martes, 28 de julio de 2020

TÉCNICO SUPERVISOR GENERAL DEL EJÉRCITO DEL PERÚ ES EL NUEVO FELIPILLO DEL SIGLO XXI SIN VOZ NI VOTO

En los últimos tiempos en el Ejército del Perú han inventado un grado y puesto honorífico para los Técnicos Jefes Superiores y lo denominan “Técnico Supervisor General del Ejército”, normalmente este nombramiento se lleva a cabo en una ceremonia de imposición y nombramiento, dizque como estímulo al personal de supervisores, técnicos y suboficiales del Ejército, que propicia elevar la moral y reafirmar la disciplina y profesionalismo de este importante estamento del Ejército.

Para el señor Supervisor General, no hay voz ni voto, es puro figuretismo vacío de los últimos tiempos, y nunca la tendrán, si siempre han desfilado humillados, creyendo en la falsa disciplina que nos inculcan en el Ejército los “honestos, leales y sinceros” Comandantes, Coroneles y Generales, cuando en sus bolsillos se han revoloteado miles de billetes mal habidos de las “cutras” de toda la vida. La razón no caduca para aquellos que hemos permanecido largos años en las filas del Ejército, en el camino muchos hemos visto y experimentado todo tipo de injusticias, corrupción y discriminación. 

Señor Técnico Supervisor General si por tu silencio sombrío eres considerado el más eficiente, disciplinado y ejemplo a seguir para los jóvenes, pienso que en el fondo temblaras al traicionar a tu propia conciencia al ritmo de los tambores que un día te inculcó moralidad en la Escuela Técnica del Ejército, todavía hay tiempo para que despiertes tu conciencia dormida para no ocupar este vergonzoso puesto de “Felipillo del siglo XXI”. 

A lo largo de mi permanencia en las filas del ejército trabajé con dos Técnicos que ya estaban proyectados para ocupar ese puesto honorifico, además compartí el alojamiento con ellos y les conozco como si les hubiera parido, por respeto no mencionaré sus nombres; pasado los años ambos llegaron a ocupar el puesto honorifico de Técnico Supervisor General del Ejército, el gran merito de los "ejemplares disciplinados" es agachar la cabeza ante las grandes injusticias, los abusos y sobre todo ante la corrupción, en sus respectiva especialidades son uno mas del montón, en su mayoría se envejecen cumpliendo labores administrativas detrás de los escritorios, son pues los típicos "furrieles" de las Unidades y grandes Unidades. Señores, demostrado está, que ellos son los típicos (NPT) “no pelees con el tema” y vive feliz, siempre se comportan como sordo, mudo y ciego, y nunca levantan su voz cuando por sus narices pasa el robo de combustibles de cocción de alimentos para rancho del personal de tropa, el robo de combustible de los vehículos de apoyo de combate y de vehículos de combate, cuando no le pagan sus viáticos por participar en los patrullajes, cuando no le pagan sus viáticos por su participación en las elecciones municipales y presidenciales con el dinero enviado por la ONPE, cuando no les pagan sus bonos por labores en las ZZEE, cuando no les pagan por convenio minero y otros, por ese silencio a fin de año los "Felipillos" se ganan sus altas calificaciones.

En el Ejército del Perú nos hablan de profesionalismo y disciplina cuando los altos mandos del Ejército son los que violan los derechos laborales en sus especialidades del personal de Técnicos y Suboficiales, sobre todo a partir de 1990. El suboficial de 3ra egresado de la Escuela Técnica del Ejército como mecánico de vehículos a rueda cuando llega a un batallón de combate, inmediatamente es destinado como auxiliar del oficial de operaciones (S-3), de esta manera este suboficial novato se convierte en eterno y experto oficinista, pasan los años ya no se acuerda nada de su especialidad, y como no hay exámenes para el ansiado ascenso al grado inmediato superior, convertido como buen oficinista, a fin de año su jefe inmediato superior le califica con alta nota y tiene el camino abierto para llegar a ser “Técnico Supervisor General del Ejército” quien al final como consuelo dice: "mejor es trabajar en la oficina que estar en los galpones dentro de los vehículos con el mameluco sucio". Casos peores existen con el personal de Técnicos y Suboficiales captados de procedencia Tropa, este personal en su mayoría iniciaron sus labores como soldado furriel, luego se reenganchan y después de dos periodos (4 años) ascienden al grado de suboficial de reserva, algunos se envejecen como chófer de Coroneles, Generales y otro se envejecen detrás de los escritorios, cumpliendo siempre la función de furriel, pero en el papel según su OME este personal tiene otra especialidad, en el papel en su mayoría son mecánicos de maquinaría pesada, mecánicos de tanques, mecánicos de vehículos a rueda, pero vaya a verlos de mecánica no saben nada, si por ahí ordenan examen para el ascenso al grado inmediato superior, todos reciben sus respectivas paporretas, día y noche se la memorizan y dan sus exámenes con resultado por demás satisfactorio. 

El personal de Oficiales son regidos por una ley, ellos en sus funciones no pueden retroceder, para el subteniente hay una función especifica, para el teniente hay una función especifica, para el capitán hay una función especifica, etc. Para el personal de Técnicos y Suboficiales no existe una función especifica, con la denominación "por necesidad de servicio" siempre nos han empleado de manera informal, no existe una ley que nos ampare de los abusos y del despojo de nuestras especialidades. Les cuento mi propia experiencia, en el año 2007 el Comando del Ejército ordenó que me despojen de mi especialidad de mecánico de comunicaciones y operador de comunicaciones, durante siete años no ejercí mi especialidad, como es normal en este tipo de situaciones de abuso yo pedí audiencia en la Inspectoría del Cuartel General del Fuerte "Rafael Hoyos Rubio, con sede en el distrito de Rímac, para mi pesar el Coronel Inspector me dijo: "¿Que ley te ampara para tu reclamo?, ¿por qué no postulaste a la Escuela Militar para ser Oficial?, ¿dígame, donde dice que no puedes trabajar como oficinista?, ¿dígame, donde dice que no puedes trabajar como policía militar?, etc; el resultado de mi petición para volver a ejercer mi especialidad fue negativo, según los "justos inspectores" mi solicitud fue improcedente. Como muchos Técnicos y Suboficiales, este su humilde servidor también de manera informal ocupó la función de Oficial de Guardia durante 23 largos años y de manera consecutiva (1984 hasta 2006), cuando esta función es netamente del personal de Subtenientes y Tenientes.

En las Unidades Contrasubversivas de la zona Sierra y Selva, como muchos Técnicos y Suboficiales a parte de cumplir con las responsabilidades en mi especialidad, también cumplí de manera informal con otras funciones, tales como: La función de comandante de patrulla, la función de oficial de guardia y otros. ¿El Comando del Ejército porque no formaliza en los reglamentos internos del ejército el trabajo informal que realiza el personal de Técnicos y Suboficiales sobre todo en las unidades combate?. Si usted recurre al Reglamento del Servicio Interior en la mayoría de los párrafos encontrará solamente funciones relacionados al personal de Oficiales y Personal de Tropa, del personal de Técnicos y Suboficiales a las justas existe información de sus especialidades en menos de medio párrafo. 

En la campaña militar del Alto Cenepa 1995 durante el conflicto con Ecuador, cumplí la función de Comandante de patrulla y combatí cumpliendo la función como tal, pasado los años cuando ordenan el reconocimiento como Defensor de la Patria me entregan la Resolución del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 328 CCFFAA/DAANN, firmado el 21 de setiembre del 2012, que en su parte considerativa dice: Función desempeñado, mecánico de comunicaciones y electrónica, y no como comandante de patrulla. Al respecto cuando reclamé me contestaron que me habían calificado de acuerdo a mi OME (ocupación militar en el ejército). 

El 9 de diciembre del año 1999, día del Ejército, a 1200 combatientes calificados como Defensores de la Patria, por sus acciones en la Campaña Militar del Alto Cenepa 1995, el Comando del Ejército le entregan una medalla de oro valorizado en Mil Dólares americanos ($1000.00) y el incentivo económico de Tres Mil Nuevos (S/3,000.00) Soles, todo los premiados fueron de la guarnición de Lima; el personal que se encontraba en las provincias a lo largo del Perú, en total 2870 combatientes calificados también como Defensores de la Patria, no recibimos ningún premio ni incentivo económico. Son pues las "cutras" de los "honestos, disciplinados y justos" Generales del Ejército.

Señor Técnico Supervisor General del Ejército, en las Unidades de combate cumplimos diversas funciones que es propio del personal de Oficiales, y en los combates en el Frente Interno y en el Frente Externo también cumplimos las mismas funciones de un Oficial. Nosotros somos soldados profesionales en el campo técnico y militar, no somos más ni menos que un oficial superior, entonces como es posible que en los caducos reglamentos del Ejército nos sigan considerando como "personal auxiliar"; este tipo de denominación existió en los tiempos de la dominación española, los españoles si pues tenían sus indios auxiliares. Habiendo tantas injusticias e informalidad en la Institución que por su puesto se arrastra desde muchos años, en los últimos tiempos los "ejemplares, disciplinados y arrastrados", Técnicos Supervisores del Ejército, domesticados hasta el tuétano, asumen ese cargo sin voz ni voto y se convierten en Felipillo del siglo XXI.

En el año 2007 el Comando del Ejército, violando mi derecho laboral en mi especialidad como mecánico de comunicaciones y operador de comunicaciones, me envía como castigo al Comando Administrativo del Cuartel General del Ejército (oficina de personal), el castigo fue por haber reclamado los viáticos del personal del Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado N° 32 del distrito de Caraz, Huaylas que había participado en las elecciones presidenciales y municipales del año 2006, recuerdo que ya habían pasado varias semanas y se negaban a pagarnos el viatico, puse una queja en la inspectoría de la 32a BI con sede en Trujillo y en el Ministerio de Defensa, mi reclamo lo valoraron y nos pagaron a todos, pero me gané también una sanción amañada de ocho (8) días de arresto simple, firmado por el señor General Agreda Vargas, comandante general de la 32a Brigada de Infantería con sede en la ciudad de Trujillo, Región Militar del Norte.

Desde el distrito de Caraz en el proceso de cambios del AF 2006 me envían al Cuartel General del Ejército. El día jueves uno de febrero del 2007 me presenté al Comando Administrativo del Cuartel General del Ejército, en San Borja, Lima. En el Comando Administrativo del Cuartel General del Ejército existen muchas oficinas, donde trabajan Coroneles, Comandantes, Oficiales Subalternos, Técnicos, Suboficiales y Empleados Civiles. La oficina del personal está ubicado en el primer piso, en un rincón de este inmenso inmueble permanecí sentado en una pequeña silla durante cinco meses consecutivos sin hacer nada, donde a cada instante me preguntaba ¿cómo he llegado a esta oficina donde la gente permanece todo el día sentado y concentrado en las pantallas de los monitores con sus papeles en la mano?; ergo, los "dueños de la Institución" violando mi formación técnica militar me estaba arrinconando al grupo de los "papelucheros" de oficina, a lo que me resistía. Habiendo cumplido un mes de permanecía sin hacer nada, me animé a solicitar un puesto para laborar y me dijeron que por orden de la superioridad en JATSOE (Jefatura de Administración de Técnicos y Suboficiales del Ejército) aun no decidían mi nuevo destino, entonces comprendí que mi situación era muy difícil y comenzó a moverse dentro de mí muchas ideas, me preguntaba ¿me someterán a consejo de investigación, me darán de baja o que me sucederá?, como sea quería salir de este largo castigo de inactividad. Permanecí sentado recordando a cada instante los años de felicidad que pasé dentro de los cuarteles de los batallones de combate, sobre todo de mis vivencias en los batallones de infantería; extrañaba las carreras de 10 kilómetros, los ejercicios de tiro con fusiles, los disparos de morteros y la instrucción del material de comunicaciones de campaña, etc. 

En la oficina de personal, durante todo el día me tenían muy controlado, para ir al baño pedía permiso, para salir al rancho del medio día pedía permiso, a mi retorno siempre tenia que dar cuenta; lapso de tiempo que en la Inspectoría de esta dependencia me sometieron a interrogatorios por terrorista y comunista, en el Perú ser anticorrupto y ser patriota es pues sinónimo de terrorista, este tipo de acusaciones es pues muy común sobre todo en el ámbito político peruano, sobre todo durante las elecciones presidenciales. En ese trance permanecí hasta el 30 de junio, en esos momentos me parecía que todos eran mis enemigos. Pero yo seguía reclamando, en todo momento insistía para retornar al Batallón de Ingeniería de Combate Motorizado N° 32 con sede en el distrito de Caraz o para ser enviado a un batallón de combate en el VRAEM, entonces en JATSOE me propusieron para laborar en el Batallón de la Policía Militar N° 511, querían verme puesto un casco blanco parado en la puerta de las oficinas, a lo que me negué por completo haciendo respetar mi especialidad como mecánico de comunicaciones y operador de comunicaciones del Ejército.

Señor Técnico Supervisor General del Ejército, usted no se da cuenta, que desde el año 2000, el Comando del Ejército nos ha convertido en mediocres en nuestras respectivas especialidades, sobre todo con las falsas capacitaciones en paporretas, ascensos al grado inmediato superior sin exámenes. Si en estos momentos sometieran al personal de Técnicos y Suboficiales en un riguroso examen en sus respectivas especialidades y de esfuerzo físico, estoy seguro que el 50% del personal de Técnico y Suboficiales del Ejército saldría desaprobado y sería dado de baja por inaptitud en sus especialidades y en esfuerzo físico.

jueves, 16 de julio de 2020

4ta BRIGADA DE MONTAÑA PUNO PERÚ LA HISTORIA DE MI PASÉ A LA SITUACIÓN MILITAR DE RETIRO JULIO 2014

Todos los que hemos pasado por los cuarteles de la Costa, Sierra y Selva, vivimos íntimamente con nuestra experiencia cuartelera, tenemos nuestra propia visión y logros alcanzados en la institución, algunos somos patriotas, muchos también son mediocres arrastrados que solo buscan oscuros beneficios, otros llevan el uniforme como medio de vida para subsistir en la vida y se envejecen arrinconados detrás de los escritorios; luego, cuando pasan a la situación militar de retiro se van con todos los honores, entre discursos y abrazos.

Desde enero 1984 he permanecido durante 35 años, seis meses y quince días en el Ejército. Cumplí mi deber 
como Tropa Servicio Militar Obligatorio durante dos años, luego para ser suboficial estudié durante tres años en la Escuela Técnica del Ejército; desde aquellos tiempos para mi persona el uniforme de campaña fue una constante distinción que no se extinguía, cambiaron los colores y los modelos, cada color, cada modelo, marcaron en mí en forma ineludible mi conducta. 

Los mejores años de mi existencia lo pasé en las Unidades de combate con el uniforme de campaña, la mayor parte en lugares remotos, desiertos y la selva, lapso de tiempo que no me beneficié con los viáticos ni cambios de colocación. En los años de 1990 trabajé en los batallones contrasubversivos, con permanencia en las Bases Contrasubversivas de la Sierra y Selva; en el mes de febrero de 1995 combatí en el Valle del Alto Cenepa contra las tropas invasoras de Ecuador, lugar donde casi perdí la vida.

En estos últimos tiempos con la incorporación de la mujer al Ejército, ellas participan junto con los varones en los entrenamientos físicos y los exámenes de esfuerzo físico; pues en estas situaciones yo soy un caso muy especial, mi auto consigna fue, que ninguna mujer, por más joven que sea: “No debe ganarme en los exámenes de esfuerzo físico”. Pero un día una joven oficial de 26 años del grado de teniente me superó en velocidad de tres mil metros, desde ese instante decidí dejar voluntariamente las filas del Ejército, me consideré como una persona no apto para continuar en la vida castrense, y pedí mi pase a la situación militar de retiro. Si ya no puedes correr y hacer planchas junto con la tropa, es mejor retirarse, es mejor abandonar a la Institución antes que te den de baja por viejo y “obsoleto”.

Con fecha uno de junio viaje por motivos de salud al Hospital Militar Central con sede en la ciudad de Lima, donde permanecí hasta el 25 del mes en curso, lapso de tiempo que lo aproveché para pedir mi pase a la situación militar de retiro; ergo, me apersoné a JATSOE donde pregunté la documentación que debía presentar; por ende, de conformidad a los dispuesto en el DS N° 003-82 CCFFAA del 28 de abril de 1982, formulé toda la documentación y se lo entregué el expediente al delegado de la Brigada para que lo remita por los medios mas rápido a la guarnición de Puno, donde el Comandante Riojas y el General de Brigada Marcelo Valverde Neyra, sin pensarlo dos veces lo había firmado, remitieron de inmediato toda la documentación al Cuartel General del Ejército en San Borja, Lima.

En el Fuerte “Manco Cápac” de la 4ta Brigada de Montaña, con sede en la ciudad de Puno; según la “Resolución del Comando de Personal del Ejército N° 930 SJATSO/DACTSO N° 2/T/MTEL/02.00, firmado el 3 de julio del 2014; desde el 15 de julio ya me encontraba en la otra orilla, es decir en la situación militar de retiro. En la Companía de Comunicaciones N° 4 oportunamente informé mi situación laboral a la teniente Calizaya (oficial de personal), pero ella me dijo: "Mientras no vea en mis manos tu resolución de pase a la situación militar de retiro, continuas de servicio", con esos argumentos me nombró de servicio que lo denominan "rueda chica", tres días seguidos, es decir desde el día viernes 11, sábado 12 y domingo 13 cumplí con los servicios como oficial de día, y además los días 14 y 15 de julio continúe cumpliendo la función de  jefe del centro de comunicaciones. 

El día lunes 14 de julio, me encontraba de servicio de oficial de día saliente. El cielo puneño cómo nunca desde las primeras horas se había vestido de color azul eléctrico, yo le llamaría literalmente, “color de los comunicantes”, bajo este cielo, me estaba despidiendo del ejército. Finalizado el rancho con el personal de tropa, me dirigí hacía el almacén de armamentos para el relevó del material con el oficial de día entrante, como siempre el relevo fue muy riguroso, físicamente contamos a los viejos fusiles FAL, la MAG, RPG y UZIS, que tienen mil historias en los campos de tiro, pues son de la época de 1970, todo el material estaba sin novedad.

Recuerdo que finalizado las actividades del relevo, formó todo el personal para la lista de diana, como siempre el oficial de día saludó: "Companía buenos días, subordinación y valor, atención a la lista", a lo que todos contestamos con fuerza. Presentía que sería mi última lista de diana con el uniforme digitalizado color arena, así que grabé en mi mente la imagen del personal formado, todos con cabello corto, el oficial de día entrante estaba al frente, el frío de la mañana bajo el manto de la brillantes solar del estío serrano como despedida me abrazaba fuerte, era puro, también muy triste, el reloj plateado SEIKO que durante 25 años me había acompañado en las bases contrasubversivas de la Sierra, Selva y en el Conflicto del Alto Cenepa 1995, aquella mañana brilló más que nunca, entonces presentí mi despedida; instantes como en películas todas mis vivencias en los cuarteles se proyectaba desde mis inicios en la 9ª División Blindada en Tumbes en el año 1984, hasta los últimos instantes. 

Finalizado la lista, viendo que se me aproximaba el sargento mensajero, presumí que venía con alguna noticia para mi persona, entonces pensé que definitivamente sería mi última lista, así que lo esperé, quien a su llegada me comunica que mi resolución de pase a la situación militar de retiro procedente del Cuartel General del Ejército, Lima, había llegado a la oficina postal del Cuartel General de la Cuarta Brigada de Montaña; momentos que nuevamente miré hacia arriba y el cielo infinito permanecía de color azul eléctrico, que desde tempranas horas me había anunciado mi triste y silenciosa despedida, sin abrazos, sin brindis y sin ceremonia de despedida de la bandera de guerra.

Aquel día siendo las 10:00 horas, salí del cuartel “Manco Cápac” con rumbo a la Comandancia General de la Brigada, caminé pausado pensando en una ceremonia de despedida, llegando a la oficina postal cuando cogí mi resolución de pase a la situación militar de retiro, me retumbó el corazón, en el acto procedí abrir el sobre que contenía la “Resolución del Comando de Personal del Ejército N° 930 SJATSO/DACTSO N° 2/T/MTEL/02.00, firmado el 3 de julio del 2014. 

Regresando, feliz ingresé por el viejo portón del antiguo cuartel “Manco Cápac”, ante la atenta mirada de los soldados de la guardia de prevención pasé con el documento en la mano, doblando la curva caminé entre los bosques de árboles ciprés que por las manos del hombre tienen diversas formas, después del breve recorrido llegué a la esquina y miré hacía el patio de armas que permanecía en completo silencio, ni de casualidad nadie transitaba por las inmediaciones; ante el sorpresivo silencio avancé muy pensativo; cruzando el inmenso patio, inmediatamente me presenté a la oficina de personal (S-1), donde la teniente de comunicaciones Eliza Calizaya y su adjunta, una suboficial, reciben mi resolución, coordinan telefónicamente con el mayor de comunicaciones Edgar López (jefe de la compañía), finalizado la coordinación la oficial me dijo: “Técnico para usted no hay nada, el mayor dice que se retire inmediatamente”, ante esta ingrata respuesta de discriminación e injusticia, en el acto me dirigí a la oficina del mayor López, a quién le encontré sentado en su escritorio verificando unos documentos. La conversación con el oficial fue breve, pero muy tensa, lapso de tiempo que el oficial no dejaba de verificar sus papeles, demostrado con sus actos que no le interesaba mis peticiones. En esos instantes, el oficial no comprendía lo que yo llevaba por dentro, mis anhelos de años para despedirme de la bandera de guerra se fué al tacho. Entonces presumí, es muy posible que el oficial haya recibido una orden de la superioridad, si accedía a mi petición tal vez podrían perjudicar su carrera con una sanción. Le hablé de mi tiempo de servicios de 35 años, seis meses, de mi calificación por acción de armas como Defensor de la Patria, aunque me escuchó sé que mis palabras no entraron en su corazón. Momentos que me sentí frustrado porque no me permitieron despedirme de la bandera de guerra.

El oficial se animó a decirme: “Técnico que se puede hacer, es una orden de la superioridad, proceda a retirarse”. El oficial estaba cumpliendo al pie de la letra la consigna del Comandante General de la Brigada, quien escondido detrás de su escritorio ha dado una orden precisa contra la persona de un soldado patriota que se va al retiro, tildado injustamente en las Inspectorías y sectores de Inteligencia como “terrorista y comunista”. El anhelo de muchos años de despedirme con la tropa formado en el patio de armas no se cumplió, ante la total indiferencia de todo el personal de Oficiales, Técnicos y Suboficiales, no les estreche la mano a mis superiores ni subalternos; ergo, en el acto me retiré a la casucha que me sirvió como alojamiento, bajo el techo de calamina agujereado por todos los lados, inmediatamente me quité el último uniforme de campaña digitalizado de color arena y los borceguíes. Una hora me demoré en llenar mis cosas en mi maleta y mi bolsa de impedimenta, y en completó silencio me retiré de la Compañía de Comunicaciones N° 4. En esos momentos, durante mi desplazamiento con dirección a la guardia de prevención ni de casualidad nadie se asomó por las ventanas. Cargando a la espalda el pesado bulto, ante la mirada silenciosa del personal de tropa de la guardia de prevención, traspase el viejo portón, me retiré para siempre.

En el Ejército del Perú, hay un lugar preferencial para aquellos que han trabajado dentro del círculo de los leales a los jefes corruptos y traidores; en ese círculo no caben, los patriotas leales a la institución y a la patria. Cuando los leales a los jefes, mediocres que se han envejecido detrás de los escritorios agachando la cabeza y pasan a la situación militar de retiro, normalmente para ellos hay ceremonias de despedida, ellos se despiden de la bandera de guerra, reciben estatuillas de oro, platos recordatorios de plata, diplomas, hay brindis y palabras de despedida. ¿Por qué existe ceremonia de despedida para algunos Oficiales, Técnicos y Suboficiales?, ¿qué aportó este personal durante los largos años de su permanencia en la institución?, ¿Qué méritos tienen?, ¿inventaron algo?. Los méritos del personal de Oficiales son: El personal de Oficiales por ahí han permanecido robando dinero del rancho de tropa, combustible por cocción de alimentos, combustibles de los vehículos de combate y de apoyo de combate, uniformes del personal de tropa, dinero enviado por la ONPE para el pago de viáticos del personal durante el proceso electoral y otros.

El Gran mérito, que lo consideran como excepcional para muchos Técnicos y Suboficiales, es haber trabajado por muchos años como chófer de los Generales, otros que se han envejecido detrás de los escritorios como "papelucheros" también son bien recompensados; ni que hablar del personal del Servicio de Intendencia que a través de todos los años han permanecido “cutreando” combustible y rancho de Tropa por orden expresa de los "honestos y disciplinados" Generales; y en las Unidades de Combate la gran mayoría son cómplices de robos de los “disciplinados y honestos” Comandantes. Los “leales” a los jefes, venden su alma, con la única intención de obtener buena calificación, por el silencio cómplice a fin de año son recompensados con buena nota para el ansiado ascenso al grado inmediato superior. Personal del circulo de los leales son recompensados para trabajar en las embajadas en todo el mundo y ascensos al grado máximo como Técnico Jefe Superior. Cuando personal de Técnicos y Suboficiales del circulo de los "leales" a los "disciplinados y honestos" Generales pasan a la situación militar de retiro, normalmente para ellos hay ceremonias, reciben estatuillas de oro, platos recordatorios de plata, diplomas, hay brindis y palabras de despedida. Yo, no recibí nada, ni el saludo, ¿quien se quedó con el plato de plata que me corresponde?.

Desde el año 1990, en un Ejército politizado, hay pocos elementos entre Oficiales, Técnicos y Suboficiales que brillan por sus propios medios. En su mayoría son mediocres arrastrados, que si habría un examen estricto dentro de la institución serian dados de baja, pues no son aptos en sus respectivas especialidades, muchos sufren de sobre peso y no aprueban el examen de esfuerzo físico. 

En los cuarteles, ante las injusticias y la corrupción que cometen algunos "disciplinados y honestos" Comandantes, Coroneles y Generales, me convertí en recalcitrante; ergo, me gané algunos enemigos de mucho peso, los mismos que difamaron a mi persona sin los medios probatorios y me tildaron de terrorista y comunista.