domingo, 15 de noviembre de 2015

LA HISTORIA DEL CAPITÁN MÉDICO JORGE TON SAM 8va DIVISIÓN DE INFANTERÍA LOBITOS TALARA PIURA 1985

El medico Jorge Ton Sam, asimilado al Ejército peruano con el grado de capitán, en el año de 1985 trabajó en la Companía de Comando y Servicios del Batallón de Infantería Motorizado "Iquique" N° 31 de la 8va División de Infantería en el distrito de Lobitos, provincia de Talara, departamento de Piura. El oficial asimilado se desempeñaba como medico de la sección Sanidad de este batallón. La pequeña enfermería de doce camas con sus catres de color blanco, cubiertos con sábanas y colchas blancas siempre permanecía bien presentable en todo sentido de la palabra, pero la anécdota de este caso es que siempre permanecía en total silencio, es decir dentro de ella no había ningún soldado internado por enfermedad, a veces en la hora de la Lista de Diana, algunos soldados daban cuenta a sus Jefes de Companía manifestando estar enfermo y los capitanes de armas decían: "capitán Ton Sam,  acciona", ante la orden el médico inmediatamente volteaba y le clavaba la mirada a la Tropa enfermo y les decía: "No se preocupen cholitos, acabado la lista en el acto les pongo operativo". Cuando los soldados acudían a la enfermería a todos les reunía en la sala y les ordenaba para que se desnuden, luego según él empezaba "la prueba de valor", uno por uno los soldados sin prendas en sus cuerpos se colocaban con el pecho pegado a la pared y atrás el capitán se colocaba a una distancia de dos metros, en seguida dando un paso largo hacía adelante, apuntaba bien la jeringa, a una distancia de medio metro le clavaba la jeringa en la nalga del soldado, como es normal en estas situaciones, los soldados y sargentos se sentían muy nerviosos y con mucho miedo, en ese momento algunos al ver esta tortura en sus compañeros, llenos de pánico cogían sus prendas y salían corriendo con dirección a sus cuadras. Por estos hechos los clases ni los soldados se acercaban a la enfermería, ergo las instalaciones de la pequeña enfermería siempre permanecía limpio y sobre todo en silencio, siempre listo para ser inspeccionado por la superioridad.

El capitán Ton Sam, como oficial asimilado no tenía porte ni fortaleza física de un militar de armas, por ley y reglamentos internos del Ejército no le correspondía mando de Tropa, tampoco no podía sancionar en su condición de civil asimilado, sin embargo él era el que más sancionaba al personal de Tropa SMO, con sanciones físicos como ranas, planchas, rampas, polichinelas, rotaciones, etc;  en algunos casos se atrevía a sancionar también al personal de suboficiales, por este tipo de conducta se ganó total desprecio del personal, al respecto el personal de Tropa decía: “este civil uniformado no sabe ni ponerse bien en la posición de atención, sin embargo se cree el más cachacazo del cuartel”, así murmuraban muchos clases y soldados relacionado a este oficial asimilado. 

En el caluroso mes de febrero de 1995, en el distrito de Lobitos, provincia de Talara, a mas de 35 grados de temperatura, salio de vivac el personal del Batallón de infantería Motorizado "Iquique" N° 31, nuestro destino fue la Quebrada Pariñas. Para este tipo de ejercicios en el campo el personal de oficiales, técnicos y suboficiales siempre se desplazaban a pie con sus bolsas de impedimenta en la espalda (bolsa de lona donde va todo las pertenencias del personal para permanecer en el campo) y el personal de Tropa se desplazaba con sus respectivo morral y mochila de campaña en la espalda. El lugar elegido para vivaquear se encontraba a una distancia de 35 kilómetros; ergo, la marcha es a paso de camino bajo un sol que se abraza con el desierto, que en ciertos tramos el viento nos presentaba los remolinos blancos que jugaban sobre las pequeñas dunas, momentos que algunos soldados llevan sus manos a la cantimplora con agua abastecido desde las cisternas para aplacar la sed. El capitán Jorge Ton Sam estaba ahí, con el rostro sudoroso, con su casco de acero mal puesto, marchaba junto con su personal de antiguos y reclutas que también llevaban las camillas en sus hombros. 

En la mañana del viernes 22 de febrero de 1995, finalizado los ejercicios de vivac, el Teniente Coronel de Infantería Jorge Ramos Varillas (Comandante del Batallón), ordenó repliegue del personal y vehículos con destino al cuartel; todos los oficiales, técnicos, suboficiales formaron con su bolsa de impedimenta al hombro y el personal de tropa con su morral y mochila en la espalda, así teníamos que retornar a pie por un camino seco entre arboles de algarrobo; en esas circunstancias cuando me encontraba en el sector de la Sección Comunicaciones, recogiendo todo el material desplegado para ser cargado en el vehículo Unimog, aparece el capitán Ton Sam con todo su personal de la sección Sanidad y me dijo “suboficial lleva mi bolsa de impedimenta y me lo entregas en el cuartel” a quien le dije, mi capitán la orden del jefe del Batallón ha sido bien claro; es decir, todos tenemos que retornar al cuartel a pie con nuestras bolsas al hombro, la reiteración que le hice, al mencionado oficial no le importó para nada y se fue, yo abandone la bolsa en el mismo sitio. Después de caminar aproximadamente 35 kilómetros bajo intenso sol en terreno desértico, en horas de la tarde en columnas las cinco companías retornaron al cuartel con el cuerpo sudoroso y con las botas cubiertos de tierra, luego todos formamos en el patio de armas con nuestras bolsas, morrales y armas de dotación. Después de revistar las armas el mayor Grados (S-3) Oficial de Instrucción, pasó revistas a todos los oficiales, técnicos y suboficiales, en ese momento el mencionado oficial superior se percata que el capitán Ton Sam se encontraba sin su bolsa de impedimenta, circunstancias en que el médico volteando hacía la retaguardia me decía, ¿suboficial mi bolsa, suboficial mi bolsa?, a quien le dije, mi capitán su bolsa se quedó en la Quebrada Pariñas, ante mi respuesta, el oficial renegó, murmuró, despotricó, etc, y la bolsa recién se recuperó al día siguiente, pero al mencionado oficial asimilado ya le había sancionado el mayor S-3 con seis (6) días de arresto de simple por incumplir una orden del Comandante de Batallón. 


El día sábado 17 de agosto de 1985 hubo mantenimiento general en las instalaciones del cuartel, un grupo de soldados habían subido al techo de calamina y eternit de las precarias cuadras de la companía "C", en esas circunstancias cuando realizaba limpieza al pisar en falso se cayó del techo el soldado Mauro Chiroque, natural de Bajo Piura, quien se había golpeado la cabeza pero se levantó con normalidad y continuo realizando sus actividades de limpieza. En horas de la noche el mencionado soldado, siendo las 20:25 horas, comenzó a sentir fuerte dolor en la cabeza; por ende, inmediatamente preparan la ambulancia y deciden trasladarlo hasta el Hospital Militar Regional en la ciudad de Piura, al mando del capitán médico Jorge Ton Sam y el suboficial de tercera enfermero militar Rodriguez, cuyo apelativo fue "choches", al respecto el mencionado enfermero me narró lo siguiente: Dijo, "hasta Sullama el soldado Chiroque permaneció completamente estable, en esas circunstancia el capitán Ton Sam al ver que todo iba bien, decide quedarse en la Avenida José de Lama en Sullana, pues el mencionado oficial en los tiempos que permaneció en este distrito como "reclutero", había conocido una linda fémina, el oficial se bajó del vehículo y yo proseguí con el desplazamiento con destino al Hospital Militar Regional con la misión de internar al paciente y retornar inmediatamente a Sullana", concluyó. Pero ocurre un hecho casi insólito, en la vía que une a la ciudad de Sullana y la ciudad de Piura, hay un prostíbulo muy antiguo, en las inmediaciones de este inmueble se había estacionado la ambulancia militar por lapso de 5 minutos aproximadamente, dejando el vehículo bajo la custodia del sargento reenganchado (chófer de la ambulancia), el suboficial ingresó al lenocinio para verificar la calidad de las prostitutas, rápidamente se pasea por un ambiente de luces de colores viendo el cuerpo desnudo de las féminas, convencido que no eran de su agrado, sale, pero antes de abordar el vehículo constata al paciente y se da con la ingrata sorpresa que el soldado Chiroque había fallecido, en ese momento el enfermero totalmente asustado pensó regresar a la ciudad de Sullana para ubicar al capitán Ton Sam, pero analizando la situación decide continuar la marcha con destino a la ciudad de Piura, llegando al hospital con su cadáver, siendo las 23.45 horas. El día domingo 18, en las primeras horas llega un radiograma de carácter OP para el Batallón de Infantería Motorizado "Iquique" Nª 31, donde informaban del fallecimiento del mencionado soldado, el comandante inmediatamente le ordena al capitán de la companía "C" y al comandante de sección, viajar con destino a la ciudad de Piura para los funerales del soldado fallecido, todo este acontecimiento duró tres días, finalizado todos los ajetreos de entierro en Bajo Piura, los comisionados retornaron al cuartel, pero el capitán Ton Sam, enamorado en Sullana, recién apareció al quinto día, feliz y contento, pues él desconocía por completo sobre el deceso del mencionado soldado. Un día siendo las 15:00 horas, cuando me encontraba de servicio en la guardia de prevención, el oficial apareció todo sonriente, quien al ingresar dijo "cachete, el chiquillo está que se recupera en el hospital de Piura", el término "cachete" en el norte del Perú, equivale al termino OK. En esas circunstancias se apersonaron a la guardia el comandante Ramos en su condición de comandante de batallón, el mayor Grados (S-3) y el oficial de personal capitán (S-1) y le dieron tremenda reprimenda al capitán Ton, inicialmente él pensó que todo era una broma de mal gusto, pero cuando vio que la cosa era de mucha seriedad, permaneció asustado en el mismo sitio, quien en su condición de oficial asimilado, en el acto pidió su baja, dijo: "Me voy de baja y punto", así fue, al día siguiente el ex capitán Ton Sam se paseaba en el cuartel, vestido con su ropa civil como si nada hubiera pasado, decía que se iba a trabajar al Hospital Edgardo Rebagliati en Lima, en horas de la tarde se fue del cuartel para siempre.

viernes, 13 de noviembre de 2015

MAL EMPELO DE PERSONAL Y MATERIAL DE COMUNICACIONES EN LA CAMPAÑA MILITAR DEL ALTO CENEPA 1995

En la Campaña Militar del Alto Cenepa 1995, en el Valle del Cenepa, Amazonas, en los combates contra las tropas invasoras de Ecuador, el personal del Ejército peruano en lo que respecta al material de comunicaciones de campaña de Alta Frecuencia "HF/BLU", algunos batallones de combate se presentaron con los equipos de radio de reciente adquisición, Tadiran PRC 2200 (S) de 20 vatios y otros portando equipos de radio francés de Alta Frecuencia muy anticuado de transmisión y recepción en claro de señal abierta, equipos de radio Thomson TRC 372 de 20 vatios y Thomson TRC 340 de 20 vatios. Hubo mezcla de material moderno con material antiguo, como consecuencia se origina el problema para enlazar el Puesto de Comando (PC) ubicado en el PV N° 1, con los Batallones y patrullas que se encontraban en combate en las inmediaciones de la cota 1061, conocido como la falsa Tiwinza y otros, es decir como siempre reinó la improvisación, al final como medio más seguro se utilizó personal de mensajeros de Tropa a pie, pero cuatro de ellos también cayeron como prisioneros de guerra, luego canjeados mediante la intervención de la Cruz Roja Internacional.

En el año 1991, algunos batallones de la Primera Región Militar del Perú, recibieron como dotación el equipo de radio Tadiran PRC 2200 (S) de 20 vatios con transmisión y recepción en Claro, Secreto (SEC) y Saltos de Frecuencia (AJ), en la gama de frecuencias de 1.5 a 29,9999 Mhz, 285,000 canales de radio frecuencia, con una separación de 100 Hz. Producido el conflicto con Ecuador, tardíamente el Comando del Ejército dispone hacer la redistribución de este material para las Unidades de la Selva (5ta Región Militar) donde por las circunstancias del movimiento de personal no hubo tiempo para adiestrar al personal de operadores de comunicaciones para la operación y mantenimiento de los equipos de radio que para muchos fue una gran novedad porque nunca lo habían visto.

El equipo de radio Tadiran PRC 2200 (S) en estación fija puede recibir alimentación mediante el adaptador AD -1224 en lugares donde existe la fuente de energía convencional de 220 VCA o grupos electrógenos del mismo voltaje. En el campo y durante los desplazamientos para el uso portátil a la espalda puede recibir alimentación mediante la batería Ni Cd TNC 2188 recargado por el cargador de baterías solar TCS – 124B, esta alternativa depende de las condiciones del tiempo en terreno abierto, en horas de alta radiación y calor intenso es muy bueno para la recarga, caso contrario es totalmente nulo. La otra alternativa para recargar la batería Ni Cd TNC 2188 es mediante el empleo de un generado manual a manivela, según la información del personal del SCOME, dicho generador no lo habían adquirido en Israel. 

En la zona del Alto Cenepa, el cargador solar TCS - 124B no se pudo utilizar con total eficacia por las condiciones meteorológicas tan adversas, principalmente por la constante lluvia y neblina, en las horas de calor e intensa radiación solar la densa vegetación siempre nos mantenía bajo sombra húmeda, no permitía pasar los rayos del sol a la parte baja. Para este tipo de terrenos es recomendable el uso del generador manual, pero en los cargos de los batallones de combate no existió dicho artículo.

Por la negligencia del Comando del Ejército, hubo problemas con el personal de operadores de comunicaciones, es que la gran mayoría no se encontraban entrenados y actualizados para operar el equipo de radio Tadiran PRC 2200 (S). En la zona de guerra fue triste la realidad de los operadores de comunicantes de todos los grados enviados principalmente desde las oficinas de Estado Mayor de los cuarteles de la ciudad de Lima, quienes demostraron total falta de preparación y actualización en su especialidad. Es de conocimiento general en el Ejército del Perú que a muchos Técnicos y Suboficiales en los batallones de combate y en los Cuarteles Generales de las Grandes Unidades de combate le nombran en puestos ajenos a su respectiva especialidad, el mal empleo del personal Técnico ocurre porque a la gran mayoría les asignan puestos de oficina (S-1, S-2, S-3, S-4), muchos olvidan sus especialidades ejerciendo trabajos no técnicos, pues pasan muchos años detrás de las computadores convertidos como elementos de Estado Mayor.  

El 9 de febrero de 1995, en el Puesto de Vigilancia N° 1, en horas de la mañana, el Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja se aprestó para el desplazamiento a la zona de combate, en esas circunstancias el Técnico de Primera Juan Negrón, de la especialidad de operadores de comunicaciones es nombrado como integrante de una patrulla, operando un equipo de radio portátil a la espalda Tadiran PRC-2200 (S), pero el mencionado Técnico se negó rotundamente cumplir tal función propio de su especialidad, puso como pretexto su antigüedad, además decía que no estaba entrenado para la operación del mencionado equipo, quien  después de discutir boca a boca con un oficial, de todas maneras integró la patrulla, al día siguiente se escapó desde la zona de “Y” aduciendo estar sufriendo de fuerte cólico y stres, como él muchos Técnicos y Suboficiales dieron vergüenza, quienes por falta de entrenamiento manejaban mal el selector de funciones del equipo radio, el selector lo pasaban a la posición ERS y borraban todo el programa. 

Yo, soy mecánico de comunicaciones y electrónica durante las Operaciones Militares del Alto Cenepa 1995 me desempeñé como comandante de una patrulla de combate, según mi OME conmigo también hubo mal empleo de personal. En todo momemnto estuve al tanto de todo lo que ocurría relacionado a las comunicaciones, al ver tanta improvisación hasta vergüenza sentí, hubo oficiales del Arma de Comunicaciones del grado de Teniente y Subteniente que desconocían por completo el uso del cargador de datos G – 10. 

Desde los tiempos que laboré en Tumbes los oficiales decían que las FFAA de Ecuador habían comprado aparatos de Guerra Electrónica para corta y larga distancia, pienso que la información fue falsa, pues durante las Operaciones Militares del Alto Cenepa, Ecuador no aplicó ningún tipo de perturbador para anular la comunicación en transmisión "Claro" de Alta Frecuencia "HF/BLU"; en las noches del Cenepa, ante la escasez de lanzadores de misiles tierra aire en el lado peruano, aviones de reconocimiento de Ecuador se pasearon con total libertad en el espacio aéreo peruano entre el Puesto de Vigilancia N° 1 , la "Y", Cueva de los Tayos, Helipuerto Tormenta, etc, se presume que empleando la radiogoniométria habrían intentado localizar señales de estaciones de radio peruano, sin éxito, porque nuestras comunicaciones siempre permanecieron en Rad Sil para evitar interceptaciones.


En la noche del 10 de febrero, aproximadamente siendo las 01:30 horas un avión de reconocimiento ecuatoriano dio tres vueltas sobre la "Y" cuando descansaba en dicho sector el grueso de personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 y otros.

El día sábado 11 de febrero en el mismo horario, cuando pernoctamos en la cota 1274 “Helipuerto Tormenta”, también conocido por los ecuatorianos como la Base Norte, el avión de reconocimiento enemigo lentamente dio tres vueltas en la zona de combate ocupado por Perú, luego de cumplir la misión lentamente se retiro  por el sector de Coangos. A pesar de las grandes dificultades el personal del arma de comunicaciones, conocido también como el Arma del Comando, ídem a los de Infantería, está siempre presente en todas las batallas. Durante las Operaciones Militares del Alto Cenepa el personal de este arma también participó activa y directamente en misiones de combate real, si no es con radios, mediante el empleo de mensajeros a pie, es por eso que la gran mayoría de los prisioneros del Perú en poder de Ecuador fueron los chasquis y/o mensajeros que habían sido interceptados dentro de las trochas.

jueves, 5 de noviembre de 2015

TENIENTE CORONEL DEL EJÉRCITO DEL PERÚ NÉSTOR ESCUDERO OTERO CAMPAÑA MILITAR ALTO CENEPA 1995

Nació en el seno de una familia militar, su padre fue el Teniente  Coronel Gustavo Escudero. Desde niño demostró vocación por la carrera de las armas. Ingresó a la escuela Militar de Chorrillos en 1975, egresó tres años más tarde integrando la promoción "Teniente Luis García Ruiz" en el arma de infantería, sus primero años como oficial sirvió en la guarnición de Zarumilla y Trujillo. En 1983 ingresó a la Escuela de Paracaidistas y dos años después a la Aviación del Ejército, graduándose como piloto de helicópteros en el año 1986, tras ocupar el primer puesto. Desde entonces dedico sus mejores esfuerzos a esta unidad a la que también amó durante los años que prestó servicio.

Reconocido por su amplia experiencia acumulada de más de mil quinientos (1,500) horas de vuelo, se encotraba cursando estudios en la Escuela Superior de Guerra del Ejército, cuando fue llamado a la zona del conflicto en el Alto Cenepa, donde cumplió una ardua tarea hasta el fatídico lunes 13 de febrero de 1995 en que su nave fue impactado por un misil tierra aire del ejército ecuatoriano y como consecuencia perdió la vida en acción de armas.


PRISIONEROS DE ECUADOR SARGENTO JULIO CÉSAR CHALÁ ARCE Y CABO MAYANCHA LIMA PERÚ 1995

El gobierno del Perú, respetuoso de los tratados internacionales y en cumplimiento de la convención de Ginebra de 1949, entregó al Comité Internacional de la Cruz Roja, dos prisioneros de guerra: El sargento segundo del Ejercito de Ecuador Julio César Chalá Arce y el Cabo del Ejército de Ecuador Pedro Baltazar Mayancha Andi, capturados dentro del territorio peruano, durante las Operaciones Militares del Alto Cenepa 1995. Dicho acto se produjo en las instalaciones del Hospital Militar Central el 01 de Marzo de 1995. El sargento Chalá fue capturado por la tropa del Batallón contrasubversivo N° 314 de Huánuco y el otro prisionero, el cabo Mayancha de 30 años de edad fue capturado el 25 de febrero luego de un combate cuerpo a cuerpo en las inmediaciones de la cota 1061 conocido como la falsa Tiwinza.


LA HISTORIA DEL SOLDADO EP JUAN VÁSQUEZ PANIAGUA "EL SACOCHADOR" CAMPAÑA MILITAR ALTO CENEPA 1995

El 18 de agosto de 1993, durante la guerra contra los subversivos, el gobierno del ingeniero Alberto Kenya Fujimori, firma la Ley de Arrepentimiento N° 26220 para que los militantes de los grupos subversivos como el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, depongan sus armas y se entreguen a las Fuerzas Armadas. 

El 19 de octubre de 1994 a escasos 24 horas de expirar los alcances de la mencionada ley, un grupo de jóvenes arrepentidos se presentaron al Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja, San Martín, entre ellos se presentó el joven Juan Vásquez Paniagua, natural de Tingo María, 18 años de edad, mirada profunda y de mediana estatura como la gran mayoría de peruanos, quien luego de ser aceptado como soldado de la patria, inició su servicio militar obligatorio como cualquier recluta; pero un buen día del mes de febrero de 1995, la “alerta roja” lo sorprendió en el Puesto de Comando del Batallón. Las tropas invasoras de Ecuador están en el Valle del Cenepa dentro del territorio peruano delimitado y no demarcado, en esas circunstancias el batallón se apresta y se organiza en patrullas para salir rumbo al Puesto de Vigilancia N° 1  en Amazonas, y él no está considerado, entonces se acerca donde el teniente Delgado Valderrama y le dice, "mi teniente, yo también quiero ir" entonces el oficial lo mira y le contesta: "tú no estás considerado en las patrullas" pero él exige ser considerado y luego de ciertas coordinaciones con la superioridad es aceptado y lo nombran como un fusilero más de una de las companías, pero Juan conocedor de sus habilidades, pide algo mejor: "mi teniente a mí deme un  lanza cohetes RPG" y así fue, le dieron el arma que buscaba y conocía mejor. 

El 8 de febrero de 1995, antes del mediodía, desde la Base Militar de Ciro Alegría en Amazonas, comenzaron a trasladar en helicópteros MI 8 y MI 17 a todo el personal del batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja con destino al Puesto de Vigilancia N° 1, provincia de Condorcanqui. Por aquellos días, los pilotos de la Aviación del Ejército y de la FAP estaban muy intranquilos, los ecuatorianos nos habían derribado dos helicópteros, había temor en la ruta desde la Base militar de Ciro Alegría al Puesto de Vigilancia N° 1 porque los ecuatorianos tenían emplazados muchas armas antiaéreas en las pendientes del sector Cóndor Mirador, desde este lugar se domina todo la cuenca del río Cenepa. Por todo lo mencionado durante el desplazamiento aéreo entre el personal a bordo hubo momentos de mucha tensión, el tirador de la ametralladora colocó la cinta con municiones y comenzó a disparar en ráfaga hacía la inmensidad del mando verde, manifestó lo siguiente: “estamos pasando cerca de la línea de frontera, esta zona es muy peligroso”, en esos momentos todos permanecimos en completo silencio, pienso que cada cual iba cavilando en el misil del enemigo que podría salir de algún rincón de las profundidades del inmenso manto verde; ante un misil, un helicóptero de transporte es presa fácil y la ametralladora no servía para nada, ¿qué podría hacer un tirador de ametralladora ante un misil?, hubo miedo y tensión en ese desplazamiento, gracias a Dios llegamos sin novedad al PV N° 1. 

El día jueves 9 de febrero de 1995, en el Puesto de Vigilancia N° 1, los combatientes del Batallón Contrasubversivo N° 28 procedente de Rioja, armados con los viejos fusiles FAL modelo 1958, modelo 1969, ametralladoras MAG y lanzacohetes RPG, comprados en Bélgica y Rusia, durante el gobierno militar del General Juan Velazco Alvarado en el año 1970, sin casco, sin chaleco, con fornituras y cananas en hilachas, con mochilas y morrales en mal estado, nos reunimos en las inmediaciones del río Cenepa, donde recibimos la arenga del señor Teniente Coronel de Infantería Julio Celestino Chaparro Beraun, Comandante de Batallón, donde el personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales y personal de Tropa hicimos un juramento para defender a la patria y expulsar a los invasores ecuatorianos del suelo peruano, finalizado este breve ceremonial de compromiso con la patria, se inició el desplazamiento con rumbo a la zona conocido como la "Ye".

Juan, como muchos de sus compañeros, bajo la sombra de inmensos arboles soporta el olor a la humedad, olor a sangre y muerte, como aquella mañana del 10 de febrero en la “Ye”; las lloviznas y la densa neblina que oscurece el cielo no cesa hasta el sábado 11 en la mañana, aquel día el batallón se traslada al cerro “Helipuerto Tormenta”, bautizado por los ecuatorianos como la Base Norte. Los dispararos de los lanzadores múltiples BM 21 del Ecuador disparados desde el PV Coangos y Cóndor Mirador relampaguean en nuestro espacio aéreo, explosionando a pocos metros, por el impacto vuelan despedazados inmensos árboles, en esa selva en disputa el joven soldado y sus compañeros avanzan sin ser visto por el enemigo; Juan, por su baja estatura se mimetiza con la naturaleza que la rodea, acostumbrado a la vida en el monte él quizás verá lo que otros no ven, siempre nos decía: “yo estoy hecho para la guerra, tengo que estar donde las papas queman” y cuando las circunstancias se le presentó, no lo dudó ni un segundo y disparó su temible lanzacohetes RPG.

Juan, era un experto tirador de lanzacohetes RPG, adiestrado en las filas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, y puso en práctica su habilidad frente a los ecuatorianos, él sólo fue pesadilla para los “monos. En el silencio de las noches en el Valle del Alto Cenepa, los soldados ecuatorianos comentaban que había un peruano loco y suelto en la selva, que los tenía con los nervios en punta, porque en el momento menos esperado llegaba y disparaba con total certeza sus granadas, causando pánico y desesperación en el enemigo ecuatoriano (la granada de lanzacohetes RPG produce más de 3000 grados de calor y quema a 20 metros a la redonda en terreno despejado); a este soldado los ecuatorianos le pusieron el sobrenombre de “El Sacochador. 

En pleno combate los Oficiales, Técnicos, Suboficiales y la Tropa le miraba sorprendido a este tirador que se paraba o se arrodillaba según las circunstancias del combate, con total frialdad frente a los ecuatorianos los miraba bien, apuntaba fijamente y disparaba con gran precisión. Juan le trataba con tanto cariño a su lanzacohetes RPG, en los momentos de descanso le conversaba y le daba sus palmaditas. Durante los desplazamientos él se adelantaba buscando a las patrullas ecuatorianas, pero un día 22 de febrero de 1995, él subió a una loma algo despejada y recibió un impacto de bala mortal; el teniente Delgado al verlo herido apresuró el paso para socorrerlo, pero él le decía; "no mi teniente, no suba, no, no"……al parecer Juan desde el lugar elevado en que se encontraba podía observar a las Tropas ecuatorianas atrincherados; si subía el teniente y su patrulla, quizá lo “barrían”. Juan así herido avanzó y disparo sus últimas granadas de su lanzacohetes RPG, luego le quitó el fusil a su cargador y advirtió por última vez: mi teniente déjeme a mí sólo y así herido llegó cerca de las trincheras del enemigo ecuatoriano, decidido a cumplir su cita con la muerte, los soldados peruanos que habían quedado más abajo al no escuchar más los tiros de FAL, dijeron ¡pucha! ya se lo tumbaron; pero el coraje de este soldado peruano hizo huir a los soldados ecuatorianos, y recién el teniente Delgado ordenó subir y recoger el cadáver de Juan, su RPG que había rodado a media pendiente de la loma y él tenía bajo su pecho su fusil FAL; así murió este bravo combatiente peruano. Admirado por todo el personal del Batallón Contrasubversivo N° 28 Rioja, pero por “terruquito”, por haber militado en las filas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, ha quedado en total olvido.

EL INCA ATABALIBA JAMAS SE BAUTIZO FUE LEAL AL PACHACAMAC Y MURIÓ QUEMADO VIVO JULIO 1532

El Inca Atabaliba (hombre de mucho valor, guerrero invencible) hijo de Huayna Cápac, no se sometió a los requerimientos y chantajes monetarios ni espirituales del satanás Vicente Valverde ni del jefe invasor español analfabeto Francisco Pizarro Gonzales y sus huestes que llegaron a estas tierras como globocolonizadores del Tawantinsuyo. Sobre la muerte, o más exactamente el asesinato de Atabaliba, mundialmente conocido como Ataw hualpa existe consenso entre los cronistas europeos, e incluso algunos mestizos, que fue mediante la pena de garrote, vale decir el estrangulamiento. Esta pena consistía en provocar la muerte por asfixia atando al reo a una viga y ahí pasarle una soga por el cuello de tal manera que quedaba (la soga) expedita para ser contorneada con la ayuda de una palanca, girándola al estilo tornillo detrás de la viga y así ir presionando gradualmente el cuello de la víctima. Se refiere que de esta manera murió Atabaliba, el cual inicialmente iba a ser quemado vivo (hoguera) según el procedimiento de la pena de muerte a la que fue sentenciado por los invasores hispanos. Se dice que por haber accedido a ser bautizado con el nombre cristiano de “Juan o Francisco” los piadosos y “santísimos” jueces le dieron la gracia la pena del garrote.

No obstante, en el tratado de Fray Bartolomé de las Casas (“Destrucción de las Indias”), se hace referencia al testimonio del fraile franciscano Marcos de Niza, quien fue testigo presencial de tal acto:

“…Yo, Frayle Marcos de Niza, de la orden de San Francisco, comisario sobre los frayles de la misma orden en las provincias del Perú, digo dando testimonio verdadero de las cosas que con mis ojos he visto, sin dar causa ni ocasión aquellos indios a los españoles. Luego que entraron a sus tierras, después de haber dado el cacique mayor Atabaliba más de dos millones de oro a los españoles, y habiéndoles dado toda la tierra en su poder, luego quemaron al dicho Atabaliba, que era señor de toda la tierra, y en pos de él quemaron vivo a su capitán general Calcuchimac, el cual había venido de paz al gobernador con otros principales…”

Este testimonio desbarata aquella tendenciosa versión de los seguidores del satanás Vicente Valverde, Francisco Pizarro, Areche etc, según la cual el Inca Atabaliba se había convertido en cristiano antes de morir. Sépase que por entonces la muerte en la hoguera se aplicaba allá en Europa contra los herejes e infieles al catolicismo. Y en verdad, no podía ser de otro modo, pues un monarca de la talla del Inca, no podía en su calidad de cabeza de la teocracia tawantinsuyana tan dócilmente convertirse adepto al culto del Dios enemigo y extracontinental.

De esta manera se evidencia una falsificación histórica de puro interés político etnocultural. Era imprescindible, por entonces, mediante falacias engañar al grueso poblacional andino, haciendo conocer que el Inca se había convertido en cristiano, que luego de la guerra civil huascarista – atabalibista estaba aún absorta ante la invasión extrarracial, extracontintinental y extraetnocultural… y es así que se inventa el asunto de la pena del garrote por haberse convertido mediante el bautizo con el nombre de “Juan o Francisco…”, además, se suponía que para eso los saqueadores y delincuentes blancos habían llegado al Perú para “cristianizarlo” aunque sea a punta de espadazos y arcabuzazos.

Pero la gran mentira no fue perfecto, pues se logró rescatar testimonios fidedignos como éste. Inclusive, respecto a la muerte del general atabalibista, Calcuchimac, el mismo Garcilaso de la Vega refiere que luego de rechazar la intimidación a “convertirse”, se arrojó valientemente a la hoguera clamando al Dios “Pachacamak,  Pachacamak, Pachacamak