales para no ascender al grado inmediato superior y lo mantienen hasta el día de hoy en mi legajo principal en el JATSOE del Cuartel General del Ejército.

Patrullaje Contrasubversivo en el distrito de Alto Saposoa, octubre 1994.- Pasarraya es la capital del distrito del Alto Saposoa, provincia del Huallaga, por las inmediaciones de este hermoso y acogedor distrito recorre el serpenteante y caudaloso río Saposoa de aguas de color marrón que es su principal característica sobre todo en las épocas de lluvia. Hoy, el tiempo se ha encargado para recordar mis pasos por estas tierras, fue en la segunda semana del mes de octubre del año 1994.

En el silencio de la noche, siendo las 01:30 horas, 42 hombres de la patrulla, procedente del distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, caminó por las riveras de este río, río abajo, en paralelo, buscando un puerto para cruzar hacia el lado sur del distrito. Después de caminar largo tramo en una trocha rodeado de árboles, hallamos un puerto y una pequeña embarcación armado con maderas de topa. En la oscuridad, dentro del monte, el río iba soltando sus murmullos amenazantes, nadie sabía a ciencia cierta los secretos que guardaba en sus correntadas, para algunos cruzarlo nadando en plena oscuridad con el uniforme puesto era de vida o muerte, de manera muy particular para mi persona, yo sabía de mis limitaciones dentro del agua; ergo, parado en la orilla, me llené de sentimiento de mucho miedo que brotaron de mi alma, era muy grande la distancia para mis brazos, de orilla a orilla había más de 60 metros, parado en la orilla viví momentos sin palabras, pero los minutos avanzaban, entonces comprendí que el riesgo más grande en la vida es no arriesgar, el soldado que no arriesga nada, no hace nada, no es nada en este mundo.

En el lado sur del distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, existe un cerro con una mina de sal que los pobladores de la zona la explotan para su consumo. En esta cadena de montañas existen trochas muy antiguas por donde también transitan los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso; por ende, las patrullas del ejército siempre se movilizaron hacia el sector en mención en un terreno empinado y muy difícil de transitar con la finalidad de realizar emboscadas. Por estas trochas transité en la segunda semana del mes de octubre del año 1994, fue mi último patrullaje en esta zona, en este patrullaje nos acompañaron cinco civiles del pueblo que eran ronderos, ellos trasladaron a la espalda las municiones de reserva, granadas de reserva, provisiones y otros.

La patrulla lo comandó el teniente del Ejército a quien lo conocíamos con el seudónimo de loco "Marte", graduado como comando, excelente oficial y muy capacitado; este oficial en plena oscuridad, dando el ejemplo se lanzó a la turbulenta correntada del rio Saposoa, llevó consigo enganchado en la cintura uno de los extremos de una soga para jalar a la pequeña embarcación cargado con fusiles, mochilas, el lanza cohete RPG, el equipo de radio y otros.

En aquel patrullaje en el empinado cerro en el sector mina de sal me desplacé como hombre en punta, 100 metros adelante de los grupos de asalto, seguido aproximadamente a 10 metros de distancia por un sargento 2do; en la inmensa subida con pequeñas entradas y salidas dentro de una densa vegetación, caminé totalmente tenso, a pesar de mi fortaleza física mis piernas ya no daban más, me cansé totalmente, sin embargo, superando todos los inconvenientes cumplí la misión, en estas situaciones el combatiente siempre está al borde de la muerte, el soldado que avanza está en total desventaja, pues el adversario que está a la defensiva siempre está en cubierta y abrigo y observa todo sin ser visto; ergo, ubicado en un lugar muy estratégico con amplio campo de vista en su condición de francotiradores en estas situaciones no fallan y te eliminan en cuestión de segundos, también uno está expuesto a los encuentros inopinados, en este tipo de desplazamientos el primero en morir es el hombre en punta, ese es el riesgo de ser hombre en punta en un patrullaje contrasubversivo en los terrenos de la Selva, pero gracias a Dios todos llegamos a la cumbre más alta de esta cadena de montañas sin novedad. Siendo las 14:30 horas, el personal ocupó la parte más alta del cerro, donde procedimos a descansar bajo la sombra de inmensos árboles, el personal de ronderos acostumbrados a la vida en el monte, inmediatamente prepararon sus escopetas y salieron a casar unos aves de color negro con cresta y pico rojo parecido a un pavo, creo que se lama paujil, retornaron con cuatro aves, rápidamente lo pelaron y lo prepararon a la brasa, con esa carne en total 47 hombres de la patrulla nos alimentamos aquella tarde. Por esta ruta en dos oportunidades patrullé al mando del teniente "Marte" con el personal de tropa oriundo de la selva. 

Después de la cena con la carne del ave paujil, todo el personal permaneció descansando en una tarde de temperatura agradable y soleado, por lo que decidimos pasar la noche en la cima de este cerro, llegado la noche, en este lugar tendimos ramas y lo cubrimos con plásticos, ahí nos acostamos tapados también con plásticos que nos servían como si fueran ponchos de jebe, en esa circunstancias, siendo las 01:00 horas, nos sorprendió una lluvia torrencial e imparable, era como un diluvio, nada nos protegía, en esos momentos todos nos pusimos de pie con el uniforme mojado, cinco minutos permanecimos acomodando las mochilas y cubriendo el cañón del fusil con bolsas de plástico para protegerlo del agua, luego decidimos bajar por esa trocha angosta al borde de inmensos y profundos acantilados, la oscuridad era total, nuestro destino fue el distrito de Pasarraya del Alto Saposoa. Siempre nos dicen que en las noches para no delatar de nuestra presencia no deberíamos prender nada de luces, pero durante esa marcha todos rompimos esas normas que muchas veces salen del escritorio de tácticos mediocres, si no es por las luces de la linterna de mano aquella madrugada muchos hubieran terminado en esos abismos de más de mil metros de profundidad, los restos de los caídos difícilmente lo hubieran rescatado. Tapamos nuestras espaldas, las mochilas y el armamento con plásticos y continuamos bajando con intervalos de hombre a hombre a una distancia de medio metro, en este tipo de patrullajes, el soldado siempre debe pensar en su fusil, pues sin ella no es nada; siempre protegiendo el fusil así como dice el instructor Gamboa en la película "Ciudad y los Perros" el arma nunca debe caer al suelo, es preferible romperse la cara antes que soltar el fusil, para el soldado el arma es tan importante como sus huevos, ¿usted cuida mucho sus huevos soldado?"; con las palabras del instructor Gamboa que alguna vez habíamos escuchado en la mencionada película, con las mismas frases casi al pie de la letra le inculcamos y advertimos a la tropa para el cuidado del armamento durante la marcha con el correaje del fusil bien asegurado y con el cañón hacia abajo para proteger de la intensa lluvia, en una trocha sinuoso y muy resbaladiza, donde también corría mucha agua, rodaban piedras, se nos presentaba también inmensos árboles caídos que sobre estos teníamos que pasar como si fueran obstáculos de pistas de combate, para estos tipos de desplazamiento no contamos con pochos de jede ni bolsón de primeros auxilios para cualquier accidente.

Siendo las 07:45 horas, llegamos al lado Este del distrito de Pasarraya, capital del distrito de Alto Saposoa. Las montañas circundantes de este hermoso valle amanecieron abrigados por una densa neblina que permaneció largo rato abrazado con la copa de los árboles, a los lejos también se sentía el rugir amenazante del caudaloso y turbulento río Saposoa que nos separaba con el distrito en mención. Ocupamos un hermoso lugar donde hallamos dos casas con techado de hojas de plátanos, el inmueble habría sido de presuntos narcotraficantes, quienes ante la proximidad de la patrulla del ejército escaparon dejando montón de hojas de coca que estaba en proceso de secado, tres sacos de arroz de buena calidad y 15 gallos de pelea en sus corrales, aquella maña esos animales nos sirvieron de sustento para saciar el hambre, todos los gallos terminaron en las ollas, desde este lugar los cinco ronderos retornaron al distrito de Agua Blanca, pues ya habían cumplido su misión.

En el inmueble de los presuntos narcotraficantes, descansamos todo el día para recuperarnos del desgaste físico, como es obvio después de consumir el suculento caldo de 15 gallos de pelea ya estábamos bien reconfortados. En la noche todos permanecimos uniformados y puesto nuestros borceguíes en espera de cualquier orden, en esas circunstancias siendo las 02:00 horas, apareció una avioneta, sobrevoló casi en forma circular iluminando con luces potente a todo el valle, ¿pero una avioneta porque hizo su presencia a esa hora?, definitivamente era una avioneta de narcotraficantes; por ende, en plena oscuridad formó todo el personal de la patrulla y nos desplazamos a paso largo con destino al aeropuerto informal del Centro Poblado Mayor de Rejis del Alto Saposoa, caminamos dentro de la trocha, cubierto de una densa vegetación y llegamos al río Saposoa, como en horas de la madrugada del día anterior había llovido por varias horas, el río aún estaba cargado y muy turbulento y se desplazaba lentamente, hallamos un pequeño puerto donde en una de las orillas encontramos una pequeña balsa hecho de maderas de topa, a esta pequeña embarcación el teniente "Marte" le amarró una soga de 60 metros y en plena oscuridad se lanzó al agua todo uniformado, nadó en la oscuridad para trasladar la soga a la otra orilla, él ahí nos esperó, del otro lado ordenó a todo el personal de Tropa pasar nadando, cinco en cinco los clases y soldados pasaron nadando todos uniformados dentro de la oscuridad, en estos casos mis respecto para la Tropa de la Selva, ellos son muy expertos en lo que respecta a la natación en los ríos, todos uniformados nadaron más de 60 metros de distancia, de orilla a orilla; mientras yo quedé en el mismo emplazamiento con ocho hombres de Tropa, amarrando todos los fusiles sobre la pequeña embarcación de madera de topa, bien amarrado, por ambos lados, mientras ellos amarraban los fusiles, las mochilas de todo el personal, la ametralladora Mag, el lanzacohetes RPG y el equipo de radio Thomson TRC 340; ahora el problema era para mí, por mi cabeza reina mil problemas, en ese momento sentí mucho miedo, entonces me vino a la memoria mis recuerdos de vivencias de juventud, pues en esas épocas había nadado más de 100 metros de distancia en una represa profunda por allá en la hacienda agrícola de Santa Rosa en Sayán, Huacho, al norte de la ciudad de Lima, así mismo llegaba a mi memoria los nados que realizaba en el río Pallar en Huamachuco, durante los años de Servicio Militar Obligatorio en el año de 1978, donde nadaba juntamente con mis compañeros en esos remolinos profundos, todo esos recuerdo de años llegaba en mi mente como acicate de valor, pero habían pasado muchos años. En los cuarteles me habían entrenado en unas piscinas de 25 metros de largo en ropa de baño, por ende el entrenamiento básico del cuartel no me garantizaba para pasar este rió bajo intensa oscuridad, en ese momento de desesperación hasta casi me orino de miedo, entre mi dije ¿son más de 60 metros, son más de 60 metros?, en estas situaciones no podía justificar el miedo delante del personal de Tropa, nunca había nadado uniformado en horas de la noche y mucho menos en total oscuridad, en ese momento pensé subirme sobre la topa cargado de armamentos, pero sentí vergüenza delante de la Tropa, no sabía qué hacer. Para evitar cualquier percance, los ocho hombres de Tropa se encargaron de la seguridad de la pequeña embarcación, se colocaron cuatro en cada lado para sostenerlo, momentos que en voz alta el oficial ordenó de la otra orilla para pasar y al mismo tiempo el grueso del personal de tropa que ya estaba en la otra orilla a una sola voz comenzaron a jalar todo el cargamento, en ese momento de desesperación me colgué detrás de la pequeña embarcación, cogí una soga gruesa entre las crucetas de la madera topa y no la solté para nada, de otro lado nos arrastraron, continuaron jalando con mucha fuerza, cuando el cargamento y el personal llegó a la otra orilla el teniente dijo (¿dónde está el suboficial, dónde está el suboficial?) pues no me habían visto porque me demoré mucho en salir por la misma situación de la oscuridad, estreches y el barro. Luego, todos con el uniforme mojado, rápidamente cogimos nuestros armamentos y mochilas, nuevamente reinicie el desplazamiento como hombre en punta, todo el camino se nos presentó barroso y muy difícil para transitar, hemos realizado una marcha forzada hasta el aeropuerto del Centro Poblado Mayor de Rejis, adonde llegamos en marcha forzada, siendo las 06:40 horas, no hallamos ninguna evidencia de haber sacado vuelo, fue una marcha agotadora por gusto.