viernes, 30 de junio de 2017

TRASLADO DE RESTOS MORTALES DE MIGUEL IGLESIAS A LA CRIPTA DE LOS HÉROES DE LA GUERRA CON CHILE

El Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, ubicado en la Avenida 9 de diciembre N° 150 del Cercado de Lima, es una institución destinada a investigar, estudiar y difundir los acontecimientos de carácter histórico militar del Perú, disponiendo para este fin del archivo histórico militar nacional, creado en el año 1946, mediante el decreto ley N° 10395 cuya documentación corresponde a los siglos XVIII, XIX y XX. 

En los primeros meses del año 2008, los familiares del General del ejército peruano Miguel Iglesias Pino de Arce, solicitaron audiencia con el señor presidente de la república doctor Alan García Pérez, solicitaron al gobernante aprista para que el traidor de Cajamarca sea considerado como héroe nacional, y sus restos mortales sea trasladado a la Cripta de los Héroes, el pedido de los familiares fue aceptado a través del despacho presidencial. 

Desde los primeros meses del año 2009, los descendientes del traidor a la patria Miguel Iglesias Pino, entre mujeres y hombres, comenzaron a frecuentar los pasillos del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, entre ellos el mas entusiasta fue el anciano don Ramón Iglesias, el mismo que dio el discurso a nombre de la familia Iglesias el día 4 de julio del 2011 en la puerta de la cripta de los Héroes de la Guerra con Chile.

La Cripta de los Héroes de la Guerra con Chile fue inaugurado el 8 de setiembre de 1908, siendo presidente de la república del Perú, el excelentísimo señor doctor José Simón Pardo y Barreda y cumplió los 100 años de existencia durante el segundo gobierno del doctor Alan García Pérez, quién participó en la ceremonia por el centenario junto con los altos mandos de las Fuerzas Armadas, durante su discurso el mencionado presidente enalteció a los gobiernos de Nicolás de Pierola Villena y del General Miguel Iglesias Pino de Arce, finalizado la ceremonia, el presidente García y el señor General en situación militar de retiro Hermann Fritz Hamann Carrillo (presidente del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú), caminaron lentamente por la capilla necropolis, observando los sarcófagos y las placas recordatorias de los héroes, y en el segundo y tercer nivel observaron los nichos, los osarios y otros, en esas circunstancias se produce la conversación informal donde el presidente García le ofrece al General, dar una partida económica extraordinaria a través del Ministerio de Defensa para la ampliación subterránea en el tercer nivel, ofrecimiento que le entusiasmo en demasía al mencionado General, quien cayó en el engaño, pues el doctor Alan García aprovechando el momento le solicitó también de manera informal, el traslado de los restos mortales del General Miguel Iglesias a la Cripta de los Héroes de la Guerra con Chile, pedido que fue aceptado de inmediato; después de esta conversación comenzaron los estudios correspondientes para formalizar el proyecto. El doctor Jaime Thorne León, Ministro de Defensa aprista, le ordenó al señor General Hamann, para la formulación de un escrito mencionando solamente los antecedentes militares del mas grande traidor a la patria Miguel Iglesias Pino, sin tener en cuenta ningún antecedente político, trabajo que lo ejecutó el historiador Guillermo Sanchez, quién labora en el C.E.H.M.P.

EL 04 de Julio de 2011, el presidente de la República saliente, doctor Alan García Pérez, hizo realidad a su nefasto proyecto que anunció el 27 de diciembre del 2008, de convertir en Héroe Nacional al traidor a la patria General Miguel Iglesias Pino de Arce, para tal fin el día miércoles 22 de junio del 2011 estampó su rubrica en la Resolución Suprema Nº 254 - 2011 - DE, disponiendo trasladar los restos mortales del gran traidor a la Cripta de los Héroes de la Guerra con Chile, ubicada en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima Perú; de esta manera los restos mortales de quien fuera Ministro de Guerra del traidor a la patria Nicolás de Piérola Villena y también Jefe del Primer Cuerpo del Ejército en las batallas de San Juan y Chorrillos, fue trasladado en una ceremonia especial donde participaron los altos mandos de las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y la Fuerza Aérea), y presenciado por el Ministro de Defensa doctor Jaime Thorne León. Para elaborar dicha resolución se tomó en cuenta solamente los hechos militares, en base a los escritos presentado por el historiador del Centro de Estudios Históricos Militares del Perú, el señor empleado civil don Guillermo Sánchez, no se tomaron en cuenta los hechos políticos, dicha Resolución Suprema, se publicó en el diario El Peruano el 23 de junio de 2011.

El suscrito laboró en el Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, desde el 23 de enero del 2008 hasta el 15 de abril del 2013, hasta la fecha que abandoné la institución por motivo de cambio de empleo ordenado por (JATSOE - CGE), no se cumplió la ampliación en el tercer nivel de la Cripta de los Héroes de la Guerra con Chile que había prometido el doctor Alan García Pérez. Durante cinco años consecutivos estuve a cargo de todo tipo de trabajos en la Cripta de los Héroes, trabajos como organización de ceremonias, traslado de cuerpos y sobre todo del mantenimiento general de toda la instalación. Durante mis labores, finalizado una ceremonia que se llevó a cabo en el mes de setiembre del 2008, escuché las conversaciones del presidente García con el General Hamann, relacionado al traslado de los restos mortales del traidor a la cripta de los Héroes; por ende, me sentí totalmente contrario a este tipo de arreglos de antipatriotismo, retornando a la sede de la institución me apersoné a la oficina del señor General, a quién le hice conocer mis puntos de vista, le dije: "Mi general usted como autoridad tiene la decisión para no trasladar los restos mortales del traidor Miguel iglesias Pino a la Cripta de los Héroes, cuando finalice mi pedido él me contestó, manifestando lo siguiente, dijo: " Técnico, el traslado de los restos mortales del General Miguel Iglesias, es una orden de arriba, nosotros nos limitaremos a cumplirla", por ende ya no se podía impedir dicho traslado, nadie se opuso a las decisiones del presidente Alan García Pérez, el alto mando del Ejército no se opuso, que se podía esperar de un alto mando de las Fuerzas Armadas que desde los tiempos del tristemente celebre Ingeniero Alberto Kenya Fujimori y el delincuente Vladimo Montesinos, se encuentra politizado. 

En el mes de julio del año 2011, como Comandante General del Ejército se encontraba el General apátrida y pelele Paúl Tito Da Silva Gamarra; General criollo hartamente conocido como fiel aprista, ocupó el puesto como jefe del Ejército peruano desde el 5 de diciembre del año 2010 hasta el 8 de agosto del 2011, nombrado por el corrupto y traidor a la Patria doctor Alan García Pérez, el mencionado General del Ejército participó en la ceremonia representando a todo el Ejército, juntamente con su Estado Mayor, acompañados por los alto mandos de la Marina de Guerra del Perú, la Fuerza Aérea del Perú, el Ministro de Defensa doctor Jaime Thorne León y los familiares del traidor representado por el anciano don Ramón Iglesias, así como se puede observar en la presente imagen. Los altos mandos de las Fuerzas Armadas participaron en la ceremonia cumpliendo las ordenes de traidor Alan García Pérez, cumplieron las ordenes sin dudas ni murmuraciones, todos permanecieron en completo silencio presenciando la inhumación de los restos mortales del gran traidor a la patria General Miguel Iglesias Pino. En esta oportunidad los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas dieron vergüenza ante el pueblo peruano y soldados patriotas, presumo que por miedo también los representantes de la Legión Mariscal Cáceres no hicieron llegar su voz de protesta, ellos brillaron por su ausencia. Pese a que el traslado iba a ser en completo silencio y sin la participación de medios de comunicaciones y otros, de sorpresa aparecieron por la puerta N° 4 aproximadamente 70 Etnocaceristas del mayor del Ejército peruano en situación militar de retiro Antauro Humala Tasso, este personal inmediatamente fue rodeado por los militares y no avanzaron más allá de las inmediaciones de la puerta, desde este lugar daban vivas al mariscal Cáceres y decían Iglesias a Chile.

El 7 de setiembre de 1909, los restos mortales del traidor Miguel Iglesias Pino de Arce había sido enterrado en un mausoleo familiar en el Cementerio Presbítero Matías Maestro ubicado en el Cercado de Lima Perú. En este cementerio permaneció durante 102 años, cuando los trabajadores de la Beneficencia abrieron el mausoleo encontramos el ataúd en completo buen estado pese al tiempo transcurrido, las manijas laterales de metal se encontraba en buen estado, la parte interna del ataúd cubierto de metal y madera fina también se encontraba en buen estado. El cuerpo había sido enterrado con uniforme militar y un fajin de presidente de la república, la vestimenta se encontraba totalmente en mal estado, el cráneo separado del maxilar y el resto de las osamentas totalmente sueltas, así como se puede observar en la presente imagen. 

viernes, 23 de junio de 2017

LLEGADA DEL EJÉRCITO CHILENO AL DISTRITO DE AGUAMIRO HUÁNUCO 12 DE JUNIO DE 1883

El 25 de mayo de 1883, en la ciudad de Tarma, Junín, dando inicio a las operaciones, se unieron las fuerzas del coronel Juan León García y la del coronel Estanislao Del Canto, ambas fuerzas chilenas juntaron el efectivo de 3200 hombres, aquí por antigüedad tomó el mando el coronel Del Canto y comenzaron a perseguir a las empobrecidas tropas peruanas con efectivo de 2260 hombre que al mando del General Cáceres se dirigían con destino a la ciudad de Cajamarca para la captura del traidor Miguel Iglesias Pino, persecución que culminó en el distrito de Aguamiro, Huánuco. Desde este distrito Cáceres se les escabulló por la ruta del paraje de Tambillo, Taparaco, Ichik Kolla y Jatum Kolla con destino al distrito de Chavín de Huántar, Huari.

El martes 12 de junio de 1883, en horas de la tarde, el coronel Estanislao del Canto Arteaga y sus fatigadas tropas de 3200 hombres llegaron al distrito de Aguamiro, que hoy se conoce como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco. Del Canto, noticiado de que el coronel Marco Aurelio Arriagada (Jefe de estado mayor del ejército chileno) se acercaba, siendo las 20:00 horas, mandó formar a sus oficiales y tropa, pero no avisó a los soldados de la llegada del segundo jefe del ejército, quien llegó dos horas más tarde. Este desplazamiento de las fuerzas invasoras en el territorio huanuqueño se llevó a cabo, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, comprendido desde el 6 de mayo de 1883 hasta el 2 de agosto de 1883. En este etapa de la guerra las fuerzas chilenas ya contaban entre sus filas con el apoyo de muchos militares y civiles traidores, adeptos al traidor de Cajamarca General Miguel Iglesias Pino, juntos formaron el ejército que denominaron "Ejército Pacificador del Perú". 

El miércoles 13 de junio, en el distrito de Aguamiro, siendo las 08:00 horas, de sorpresa fue relevado del mando el coronel Estanislao Del Canto, lo relevó el coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, quién había llegado procedente de la ciudad de Lima y fue reconocido como nuevo jefe del ejército expedicionario, y pasó revista a las tropas en la plaza de armas del mencionado distrito; en ese momento todos permanecieron sorprendidos de ver el repentino cambio de comando. Hubo cierto descontento en todo el personal, pues el coronel Arriagada tenía la fama de ser táctico mediocre, como es normal decayó la moral del personal de tropa, según relato de uno de los soldados del batallón Miraflores, quien dijo lo siguiente: "Nos causó mucha sorpresa la inesperada presencia del coronel Arriagada, pues todo el mundo estaba muy contento con el coronel Del Canto". Las fuerzas chilenas sumaban entonces 3200 combatientes de las tres armas, armados con fusiles de última tecnología, según la información carecían de vestuarios de repuesto, asimismo pudo advertirse la falta de elementos de transporte, pues algunos caballos y mulas habían quedado en Huánuco, para acarreo de los abastecimientos que aún reunían, y otros debieron servir para conducir a los enfermos y heridos de regreso hacía la localidad de Chicla (Ticllo), huarochirí, Lima.

El día jueves 14 de junio de 1883, siendo las 06:00 horas, las fuerzas chilenas de 3200 hombres de las tres fuerzas, abandonaron el distrito de Aguamiro; cruzando dos veces las cabeceras del río Marañón y tras pasar un puente de cal y piedra, en horas de la tarde del mismo día llegaron al distrito ganadero de Huallanca, que en aquellos tiempos pertenecía a la provincia de Dos de mayo; que según los cronistas chilenos lugar de escasos recursos, donde pernoctaron soportando el infernal frío del verano serrano. Toda la caballería del enemigo ocupo los amplios corrales (humedales) de los hacendados, además confiscaron cantidad de reces para alimentar a sus tropas.

El día viernes 15 de junio, siendo las 05:30 horas, desde el distrito de Huallanca, reanudaron la marcha, pasaron por los farallones de piedra del sector Quita Calzón, inmediaciones de la laguna Contaicocha, mina "Santa Luisa" en Huanzala y Tanash, siendo el destino final la puna Torres, hacienda ganadera de don Genaro Llanos, situado al pie de la cordillera y escaso de recursos. El ingreso de los chilenos a este inhóspito paraje fue pasada las 17:00 horas, presenciados por mis antepasados escondidos en las partes altas de la puna Pucaraju y Ucrucanchapunta, todo el personal enemigo pernoctó en las pampas de esta puna, soportando intenso frío del verano serrano, mientras el comando que había ocupado la casa hacienda, en medio de tremenda confusión discutían la situación táctica a seguir, dictando órdenes y contraórdenes. En la puna Torres de la propiedad de don Genaro Llanos, en la casa hacienda, los jefes chilenos decidieron dividir a las fuerzas invasoras en dos; terminando la sesión pasada ya la media noche, procedieron a descansar hasta las 07:00 del día 16 de junio. Ante la orden de reiniciar el desplazamiento por las rutas de Yanashallas y Mashra, hubo desánimo en la tropa chilena, muchos adujeron que ésa era "hora inadecuada para pasar una tremenda cordillera", pero el coronel Arriagada, en su condición de jefe mantuvo firme su decisión.

El sábado 16 de junio de 1883, siendo las 08:00 horas, desde la punta Torres, las fuerzas chilenas de 1200 hombres al mando del 
coronel Juan León García., se desplazó con destino al distrito de Chavín de Huántar, por las rutas de la puna Mashra, Huanquin, Qunin; en el paraje de Qunin pasaron la noche. En la misma fecha, siendo las 08:00 horas, la fuerza principal de 2000 hombres (Infantería, Caballería y Artillería), al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada se desplazó desde la llanura de la puna Torres por la ruta de Yanashallas, la cordillera de Huarapasca, Puncu, rutas de Pastoruri y pernoctaron en la hacienda ganadera de Pumapampa, soportando los rigores de una constante lluvia, frió  y nevada a mas de 5000 metros de altura sobre nivel del mar. En el paso de los cordones de la cordillera quedaron rezagados mas de 200 soldados, unos de cansancio, otros víctimas del soroche. A las 20:00 horas la vanguardia cubrió las 8 leguas llegando al paraje de la hacienda Pumapampa, establecimiento ganadero y minero situado al pie de la cordillera que hoy se conoce como Pastoruri, puna muy frío, sin alojamiento, escaso de forraje y sin combustible. La tropa fue llegando distanciada, en desastroso estado y la retaguardia recién alcanzo Pumapampa siendo las 03:00 horas del 17 de junio.

Según la versión oral de mi abuelo don Elíseo Ramírez Cadillo, él a la edad de 8 años junto con sus padres y familiares habían escapado desde la puna Pucaraju hacía las parte altas de Ucrucanchapunta en la puna Palmadera, desde estas alturas en la tarde el 15 de junio de 1883, escondidos entre los ichus observaron la llegada y ocupación de las tropas chilenas a la puna Torres de la propiedad de don Genaro Llanos.

El 15 de junio del año 1966 a la edad de 8 años acompañando a mi abuelo don Elíceo Ramírez llegué al cerro Ucrucanchapunta, él también a la edad de 8 años junto con sus padres y familiares, entre ellos mi bisabuelo don Gaspar Ramírez Cotrina, desde este mismo lugar habían presenciado la ocupación de las tropas chilenas en las pampas de la puna Torres.

En el año 1966 mi abuelo tenía 90 años, recuerdo que tenía tez blanca y de baja estatura, como hombre andino se encontraba en lucidez total, quien me narró lo siguiente: Dijo, "Hijo, en la tarde del 15 de junio de 1883, las tropas del Ejército chileno llegaron a la puna Torres persiguiendo al General Cáceres que se había escapado desde la ciudad de Tarma, Junín, con destino al Norte. Allí en la pampa que lo tenemos a la vista las tropas invasoras ocuparon los corrales, donde todos pasaron la noche a la intemperie, sus jefes ocuparon la casa hacienda, toda la noche cocinaron los productos que habían traído desde el distrito de Huallanca. Ellos robaban los animales, asaltaban, incendiaban las chozas, por eso nosotros anticipadamente nos escapamos desde la puna Pucaraju y permanecimos escondidos en las partes altas como éste y también escondimos todos los animales en lugares estratégicos". Además, me dijo: "cuando pasaron algunos años su papa (mi bisabuelo) le había contado que algunas familias conocidas del distrito de Agua Miro y Huallanca se habían unido a las tropas del enemigo, algunos de manera voluntaria y otros a la fuerza, presionados con amenaza de fusilamiento, ellos habían servido como cargueros, informantes y guías de los chilenos", así concluyó su histórica narración en la tarde del 15 de junio de 1966. Además me dijo que en las pampas de la puna Torres y en la subida de Yanashallas, como consecuencia del intenso frío del mes de junio, perdieron la vida 15 soldados invasores y también algunos caballos que fueron abandonados por las tropas chilenas con su montura y todo, los mismos que fueron enterrados por mi bisabuelo don Gaspar Ramírez Cotrina y demás familiares.

En los años de 1960 los cerros que se ven al frente aun mantenían el nevado sobre todo en las partes superiores, ahora como se ve en la imagen toda la blancura de la nieve ha desaparecido, todo es negro; en las partes altas del cerro Ucrucancha el agua ha desparecido por completo. Por la proliferación de la gran minería irresponsable en complicidad con los gobernantes traidores todo el ecosistema se ha contaminado, como consecuencia en los ríos de la puna Torres ha desaparecido las truchas y la laguna Contaicocha se ha convertido en botadero de basura de la Empresa Minera "Santa Luisa" Huanzala. También han desaparecido las ranas, cóndores, perdices y las vizcachas, la gran ganadería que existió en estas punas de la familia de Genaro Llanos, que yo vi con mis propios ojos ya no existen.

El 17 de junio, siendo las 06:30 horas, las fuerzas del coronel Arriagada reiniciaron el desplazamiento desde el paraje de Pumapampa con destino al distrito de Ticapampa, cubriendo una distancia de 12 leguas en poco más de quince horas. Cruzaron los parajes de Yanayaco, en las zonas del distrito de Catac, en medio de furiosa tempestad, y vadeando el río Santa llegaron al distrito de Ticapampa, ocupando la hacienda de los judíos Sokoloski, Polaco y Terry, donde hallaron abundante leña y provisiones para preparar un reconfortante rancho.

El día domingo 17 de junio de 1883, siendo las 13:00 horas, las fuerzas chilenas de 1200 hombres, al mando del coronel Juan León García, con tropas de (infantería, caballería y artillería), llegaron al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari. Como en todos los lugares por donde pasaron en este distrito también las tropas invasoras causaron muchos abusos y destrozos, saquearon comercios, pidieron cupo, robaron en las chacras, robaron animales, incendiaron viviendas, sobre todo cometieron muchos abusos y violaciones contra las indefensas mujeres. Buscando oro y plata ingresaron a las viviendas donde torturaron principalmente a los humildes campesinos. Como represalia por los robos y abusos cometidos, fueron envenenados más de 70 soldados de las fuerzas del enemigo, al respecto en los años de 1970 muchos de mis antepasados comentaban de lo que había ocurrido en el distrito de Chavín de Huántar, dijeron: "En aquellos años difíciles para la patria, vivió en el distrito de Chavín, una distinguida dama, doña Rosaura Beteta Solís, mujer  joven,  muy hermosa y de gran carácter. El 17 de junio llegó  al distrito de Chavín de Huántar la noticia que un contingente de 1200 chilenos se acercaban persiguiendo a los guerrilleros del General Andrés Avelino Cáceres Dorregaray y de paso para abastecerse de alimentos y animales; entonces cundió un gran pánico por todo el pueblo y muchos huyeron a las tierras altas a esconderse; la casa de doña Rosaura, estaba ubicada en el actual mercado, frente a la plaza de armas, era muy amplia y las habitaciones principales conectaban con una galería subterránea muy antigua;  en esas circunstancias ella ideó un plan; preparó un gran banquete, que dejó listo para servir; y organizó todo tipo de alimentos, en pequeñas costales dejó harinas de trigo, alverja, habas;  abundantes panes, bizcochos; gran cantidad de "charqui" (carne seca); luego doña Rosaura se escondió en su galería ancestral, que tenía a manera de sótano en su  casa; y pidió a unos de sus sirvientes que cubriera la entrada con una gran laja de piedra y así esperó el desenlace. Llegaron los invasores, grande fue su sorpresa al ver al pueblo sin habitantes, las casas comerciales totalmente vacías, casas comunes vacías, algunas incendiadas; excepto una grande que estaba en la misma plaza de armas; la casa de doña Rosaura; a este inmueble ingresaron los soldados chilenos desesperadamente buscando comida, encontrando un banquete que estaba caliente; dijeron: "estos cobardes han abandonado sus casas y nos han dejado el almuerzo listo para servirnos y engulleron los ricos jamones de chancho, los pucheros, los picantes de cuy, el llushtu, etc; los deliciosos manjares de la tierra chavina. Después de tan opíparo almuerzo, uno a uno los soldados chilenos fueron cayendo muertos, como moscas ¿qué había pasado?, pues la hábil y astuta Rosaura había envenenado toda la comida, así todo un contingente muy hambriento de 70 soldados chilenos, incluidos sus oficiales, murieron envenenados gracias al ardid heroico de la gran Rosaura". 

El día lunes 18 de junio, siendo las 06:00 horas las tropas chilenas al mando del coronel Juan León García abandonan el distrito de Chavín de Huántar, el mismo día siendo las 17:00 horas la vanguardia de las fuerzas del enemigo lograron llegar al distrito de Olleros, donde fue avistada por los exploradores patriotas enviados desde la ciudad de Huaraz, pero en el mas calamitoso estado tras cinco días de dantesca marcha, mientras el grueso del ejército al mando del coronel  Arriagada, aun permanecía en el distrito de Ticapampa. 

El día lunes 18 de junio, las fuerzas del coronel Arriagada abandona el distrito de Ticapampa, se desplazaron seis kilómetros para llegar al distrito de Recuay, sin más contratiempo que el causado al vadear un riachuelo. Instalados en este pueblo, el jefe chileno ordenó la búsqueda y auxilio de los rezagados, algunos de los cuales "se encontraron ya cadáveres". En Recuay encontraron alojamiento bajo techo, donde se cobijaron a los muchos enfermos que habrían de quedar al cuidado de dos companías del batallón Miraflores, para después de un tiempo prudencial ser trasladados a la Costa, respecto a las bajas se lee en una versión chilena "basta decir que sólo el Coquimbbo dejó 73 enfermos, cuya mayor parte regresó a la ciudad de Lima, incluidos cinco oficiales".

El día martes 19 de junio en el distrito de Olleros, en horas de la mañana, tuvo lugar la reunión de la división al mando del coronel Arriagada con el tercio del ejército al mando del coronel Juan León García, unidos las fuerzas, juntos prosiguieron el desplazamiento a marcha forzada con destino a la ciudad de Huaraz, pero ya no a tiempo de alcanzar a las fuerzas del General Cáceres. Esa misma tarde el ejército invasor al mando del coronel Arriagada se aproximaba a la ciudad de Huaraz, siendo recibido en las afueras por una comitiva de vecinos notables que lo puso al tanto del peligro que representaban las minas automáticas dejadas por las Tropa peruanas.

El martes 19 de junio de 1883, siendo las 16:00 horas, las tropas chilenas de 3200 hombres de las tres fuerzas, al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, efectuaron su entrada en la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Ancash, donde aparte de los notables de la ciudad, nadie más se presentó a recibirlos. Advirtiendo la obvia hostilidad del pueblo, un soldado chileno anotó entonces: "Huaraz, capital del departamento de Ancash, es una ciudad fea y de sucias calles; en una palabra, es como todas las de la Sierra"El coronel peruano traidor Luis Milón Duarte, que ingresó al lado del coronel y jefe chileno Arriagada, no tardó en convencer a esos vecinos notables para que proclamaran su adhesión al gobierno del General Miguel Iglesias Pino de Arce: Al respecto Arriagada apuntó "el señor coronel Duarte ha podido organizar un gobierno local y departamental sin obstáculo alguno". A la reunión convocada por el coronel chileno Arriagada y coronel peruano Milón Duarte, acudieron cuarenta (40) personas locales, esa noche los notables huaracinos y algunos extranjeros prometieron  colaborar y auxiliar al Ejército Pacificador con los escasos recursos de que podían disponer después de las exacciones que el General Cáceres les había impuesto. La consecuencia de esto fue que se adhirieron por medio de actas a la política del presidente traidor Miguel Iglesias. Desde su ingreso y permanencia en la ciudad de Huaraz,  Arriagada mencionó lo siguiente: " Los notables, la colonia extranjera y el alcalde, que fue la única autoridad que no huyó, me aseguraron por medio de una comunicación que el pueblo no tenía miras ni intenciones de hostilizarme y fueron evitados las minas con el auxilio de los avisos del peligro que fueron suministrados por los vecinos de esta ciudad". Una versión pro iglesista añadiría que los notables huaracinos "constituyeron comisionados que acercándose a la vanguardia de las tropa pacificadoras señalaron el peligro y tomaron medidas para inutilizar los torpedos y/o minas". De igual forma, esos traidores comunicaron al jefe de las fuerzas chilenas que las fuerzas peruanas al mando del General Cáceres "se fortificaba en el distrito de Yungay, dispuesto quizá a empeñar combate contra las fuerzas invasoras. 

Las acciones del General Cáceres durante la Campaña de la Breña, quedó gravado para siempre en el corazón y la mente del campesino peruano, hasta el día de hoy el campesino más humilde e iletrado siempre se identifica con el famoso "brujo de los andes". En esas circunstancias de guerra, muchos campesinos del ande recibieron la consigna verbal del General Cáceres para que envenen a las hambrientas tropas invasoras de Chile; al respecto, en los años de 1970 escuché comentarios de mis antepasados que muchos soldados chilenos habían sido envenenados en bebidas como la chicha de jora y otros comiendo mazamorra mezclado con yeso perdían la vida después de dos o tres días; en otros casos aquellos que comían mazamorra mezclado con vidrio molido perdían la vida lentamente después de meses y/o años, pero la muerte les llegaba lentamente, con total seguridad.

jueves, 15 de junio de 2017

RICARDO PALMA CARRILLO RACISTA Y FIEL COLABORADOR DEL TRAIDOR MIGUEL IGLESIAS PINO (1881 - 1884)

Durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, en Lima capital del Perú, circulaba diario oficial "El Peruano", diario proiglesista, siendo su redactor principal en jefe don Ricardo Palma Carrillo, miembro del partido Nacional, que no tardaría en reconocer al traidor de Cajamarca como autoridad suprema de la nación. Eso no tenía nada de raro en Palma, a quien los iglesistas lo llenaron de halagos en todo momento. El autor de las Tradiciones Peruanas, tenía un concepto de racista respecto de los indios, que durante la defensa de Lima, formaron en buena proporción el ejército que peleo en los arenales de San Juan, Chorrillos y Miraflores los día 13 y 15 de enero de 1881. Escribiendo a Nicolás de Piérola en plena guerra, dijo lo siguiente: "En mi concepto, la causa principal del gran desastre.. está en que la mayoría del Perú la forma una raza abyecta y degradada. Entonces tampoco podía sorprender que refiriéndose a los chilenos, y comparándolos con los peruanos, el apologista de la colonia escribiera: "Los antecedentes históricos nos dicen con sobrada elocuencia que el indio es orgánicamente cobarde y hay que convenir en que la raza araucana (es) más viril. Pensamiento reaccionario que ha caracterizado siempre a los intelectuales que han gozado y gozan del favor y mimo de los grupos de poder. La Breña y otras campañas donde la participación india ha sido preponderante, echaron por tierra las necedades de Palma.

miércoles, 14 de junio de 2017

LA HISTORIA DEL TRAIDOR A LA PATRIA CORONEL LUIS MILON DUARTE RAMOS CAMPAÑA DE LA BREÑA 1881-1884

El coronel del Ejército peruano Luis Milón Duarte Ramos gran hacendado del Valle de Mantaro, Junín, en los inicios de la guerra con Chile combatió en la campaña del Sur, luego de la derrota de las tropas peruanas en las batallas de San Juan y Miraflores el 13 y 15 de enero de 1881, cuando el mando chileno se instaló en el palacio de gobierno del Perú, este oficial adepto al General traidor Miguel Iglesias Pino se pasó al bando enemigo, en la primera y segunda etapa de la Campaña de la Breña realizó trabajó encubierto a favor del ejército chileno y durante la tercera y cuarta etapa de la Campaña de la Breña su participación ya fue totalmente directo, él fue uno de los oficiales que sirvió al enemigo como informante, guía, acopiador de provisiones, cupos, nombró autoridades, mandó ejecutar asesinatos selectivos contra las autoridades patriotas, principalmente prefectos y subprefectos. 

Después del grito en la hacienda Montan en el departamento de Cajamarca, manifiesto pronunciado el 31 de agosto de 1882, este personaje realizó agitación, propaganda y trabajo psicosocial a nivel nacional a favor del traidor Miguel Iglesias Pino, principalmente entre los personajes del grupo de poder económico como los hacendados, guaneros, grandes comerciantes y pueblo en general para negar todo tipo de apoyo al General Cáceres y las fuerzas patriotas con la finalidad de firmar la paz con sesión territorial. 

Al traidor Luis Milón no le interesó en absoluto la sanguinaria acción chilena cometida en las campañas del Sur, Lima y principalmente en la zona sierra contra los indefensos peruanos en su mayoría campesinos del ande. 
El hacendado que ostentaba el grado de coronel se opuso tenazmente ayudar al taita Cáceres en su noble tarea de defender a la patria, muy por el contrario sería el más fiel aliado del sanguinario jefe chileno Patricio Lynch, con el único objetivo de destruir al ejército popular y andino que se había formado en el Centro del Perú.

El General Cáceres ordenó que lo fusilen inmediatamente cuando lo capturasen; fue capturado, pero para fortuna del traidor Milón Duarte la expedición chilena al mando del coronel Estanislao Del Canto Arteaga se aproximaba y en la confusión logra escapar, luego de esto, se une a la expedición chilena proveyéndola de los elementos necesarios para la campaña de destrucción de sus propios compatriotas, él en su condición de partidario de la causa derrotista del traidor Miguel Iglesias lo ayuda también mediante proclamas e intervenciones de desaliento a los hacendados y pobladores para que negasen todo tipo de ayuda a la resistencia nacional. Cuesta escribir toda las aberraciones que hizo este mal peruano, pero es innegable la clase de sujetos que había en la clase acomodada de aquellos tiempos que para ahogar un posterior desborde social no tuvo reparos en servir de aliado al invasor. Al traidor coronel Luis Milón Duarte, se suman otros tránsfugas que sirvieron a Chile durante la guerra como vendepatrias y alcahuetes del Tratado de Ancón, espías, guías de las tropas enemigas, acopiadores de ganado y víveres para las fuerzas chilenas, proveedores de vestuario para el enemigo, organizadores de grupos armados colaboracionistas con los invasores, entre ellos tenemos a los siguientes personajes: Mariano Castro Zaldívar Iglesias, Vidal García y García, Lorenzo y Joaquín Iglesias Pino de Arce, Manuel de la Encarnación Vento, Mariano Vargas Quintanilla, Teodoro Simón Antay, Julio Santiago Hernández, Maximiliano Frías, Agustín Belaunde, Arnaldo Panizo y otros . Así pues, los traidores a la patria durante la segunda Guerra con Chile (1879 – 1884), como en los viejos tiempos (1836 – 1839) durante las guerras de la Confederación peruana boliviana, comenzaron a reclutar personal por ende formaron el Ejército denominado “Ejército Pacificador del Perú”, es decir una tropa conformada por chilenos y peruanos, para combatir a las tropas patriotas del Perú. 

El coronel traidor Luis Milón Duarte y mas de 100 partidarios de Miguel Iglesias de todas las clases sociales sirvieron como guía e informante a las tropas chilenas al mando del coronel Juan León García, cuando estos se trasladaron desde la puna Torres, distrito de Huallanca, Bolognesi, con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, Ancash. Con el coronel Milón como principal guía las fuerzas invasoras de 1200 hombres llegaron al distrito de Chavín de Huántar el 17 de junio de 1883. Desde este distrito persiguiendo a las tropas peruanas se desplazaron por las rutas del caserío de Chichucancha, puna Shongu, Yanashallas punta, Huaripampa y Olleros.


El castigo que recibió posteriormente este traidor fue el más justo ya que una vez terminada la guerra, fue tanta la vergüenza que sentía este personaje que pasaba las horas del día escondido en Huancayo y solo salía de noche, hasta que una vez fue tanta la indignación que sentían los pobladores que uno de ellos le clavo un puñal y al hacerlo el agresor dijo esto: “No ha pasado nada solo maté al traidor”. Los restos mortales de este personaje está enterrado en una tumba junto a la de su esposa en el convento de Ocopa, en una tumba olvidada.

Como es de conocimiento general, con fecha 1 de enero de 1883 el General Miguel Iglesias Pino de Arce, apoyado por las armas de Chile es nombrado como presidente Regenerador del Perú, este hecho ocurrió antes de la batalla de Huamachuco y el traidor Luis Milón Duarte fue nombrado por Iglesias como Jefe Político y Militar del Centro del Perú, quien dio el siguiente manifiesto en Cerro de Pasco.


Cerro de Pasco,  1 de junio de 1883


Siendo notorio que los jefes y oficiales sujetos por el cabecilla Cáceres conocen que se les hace servir de instrumentos para saquear a los pueblos y no para la guerra, que ellos mismos la consideran imposible, decreto:
Artículo 1°, Se concede perdón y amnistía general para los jefes y oficiales de toda graduación que abandonen esa cuadrilla de salteadores, y gozarán de esa gracia donde se presenten.
Artículo 2°, Todo jefe u oficial que así lo haga será reinscrito en el escalafón militar y acudido con dos sueldos correspondientes a su última clase. Asimismo, a los que quieran trasladarse a Lima u otros puntos, se les proporcionará sus salvoconductos y los bagajes respectivos.
Artículo 3°, A los individuos de Tropa que se presenten a esta jefatura se les expedirá su licencia final y un certificado para que sus autoridades locales los exoneren de todo servicio. Si se presentan entregando sus armas serán gratificados con 50 soles por cada rifle.

 Regístrese y publíquese.


                                                                                      Firma: Coronel EP Luis Milón Duarte

sábado, 10 de junio de 2017

DESPLAZAMIENTO DE LAS FUERZAS PATRIOTAS DESDE HUARAZ A CARHUAZ CAMPAÑA DE LA BREÑA 18 JUNIO 1883

En la ciudad de Huaraz se tardó mucho en obtener noticia confiable sobre el avance enemigo. Exploradores enviados hacía a las zonas de Recuay algunos regresaban con informes imprecisos y otros no volvieron. Apenas se pudo entender, por lo sucedido a la familia del General en el tránsito de Aguamiro a Recuay, que el enemigo seguía la ruta del distrito del distrito de Huallanca, puna Torres, la cordillera de Yanashallas y la cordillera de Huarapasca. De cualquier forma, Cáceres entendió que estaba próximo el encuentro definitivo, y  en vista de esta situación propuso a su esposa que pasase con sus tres hijas a lugar más seguro. Algunos oficiales recomendaron que marcharan al otro lado del Marañón, territorio aún virgen de la presencia chilena, pero doña Antonia Moreno solicitó viajar a la ciudad de Lima, aun a riesgo de caer en poder del enemigo. El General Cáceres fue muy respetuoso de esta decisión.

En sus memorias escribió el General Cáceres: "También me participó Elías que sabía de buena fuente que Iglesias había firmado, a comienzos de mayo, un protocolo preliminar, por el cual se comprometía a celebrar un trato de paz conforme a las condiciones estipuladas por el invasor. Hasta entonces no había perdido la esperanza de hacer volver sobre sus pasos a Iglesias, para que coadyuvara a la defensa de la integridad nacional. Lúgubres presentimientos me atormentaron". Ya se ve por ese testimonio lo mucho que afectó al jefe patriota la defección de Iglesias. Sin embargo, esos "lúgubres presentimientos" sabría guardárselos para sí mismo, pues ante sus tropas se mostró siempre optimista, pletórico de entusiasmo, procurando contagiar seguridad y fe en la victoria final.

El 17 de junio, en horas de la noche el General Cáceres obtuvo información preciso sobre la concentración de las divisiones chilenas, cuyas vanguardias alcanzaban el distrito de Olleros. En esas circunstancia de proximidad de las fuerzas chilenas, una junta de oficiales, convocada de urgencia, decidió entonces proseguir la retirada hacia el distrito de Carhuaz, fijándose la hora del desplazamiento para las 01:00 horas de 18 de junio. A efecto de dificultar el avance enemigo "se mandaron torpedistas que colocaron minas de dinamita en el puente Pariac, a una legua de la ciudad de Huaraz. Los oficiales y la tropa pasó la noche en vela, dispuesta ya para el desplazamiento, pero después una hora se varió el horario de salida, fijándose para las 07:00 horas.

El lunes 18 de junio, siendo las 07:00 horas, las fuerzas patriotas al mando del General Cáceres, abandonan la ciudad de Huaraz. El General Cáceres abandonó la ciudad siendo las 09:00 horas, se desplazó en retaguardia; pero marchando a caballo, fue el primero en llegar a diferentes lugares, deteniéndose en cada uno "hasta ver pasar el último de sus soldados, que por enfermedad u otra causa se habían atrasado", pasaron por Vichay, Monterrey, Uchuyacu, Lucma, Taricá, Pariahuanca, Aco, Marcará, Acopampa y Cucchón, cubriendo siete leguas para llegar al distrito de Carhuaz, lugar que llegaron siendo las 17:00 horas. En este lugar el General Cáceres y sus ayudantes se hospedaron en la casa del cura patriota Pérez Palma, pero la Tropa pernoctó en la plaza de armas, pues dadas las circunstancias la orden de marcha podía impartirse de un momento a otro, teniendo en cuenta la presunta cercanía del enemigo.

El día 18 de junio en horas de la tarde la vanguardia de las fuerzas chilenas al mando del coronel Juan León García procedente del distrito de Chavín de Huántar llegó al caserío de Huaripampa, luego bajaron al distrito de Olleros, provincia de Huaraz, donde fue avistada por los exploradores patriotas enviados desde la ciudad de Huaraz, pero en el mas calamitoso estado, tras cinco días de marcha forzada; mientras el grueso del ejército al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, aun permanecía en el distrito de Ticapampa y Recuay. 

El 19 de junio en el distrito de Olleros, antes del medio día, tuvo lugar la reunión de la división chilena de 2000 hombres al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada con el tercio del ejército de 1200 hombres al mando del coronel Juan León García, juntos prosiguiendo el desplazamiento a marcha forzada con destino a la ciudad de Huaraz, pero ya no a tiempo de alcanzar a las fuerzas patriotas. Encajaba esto en los cálculos del coronel Arriagada, que contaba con la intensión de encerrar a las tropas del General Cáceres en el distrito de Yungay.

El día martes 19 de junio, siendo las 07:00 horas, desde el distrito de Carhuaz las fuerzas patriotas reanudaron el desplazamiento con destino al distrito de Yungay. La ruta se presentó muy favorable y a las 11:30 horas, llegó el General Cáceres a esta hermosa ciudad, con su escolta y ayudantes, entrando no mucho después el grueso del ejército. Puntos importantes del tramo fueron: Tingua, Cascapara, Tishtec, Mancos y Ranrahirca. En Yungay el General Cáceres y sus ayudantes se hospedaron en la residencia de los Cisneros, mientras otros jefes y oficiales eran atendidos en las casas de los Figueroa, Lagos y otras familias notables, ricos y poderosos hacendados de esta zona. El pueblo entre tanto, acogió con mucho cariño al personal de Tropa, de modo que la ciudad de Yungay fue recordado por los breñeros como "deliciosa población por su clima y hermoso panorama, y también por la bondad de sus habitantes". 

El día miércoles 20 de junio, siendo las 10:00 horas formó en Yungay el Ejército del Centro para recibir al Ejército del Norte al mando del Coronel Recavarren, que llegaba procedente de Huaylas, tras haber destruido los puentes del río Santa y todos los caminos a uno y otro lado del río por los cuales el coronel chileno Alejandro Gorostiaga hubiese podido pasar. En esa tarea se emplearon todos los elementos disponibles, principalmente dinamita y pólvora, de esta manera desapareció por completo el peligro por el sector Norte, pero a Cáceres se le planteó el dilema el enfrentar a Arriagada con fuerzas notoriamente inferiores en número y armamento, o burlar su persecución, con una grandiosa maniobra. El destacamento del Coronel Recavarren fue recibido con todos los honores, pese a que su pobre presencia de sus tropas desilusionó grandemente a los que venían con el General Cáceres, principalmente al coronel Secada, que expresó el más patético desencanto: Al respecto, dijo " Al día siguiente de nuestra llegada a Yungay se unió a nosotros el titulado Ejército del Norte, desarmado en su mayor parte, sin instrucción, de pésimo personal y en número de 830 hombres, incluso un escuadrón de caballería compuesto de indios reclutas y raquíticos que apenas podían tenerse sobre el caballo. De todas maneras, el Ejército del Centro le hizo los honores de cortesía recibiéndolo formado. Su jefe traía una numerosa escolta y batidores que llevaban grandes banderolas rojas, blancas y bicolores"Al General le debieron parecer razonables las explicaciones que dio Recavarren justificando las deficiencias de su destacamento, motivadas principalmente por la escasez casi absoluta de recursos económicos y la activa oposición de los grupos económicamente poderosos, como lo demostraba la adhesión y simpatía presentada por los notables de Huaraz al coronel chileno Arriagada. Por tal razón, Cáceres continuaría reconociéndolo como comandante en jefe del destacamento del Ejército del Norte, poniendo a sus órdenes, en calidad de refuerzo, al batallón Tarma. Con la finalidad de obtener algún apoyo pecuniario, el general envió a la ciudad de Caraz al secretario de la Jefatura Superior del Norte, ingeniero Benavides, que a duras penas pudo conseguir 500 soles de plata, "único auxilio que se obtuvo del departamento de Ancash", en lo que a dinero se refiere. Porque los caseríos y comunidades campesinas de la ruta ayudaron al ejército patriota en todo lo que su extrema pobreza les permitió, era ese el tiempo de las efervescencias rebeldes indígenas, que muy poco tiempo después se manifestaría con el movimiento de liberación mesiánico que acaudillaron Atusparia y Uchcu Pedro. 

El 20 de junio en la noche, en Yungay, Cáceres fue avisado de que el enemigo ocupaba ya Carhuaz. Se trató como ocurrió otras veces, de un informe alarmista, pues Arriagada aun permanecía en la ciudad de Huaraz y sólo había sido un grupo de jinetes conformado por chilenos y peruanos adeptos al traidor Miguel Iglesias, la que visitó aquella ciudad, exigiendo de sus habitantes acopio de víveres para las tropas cuya aproximación anunciaron. Hubo amenaza de arrasar Carhuaz a sangre y fuego si no atendía esa comunicación, motivo por el cual gran parte de la población optó por buscar refugio en las partes altas, mientras que los pocos que prefirieron quedarse empezaron el acopio de provisiones. Cáceres dudó un poco de la información, de todas maneras envió a un grupo de su escolta en misión de reconocimiento sobre Carhuaz, al tiempo que ordenaba al grueso del ejército trasladarse a las alturas de Yungay, al pie de la cordillera Blanca, avanzando por la quebrada de Llanganuco. El piquete de la escolta descubrió que efectivamente en Carhuaz se alistaba la recepción para los chilenos, pero ninguno de éstos fue visto, pese a que se permaneció una hora en la población. Al cabo, tras reprochar a los carhuasinos su falta de coraje, la escolta tomó parte de las provisiones que logró conducir a Yungay, destruyendo todo lo demás para dificultar el abastecimiento del enemigo.

El 21 de junio, se supo que la división del coronel chileno Alejandro Gorostiaga avanzaba por Pallasca, lo que sí era cierto, ese día las fuerzas del enemigo avanzó hasta Cabana. Para los jefe patriotas, la cuestión ahora era como burlar a la división del coronel chileno marco Aurelio Arriagada. Hasta antes de conocerse la destrucción de puentes y caminos efectuada por el destacamento de Recavarren en la zona comprendida entre Huaylas y Corongo, los principales jefes patriotas, Cáceres y Secada, tuvieron proyectado cruzar el río Santa y efectuar a continuación el bloqueo de las rutas de acceso al Norte, de forma que Arriagada detuviese irremediablemente la persecución en Huaylas y Gorostiaga quedarse a merced de los patriotas. En vista de que ya no cabía esa posibilidad, en la madrugada del 21 se discutió en Yungay la táctica a seguir. Únicamente tres jefes, Recavarren, Secada y Cáceres tomaron parte en esa reunión, y tras descartar la idea de presentar combate en Yungay, el General propuso tramontar la cordillera Blanca para salir por Pomabamba y seguir al Norte, en la clásica maniobra de líneas interiores. El propósito era despistar al enemigo, porque pasando la cordillera bien podían marchar los patriotas tanto al Norte como al Sur, y Cáceres esparciría el rumor de que contramarchaba a Junín. A fin de que el engaño fuera completo, el acuerdo, aceptado con entusiasmo por Recavarren y Secada, se mantuvo en el más absoluto secreto, y como primer paso del plan se ordenó la salida de una columna de paisanos por la laguna de la laguna de Llangunuco con destino al distrito de Yanama y de este lugar enrumbar al Sur. El cruce del pasaje de la laguna de Llaganuco se presentaba como el más difícil reto de toda la campaña de La Breña, pero Cáceres confió siempre en su abnegado ejército, por ende anunció el desplazamiento con destino a Pomabamba para la mañana del 21 de junio de 1883. 

jueves, 8 de junio de 2017

DESPLAZAMINETO DEL EJÉRCITO PERUANO DESDE AGUAMIRO A HUARAZ CAMPAÑA DE LA BREÑA 10 JUNIO 1883

Campaña de la Breña, Tercera Etapa, comprendido desde (06 de mayo de 1883 - 02 de agosto de 1883).

El día domingo 10 de junio, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro de 2240 hombres al mando del General Cáceres inició el desplazamiento desde el distrito de Aguamiro, que hoy se conoce como el distrito de La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo, Huánuco, con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, Ancash. Una hora después, cuando finalizó el despliegue del ultimo soldado, salió el General Cáceres, acompañado de sus ayudantes, secretarios y escolta. El camino se les presentó muy difícil, pedregoso y lleno de atolladeros, pero en ciertos tramos el antiguo camino de los Incas les presentó un trazo admirable llano y muy espacioso, que los combatientes breñeros admiraron. Al respecto el combatiente De los Heros, anotó lo siguiente: "Parece una calle ancha, horizontal y bien alineada, y en ella se notan claramente los vestigios de esa gran obra de la civilización imperial, tanto más asombrosa por las inmensas dificultades que vencieron para construirla".

Después de un desplazamiento de seis leguas llegaron al paraje de Taparaco en el sector de Andachupa, lugar donde hallaron sólo tres chozas de paja abandonada. Careciendo de leña y soportando el intenso frió de la gélida puna, hubo necesidad de deshacer esas casuchas, cuyo material sirvió de combustible para tostar un poco de cacha de maiz, que otro alimento no pudieron consumir los soldados en aquel paraje. El General Cáceres, por su parte, se conformó con un poco de infusión de hojas de coca, bebida a la que que se habituó para soportar el rigor de la marcha en las heladas punas. 

El día lunes 11 de junio, siendo las 06:00 horas, desde el paraje de Taparaco se reanudó la marcha con destino al distrito de Chavín. Esta jornada fue de las más penosas, según la versión de todos los cronistas. Por ejemplo, el combatiente Pedro Manuel Rodríguez, habló de un "camino infernal" y el combatiente De Los Heros lo describió como laderas resbaladizas, bajadas muy pendientes, quebradas y atolladeros a cada paso, el combatiente huamachuquino Abelardo Gamarra por su parte recordó que anduvieron por el "peor camino imaginable, cubierto de profundos pantanos, algunos de los cuales fue preciso colmar con piedras y fajina, para que pudiera pasar la artillería, parque, etc, así mismo el general Cáceres mencionó en sus memorias que "se despeñaron algunas mulas en los barrancos, o quedaron sumidas en el cieno, perdiéndose con ellas la carga que llevaban, la artillería hubo de ser pasada con mucho cuidado y las bestias cuidadosamente guiadas por sus acemileros". En estas situaciones de mucha dificultad, continuando con la penosa marcha, en su mayoría a pie, el ejército patriota con su personal de Tropa netamente andino, conformado en su mayoría por aguerridos combatientes huancayinos y ayacuchanos, bien aprovisionados de la infaltable coca y cancha de maíz tostado que les servía como alimento casi permanente, atravesaron la planicie de Ichic Colla y Jatún Colla en plena puna a mas de 4000 metros de altura sobre el nivel del mar; después de recorrer 40 kilómetros, en horas de la tarde, siendo las 15:00 horas, una tarde soleado, el grueso del personal del Ejército del Centro llegó al paraje de Huayrongha, cerca al caserío de Chalhuayaco, lado sur del distrito de San Marcos en Huari. En este hermoso paraje encajonado, cubierto de abundantes árboles quinual y soportando en horas de la noche la temperatura de 10° grados bajo cero, pernoctó el grueso del Ejército del Centro de 2200 combatientes, como es normal aquella noche el General Cáceres permaneció junto a su Tropa. 

El día lunes 11 de junio de 1883, en la tarde, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el General Cáceres y su Ejército del Centro de 2200 hombres de las tres armas llegó al paraje de Huayrongha, pernoctó en este "encajonado" lugar soportando los rigores del frió del verano serrano.

El día martes 12 de junio, siendo las 07:00 horas,  el General Cáceres abandonó el paraje de Huayrongha y marchó en vanguardia con destino al distrito de Chavín de Huántar, llegando una hora antes que el grueso del Ejército. Al respecto en los años de 1970, algunos familiares en su mayoría muy ancianos, testigos presenciales de dicho desplazamiento, me comentaron que habían visto al General bajar desde el paraje de Huayrongha montado en un hermoso caballo negro de frente blanca. En el caserío de Challhuayaco los campesinos le recibieron con abundante chicha de jora, el General había brindado con sus escoltas y secretarios, luego pasó por el caserío de Chullus y por las inmediaciones de los baños termales del caserío de Quercos. En el distrito de Chavín de Huántar, gracias a la actividades del subprefecto Boubi, los pobladores del distrito y sus caseríos acudieron a tributar, recibieron entre aplausos vivas a todos los combatientes, para este acontecimiento histórico "adornaron las calles con vistosos arcos y banderas, prepararon abundante rancho". En el distrito de Chavín, recibieron mulas para el traslado de carga y caballos para el traslado de oficiales, pues muchos de ellos seguían a pie la dura marcha desde Tarma. Cáceres pensó entonces lo bueno que hubiese sido que esos elementos de movilidad los hubiese logrado antes, pues en el tránsito entre Ichic Colla y Jatun Colla, por falta de ellos había dejado varias cargas de municiones que ya no lo recuperaron, algunos enfermos murieron y otros también quedaron por falta de medios de transporte. Muchos patriotas y enfermos fueron víctimas de la barbarie chilena y de sus aliados traidores; como el caso del subprefecto Pardo, que moriría cruelmente asesinado en el distrito de Aguamiro. El patriota Pardo se oponía a muchos de sus paisanos que comandados por el coronel traidor Manuel Encarnación Vento y por el coronel huancayino Luis Milón Duarte comenzaron a luchar bajo el comando chileno, en contra de sus connacionales patriotas. 

El 12 y 13 de junio de 1883, durante el verano serrano, el histórico distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, Ancash, de clima agradable y de habitantes patriotas, colaboró con el Ejército del Centro y sirvió de campamento al General Cáceres y a sus Tropas de 2200 hombres. El monumento arqueológico del Antiguo Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano que tuvo su centro de desarrollo en este hermoso valle entre los ríos Mosna y Huachecsa a 3185 metros sobre el nivel del mar, le impresionó a las tropas patriotas. El río Mosna, nace en las alturas de la puna Taruscancha y recorre de Sur al Norte por Recudo, Huanquin, caseríos de Qunin, caserío de Mosna, caserío de Machac y Quercos; y el río Huachecsa nace al pie del famoso nevado Huantsan y baja por las zonas del pintoresco caserío de Jato, caserío de Chichucancha, Chacpar y Lanchan, que está en el lado Oeste del distrito de Chavín. El día 13 de junio, algunos oficiales y secretarios del General le solicitaron autorización para visitar el monumento arqueológico del Antiguo Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano que tuvo su centro de desarrollo en las inmediaciones de este distrito, lógicamente, el permiso fue concedido, dando nueva ocasión a los combatiente De los Heros y Manuel Rodríguez para fungir de arqueólogos aficionados, siendo muy aceptables sus comentarios:  Escribieron lo siguiente:

"Este monumento que ha sido visitado por muchos viajeros según se ve en las inscripciones que ha dejado cada uno de ellos, pertenece sin duda a la época anterior a los incas, pues su construcción no tiene semejanza con las del imperio. Es todo de piedra, grandes masas toscamente labradas, pero perfectamente unidas. Se compone de una serie de callejones estrechos y cruzados en diversas direcciones; a cortas distancias, también hay espacios largos, también estrechos, que parecen cuartos. En el centro se eleva una mole, como especie de una columna, de forma prismática y con grabados por los lados, representando cabezas de dragones, cadenas, manos y caras humanas. El comandante La Puente y el amanuense Cortés sacaron un dibujo, que fue arreglado después por el señor Paz, profesor de la Escuela de Ingenieros, fue fotografiado por el ingeniero Remy, profesor del mismo establecimiento. El palacio consta de dos pisos; se dice que se comunica por debajo del río con un cerro vecino. Es un verdadero laberinto, se necesita penetrar con un guía para no perderse; tiene más bien el aspecto y forma de prisión, que de palacio. En muchos puntos está destruido por las excavaciones que se han hecho buscando tesoros. El puente sobre río Huachecza, que atraviesa el pueblo, es de una sola piedra de once metros de largo y de cerca de dos metros de ancho, posiblemente ha sido extraída del mismo palacio. Siguiendo la costumbre de los visitando, antes de retirarse dejamos algunas inscripciones, como recuerdo del paso por ese pueblo del ejército nacional en época tan angustiosa".

Durante su permanencia en el distrito de Chavín de Huántar, nada supo el General Cáceres sobre el movimiento de los chilenos. Desde Tarma, hasta el distrito de Aguamiro, que ahora se conoce como el distrito, de La Unión provincia de Dos de Mayo Huánuco, el ejercito chileno fue comandado por el coronel Estanislao Del Canto Arteaga, quien de sorpresa fue relevado del mando en la primera hora del 13 de junio, lo relevó el coronel Marco Aurelio Arriagada, quien fue reconocido como nuevo jefe del ejército expedicionario, y pasó revista a las tropas, todos permanecieron sorprendidos de ver el repentino cambio de comando. Hubo cierto descontento, pues Arriagada tenía la fama de ser táctico mediocre, como es normal decayó la moral del personal de tropa, según relato de uno de los soldados del batallón Miraflores, quien dijo: "Nos causó mucha sorpresa la inesperada presencia del coronel Arriagada, pues todo el mundo estaba contento con el coronel Del Canto". Las fuerzas chilenas sumaban entonces 3200 combatientes de las tres armas, todos armados con fusiles de última tecnología, según la información carecían de vestuarios de repuesto, por el desgaste de la marcha constate, asimismo pudo advertirse el deterioro en los elementos de transporte, pues algunos habían quedado en Huánuco, para acarreo de los abastecimientos que aún reunían, y otros debieron servir para conducir a los enfermos de regreso hacía Chicla. En vista de ello, el coronel Arriagada solicitó a Patricio Lynch el envío urgente de refuerzos. Como si hubieran premeditado un acuerdo, los ejércitos en pugna estuvieron estacionados del 12 al 14, el peruano en Chavín de Huántar y el chileno en Aguamiro Huánuco. Al parecer, el enemigo prefirió mantener la distancia, a efectos de efectivizar su ataque por dos frentes, dentro del territorio ancashino.

El día miércoles 13 de junio en Aguamiro, el coronel chileno Marco Aurelio Arriagada recibió información precisa que las fuerzas peruanas se encontraban descansando en el distrito de Chavín de Huántar. Cáceres desconocía por completo la situación de los chilenos. El mando chileno no decide seguir a las fuerzas peruanas por el mismo camino, es decir por las rutas de Tambillos, Taparaco, Andachupa, Ichic Colla y Jatun Colla, optando la ruta hacía el distrito de Huallanca. El 14 de junio, siendo las 06:00 horas, el ejército chileno reinicio el avance cruzando dos veces las cabeceras del río Marañón y tras pasar un puente de piedra las fuerzas de los coroneles Arriagada y León García continuaron su desplazamiento con destino al distrito de Huallanca. Para las fuerzas chilenas el destino indudablemente era la ciudad de Huaraz cortando el camino por la cordillera de Huarapasca. Arriagada, una vez más, temió una contramarcha peruana hacía el Centro del Perú, y a efecto de cubrir tal contingencia, luego de haberse decidido por el camino de Huallanca, resolvió que un tercio de su ejército siguiese por la ruta del distrito de Chavín de Huántar, partiendo desde el paraje de la puna Torres vía Mashra, Cunin, San Pedro de Pichiu, Machac, Quercos. El terció del ejército chileno lo comando el coronel Juan León García, llegando al distrito de Chavín al medio día del 17 de junio de 1883. El acuerdo había sido que ambos ejércitos chilenos se unirían nuevamente en el distrito de Olleros, Recuay; en efecto se unieron el 19 de junio, unidos ambas fuerzas continuaron la marcha hacía la ciudad de ciudad de Huaraz. En la Puna Torres las fuerzas chilenas se dividen, el coronel Juan León García al mando de 1200 hombres se desplazó con destino al distrito de Chavín, fue verdaderamente fatal que el General Cáceres desconociese aquello, pues de haberlo sabido hubiese esperado a León García, cuyo tercio de tropas del enemigo, las tropas peruanas lo superaban ampliamente, y no habría tenido mayor problema en aniquilarlo, pues las tropas peruanas acostumbrados a este tipo de desplazamientos a pie más aun teniendo en cuenta que la gran mayoría de los combatientes lo conformaban los campesinos del ande, mal armados en su mayoría pero incomparables en cuanto al valor y sacrificio. 

El día 14 de junio de 1883, siendo las 07:00 horas, el Ejército del Centro, ignorando lo que sucedía en su retaguardia con las fuerzas invasoras, abandonó el distrito de Chavín. El General Cáceres y su escolta, como siempre, salió en retaguardia, dos horas más tarde. La tropa se encontraba con la moral en lo más alto, pues mucho había mejorado la moral del personal con el apoyo brindado por los chavinenses. Desde el distrito de Chavín prosiguieron la marcha por la ruta ancestral pre Inca por las inmediaciones de los caseríos de Nunupata, Chuna, Lanchan, Chacpar y Chichucancha; siendo las 12:00 horas, llegaron a la cordillera de Yanashallas, cuya ascensión se había presentado como un verdadero reto, teniendo frente al nevado Huantsán de 6,370 metros de altura. Después de recorrer por la puna Shongu y el paraje de Mitumarca, el ejército patriota siendo las 17:00 horas de una tarde radiante de sol, en un esfuerzo por demás admirable, había avanzado hasta el otro lado de la cordillera de los andes, plantando campamento en las faldas de la puna Arhuaycancha bajo los rigores de un congelante frío sobre los 4500 metros de altura sobre nivel del mar. Cuando todos los incansables combatientes breñeros alcanzaron la cumbre, se les presentó un espectáculo impresionante: "desde allí se divisaba el nevado Huascarán, el hermoso Callejón de Huaylas, formado por las cordilleras Negra y Blanca". La arenga pronunciada por el General en ese difícil momento fue oportuno acicate para vencer los obstáculos en esos caminos de inmensas montañas. Nuestro ejército, que no conocía dificultades, subió esta larga y empinada cuesta de camino ancestral pre Inca desde Chavín hasta la cumbre de Yanashallas, un camino cubierto de atolladeros y de otros obstáculos sumamente peligrosas. En muchos tramos la artillería y las municiones lo trasladaron en hombros y sobre las espaldas, pues no había bestia que pudiese resistir esa subida como de dos leguas. Desde este lugar, el General Cáceres despachó por delante a los combatientes De los Heros, Manuel Rodríguez y Elespuro, con encargo de que, llegando al distrito de Olleros, solicitasen acémilas de carga a las autoridades del distrito de Recuay y de la provincia de Huaraz, caso contrario tendrían que abandonar más cajas de municiones y demás equipaje pesado sobre todo de la artillería. Poca cantidad de mulas y caballos pudo enviar Jesús Elías desde el distrito de Olleros, y nuevamente los oficiales debieron desmontar para permitir el acarreo de los pertrechos. 

15 de junio en horas de la madrugada reanudaron la marcha desde el paraje de Arhuaycancha, después de pasar por el caserío de Huaripampa el grueso del Ejército ocupó la hacienda del ciudadano francés en el caserío de Canray Chico a un kilómetro del distrito de Olleros. Siendo las 11:00 horas el General Cáceres y su Ejército entraron en el distrito de Olleros, donde sólo permanecieron una hora para consumo de rancho, que preparó el generoso y patriota pueblo. En horas de la tarde el grueso del ejército bajó desde el distrito de Olleros hasta el puente Bedoya y se desplazaron por el camino llano a Huaraz, presentándose durante el trayecto el jefe político y militar del Norte, don Jesús Elías; y el prefecto de la ciudad de Lima, don Elías Mujica. 

El 15 de junio de 1883, siendo las 17:00 horas, el General Cáceres y su escolta realizó su triunfal entrada en la provincia de Huaraz, capital del departamento de Ancash, años más tarde el General recordaría: "Algunas calles estaban abanderadas y las damas de la ciudad expresándome su simpatía me obsequiaron ramos de flores, atados con cintas bicolores": Pudo notarse sin embargo, que muchas familias había evacuado la ciudad, una por temor a la barbarie chilena y otras acatando la propaganda derrotista del General traidor Miguel Iglesias Pino. Siendo las 18:00 horas, ingresó a la ciudad el grueso del Ejército del Centro, los mismos que ocuparon la plaza de armas. Esa noche, sabedor de que los agentes del traidor de Cajamarca pugnaban por infiltrarse en sus filas, el General Cáceres visitó los cuarteles, exhortando a sus soldados a rechazar el carácter derrotista del traidor Miguel Iglesias. Poco después ordenó la prisión de dos individuos, uno peruano y el otro español, bajo la sospecha de que realizaban espionaje para el enemigo. No se pudo probar culpabilidad, pero, de cualquier forma, continuaron encarcelados por algún tiempo. En aquellos tiempos la ciudad de Huaraz ofreció pocos recursos, no obstante lo cual el General ordenó un estacionamiento de tres días, no sólo porque la tropa precisaba de un descanso reparador, sino porque la situación obligaba a un detenido estudio de la estrategia a seguir. Relacionado a la permanencia de las tropas del Ejército del Centro en Huaraz, el combatiente huamachuquino don Abelardo Gamarra Cueva, dijo: "El ejército se mantenía en el mayor orden y compostura, y en las mejores condiciones dando excelente idea de su disposición moralidad y entereza, a pesar de 23 días de penosa marcha, atravesando una distancia de ciento cincuenta leguas, poco menos que intransitables y desprovistas de recursos". 

El día domingo 17 de junio de 1883, siendo las 13:00 horas, el Ejército chileno de 1200 hombres, al mando del coronel Juan León García, llegó al distrito de Chavín de Huántar, en este distrito también como en todos los lugares por donde pasaron las tropas invasoras causaron muchos destrozos, saquearon comercios, incendiaron viviendas; pero, además, cometieron muchos abusos y violaciones contra las mujeres y maltrataban principalmente a los campesinos del ande; por estos abusos, como represalia fueron envenenados más de 70 soldados de las fuerzas del enemigo, al respecto en los años de 1970 muchos de mis antepasados comentaban de lo que había ocurrido en Chavín de Huántar, dijeron: "En aquellos años difíciles para la patria, vivía en el distrito de Chavín de Huántar una distinguida dama, doña Rosaura Beteta Solís, mujer  joven,  muy hermosa y de gran carácter. El 17 de junio llegó  al distrito de Chavín de Huántar la noticia que un contingente de 1200 chilenos se acercaban persiguiendo a los guerrilleros del General Andrés Avelino Cáceres Dorregaray y de paso para abastecerse de alimentos y animales; entonces cundió un gran pánico por todo el pueblo y muchos huyeron a las zonas altas a esconderse; la casa de doña Rosaura, estaba ubicada en el actual mercado, frente a la plaza de armas, era muy amplia y las habitaciones principales conectaban con una galería subterránea muy antigua;  en esas circunstancias ella ideó un plan; preparó un gran banquete, que dejó listo para servir; y organizó todo tipo de alimentos, en pequeñas costales, dejó harinas de trigo, alverja, habas;  abundantes panes, bizcochos; gran cantidad de "charqui" (carne seca); luego doña Rosaura se escondió en su galería ancestral, que tenía a manera de sótano en su  casa; y pidió a unos de sus sirvientes que cubriera la entrada con una gran laja de piedra y así esperó el desenlace. Llegaron los soldados invasores, grande fue la sorpresa que encontraron al ver al pueblo sin habitantes, las casas comerciales totalmente vacías, casas comunes vacías, algunas incendiadas; excepto una grande que estaba en la misma plaza de armas; la casa de doña Rosaura; a este inmueble ingresaron los soldados chilenos desesperadamente buscando comida, encontrando un banquete que estaba caliente; dijeron: "estos cobardes han abandonado sus casas y nos han dejado el almuerzo listo para servirnos y comenzaron almorzar los ricos pucheros con jamones de chancho, los picantes de cuy, el llushtu, etc; habían quedado muy satisfechos con los deliciosos manjares de la tierra chavina. Después de tan opíparo almuerzo, uno a uno los soldados chilenos fueron cayendo muertos, como moscas ¿qué había pasado?, pues la hábil y astuta Rosaura había envenenado toda la comida, así todo un contingente muy hambriento de 70 soldados chilenos, incluidos sus oficiales, murieron envenenados gracias al ardid heroico de la gran Rosaura". En muchas zonas del departamento de Ancash las acciones del General Cáceres durante la Campaña de la Breña, quedó gravado para siempre en el corazón y la mente del campesino peruano, hasta el día de hoy el campesino más humilde e iletrado de estas tierras siempre se identifica con el famoso "brujo de los andes"En esas circunstancias de guerra, muchos campesinos del ande recibieron la consigna verbal del General Cáceres para que envenen a las hambrientas tropas invasoras de Chile; al respecto, en los años de 1970 escuché comentarios de mis antepasados que muchos soldados chilenos habían sido envenenados en bebidas como la chicha de jora y otros comiendo mazamorra mezclado con yeso perdían la vida después de dos o tres días; en otros casos aquellos que comieron mazamorra mezclado con vidrio molido perdían la vida lentamente después de meses y/o años, pero la muerte les llegaba lentamente, con total seguridad.