miércoles, 22 de noviembre de 2017

LAS CUATRO ETAPAS DE LA CAMPAÑA DE LA BREÑA REALIZADAS DURANTE LA GUERRA CON CHILE (1881-1884)

Campaña de la Breña o Campaña de la Sierra, es la fase de la Guerra del Pacífico que comprende desde la ocupación de Lima por las fuerzas chilenas en el mes de enero de 1881, hasta la retirada de las tropas invasoras al sur del río Sama en agosto de 1884.

Esquema general de acciones durante la Campaña de la Breña, realizadas durante la guerra de Chile contra el Perú.

PRIMERA ETAPA: Comprende desde el 01 de febrero de 1881 hasta el 22 de febrero de 1882. (Organización del ejército de la resistencia en base tropa andina, apoyados con la participación de guerrilleros; se ejecutaron con éxito algunos combates en Centro del Perú).

SEGUNDA ETAPA: Comprende desde el 23 de febrero de 1882 hasta el 05 de mayo de 1883.

TERCERA ETAPA: Comprende desde el 06 de mayo de 1883 hasta el 02 de agosto de 1883. 

CUARTA ETAPA: Comprende desde el 03 de agosto de 1883 hasta el 08 de agosto de 1884.


martes, 3 de octubre de 2017

DISTRITO DE YAUYA PROVINCIA CARLOS FITZCARRALD CONSTRUCCIÓN DE CARRETERA A SAN NICOLÁS (1997-1998)

El Comando de la Companía "A" Ingeniería N° 112, acantonado en el distrito de Caraz, provincia de Huaylas, en el mes de marzo de 1997, destacó al distrito de Yauya, personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales, Tropa SMO y empleados civiles, para iniciar los trabajos de construcción de carretera con destino al distrito de San Nicolás, ubicada en la provincia de Carlos Fermín Fitzcarrald, departamento de Ancash. 

Los trabajos se inició en el mes de marzo de 1997, trasladaron desde la guarnición del distrito de Caraz, diversos modelos de maquinarias de fabricación China, además un tractor mediano Catarpillar de fabricación norteamericana y un tractor Komatsu de fabricación brasileña.

Como es de conocimiento general en sus dos periodos de gobierno (10 años consecutivos), el gobierno del ingeniero Alberto kenya Fujimori, utilizó a los Batallones y Companías de Ingeniería del Ejército para apoyar a las poblaciones de escasos recursos a nivel nacional en construcción de carreteras, afirmamiento de carreteras, ampliación de carreteras, asfaltado de calles en los pueblos jóvenes, etc; por ende también la Compañía “A” Ingeniera N° 112 con sede el distrito de Caraz, recibió como dotación diversos tipos de maquinarias de fabricación China; que por cierto fueron de mala calidad, estas maquinarias no son aptos para los trabajos en zonas rocosas en los andes del Perú. El año de 1998 esta Compañía continuo con los trabajos llegando hasta el caserío de San Francisco.

Las maquinarias de fabricación China que llegaron como dotación a la Compañía “A” Ingeniería N° 112, con sus respectivos mecánicos (4 mecánicos chinos), fueron los siguientes: Tractores a oruga pesado Shantui TY 220 NT, tractores a oruga mediano Shantui TY 160 WD, tractores a rueda Shantui TL 210A y la motoniveladora Tianjin PY 160 B. El personal de técnicos de nacionalidad China permaneció a tiempo completo dentro del cuartel de Ingeniería, ejecutando labores de mantenimiento de diversos niveles, apoyado por personal técnico del Ejército peruano. Esta Subunidad también contaba en sus cargos con diversos artículos principales y secundarios mayor de fabricación brasileña y de fabricación norte americana. De acuerdo al convenio firmado con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones los vehículos (volquetes y camionetas) también se encontraban bajo la responsabilidad de esta Subunidad.

En aquellos tiempos ante la falta de oficiales del grado de capitán, me nombraron para cumplir las funciones de Oficial de Logística (S-4); por ende, siempre permanecí en las oficinas del Estado Mayor de la Companía de Ingeniería; ocasionalmente subí desde el cuartel de Caraz a la zona de la construcción de carretera ubicado en el distrito de Yauya. Me desplace a pie por los sectores de Maribamba y San Francisco para constatar y verificar In situ todos los materiales de los Servicios Técnicos de Ingeniería, Intendencia y Material de Guerra. Dicha actividad lo realicé en cumplimiento de mis funciones establecidos en el reglamento, en estos casos mi prioridad siempre fueron los armamentos (fusiles FAL) que se encontraba bajo la responsabilidad del personal de Tropa.

Para salir de la rutina de los trabajos en el cuartel a veces me quedaba durante  10 días en el campamento junto con el personal de Oficiales, Técnicos, Suboficiales, Tropa y Empleados Civiles; es ahí que constaté los principales defectos que presentaban las maquinarias de procedencia China, sobre todo en los trabajos en la abertura de trochas en tramos de mucha roca, al respecto constaté lo siguiente: El tractor a oruga mediano Shantui TY 160 WD no tenían fuerza en las partes de mucha roca y además sus cantoneras se desgastaban rápidamente, por ende casi mensualmente se tenía que cambiar esa pieza tan importante que se encuera en ambos extremos del lampón. Como las maquinaria de procedencia china no rendían en tramos de mucha roca fue reemplazado por el tractor mediano de marca Caterpillar de fabricación norteamericana.

lunes, 25 de septiembre de 2017

LA HISTORIA DE INFILTRADOS SENDERISTAS EN LAS FILAS DEL EJÉRCITO PERUANO (1982 - 2000)

Desde el año de 1982 el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL) comenzó a infiltrar su personal en las filas de Ejército peruano, por ende se recomendó que “no se capte reclutas oriundos de las zonas declarados en estado de emergencia debido a que al poco tiempo este personal infiltrado se desertaba llevándose los armamentos que tenían bajo su responsabilidad", así como documentación de alta clasificación para ser entregado a los grupos subversivos. 

Uno de los casos más divulgados fue el del sargento 1° EP conocido con el seudónimo “Cholo negro”, quien tras cumplir su Servicio Militar Obligatorio se reenganchó en el Ejército peruano con el grado de sargento 1°, ganándose la confianza del personal de Oficiales, Técnicos y suboficiales del Batallón Contrasubversivo “Mariscal Cáceres” N° 43 del distrito de Pampas, provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica. En esta Base Contrasubversivo el sargento infiltrado recibió el curso de operación de material de comunicaciones de alta frecuencia (HF) Thomson TRC 372 y cifrado y descifrado de mensajes enclavados, es decir tenía acceso a documentación “Estrictamente Secreto”.


El 10 de octubre de 1988, el sargento 1° con el seudónimo “Cholo Negro” en su condición de infiltrado, atacó con granada de mano a 27 soldados de la Base Contrasubversivo N° 43 de Tayacaja. De manera secreta había coordinado con los subversivos el área por donde dirigiría a los efectivos bajo su mando (Tropa). Los hechos ocurrieron al mediodía, el “cholo negro” ordenó guardar los fusiles en el almacén de armamentos y luego el personal de Tropa se dirigió a pasar rancho del medio día. A todo esto, algunos dicen que el mismo almacenero de armamentos también había sido infiltrado, que producido el ataque tenía la misión de abrir el almacén de armas y entregar todo a los grupos subversivos, sin embargo producido el ataque él se había arrepentido y por ende reaccionó defendiendo su puesto con mucho valor empleando para la defensa una ametralladora MAG y no permitió la sustracción de armamentos, justamente él  es el único sobreviviente que narró las acciones del “Cholo negro”, quien dijo a los investigadores que el sargento infiltrado antes de iniciar las acciones primero había eliminado al jefe de la Base Contrasubversivo y luego arrojó una granada de mano dentro el personal de tropa desarmado, pero uno de los perros que se encontraba en las inmediaciones había cogido el artefacto con la boca y que en instantes voló, de esta manera algunos individuos de la Tropa se habían salvado. En esas circunstancias había aparecido por la puerta principal un camión con personal subversivo a bordo, bajó del vehículo un supuesto capitán, quién dijo soy capitán, vengo como relevo del personal de la Base” en ese momento cuando el centinela de la puerta principal solicitó su identificación, sin haberla mostrado, a la fuerza intentó traspasar la tranquera, en ese momento el “Cholo negro” aventó la granada de mano contra los desarmados elementos de Tropa que se encontraban formados con sus bandejas en la zona de rancho, asesinando en el acto a sus 18 subordinados. El soldado almacenero de armamentos sólo en su puesto no permitió el ingreso de los subversivos ni permitió robo de los fusiles, ante el fracaso de sus planes el “Cholo negro” huyo vestido con uniforme militar de campaña, llevándose consigo su fusil FAL de dotación.

En el mes de julio de 1993 la patrulla “Huascaran” de 21 hombres bajo mi comando, procedentes de la Base Contrasubversivo N° 323 procedente del distrito de Tayabamba provincia de Pataz, juntamente con la patrulla de la Base Contrasubversivo de la Mina Marsa, al mando de un oficial del grado de teniente; persigue a una columna de 120 combatientes del Partido Comunista del Perú (PCP-SL) en los empinados cerros que está al frente del caserío de Arcaypata, donde en hábil maniobra los combatientes subversivos en un cerro de forma cónica nos hizo un engaño admirable, en estos cerros ellos no caminan, este personal corre a toda velocidad tanto en subida y bajada, desde el otro lado del cerro nos gritaban diciendo “corran si pueden, nosotros somos mas tigre que ustedes”. A este grupo subversivo le perseguimos, ellos nos habían sacado buena ventaja en el desplazamiento en un terreno agreste y difícil e intentaron bajar con destino al distrito de Huaylillas, circunstancias en que no nos dimos cuenta que en el mismo cerro habían girado en forma circular, y lo perdimos de vista, cuando subían asustados hacía el caserío de Ucrumarca apareció el helicóptero MI 8 para bombardearlos, se metieron a las chacras de trigo simulando ser campesinos en cosecha y otros se escondieron en las casas y se salvaron. Durante la persecución se escapó el camarada Peter y el camarada Martín, ambos jóvenes campesinos que habían sido reclutados por los grupos subversivos cuando estos trabajaban en las chacras de coca en el departamento de San Martín, ellos se arrepintieron y se presentaron al cuartel del Batallón Contrasubversivo N° 323 con sede en el distrito de Huamachuco provincia José Faustino Sánchez Carrión departamento de La Libertad, allí los encontré como unos soldados mas, en horas de la instrucción a estos les interrogué, al respecto Peter que fue el más instruido, quien me dijo lo siguiente: “Cuando ustedes dispararon el lanzacohetes RPG los mandos se asustaron, como nos perseguían por el mismo camino, el mando que iba adelante giró en el mismo cerro y ustedes se fueron defrente al distrito de Huaylillas, durante esa persecución arrojé mi fusil y nos escapamos con Martín, luego toda la noche y todo el día de hambre hemos caminado hasta llegar al cuartel. En las filas al mando del camarada “Gerardo” habían dos ex sargentos reenganchados del ejército, uno manejaba la ametralladora MAG y el otro manejaba el lanza cohetes RPG, armas sustraídas de las patrullas del Ejército en las emboscadas; había 30 licenciados que en su mayoría habían sido infiltrados en el Ejército, quienes finalizado el Servicio Militar se reintegraron a las filas del partido, algunos se incorporaron porque les gusta la ideología, otros simplemente porque les gusta estar en acción de armas, otros porque les pagan en dólares”

En los años de 1980 y 1990, se dieron un sinnúmero de deserciones del personal de Tropa Servicio Militar Obligatorio, sobre todo durante el primer gobierno del doctor Alan García Pérez y durante el gobierno del régimen de Alberto Kenya Fujimori Fujimori y terminaron enrolados en el Partido Comunista de Perú Sendero Luminoso, como combatientes. Como es de conocimiento general en las zonas de la Selva los grupos subversivos aliados con los narcotraficantes, hasta la fecha mueven millones de dólares para la compra de adeptos, quienes a través del dinero captan al personal licenciado del Ejército, en su mayoría este personal luego de finalizar el Servicio Militar quedan como desocupados y abandonados por el Estado peruano. 
   

viernes, 15 de septiembre de 2017

AVANCE PATRIOTA DESDE POMABAMBA A LA CIUDAD DE HUAMACHUCO CAMPAÑA DE LA BREÑA 26 DE JUNIO 1883

El día martes 26 de junio de 1883, en el distrito de Pomabamba, capital de la provincia del mismo nombre, Ancash, las huestes patriotas del Ejército del Centro y del Norte sumaban 2800 hombres, que en los siguientes días por motivos de la fuerte deserción y enfermedades se redujeron a 1660 efectivos. 

El mismo 26 de junio en Pomabamba se obtuvo información sobre el frustrado avance del coronel chileno Alejandro Gorostiaga a Urcón, quien forzado por las circunstancias había mandado recular a sus tropas con destino a Corongo; por otro lado, no hubo ningún informe preciso sobre el movimiento del coronel chileno Marco Aurelio Arriagada, que había quedado rezagado en la provincia de Huaraz; pero por las informaciones interceptadas a los mensajeros de jefes chilenos, se llegó a comprobar que ambos jefes una vez mas habían sido burlados: Al respecto el General Cáceres en sus memorias dijo lo siguiente: "Gracias a la oportuna y feliz maniobra de Llanganuco en Yungay, logré desprenderse de la persecución del coronel Arriagada, también dejando aislado y obligando a retroceder al coronel Gorostiaga. Se logró un cambio favorable en la situación militar, lo que contribuyó también notablemente a levantar el ánimo de las tropas"

Desgraciadamente, cuando se renovaban las esperanzas en la victoria final, se produjo la deserción de los coroneles José Marticorena y Ramón Patrón, jefes de los batallones Marcavalle y Apata, respectivamente. Este fue un funesto golpe para la moral de las tropas, porque una defección en ese momento pareció síntoma de que la situación no era lo favorable que parecía. Era una suposición contraria a la realidad, pero la tropa se guiaba por lo evidente. Además, la ofensiva sobre Gorostiaga representaba un reto tanto o más difícil que los anteriormente enfrentados, por varias circunstancias. Cáceres, durante el descanso de Pomabamba, reflexionaría sobre ello, posiblemente consideró entonces que la retirada al Norte no fue lo más acertado, por las tremendas dificultades del territorio y porque se encontró escaso auxilio de provisiones y personal en los pueblos de la ruta; una vez más extrañaría a los guerrilleros de Junín, Huacavelica y Ayacucho, maldiciendo al mismo tiempo la nefasta acción de los traidores adeptos al general Miguel Iglesias Pino. 

Cáceres en sus memorias dijo: "Fue por aquellos días cuando mas lamenté la ausencia de mis guerrilleros que tan valiosos servicios prestáronme en la Campaña del Centro. La exaltación patriótica de los pobladores de la región de mi mando (la del Centro), constituyó, precisamente la nota medular y característica de aquella memorable campaña. En cambio a medida que avanzamos en las comarcas del Norte, cada vez más la oprobiosa labor de los agentes traidores adeptos al General Miguel Iglesias Pino y al mando chileno Patricio Lynch, que pululaban por todas partes, han sembrando todo tipo de derrotismo, indiferentismo por la causa de la patria, mediante la propagación de las más absurdas como falaces mentiras en contra de nuestras fuerzas. A pesar de todo, esos siniestros agentes no lograron completamente su objetivo, gracias a la altiva y firme actitud de numerosos e íntegros patriotas, pero sí nos ocasionaron grades daños minando los cimientos de la resistencia armada. Desde que ingresamos en la región del Norte cesó casi por completo la presentación de voluntarios en nuestras filas. De ahí que nos fuera sumamente difícil reemplazar las bajas que, por diversas causas, se producían durante el larguísimo trayecto". La noche del 26 de junio el General nombró a los coronales Felipe Crespo y Diego Goyzueta como nuevos jefes de los batallones Marcavalle y Apata; las huestes patriota completaron sus cuadros.

El día miércoles 27 de junio, en las primeras horas, el coronel Alejandro Gorostiaga contramarchaba de Corongo a Huandoval; al mismo tiempo el destacamento del coronel Recavarren salió en vanguardia, con orden de detenerse en Chullín. A las 07:00 horas, el ejército del Centro tomó el mismo rumbo, pero a diferencia de Recavarren que marchó por la derecha, Cáceres y sus tropas marcharon por el flanco izquierdo. El coronel Secada, que iba por delante, llevó orden de acampar en algún lugar aparente cesando el avance al caer la noche, pues considerando el terreno y la distancia que separaba Pomabamba de Chullin, no sería factible que alcanzara este punto de día, Eran siete leguas de camino pesado, especialmente en sus tramos finales. El General, sus ayudantes y escolta dejaron Pomabamba a las 11:00 horas, marchando en retaguardia. Al caer la noche Cáceres ordenó el alto de las tropas que con él marchaban retrasadas, calculando que el coronel Secada había hecho lo propio con el grueso del ejército. Se acampó en las alturas, en un lugar descubierto bajo intenso frió del verano serrano. El General fue informado poco después de que el coronel Secada, contraviniendo sus órdenes, prosiguió la marcha, ya con la noche encima, por una ladera montuosa denominada "Palo Seco". Y, como previera Cáceres, causaba con ello una nueva desgracia: "sucedió lo que debía suceder; con la oscuridad de la noche se extraviaron dos batallones y se escaparon algunos soldados". De inmediato el General marchó en pos del coronel Secada, encontrado en el camino a mucho personal de tropa disperso, optó entonces por detenerse, bregando denodamente por ponerlos en orden. No hubo recriminación para el coronel Secada, pues, en todo caso, cometió la falta con el afán de buscar un sitio más apropiado para plantar campamento. Así lo entendió el General Cáceres, quien también debió considerar que un reproche al jefe de Estado Mayor de su ejército, en vez de beneficiar perjudicaría, dada la grave situación.

El jueves 28 de junio, en la madrugada, los secretarios del General Cáceres, acompañados del subprefecto de Pomabamba don Mariano Delgado, se adelantaron a Chullin, encontrando al coronel Recavarren que había marchado sin contratiempos. Ordenaron entonces la preparación del rancho para el ejército del Centro y del Norte, que entró en ese pueblo a las 08:00 horas. El descanso fue muy breve, pues a las 10:00 horas se prosiguió la marcha, hacía Mitobamba, fundo situado en la rivera opuesta del riachuelo que corre bajo Chullín, propiedad de la familia Sifuentes. Al abandonar Chullin, el General ordenó fusilamiento de un desertor. Hubo grata atención en Mitobamba, hecho que el General Cáceres recordaría por su singularidad: "Yo, mis ayudantes y los jefes que me acompañaban, fuimos agasajados con un suculento almuerzo, el primero y último que tomé en el largo trayecto de Yungay a Huamachuco. Sus propietarios, el señor y la señora Sifuentes, esmeraron sus atenciones para con nosotros, y luego partimos, muy agradecidos, en pos de las tropas". En este mismo lugar Cáceres ordenó al subprefecto Delgado que le solicitó en vano seguir con el ejército, regresar a Pomabamba con la misión de observar los movimientos que pudiese efectuar el enemigo por esa zona y apresar a los desertores Marticorena y Patrón. A todo esto, el coronel Recavarren siempre en vanguardia con el destacamento del Norte, se hallaba ya camino con destino a Urcón. Siendo las 15:00 horas del mismo 28 de junio el ejército del Centro ingresó en Andaymayo; hacienda de los Cisneros, adeptos al traidor de Cajamarca Miguel Iglesias Pino, donde el General Cáceres y sus tropas fueron tratados con total indiferencia y de manera miserable, a pesar de estos inconvenientes, Cáceres decidió pasar allí la noche, pues hasta la lejana localidad de Urcón no había otro sitio adecuado para descanso de las tropas. Inexplicablemente, en Andaymayo Cáceres recibió una nota firmada por el coronel Recavarren, donde se recomendaba no perjudicar a la hacienda, tan absurda solicitud, apuntó Pedro Manuel Rodriguez. 

El día viernes 29 de junio, siendo las 08:00 horas, se emprendió la marcha con destino a Urcón. Desgraciadamente 70 mulas quedaron completamente aniquiladas por el cansancio y hambre no pudieron ya ponerse en pie, razón por la que hubo de dejarse en Andaymayo, en este lugar bajo recibo quedó todo el archivo de Cáceres, algunos de sus instrumentos personales y varias cargas de municiones. Queda demostrado que en la zonas del Norte entre Ancash y parte del departamento de la Libertad el grueso poblacional y los hacendados se mostraron totalmente indiferentes con la causa nacional, no hubo apoyo con animales de carga para transporte de municiones y piezas de artillería, nadie se presentó como voluntario a las filas de los patriotas, esa es la lógica consecuencia de la indiferencia mostrada por los hacendados de esa zona de los Conchucos que en su mayoría ya se habían plegado a las causas de derrotismo del traidor Miguel Iglesias Pino. Siendo las 17:00 horas de ese 29 de junio, el ejército del Centro llegó a Urcón, hacienda de los Therry, que se hallaba ausente. Allí se encontró al destacamento del Norte al mando del coronel Recavarren, cuyas patrullas de exploradores se movían más allá de Pallasca, procurando informarse del movimiento del enemigo. Fue realmente inconcebible la forma en que el mayordomo de los Therry, fiel adepto del traidor Miguel Iglesias Pino, trató como enemigo a las fuerzas patriotas; resulta increíble que Cáceres, no obstante ser tratado como enemigo, se inhibiese de proceder con rigor, como lo exigían las circunstancias de guerra. Como es de conocimiento general en su “Proclama de Montán” del 31 de agosto de 1882, el General Miguel Iglesias Pino había aceptado la cesión territorial de Tarapacá, Taca y Arica y otras exigencias chilenas; mientras se producía la heroica resistencia patriótica, las predicas de "paz" del traidor de Cajamarca había calado hondamente en los terratenientes serranos y la clase dominante en crisis de identidad y patriotismo en todo el Perú. En diciembre de 1882  el general Miguel Iglesias convocó la Asamblea Constituyente de Cajamarca y con el apoyo de la clase dominante se hizo proclamar “Presidente Regenerador del Perú”. Por los motivos expuestos en Urcón los pobladores se negaron a brindar apoyo a las tropas del ejército del Centro, el mismo General Cáceres fue tratado en términos irrespetuosos.

El distrito de Pallasca, ubicado en el extremo Norte de la zona Sierra del departamento de Ancash, es uno de los once distritos de la provincia de Pallasca, se encuentra, enclavada en las faldas del majestuoso cerro Chonta, en cuya cima se ubica una cruz, que simboliza la fe de pueblo cristiano, su origen se remonta al pasado Pre-Inca, conocido como la zona de Andamarca, componente de la otrora reynado autónomo de la cultura Conchucos. Adquirió notoriedad durante la colonia.

El día sábado 30 de junio, durante la Tercera Etapa de la Campaña de la Breña, los exploradores patriotas llegaron a este bello distrito y retornaron donde el General Cáceres con la información de que las tropas chilenas al mando del coronel Alejandro Gorostiaga había entrado al distrito de Pallasca, tras doblegar a la resistencia guerrillera, cometiendo en venganza crímenes inauditos: "Las fuerzas chilenas saquearon las casas, incendiaron algunas, asesinaron a muchos vecinos, entre ellos dos niñas, y se llevaron preso a otros". El General Cáceres, sitió mucho por aquella población patriota que había sido arrasada a sangre y fuego, pero se felicitó de que al fin resurgiera valerosa la resistencia guerrillera. Ambas circunstancias exigían su pronta marcha sobre el enemigo, y a fin de acortar la distancia que lo separaba de él, proyectó entonces el avance por la cordillera, hacia Conchucos. A las 07:00 horas de 30 de junio la hueste patriota dejó Urcón y tomó la difícil ruta de alturas que llevaba al distrito de Conchucos. 

viernes, 1 de septiembre de 2017

SEÑORA ANTONIA MORENO LEYVA CAMPAÑA DE LA BREÑA (1881 - 1883)

Después de la derrota de las tropas peruanas en las batallas de San Juan y Miraflores el 13 y 15 de enero de 1881, cuando el mando chileno se instaló en el palacio de gobierno del Perú, a ocho meses de haberse internado en la Sierra Central para organizar la resistencia contra las tropas del ejército chileno, el General Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, ya tenía bajo su comando un ejército de 3,000 hombres conformado netamente en base a campesinos del ande. La tarea de formar un Ejército no fue una tarea fácil, pues hubo que poner en movilización a amplios sectores de patriotas organizados en comités, con el encargo de conseguir voluntarios, armas y vituallas de cualquier procedencia. Incluso hubo que rastrear los campos de batalla de San Juan y Miraflores para recuperar armas abandonadas durante la dispersión de los soldados y en otros casos sustraerlas de arsenales del Estado peruano, luego de burlar el control del ejército chileno que los tenía bajo estricto control.

El comité patriótico más importante fue el que organizó en 1881 la señora Antonia Moreno Leyva, esposa del General Cáceres, en Lima, cuando el General ya estaba en la Sierra Central, y que estuvo presidido por el arzobispo de Lima, Pedro José Tordoya Montoya, un talentoso clérigo que llegó a la más alta posición del clero, luego de haberse iniciado en 1843 como (distribuidor de raciones entre los menesterosos), y que hizo efectiva entrega de dinero y armas a los combatientes peruanos de la resistencia nacional.

Tordoya, además de religioso, era un experimentado político e intelectual pues había participado en el gobierno del General Mariano Ignacio Prado como ministro de Justicia e Instrucción y presidente del Consejo de Ministros (1861) y gracias a su producción intelectual y su prestigio religioso recibió la Orden de Comendador de la Real Orden de Carlos II y era miembro de la Real Academia de la Lengua.

Este comité tenía entre sus miembros a fervientes patriotas como Carlos Elías, Luis Carranza, co-director de El Comercio, el director era José Antonio Miró Quesada, dueño del periódico y Pedro Elguera, quienes reunieron diversos tipos de armas para la resistencia durante la Campaña de la Breña, entre las armas colectadas se encontraba el pequeño cañón, proporcionado por el obispo Tordoya. Esta arma, según lo cuenta en sus memorias la propia esposa del General Cáceres, fue desarmada y despachada en un ataúd y llevada en un cortejo fúnebre por “cargadores” que eran oficiales del ejército patriota. El cortejo se dirigió por diversas calles y pasaron por las narices de los soldados chilenos, sin que estos se dieran cuenta de la mortífera carga del ataúd.

Dejemos que sea la propia señora Antonia Moreno de Cáceres, la que narre este capítulo de la historia de la organización del Ejército de la Breña: “Por prudencia, yo estuve escondida hasta que hice salir de Lima, con dirección al campamento peruano, al ex-gobernador de Cocachacra, mayor José Salarrayán, y al oficial Ambrosio Navarro. Ambos, muy arrojados y valientes, partieron con un cargamento de armas, municiones y hasta con un cañoncito que pude conseguir. Este contingente lo mandé en las mulas que Cáceres me había facilitado con tal objeto, cuando regresé de Matucana”.

“Para sacar de Lima el cañoncito que el obispo Tordoya me había obsequiado, tuve que urdir una macabra estratagema: ¿cómo librarlo de caer en las redes del enemigo? Pues se me ocurrió simular un entierro. Hice desarmar el pequeño cañon y colocarlo en un ataúd; los ‘deudos’ del difunto eran los oficiales, que debían partir con él a cuestas hasta el cementerio, primero, y después hasta las abruptas sierras, donde acampaba el Ejército del Centro”.

“La comitiva ‘entristecida’ siguió, por las calles de Lima, la ruta al camposanto y, en seguida, pasaron a un corralón donde esperaban listos los guías que habían de conducirlos a su destino, habiendo sido recibidos triunfalmente con abrazos y gritos de alegría. Esta arriesgada hazaña necesitó gran coraje y serenidad, pues pasaron el ‘cadáver’ ante las narices de los chilenos; pero tanto el comandante Ambrosio Navarro como el mayor José Salarrayán, tenían temple de acero y no se arredraban ante ningún peligro, exponiendo impávidamente sus propias vidas. Seguramente, iban pensando que el querido ‘muerto’ resucitaría algún día no lejano, entre las crestas de los Andes, lanzando con estrépito su voz vengadora”.

La esposa de Cáceres narra además otras misiones que debía cumplir durante su estadía de Lima capital, como reclutar patriotas, gente de confianza para sumarse a la Campaña de la Breña y obtener el reconocimiento político del Ejército de la Breña y el mando de Cáceres como Jefe Político y Militar de los departamentos del Centro de Perú, por parte del gobierno provisional de Francisco García Calderón, que había sido nombrado el 12 de marzo de 1881, por una junta de notables.

Aquí cabe hacer una pequeña digresión para resaltar, según lo narra Luis Guzmán Palomino, que los invasores luego de ingresar a Lima no querían negociar con Piérola y lo obligaron a dimitir y a promover que una Junta de Notables eligiera a alguien con quién llegar a un acuerdo de paz, recayendo la elección en García Calderón.

García Calderón no veía con buenos ojos la gesta en la que se había embarcado el General Cáceres porque tenía el equivocado criterio de que iba a sabotear un acuerdo favorable al retiro de los invasores del país sin cesiones territoriales, de allí porque en su breve gestión hostilizó militarmente al jefe breñero. García Calderón estaba equivocado, porque pronto el ejército de ocupación le exigió firmar un acuerdo de paz con cesión de las provincias de Tarapacá y Arica, a lo que se negó, y en represalia fue deportado a Chile, con varios de los notables que lo secundaban.

Volviendo a la labor del comité patriótico, corresponde mencionar que el valeroso mayor José Salarrayán desempeñó durante la ocupación chilena, como lo reconoce e General Cáceres en sus memorias, todo género de misiones, entre las que cuenta haber sacado del Teatro Politeama dos cañones, y de La Molina dos culebrinas, piezas que condujo hasta Cocachacra, donde fueron recogidas y llevadas hasta Jauja.

También, corresponde repasar la labor del comandante Ambrosio Navarro, quien fue comisionado por el General Cáceres en 1881 para viajar al fuerte de San Ramón, en Chanchamayo, con el fin de traer cuatro cañones “de ánima lisa” que allí se encontraban; tareas que las cumplió con gran esfuerzo y eficiencia.

El trabajo desarrollado en Arequipa por el médico José Antonio Morales Alpaca debe igualmente ser recordado; quien consciente de la imperiosa necesidad de dotar de armas al Ejército del Centro, fabricó un cañón de cobre, que sería usado por el coronel Isaac Recavarren en su campaña de los Andes.

Tempranamente, en julio de 1881, en Tarma, Cáceres tuvo el embrión de su primera artillería compuesta por cuatro cañones de ánima lisa que existían en el fuerte San Ramón, de Chanchamayo. Con esas piezas en Tarma, Cáceres formó la primera brigada de artillería del Ejército de la Breña, al mando del teniente coronel José Ambrosio Navarro. Los primeros encuentros de los combatientes de la Breña en 1881 que preludiaron las más grandes derrotas infligidas a los invasores.

viernes, 25 de agosto de 2017

DESPLAZAMIENTO DEL EJÉRCITO PERUANO DESDE YUNGAY A POMABAMBA CAMPAÑA DE LA BREÑA JUNIO DE 1883

El día jueves 21 de junio de 1883, siendo las 06:00 horas, durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña; en el distrito de Yungay, ciudad  ubicada en la zona central del Callejón de Huaylas, Ancashel General Andrés Avelino Cáceres decide burlar a las poderosas fuerzas del Ejército chileno que le perseguía por tres frentes: En Huaraz (sector Sur) se encontraba el coronel Marco Aurelio Arriagada con 3200 hombres, desde la provincia de Casma (sector Oeste) se desplazaba por el distrito de Quillo con destino al distrito de Matacoto el comandante Herminio Gonzáles con 600 hombres, por el Norte ya se encontraba en el distrito de Yuramarca el coronel Alejandro Gorostiaga con 1500 hombres, el plan chileno había sido de cercar a las tropas de Cáceres en el distrito de Yungay pero el jefe patriota inmediatamente ordenó dinamitar todos los puentes sobre el caudaloso Río Santa; por ende, dejando totalmente aislados a las fuerzas de Gonzales y Gorostiaga, el plan chileno fracasó por completo. El día jueves 28 de junio, engañado, el coronel Arriagada regreso por el mismo camino desde la ciudad de Huaraz hacía el Centro del Perú, en penosa marcha nuevamente recorrió por las rutas de Recuay, Ticapampa, Catac, Pachacoto, Pumapampa, la cordillera de Huarapasca, la puna Torres y el distrito de Huallanca que en aquellos tiempos pertenecía al departamento de Huánuco.

El día jueves  21 de junio, en la mañana, en el distrito de Yungay, el Ejército procedente de Tarma al mando de Cáceres con 2240 hombres, en su mayoría con experiencia de combate, armados con fusiles muy anticuados;  y el Ejército del Norte al mando del coronel  Isaac Recavarren con 830 hombres en base a la tropa ancashina, sin experiencia de combate, pésimamente mal armados, en su mayoría conformado por campesinos analfabetos, mal entrenados, con sus vestimentas de bayeta y ojotas, armados con rejones, lanzas y machetes. Unidos forman un ejercito de 3070 hombres de las tres armas. Libres de la persecución chilena por los tres frentes, iniciaron el desplazamiento por un camino empinado y pedregoso con destino a la quebrada de LLanganuco, ubicado a 25 kilómetros de distancia. Este hermoso escenario natural se encuentra en un estrecho valle glaciar, entre los Nevados Huascarán (6768 metros de altura) y Huandoy (pico sur 6,160 metros de altura). La hermosa quebrada de LLanganuco, se encuentra a 4600 metros de altura sobre nivel del mar y comprende dos lagunas: Chinancocha (laguna hembra) y Orcococha (laguna macho). Durante el desplazamiento del ejército patriota desde el distrito de Yungay el mayor obstáculo fue el terreno empinado, montuoso y muy pedregoso, sobre todo entre los sectores del caserío de Huashao, donde los aguerridos combatientes de la Breña no se doblegaron, se desplazaron con la moral al tope para pasar el temido sector conocido como la "Calzada de Barbacoas". El General Cáceres abandonó el distrito de Yungay después de cuatro horas, pero tomó rápidamente la delantera gracias a la agilidad y fuerza de su caballo "elegante" y ordenó descanso a sus Tropas en el caserío denominado Antuco, al pie del imponente masa de hielo de la Cordillera Blanca, al respecto escribió el combatiente huamachuquino don Abelardo Gamarra lo siguiente: "El nevado Huascaran permanece cubierto de su eterno manto de nieve secular y de aspecto salvaje, lúgubre y sombrío, con oscuros grupos graníticos, que se elevan cortados a pico en medio de estos desolados páramos".

Al reanudarse el desplazamiento ingresaron en un estrecho valle glaciar, un estrecho desfiladero trabajado sobre inmensas rocas cortadas casi a pico, que conducía a la cabecera de las hermosas lagunas de LLanganuco, teniendo a la izquierda los nevados de Huandoy y a la derecha los nevados de Huascarán. Luego continuaron el recorrido por el estrecho sendero bordeado las lagunas, siguiendo una senda estrecha abierta en las rocas, camino abierto por la fuerza del hombre en base a puntales de barreno de acero, y que tiene a un lado las peñas y al otro las profundas lagunas. Pese a las grandes dificultades en el camino tan estrecho, los combatientes lograron pasar con éxito la artillería y el ganado. Aquella tarde el General Cáceres quedó en la retaguardia en previsión de que el personal enemigo, por lo menos sus exploradores, los hubiesen seguido. Allí permaneció el General toda la noche, soportando los rigores del frío y de hambre: Relacionado a este desplazamiento en sus memorias el General dijo lo siguiente: "Yo con mi escolta pernocté en el lado occidental para atender a las emergencias que pudieran sobrevenir. Pasamos la noche sin comer, por carecer de víveres, los cuales no pudieron ser adquiridos con la debida anticipación por carecer de fondos para ello". El personal de Tropa con sus respectivos Oficiales habían acampado en la parte oriental, en la cabecera de las lagunas, tampoco probaron alimentos. Cuando todas las fuerzas patriotas ocuparon la cabecera de la laguna de Llanganuco denominado (orco cocha) laguna macho, en la tarde del 21 también dinamitaron el camino estrecho abierto entre las rocas en las inmediaciones de la laguna, de esta manera dejó aislado a las fuerzas del coronel Arriagada que ya se encontraba en el distrito de Carhuaz, donde recibió la falsa información de que las fuerzas al mando del General Cáceres contramarchaban hacía el Sur y como consecuencia abandonó la persecución. Las fuerzas de Arriagada, engañados, desorientados y desmoralizados retornaron a Huaraz, donde descansaron algunos días, luego retornaron hacía el centro del Perú.

El  día viernes 22 de junio, siendo las 06:00 horas; las fuerzas peruanas que habían pasado la noche en la cabecera de la laguna de Llanganuco, reinició el desplazamiento en una escarpada, angosta y sinuosa cuesta de tres leguas de distancia hasta llegar al paso del "Portachuelo", cumbre transitable mas alta de la cadena de la Cordillera Blanca que en aquellos tiempos permitió a los combatientes voltear hacía la ruta con destino al distrito de Yanama, Callejón de los Conchucos. En una subida sobre los cuatro mil seiscientos metros de altura sobre nivel del mar, todo se presentó muy difícil desde el primer momento, principalmente para los animales de carga, pues algunos caballos y mulas se despeñaron al fondo del abismo, arrastrando consigo jinetes y diversas cargas, en esta situaciones se puede suponer el esfuerzo que significó en transportar sobre todo la artillería y las municiones en terreno tan difícil. En la cumbre a mas de cinco mil metros de atura sobre el nivel del mar a los combatientes se les presentó a la vista un espectáculo sublime y hermoso, tal y como lo describió el General Cáceres: "Desde allí pudimos contemplar, con la emoción y cariño, el vasto panorama que ofrecía a nuestros ojos aquella región del territorio patrio, al Norte y al Sur una serie de picos nevados, que rematan la montaña de los andes; al Oeste la cordillera Negra, que cierra el hermoso Callejón de Huaylas; al Oriente, las dilatadas regiones de la Selva, regadas por el caudaloso rió Marañón, y sobre nuestras cabezas un cielo azul y profundo"Relacionado a este difícil desplazamiento también escribió De los Heros: "El desplazamiento desde la cabecera de la laguna de Llanganuco hacía el cruce de Portachuelo se llevó por el itinerario de tres leguas por una cuesta muy empinada y pedregosa, donde están los picos más elevados de la cadena de los Andes en esta parte del Perú, el traslado fue sumamente difícil, principalmente para el parque y la artillería, que en muchos trechos tuvo que pasarse al hombro, con inminente peligro para la Tropa sobre todo por la estreches del camino, pues el más pequeño descuido los habría llevado al abismo".

A medida que progresaba el ascenso, sólo el elemento humano conservaba invariable ánimo, fuerzas y voluntad para seguir adelante, pues allí pereció asfixiada una buena parte de los animales de carga, entre caballos y mulas. Relacionado a este difícil desplazamiento también escribiría el combatiente huamachuquino don Abelardo Manuel Gamarra Rondó, conocido con el seudónimo de "El Tunante", quién anotó lo siguiente: "Nuevamente toda la oficialidad debió desmontar, para que sus cabalgaduras sirviesen en el transporte de municiones y armas. Al hacerse la subida más empinada y el camino más estrecho y en escalones, hubo necesariamente que seguir a pie, llevando de las riendas las pocas acémilas que se conservaban. En tales condiciones hubo de abandonarse parte del parque, porque fue imposible continuar transportarlo"En sus memorias el General Andres Avelino Cáceres Dorregaray, anotó: "Penosa y difícil fue la ascensión de esta cordillera, varias bestias con jinetes y otras con carga se desbarrancaron, precipitándose con rapidez extraordinaria por entre las profundidades de esas escarpadas rocas, sin esperanza alguna de salvación. Las dificultades y peligros aumentaron a medida que más se aproximaba el ejército a la cumbre. Los senderos eran cada vez más estrechos e inseguros, la respiración difícil, la visión atormentada por el "surumpe", el cansancio grande y el malestar de cuerpo enorme. Pero nuestros soldados todo lo vencieron y mediando la tarde alcanzaron la cumbre de la inmensa montaña de la Cordillera Blanca de Huascaran y Huandoy"En efecto, siendo las 13:00 horas, bajo inmenso cielo azul y tarde soleada la esforzada hueste patriota completaba la hazaña, entre cánticos y gritos de victoria llegó a la cumbre Portachuelo, según relató el combatiente don Abelardo Gamarra, participante de la gloriosa jornada: "Nuestra entusiasta y viril tropa, compuesta de robustos y expertos mestizos, dominó la cumbre de imponente y enhiesto Llanganuco; todos alegres, cantando, llena de entereza y bizarría, sin doblegarse a la fatiga ni a la severidad, nadie presentó siquiera síntomas del temible "soroche", en todo momento siempre permanecieron en condiciones de entrar combate. Pocos ejércitos del mundo en su historia habrán atravesado una montaña de la elevación de Llanganuco, sobre todo del sector conocido como Portachuelo"

El día viernes 22 de junio de 1883, siendo las 13:00 horas, el Ejército del Centro pasó desde el Callejón de Huaylas con destino al Callejón de los Conchucos, en esos momentos difíciles para la patria no hubo tregua en la marcha y se prosiguió hacia la hacienda Tingo de la familia Calonge, pasando frente a los cerros Omocucho y Santa Isabel para plantar campamento una legua antes de esta hacienda, a punto de caer la noche. El General Cáceres, que marchaba a la retaguardia y por la izquierda, llegó al campamento siendo las 21:00 horas, y tras un breve descanso continuo hacia Tingo, aprovechando la luz de la luna, entrando en ese pueblo cercana a la medianoche.

El día sábado 23 de junio, en horas de la madrugada, en circunstancias que las tropas ingresaban en la hacienda Tingo, se le presentó al General Cáceres un joven patriota procedente de la provincia de Huari, apellidado López, portador de un paquete de comunicaciones que con sus guerrilleros había logrado decomisar diversos sobres con los correos del Coronel chileno Marco Aurelio Arriagada que procedían de la ciudad de Huaraz; por las informaciones obtenidas a través de estos mensajes decomisados, se confirmó de que el plan chileno fue encerrar a las Tropas peruanas por tres frentes en el  distrito de Yungay en el callejón de Huaylas. En recompensa por sus servicios prestados López fue nombrado Comandante Militar de la provincia de Huari. Tras consumir un reconfortante rancho en la hacienda de Tinco, siendo las 08:00 horas, se reanudó la marcha hacia el distrito de LLumpa por la quebrada llamada "Demanda". Pernoctaron en la hacienda de la familia Roca, cercana a este pueblo, donde fueron bien atendidos; pero la Tropa tuvo que permanecer en pie al desatarse un persistente aguacero.

El día domingo 24 de junio, siendo las 08:00 horas, el General Cáceres y sus ayudantes se adelantaron al caserío de Seccha, hacienda ubicada sobre los 2400 metros sobre el nivel del mar, donde residían la familia del hacendado Roca, quienes brindaron cordial acogida al General. Allí se esperó al grueso del Ejército, que entró poco después sin haber sufrido contratiempo. Esa noche siendo las 23:00 horas, llegó a Seccha el piquete de caballería comandado por los coroneles Alcázar, y la Puente quedó en el distrito de Llumpa en misión de observación y/o vigía. Dichos jefes trasmitieron la alarmante noticia de que el enemigo había llegado a la hacienda Tingo. El General Cáceres dudó del informe y al recabar detalles, los mayores Zavala y Urbina dejaron en claro que solo se había visto a unos 100 hombres con poncho, unos montados y otros a pie, que por hallarse bastante lejanos no se pudo precisar si se trataba de chilenos aliados con partidarios del traidor Miguel Iglesias Pino o simplemente paisanos de la zona. De cualquier forma, no se podían correr riesgos y de inmediato el General Cáceres dio orden al coronel Borgoño de contramarchar con el batallón Zepita hasta situarse en las alturas de Cruz Jirca, como avanzada, en tanto que el batallón Tarapacá, al mando del coronel Espinoza, saldría a tomar posiciones en la orilla opuesta del río Seccha, como segunda línea de resistencia, mientras el resto del ejército se trasladaba a Acobamba. Además el coronel Leoncio Prado Gutierrez bajaría hasta Llumpa, para averiguar lo que hubiera de cierto y proteger el traslado del parque que veía bastante retrasado. 

El día lunes 25 de junio, siendo las 09:00 horas, en Acobamba, luego de comprobarse que la alarma había sido infundada, pues los presuntos enemigos no eran otros que pacíficos lugareños que, en número de ciento, iban del distrito de Yanama a la hacienda Tingo, con el objeto de recoger las municiones dejadas en la cordillera y que el General Cáceres recomendó fueran a buscarlos; las huestes patriotas pasaron la noche en este lugar para recuperar energías. 


El día martes 26 de junio, siendo las 06:00 horas, las fuerzas patriotas dejaron Acobamba; cruzaron el río, tras dos horas de tranquila marcha llegaron al distrito de Pomabamba capital de la provincia del mismo nombre. En este distrito fueron recibidos por el subprefecto Mariano Delgado, quien sobreponiéndose a la pobreza y todas las limitaciones económicas mandó preparar rancho para el personal de Tropa, cuyo campamento se plantó en la plaza, soportando por la tarde una lluvia intensa. Un día duró allí el descanso, y hubo oportunidad para que el secretario Daniel de los Heros, emocionado por la extrema pobreza de Pomabamba, filosofara sobre la realidad y el destino del país: "Esta población bastante miserable, revela el estado de atraso en que se encuentran generalmente los pueblos del interior y la necesidad de que los poderes del Estado se ocupen seriamente de su mejora, principiando por el fomento de la instrucción primaria que tanto se ha descuidado, a pesar de las inmensas riquezas de que se ha dispuesto y las instituciones liberales que nos rigen, desde la época de la independencia. Es necesario que todos comprendan, que sin instrucción primaria no hay república, ni adelanto posible, y si después de los desastres que hemos sufrido no se pone particular interés en que se fomente la instrucción popular por toda clase de medios y haciendo clase de sacrificios, el Perú no se levantará de la postración en que se encuentra, y más tarde, quizá experimentares mayores males". Dichas reflexiones, increíblemente, mantienen total vigencia en el Perú de nuestros días, a 134 años de la Campaña de la Breña.

En Pomabamba, el General Cáceres nada supo sobre el movimiento de las fuerzas del ejercito chileno al mando del coronel Marco Aurelio Arriagada, pero por las comunicaciones interceptadas al enemigo era posible creer que desde la ciudad de Huaraz se retiraba hacía el Sur, como sucedió en efecto. Y del coronel Alejandro Gorostiaga se supo que a su vez contramarchaba al Norte, convirtiéndose de perseguidor en perseguido. Así, pues, la retirada de las huestes patriotas había concluido, porque burlando al enemigo, el General Cáceres se hallaba nuevamente en posición de ataque.   

viernes, 4 de agosto de 2017

LA HISTORIA DEL PATRULLAJE CONTRASUBVERSIVO EN ALTO SAPOSOA HUALLAGA SAN MARTIN OCTUBRE 1994

En el año 1994, durante cinco meses consecutivos permanecí como destacado en la Base Contrasubversivo del distrito de Agua Blanca, provincia de El Dorado, departamento de San Martín, desde el (01 de junio a 30 de octubre).

Ante la constante información del Servicio de Inteligencia relacionado a la presencia de combatientes del PCP Sendero Luminoso en las alturas del sector mina de sal, ubicado en el lado Sur del distrito de Agua Blanca, provincia de "El Dorado"; por ende, con la misión de realizar emboscadas al mando del teniente del Ejército de seudónimo "Marte", oficial Comando, en dos oportunidades, entre los meses desde el uno de junio al treinta de octubre me desplacé como integrante de la patrulla Contrasubversivo, siempre por el itinerario que fue el sector Mina de Sal, zonas del distrito de Pasarraya, San Francisco, Centro Poblado Mayor de Rejis, el cerro Sica Sica, Fausa Sapina, Fausa Lamista, Santa Rosa, sectores del distrito de Alto Saposoa, provincia de Huallaga. En total nos desplazamos al mando de 40 hombres de Tropa SMO (Tropa netamente de la Selva). El mencionado oficial era medio loco, a veces a manera de comentario nos decía que un ex Técnico de la especialidad de comunicaciones del Ejército había entrado a formar en las filas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso y estaba interceptando nuestras comunicaciones en la red de "HF" Alta Frecuencia, con esos argumentos había solicitado para que el suscrito se apersoné a la base militar del distrito de San José de Sisa para ejecutar el mantenimiento preventivo del equipo de radio y además para la orientación de la antena dipolo, en esta base militar trabajaba el mencionado oficial; lugar donde permanecí durante siete días ejecutando trabajos relacionado a mi especialidad. Durante mi permanencia como destacado en la base militar del distrito de San José de Sisa, relacionado a este oficial el personal de Tropa SMO me comentaba que en las noches el oficial salía a los servicios higiénicos bien armado con el fusil FAL en la mano listo para ser empleado en caso de un ataque, decían también que a veces llevaba consigo un lanzacohetes RPG al hombro, etc. Solo son anécdotas y recuerdos de aquel memorable tiempo de nuestro paso por las bases militares, trochas y ríos profundos cuando aún éramos jóvenes en busca de terrucos, pero el tiempo es ingrato, ahora desde lejos miramos al son de las modernas normas nuestros viejos hechos de ayer.

En el lado Sur del distrito de Agua Blanca, existe un cerro muy alto, en este lugar existe una mina de sal que los pobladores de las diferentes zonas la explotan para su consumo, en ese sector hay trochas muy antiguas por donde también transitan los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso; por ende, las patrullas siempre se movilizaron hacia el sector en mención en un terreno empinado y muy difícil de transitar. En la segunda semana del mes de octubre del año 1994, realicé el último patrullaje en dicha zona, en esta oportunidad las informaciones de inteligencia relacionado a la presencia de las columnas subversivas del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso en estas alturas parecieron certeras. En este patrullaje nos acompañaron cinco civiles del pueblo que eran ronderos, ellos transportaron a la espalda las municiones y granadas de reserva, provisiones y otros. En aquel patrullaje me desplacé como hombre en punta, 100 metros adelante de los grupos de asalto, seguido de cerca de 10 metros de distancia por un sargento 2do; en la inmensa subida con pequeñas entradas y salidas dentro de una densa vegetación, caminé tenso, a pesar de mi fortaleza física mis piernas ya no daban más, me cansé, sin embargo, superando todos los inconvenientes cumplí la misión, en estas situaciones el combatiente siempre está al borde de la muerte, el soldado que avanza está en total desventaja, pues el adversario que está a la defensiva siempre está en cubierta y abrigo y observa todo sin ser visto; ergo, ubicado en un lugar muy estratégico con amplio campo de vista en su condición de francotiradores en estas situaciones no fallan y te eliminan en cuestión de segundos, también uno está expuesto a los encuentros inopinados, en este tipo de desplazamientos el primero en morir es el hombre en punta, ese es el riesgo de ser hombre en punta en terrenos de la Selva, pero gracias a Dios todos llegamos a la cumbre más alta de esta cadena de montañas sin novedad. Siendo las 14:30 horas todos ocupamos una loma debajo de unos árboles de gran tamaño donde procedimos a descansar, mientras el personal de ronderos cada uno con sus respectivas escopetas salieron a casar unos aves de color negro con cresta y pico rojo parecido a un pavo, creo que se lama paujil, habían casado cuatro aves, estos ronderos acostumbrados a la vida en el monte rápidamente lo pelaron y lo prepararon a la brasa, con esa carne en total 47 hombres de la patrulla nos alimentamos aquella tarde. 

La tarde era muy agradable y soleado por lo que decidimos pasar la noche en la cima de este cerro, el más alto de esta cadena de montañas, cubierto de una densa vegetación de inmensos arboles; en este lugar tendimos ramas y lo cubrimos con plásticos, ahí nos acostamos tapados también con plásticos que nos servían como si fueran ponchos de jebe, en esa circunstancias siendo las 01:00 horas, nos sorprendió una lluvia torrencial e imparable, era como un diluvio, nada nos protegía, en esos momentos todos nos pusimos de pie con el uniforme mojado, cinco minutos permanecimos acomodando las mochilas y cubriendo el cañón del fusil con bolsas de plástico para protegerlo del agua, luego decidimos bajar por esa trocha angosta al borde de inmensos y profundos acantilados, la oscuridad era total, nuestro destino fue el distrito de Pasarraya del Alto Saposoa. Siempre nos dicen que en las noches para no delatar de nuestra presencia no deberíamos prender nada de luces, pero durante esa marcha todos rompimos esas normas que muchas veces salen del escritorio de tácticos mediocres, si no es por las luces de la linterna de mano aquella madrugada muchos hubieran terminado en esos abismos de más de mil metros de profundidad, los restos de los caídos difícilmente lo hubieran rescatado. Tapamos nuestras espaldas y las mochila con los plásticos que nos servía como si fuera poncho de jebe y continuamos bajando con intervalos de hombre a hombre a una distancia de medio metro, en este tipo de patrullajes, el soldado siempre debe pensar en su fusil, pues sin ella no es nada; siempre protegiendo el fusil así como dice el instructor Gamboa en la película "Ciudad y los Perros" el arma nunca debe caer al suelo, es preferible romperse la cara antes que soltar el fusil, para el soldado el arma es tan importante como sus huevos, ¿usted cuida mucho sus huevos soldado?"; con las palabras del instructor Gamboa que alguna vez habíamos escuchado en la mencionada película, con las mismas frases casi al pie de la letra le inculcamos y advertimos a la tropa para el cuidado del armamento durante la marcha con el correaje del fusil bien asegurado y con el cañón hacia abajo para proteger de la intensa lluvia, en una trocha sinuoso y muy resbaladiza, donde también corría mucha agua, rodaban piedras, se nos presentaba también inmensos árboles caídos que sobre estos teníamos que pasar como si fueran obstáculos de pistas de combate, para estos tipos de desplazamiento no contamos con pochos de jede ni bolsón de primeros auxilios para cualquier accidente. 

Siendo las 06:00 horas, en la bajada llegamos a una chacra con plantaciones de piña, ahí algunos nos sentamos y comimos piña verde que luego nos originó sangrado en la lengua, pero el hambre no era para poca cosa. En la bajada continuamos la marcha, s
iendo las 07:45 horas, llegamos al lado Este del distrito de Pasarraya, las montañas circundantes de este hermoso valle amanecieron cubiertos por una densa neblina que permaneció a largo de la mañana abrazado con la densa vegetación, a los lejos también se sentía el rugir amenazante del caudaloso y turbulento río Saposoa que nos separaba con el distrito en mención. En medio de la densa vegetación hallamos dos casas con techos de hojas de plátanos y lo ocupamos, era un hermoso lugar, el inmueble habría sido de presuntos narcotraficantes, quienes ante la proximidad de la patrulla del ejército escaparon dejando montón de hojas de coca que estaba en proceso de secado, tres sacos de arroz de buena calidad y 15 gallos de pelea en sus corrales, aquella maña los animales nos sirvieron de sustento para saciar el hambre, todos los gallos terminaron en las ollas, desde este lugar los cinco ronderos retornaron al distrito de Agua Blanca, pues ya habían cumplido su misión.

En el inmueble del presunto narcotraficante, descansamos todo el día para recuperarnos del desgaste físico, como es obvio después de consumir el suculento caldo de 15 gallos de pelea ya estábamos bien reconfortados. En la noche todos permanecimos uniformados y puesto nuestros borceguíes en espera de cualquier orden, en esas circunstancias siendo las 02:00 horas, apareció una avioneta, sobrevoló casi en forma circular iluminando con luces potente a todo el valle, ¿pero una avioneta porque hizo su presencia a esa hora?, definitivamente era una avioneta de narcotraficantes; por ende, en plena oscuridad formó todo el personal de la patrulla y nos desplazamos a paso largo con destino al aeropuerto informal del Centro Poblado Mayor de Rejis, Saposoa, caminamos dentro de la trocha, cubierto de una densa vegetación y llegamos al río Saposoa, como en horas de la madrugada del día anterior había llovido por varias horas, el río aún estaba cargado y muy turbulento y se desplazaba lentamente, hallamos un pequeño puerto donde en una de las orillas encontramos una pequeña balsa hecho de maderas de topa, a esta pequeña embarcación el teniente "Marte" le amarró una soga de 60 metros y en plena oscuridad se lanzó al agua todo uniformado, nadó en la oscuridad para trasladar la soga a la otra orilla, él ahí nos esperó, del otro lado ordenó a todo el personal de Tropa pasar nadando, cinco en cinco los clases y soldados pasaron nadando todos uniformados dentro de la oscuridad, en estos casos mis respecto para la Tropa de la Selva, ellos son muy expertos en lo que respecta a la natación en los ríos, todos uniformados nadaron aproximadamente 60 metros de distancia de orilla a orilla, mientras yo quedé en mí mismo emplazamiento con ocho hombres de Tropa, amarrando los fusiles sobre la pequeña embarcación de madera de topa, bien amarrado, por ambos lados, mientras ellos amarraban los fusiles, las mochilas de todo el personal, la ametralladora Mag, el lanzacohetes RPG y el equipo de radio Thomson TRC 340, ahora el problema era para mí, por mi cabeza reina mil problemas, en ese momento sentí mucho miedo, entonces me vino a la memoria mis recuerdos de adolescente, pues en esas épocas había nadado más de 100 metros de distancia en una represa profunda por allá en la hacienda agrícola de Santa Rosa en Sayán, Huacho al norte de la ciudad de Lima, así mismo llegaba a mi memoria los nados que realizaba en el río Pallar en Huamachuco, donde nadaba juntamente con mis compañeros en esos remolinos profundos, todo esos recuerdo de años llegaba en mi mente, como acicate de valor, pero habían pasado muchos años, en los cuarteles me habían entrenado en unas piscinas de 25 metros de largo en ropa de baño, por ende el entrenamiento básico del cuartel no me garantizaba para pasar este río bajo intensa oscuridad, en ese momento de desesperación hasta casi me orino de miedo, entre mi dije ¿son más de 60 metros, son más de 60 metros?, en estas situaciones no podía justificar el miedo delante de personal de Tropa, nunca había nadado uniformado en horas de la madrugada y mucho menos en total oscuridad, en ese momento pensé subirme sobre la topa cargado de armamentos, pero sentí vergüenza delante de la Tropa, no sabía qué hacer; por si acaso para evitar cualquier percance los ocho hombres de Tropa se encargaron de la seguridad de la pequeña embarcación (cuatro en cada lado), momentos que en voz alta el oficial ordenó de la otra orilla para pasar y al mismo tiempo el grueso del personal de tropa que ya estaba en la otra orilla a una sola voz comenzaron a jalar todo el cargamento, en ese momento de desesperación me colgué detrás de la pequeña embarcación, cogí una soga gruesa entre las crucetas de la madera topa y no la solté para nada, de otro lado nos arrastraron, continuaron jalando con mucha fuerza, cuando el cargamento y el personal llegó a la otra orilla el teniente dijo (¿dónde está el suboficial, dónde está el suboficial?) pues no me habían visto porque me demoré mucho en salir por la misma situación de la oscuridad, estreches y el barro. Luego, todos con el uniforme mojado, cogimos nuestros armamentos y mochilas, nuevamente reinicie el desplazamiento como hombre en punta, todo el camino se nos presentó barroso y muy difícil para transitar, hemos realizado una marcha forzada hasta el aeropuerto del Centro Poblado Mayor de Rejis, adonde llegamos siendo las 06:40 horas, no hallamos ninguna evidencia del aterrizaje de la avioneta de presuntos narcos. El desplazamiento nocturno de la madruga fue un error muy grande, pero el destino no se equivoca que por alguna razón hoy escribo estos recuerdos.

En el Cerro Sica Sica, en la bajada, llegamos a un pequeño campamento de cocaleros, donde sorprendimos a un grupo de campesinos cocaleros en pleno trabajo de elaboración de cocaína (pasta básica), había tres pozos con las hojas de coca con querosene y otros insumos, la dueña fue una señora de contextura gruesa nacida en el departamento de Piura, y la mayoría de los trabajadores también fueron piuranos, aquí la señora se ofrece "arreglar" por este trabajo ilícito nos quiso "aceitar", pero dijo que no tenía plata, aducía que el personal de tropa durante las pesquisas en una de las chozas le había robado la suma de seis cientos ($ 600.00) dólares americanos; ergo, comenzó con la acusación, entonces se ordenó a formar a todo el personal de tropa con la finalidad que la señora identifique al presunto autor del robo, formado la tropa, la señora caminó delante de la tropa mirándolos de cerca a cada uno de ellos pero solo se atinaba a decir: "uno de ellos ha sido, uno de ellos a sido, uno de ellos ha sido", no identificó a nadie; trató de sorprender a la patrulla haciéndose la victima con falacias; por la acusación sin pruebas, por el ofrecimiento ilícito, además por el reclamo constante con palabras de amenaza, procedimos a prender fuego a las tres pozas de maceración y fueron detenidos la señora jefa que aún tenía un bebito de un año, más tres mujeres también con hijos menores, además 15 hombres que trabajan como peones en la elaboración de la pasta básica de cocaina, a todo este personal detenido lo trasladamos a pie, todos caminaron cargando sus mochilas, algunos llevaron sus bidones, sus ollas, sus platos; aquella tarde llegamos a un centro poblado mayor donde pernoctamos, cuyo nombre del lugar no recuerdo, como se anocheció a los 19 detenidos lo depositamos en el local comunal, ahí amanecieron muy triste, viéndolos en ese trance pensé que se arrepentían del momento que vivían como detenidos, el traslado de este personal siempre fue a pie, los niños iban llorando y las mujeres sufrieron mucho en esa trochas dentro del monte; al día siguiente siendo las 06:00 horas el personal de la patrulla y los detenidos, todos sin rancho reiniciamos el desplazamiento; después de larga caminata, siendo las 15:00 horas llegamos con todos los detenidos y el personal de la patrulla al cruce de la carretera entre Santa Rosa y Fausa Lamista, yo inmediatamente con dos sargentos me dirigí al paso ligero hasta el distrito de Santa Rosa, lugar donde había paradero de camionetas de 4x4, a los dueños (chóferes) inmediatamente les solicité sus documentos de identidad, los documentos de los vehículos, eso fue solo para asustarlos, en aquellos tiempos ante la presencia de los militares los civiles cumplían las ordenes sin dudas ni murmuraciones, todos callados obedecían las ordenes, les ordené a los chóferes de las 4 camionetas para que se dirijan al cruce, donde teníamos muchos detenidos entre ellos las mujeres con niños en los brazos que no podían caminar, los sargentos y el suscrito subimos a la primera camioneta y a los demás les dije: "síganme que en el distrito de Agua Blanca les entrego todos sus documentos" y por ende todos me siguieron y llegaron al cruce, con el apoyo de estos vehículos trasladamos a los detenidos y al personal de la patrulla, llegando a la Base Contrasubversiva de Agua Blanca en horas de la tarde, finalizado la misión a los cuatro chóferes se les devolvió todos sus documentos y se retiraron en sus respectivos vehículos. Este personal civil al día siguiente se trasladó a la fiscalía de Tarapoto, en ese traslado participaron otros cuyo seudónimo de ellos no recuerdo. Este patrullaje a pie duró durante ocho días, dimos una vuelta completa por las zonas de Mina de Sal, distrito de Pasarraya, Rejis, San Francisco, cerro Sica Sica, Fausa Lamista, Fausa Sapina y Santa Rosa. Pido disculpas si por ahí ha existido error impremeditado en los términos de contexto de como sucedieron los hechos.  

martes, 1 de agosto de 2017

LLEGADA DEL EJÉRCITO CHILENO A LA PUNA TORRES DISTRITO DE HUALLANCA BOLOGNESI 15 DE JUNIO DE 1883

El 15 de junio de 1966, en una tarde soleada, a la edad de 8 años, acompañando a mi abuelo don Elíceo Ramírez Cadillo llegué al cerro Ucrucanchapunta, sector que limita a la puna Torres con la puna Palmadera, en aquellos tiempos mi abuelo fue el pastor principal de la ganadería del hacendado Miguel Llanos Astete que radicaba en el distrito de Huallanca. 

El día viernes 15 de junio de 1883, mi abuelo tenía la edad de 8 años, quien junto con sus familiares, entre ellos mi bisabuelo don Gaspar Ramírez Cotrina y mi abuela doña Sebastiana Cadillo y otros, todos ellos muy asustados, desde el cerro Ucrucanchapunta en una tarde soleada habían presenciado cuando las tropas chilenas ocuparon la hacienda ganadera de la puna Torres de la propiedad de don Genaro Llanos.

Durante la tercera etapa de la Campaña de la Breña, el día viernes 15 de junio de 1883, siendo las 17:00 horas, procedente del distrito de Huallanca, Huánuco, las fuerzas chilenas de 3200 hombres de las tres armas, es decir la infantería, caballería y la artillería, bajo el comando del coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, ocuparon la puna Torres. Las fuerzas chilenas llegaron a esta hacienda guiado por grupos de traidores peruanos entre ellos el coronel huancayino Luis Milón Duarte. Casi a la misma hora el General Cáceres al mando del Ejército del Centro hacía su ingreso triunfal a la ciudad de Huaraz, capital de Ancash.

En la noche del 15 de junio, los principales mandos de las fuerzas chilenas instalados en la casa hacienda ganadera de la puna Torres deliberan sobre las rutas a seguir con destino a Huaraz, los mandos decidieron dividir sus fuerzas en dos, porque temían que el General Cáceres en hábil maniobra podría contramarchar hacia el Centro del Perú; ergo, para evitar cualquier sorpresa del "brujo" de los andes el tercio de su ejército de 1200 hombres de las tres fuerzas se desplazaría con destino al distrito de Chavín de Huántar, guiados por militares y civiles peruanos adeptos al traidor de Cajamarca Miguel Iglesias Pino, hay que tener en cuenta que en esta etapa de la guerra los chilenos ya contaban entre sus filas con el apoyo incondicional de muchos traidores; fuerzas chilenas apoyados por oficiales y tropas peruanas formaron el ejército que denominaron "El Ejército Pacificador del Perú".

El día sábado 16 de junio antes de las 08:00 horas, el tercio del ejército chileno de 1200 hombres de las tres fuerzas al mando del Coronel Juan León García, se desplazó por las rutas de la puna Mashra, Huanquin y el caserío de Qunin con destino al distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari; en la misma hora el grueso del Ejército de 2000 hombres de las tres fuerzas al mando del Coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios se desplazó por la subida de Yanashallas, cordillera de Huarapasca, Puncu, zona de Pastoruri; después de penosa marcha de 12 horas ocuparon la hacienda Pumapampa dentro del ámbito territorial del distrito de Cátac, lugar donde descansaron y esperaron a las tropas rezagadas que terminaron de llegar recién en las horas de madruga del día 17.

El día domingo 17 de junio, siendo las 08:00 horas, el coronel Juan León García movió sus fuerzas desde el caserío de Qunin hasta el distrito de Chavín de Huántar; a la misma hora el coronel Marco Aurelio Arriaga Palacios movió a sus fuerzas desde la hacienda Pumapampa del sector de Pasto Ruri con destino al distrito de Ticapampa lugar donde ocuparon la hacienda de los judíos. 

El día lunes 18 de junio en penosa marcha las fuerzas del coronel Juan León García se desplazan desde el distrito de Chavín de Huántar con destino a la ciudad de Huaraz, por las rutas del caserío de Chuna, caserío de Lanchan, caserío de Chichucancha, suben por la ruta de la puna Shongo, cruzan la cordillera, paso de Yanashallash a 4,750 m.a.s.n.m y bajaron por la puna Arhuaycancha, por el caserío de Huaripampa para ocupar la hacienda del francés Dupon en el caserío de Canray Chico, lugar donde recibieron abundante rancho. 

El martes 19 de junio en horas de la mañana, las poderosas fuerzas chilenas se mueven simultáneamente, las fuerzas del coronel Arriaga desde Ticapampa y las fuerzas de León desde Canray Chico, antes del medio día ambas fuerzas se unen en el distrito de Olleros y continuaron la marcha a la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Ancash. Cuando las fuerzas chilenas se juntaban en el distrito de Olleros casi a la misma hora las fuerzas patriotas del Centro al mando de Cáceres hacían su ingreso al distrito de Yungay.

En el año 1966 mi abuelo Eliceo Ramírez tenía 90 años, recuerdo que tenía tez blanca y de mediana estatura, como hombre andino se encontraba en lucidez total, quien me narró lo siguiente: Dijo, "Hijo, en la tarde del 15 de junio de 1883, las tropas del Ejército chileno llegaron a la puna Torres persiguiendo al General Cáceres que se había escapado desde la ciudad de Tarma, Junín, con destino al Norte. Allí en la pampa que lo tenemos a la vista las tropas invasoras ocuparon los corrales, donde todos pasaron la noche a la intemperie, sus jefes ocuparon la casa hacienda, toda la noche cocinaron los productos que habían traído desde el distrito de Huallanca. Ellos robaban los animales, asaltaban, incendiaban las chozas, por eso nosotros anticipadamente nos escapamos desde la puna Pukaraju y permanecimos escondimos en las partes altas como éste y también escondimos todo los animales en lugares estratégicos. Además me dijo, que cuando pasaron algunos años su papa (mi bisabuelo) le había contado que algunas familias conocidas de los distrito de Agua Miro y Huallanca se habían unido a las tropa del enemigo, algunos de manera voluntaria y otros a la fuerza, presionados con amenaza de fusilamiento, ellos sirvieron como cargueros, informantes y guías de los chilenos", así concluyó su histórica narración en la tarde del 15 de junio de 1966. También me narró que en las pampas de la puna Torres y en la subida de Yanashallas, como consecuencia del intenso frío del mes de junio, perdieron la vida 15 soldados invasores y también algunos caballos que fueron abandonados por las tropas chilenas con su montura y todo, los mismos que fueron enterrados por mi bisabuelo don Gaspar Ramírez Cotrina y demás familiares.

En los años de 1960 los cerros que se ven al frente aun mantenían el nevado sobre todo en las partes superiores, ahora como se ve en la imagen todo la blancura de la nieve ha desaparecido, todo es negro; en las partes altas del cerro Ucrucancha el agua ha desparecido por completo. Por la proliferación de la gran minería irresponsable en complicidad con los gobernantes traidores todo el ecosistema se ha contaminado, como consecuencia en los ríos de la puna Torres ha desaparecido las truchas y la laguna Contaicocha se ha convertido en botadero de basura de la Empresa Minera "Santa Luisa" Huanzala. También han desaparecido las ranas, cóndores, perdices y las viscachas, la gran ganadería que existió en estas punas, principalmente de la familia Llanos, que yo vi con mis propios ojos ya no existe.

Hoy 15 de junio del 2017 al cumplirse los 134 años de la llegada de las tropas chilenas de 3200 hombres a la Puna Torres, que pertenece a Huallanca, he puesto mis pies nuevamente en el mismo lugar del Cerro Ucrucanchapunta, he permanecido parado en el mismo punto donde permanecí parado en el año de 1966, en aquella oportunidad permanecí parado al lado de mi abuelo don Eliceo Ramírez Cadillo, quien ya está descansando en paz; el punto de la referencia sigue siendo el mismo, el infaltable ichu de la puna en nada ha cambiado. Desde este cerro hay amplio campo de vista que domina a las pampas de la puna Torres y la subida de Yanashallash que está más al fondo, este cerro Ucrucanchapunta está sobre los 4600 metros de altura sobre el nivel del mar.