martes, 24 de noviembre de 2020

EL GENERAL CÁCERES REGRESA DE HUAMACHUCO A HUARAZ CAMPAÑA DE LA BREÑA 14 DE JULIO DE 1883

Finalizado la batalla de Huamachuco el 10 de julio de 1883, el General Cáceres acompañado por el coronel Justiniano Borgoño, comandante Florentino Portugal, sargento mayor Félix Costa Laurent y su asistente Saavedra, toda la noche se desplazaron por el camino Inca llegando hasta la localidad de Mollepata, Santiago de Chuco, lugar donde descansaron algunas horas. 
 
El día sábado 14 de julio de 1883, perseguido por chilenos y sus aliados peruanos el General Andrés Avelino Cáceres retornó a la ciudad de Huaraz. Cáceres pudo llegar con cierta tranquilidad a la ciudad de Huaraz pues el guerrillero Hidalgo Zavala y sus 200 hombres contuvieron a los chilenos y traidores peruanos que lo perseguían desde el Norte. 

El día 15 de julio, apoyado por algunos patriotas y allegados se quedó a descansar en la ciudad para reponer fuerzas y planear los siguientes pasos en la resistencia contra los chilenos y sus aliados peruanos adeptos al traidor Miguel Iglesias.

El 16 de julio de 1883, en la ciudad de Huaraz, el General Cáceres tomó la decisión de retornar al Centro del Perú, dijo: “Seguiré al interior para formar nuevo ejército y combatir hasta arrojar de la patria a los invasores”. En su largo periplo hacia el Centro del Perú muchos huaracinos lo acompañaron hasta el distrito de Olleros. Desde Olleros otro grupo lo acompañó hasta Recuay, prosiguiendo la marcha en horas de la noche entraron en la ciudad de Chiquían, donde fueron recibidos por un grupo de entusiastas patriotas entre los que figuraba Luis Pardo, jefe de guerrilleros y vencedor en el combate de El Infiernillo en Ocros. Aquí sucedió un singular episodio, que describió con sentida emoción el General Cáceres: "Al hacer alto en la cumbre, me ofrecieron coñac y aguardiente de pisco, y luego templando las guitarras que habían llevado consigo, pusiéronse a cantar, improvisando los siguientes versos que copió uno de mis ayudantes y que lo consigno aquí como un recuerdo de la emoción que me produjeron". 

“Cuando el peruano pelea y pierde,

no se desespera de la victoria,

porque el coraje crece y se enciende

y en nueva empresa verá la gloria.

¡Oh Patria mía! No me maldigas

porque al chileno no lo vencí,

que bien quisiera haber perdido

la vida entera que te ofrecí.

Más queda un bravo, noble soldado,

que aquí en la breña luchando está;

tú eres ¡oh Cáceres!, nuestra esperanza,

tu fe y constancia te harán triunfar”.

Fue aquella la más hermosa prueba de la conjugación del sentir de los pueblos con los ideales proclamados por el General Cáceres. De seguro, la noticia de lo ocurrido en Huamachuco llegó a Chiquián por la información de algún anónimo combatiente, y su relato debió ser de una emotividad tal que los guerrilleros de la zona le compusieron aquellos versos de reafirmación patriótica, en los que por primera vez se citó a La Breña, para dar nombre inmortal a la epopeya de la resistencia nacional. 

Así, pues, la batalla de Huamachuco se convirtió para los peruanos y para Cáceres, la Senda del Honor, sostén principal de la voluntad inquebrantable de no doblegarse ante la adversidad y de continuar la lucha contra el invasor y sus aliados traidores.

(Fuente: “Recuerdos de la Campaña de la Breña".

EN TRES CRUCES CACHICADÁN SE FRUSTRA EL PLAN DE ATAQUE A LAS FUERZAS CHILENAS 6 DE JULIO DE 1883

El día jueves 5 de julio de 1883 en Angasmarca, la inopinada Junta de Guerra expuso un plan de ataque a las fuerzas chilenas que se dirigían desde la ciudad de Trujillo al distrito de Huamachuco para reforzar a Gorostiaga. Cáceres Calculó que las tropas chilenas de 710 hombres de las tres fuerzas con cinco piezas de artillería al mando del comandante Herminio Gonzáles necesariamente pernoctaría en Porcón, y que al día siguiente, entre las 14:00 horas y 15:00 horas, estaría pasando por la localidad de Tres Cruces, Cachicadán
punto situado entre Porcón y la localidad de Tres Ríos, que le pareció al jefe peruano adecuado para dar la sorpresa. El plan fue aprobado con entusiasmo por todos los jefes y oficiales, pues a todos le pareció "magnifico y de éxito seguro". Se regresó entonces a Tulpo, llegando a las 19:00 horas, y el General impartió las órdenes pertinentes a todos los jefes. Se iniciaría la marcha al amanecer del día 6, y el triunfo dependería fundamentalmente de la celeridad y exactitud con que se movilizaran las tropas.

El General Cáceres se retiró a descasar "a una miserable choza de paja", mientras sus tropas habían ocupado un potrero para pasar la noche, todos a la intemperie. Llegaría durante esa noche un correo del Norte, informando que los guerrilleros del coronel Puga, a los que se creía que se encontraban en Cajabamba, estaban en Ichocán. Se remitieron de inmediato instrucciones al jefe de la guerrilla, pero ya no las recibiría a tiempo de avanzar con oportunidad sobre Huamachuco.

En Tulpo el día 6, siendo las 05:00 horas, la tropa estaba ya en pie, consumiendo rancho. El General Cáceres fue el primero en dejar Tulpo, adelantándose con su escolta a Tres Cruces para elegir posiciones. Tras cargarse dos piaras de mulas que desde Angasmarca enviaron los hermanos Porturas para ayudar en el transporte, en Tulpo a las 06:00 horas parecía quedar todo listo para la iniciación de la marcha, pero desgraciadamente Recavarren, que debía marchar en vanguardia, perdió valioso tiempo castigando a algunos soldados de su destacamento que intentaron desertarse. Recién a las 08:00 horas se inició el movimiento, siempre con Recavarren en vanguardia y por derecha; mientras que el coronel Secada tomaba el difícil camino de la izquierda. El destacamento del Norte tuvo pocos problemas durante la marcha, aparte del desgano visible de parte de la tropa y la severidad que impuso su jefe, temiendo siempre se produjera deserciones en masa. Pero el coronel Secada tuvo múltiples contratiempos, que fueron retrasando la marcha ante la desesperación del comandante en jefe, que infructuosamente trató, a medio camino, pasar a la derecha. Cerca a Pampamarca el Ejército del Centro tuvo que atravesar en columnas de a uno por un estrecho sendero; luego, para pasar un pequeño río en el primer vado de Angasmarca, hubo de bajarse a tierra toda la artillería, por cansancio de las mulas. Se continuo la marcha por terreno pantanoso y de repetidas cuestas sumamente pendientes y accidentadas, trayecto en que se fatigó grandemente la tropa y los animales de carga se fueron retirando de cansadas y extenuadas.

Así, el destacamento del Norte llegó al paraje de Tres Cruces a las 15:30 horas, solo para ver desfilar al enemigo por la pampa de Yamobamba. Cáceres, previendo que el coronel Secada llegaría muy tarde, preguntó entonces a Recavarren si estaba en condiciones de lanzar ataque. La respuesta fue negativa, porque el Coronel adujo no tener confianza en sus tropas: "Ante tan ingrata respuesta - Cáceres señaló - envié a uno de mis ayudantes al coronel Secada, ordenándole forzara la marcha". Todo resultó inútil, y el General, sumamente contrariado, vio avanzar al enemigo de Tres Cruces a Tres Ríos, sin poder hacer nada por evitarlo, el enemigo se les adelantó: "Mis miradas dirigiánse impacientes, escudriñando los puntos por donde debían aparecer las tropas de Secada, pero éstas no aparecían. Esperé con ansiedad hasta las cinco de la tarde. Los chilenos llegaban a Tres Ríos. Mi propósito se frustraba".  

No fue hasta tres horas después de haber pasado el enemigo cuando las tropas de Secada llegaron a la cumbre de Tres Cruces. Tampoco esta vez hubo recriminaciones, pero era ya evidente el enfrentamiento silente entre Recavarren y Secada, y entre éste y los secretarios del General, por más que nadie señalara públicamente a un responsable del percanes. Casi al mismo tiempo se presentaron unos paisanos, con un falso informe de que Gonzales había decidido acampar en Mollebamba. Era gente adicta al hacendado Bartolomé Terry, que llegó poco después, pues este proporcionó a Cáceres otro informe bastante alejado de la verdad: " Me aseguró asimismo el señor Terry - recordó Cáceres - que las fuerzas de Gorostiaga no pasaban de 500 hombres".

Cáceres creyó sobre todo en el primer informe, considerando que Herminio Gonzáles tendría que pernoctar en algún punto distante a 5 leguas de Tres Ríos. Pensó entonces que aun era posible sorprenderlo si se continuaba la persecución a marchas forzadas. Apoyaron esa opinión Recavarren y los secretarios, pero Secada hizo presente su disconformidad, principalmente por lo cansadas que tenía a sus tropas y porque el avance en la oscuridad sería una invitación para los desertores en masa. Se impuso el parecer de la mayoría y las 19:00 horas la hueste patriota principió  a bajar la escarpada cuesta, para luego seguir por una extensa pampa salpicada de ciénagas. Cáceres, que marchaba con su escolta en vanguardia, fue ajeno a la dispersión que se declaró a medio camino en algunos batallones, especialmente entre los conformantes del destacamento del Norte. Así, ante la impotencia de los jefes, se produjeron deserciones en masa, cuya considerable magnitud recién pudo comprobarse al amanecer: "El resultado de esa marcha nocturna e infructuoso sugerida por el doctor Manuel Rodriguez y Recavarren - apunta Secada -, fue que éste perdiera más de 300 hombres, y yo 82. La tropa no había tomado más que un solo rancho ese día, y estaba mucho más fatigada que en la víspera". Pero no fueron solamente 382 las bajas, sino 600, según reconocieron Abelardo Gamarra y el propio Cáceres. Y eso no fue todo: al llegar a la llanura de Tres Ríos a las 04:00 horas del 7 de junio, tras una ininterrumpida marcha de 20 horas, no encontraron chileno alguno. Gonzales, que había visto a las tropas peruanas en los altos de Tres Cruces, había acelerado su marcha y no paró hasta Huamachuco, a donde llegó la misma noche del 6 de Julio.

En Tres Cruces, Cachicadán, provincia de Santiago de Chuco se produjo uno de los peores reveses del General Cáceres. Salió a emboscar un destacamento de 781 chilenos que se trasladaban desde la ciudad de Trujillo con destino al distrito de Huamachuco, y perdió en el intento 600 hombres (desertores en masa) sin causar una sola baja al enemigo

El 7 de julio de 1883 en la localidad de Tres Ríos a 24 kilómetros de Huamachuco, el Ejército del Centro y el Ejercito del Norte con trapas disminuidas por la fuerte deserción y  con el resultado de una frustrada persecución nocturna, se reuniría para una nueva junta de guerra.

sábado, 21 de noviembre de 2020

DESPLAZAMIENTO DEL EJÉRCITO CHILENO DESDE CHAVÍN DE HUÁNTAR A LA CIUDAD DE HUARAZ 18 DE JUNIO 1883

Durante la Campaña de la breña, el día lunes 18 de junio, siendo las 05:00 horas
, las fuerzas chilenas de 1200 hombres de las tres armas, al mando del coronel Juan León García abandonaron el distrito de Chavín de Huántar, iniciando el desplazamiento con destino al distrito de Olleros en la provincia de Huaraz, Ancash. 

Utilizaron la misma ruta de camino pre inca que había utilizado las fuerzas peruanas, es decir marcharon por la ruta del caserío de Nunupata, Chuna, Lanchan, Chichucancha, Puna Shongu, Yanashallas Punta sobre los 4700 m.s.n.m, luego bajaron por la puna de Arhuaycancha, con destino al caserío de Huaripampa y el distrito de Olleros. Siendo las 17:00 horas del mismo día la vanguardia había llegado hasta el caserío de Huaripampa, pero en total mal estado debido a los cinco días de penosa marcha desde el distrito de Agua Miro, Huánuco. 

El acuerdo de los mandos chilenos había sido que, si las fuerzas peruanas continuaban su desplazamiento hacia el Norte, las tropas chilenas se unirían nuevamente en el distrito de Olleros, provincia de Huaraz; en efecto sucedió así, ambas fuerzas se unieron en horas de la mañana del 19 de junio, unidos las fuerzas de Arriagada y las fuerzas de León sumaban 3200 hombres de las tres armas y continuaron la marcha hacía la ciudad de Huaraz, Ancash, lugar donde llegaron en horas de la tarde del mismo día. 

El día martes 19 de junio el Ejército del Centro de 2240 hombres al mando del Cáceres ya se encontraba en el distrito de Yungay.



viernes, 20 de noviembre de 2020

TROPAS CHILENAS EN LA PUNA TORRES HUALLANCA BOLOGNESI ANCASH 16 DE JUNIO DE 1883

Durante la Tercera Etapa de la Campaña de la Breña, el sábado 16 de junio de 1883, siendo las 08:00 horas; 2000 hombres del ejército chileno de las tres fuerzas, al mando del Coronel Marco Aurelio Arriagada Palacios, abandonan la Puna Torres en el distrito de Huallanca, provincia de Bolognesi, Ancash. 

Las poderosas fuerzas chilenas de las tres armas se desplazaron con destino a la ciudad de Huaraz por la subida de Yanashallash, sobre los 4600 m.s.n.m., prosiguieron la marcha por las rutas de la cordillera Huarapasca, Puncu Ruri y la zona de Pastoruri; después de 12 horas de penosa y sacrificada marcha, ocuparon la hacienda ganadera Pumapampa jurisdicción del distrito de Cátac, provincia de Recuay, lugar donde pasaron la noche y esperaron a las tropas rezagadas.

En aquellos tiempos, las poderosas fuerzas chilenas al mando del coronel Arriagada se dirigían a la ciudad de Huaraz, persiguiendo a las fuerzas peruanas al mando del General Cáceres que se habían dirigido desde el distrito de Agua Miro por las rutas de Tambillo, Taparaco, Ichik Kolla y Jatum Kolla con destino al distrito de Chavín de Huántar, las fuerzas desde el día 15 ya se encontraban en la ciudad de Huaraz.

En esta etapa de la guerra a las poderosas fuerzas chilenas se unieron los traidores peruanos adeptos al traidor de Cajamarca Miguel Iglesias Pino. Después del Grito o Manifiesto de "Montan" ocurrido en Cajamarca el 31 de agosto de 1882, peruanos y chilenos comenzaron a formar el "Ejército pacificador del Perú", los invasores transitaron en los andes del Perú guiados por peruanos traidores. 

La cordillera de Yanashallash del distrito de Huallanca, provincia de Bolognesi, se ubica a 200 kms al sur de la ciudad de Huaraz, capital de la región Áncash y a 15 kilómetros del Centro Poblado Mayor de Pachapaqui, pueblo mas cercano; y a una distancia de 17 kilómetros del distrito de Huallanca. El clima es muy frío y lluvioso, por localizarse sobre los 4600 m.s.n.m.