martes, 8 de diciembre de 2020

MI EXPERIENCIA PARANORMAL ¡ VI EL ESPÍRITU DE MUJER BLANCA SIN PIES! EN URPAY PATAZ PERÚ 1993

Este acontecimiento paranormal me sucedió una madrugada del uno de noviembre de 1993, en el distrito de Urpay, provincia de Pataz, departamento de La Libertad. 

El 31 de octubre, finalizado las labores del Proceso de Referéndum en el Colegio César Vallejo, durante el gobierno de Alberto Fujimori, siendo las 18:30 horas, la patrulla "Huascarán" de 21 hombres ocupó el segundo piso de la municipalidad. Eran épocas del terrorismo y las patrullas del ejército luchaban contra las huestes del partido Comunista del Perú Sendero Luminoso. 

Organizado los tres turnos de servicio nocturno, siendo las 21:00 horas, el personal de primer turno ocupó sus puestos en los exteriores del local municipal; el turno de reten y la reserva procedió a descansar, en esas circunstancias pensando recuperar energías para el repliegue a pie sobre las escarpadas punas hasta el distrito de Tayabamba, procedí a tender al piso una frazada que me servía como colchón y me acosté tapado con mi capotin de campaña. 

Siendo las 12:00 horas, se produce el relevo del servicio, el personal de tropa de guardia de segundo turno bajó del segundo piso y ocupó sus puestos en los exteriores del local municipal; en este pequeño distrito del ande liberteño el frio de la madruga se nos presentaba intenso e insoportable, pese a todo el servicio se encontraba sin novedad. 

Uno de noviembre en el Perú es día de los muertos; siendo las 01:45 horas, comencé a sentir fuerte dolor estomacal, el dolor intenso ya no podía soportar, la patrulla no contaba con bolsón de primeros auxilios; ergo, decidí ir al rustico baño del pueblo para defecar, procedí a bajar al primer piso llevando consigo mi fusil FAL abastecido con una cacerina con 20 cartuchos, cargado, es decir con un cartucho en la recamara, además por si acaso llevé otra cacerina abastecida con 20 cartuchos en uno de los bolsillos de mi capotin. 

Dejando a los siete centinelas del segundo turno en las inmediaciones del local municipal, con la intensión de defecar para calmar el dolor intenso, a paso largo comencé alejarme caminando por medio de la humilde plaza de armas con dirección a un rústico baño público (letrina) que se encontraba entre las chacras en un lugar oscuro y desolado; a esa hora había total silencio y la oscuridad fue parcial debido a los efectos de la Luna que se encontraba en su Cuarto Menguante, hubo claridad como para caminar sin riesgo de caídas ni tropiezos. 

Después de caminar más de 100 metros de distancia a lo largo de la plaza de armas, doble la curva por un camino estrecho e ingresé a un terreno desolado, reinaba el silencio, me aproximé con mucho cuidado a una de las letrinas sin puerta, sin techo, sin agua, ni desagüe, dividido por muros de adobe. Obligado por el intenso dolor, como única alternativa para calmar el dolor estomacal quise defecar lo más rápido posible; por ende, a tropezones ingresé al pequeño y oscuro espacio (baño) con la mirada puesta hacía abajo para no pisar el hueco del silo, ubicando mis pies sobre el piso firme volteé hacía mi retaguardia, antes de bajar mi pantalón levanté la mirada y encontré a mi frente parado a una distancia de 4 metros a un ser extraño de 1.60 de estatura aproximado que tenía la vestimenta de color negro parecido a la de una monja, era una mujer blanca de mirada fija, estaba vestida con una ropa negra, era algo así como una falda que le llegaba hasta las pantorrillas, su tez muy blanca se notaba con claridad, sus ojos no se movían, no tenía pies, permanecía en el aire, todo su cuerpo se movía ligeramente en ambos lados, pero siempre permanecía en el mismo sitio, es decir no se alejaba. 

Desde el primer instante este ser paranormal anuló por completo mis movimientos, no pude mover mis pies ni los brazos, intenté gritar a todo pulmón y pedir auxilio, no pude; completamente mudo y sin reacción alguna permanecí en el mismo sitio como si fuera una estatua con el fusil FAL en el hombro derecho (al porta fusil); momentos que comencé a expulsar cantidad de babas en forma de espuma que se deslizaba hacía mi pecho, me salían lágrimas en cantidad y comencé a orinar en mi pantalón. 

En total silencio permanecimos frente a frente por lapso de 20 minutos aproximadamente, la vista y el oído en todo momento me funcionó con normalidad, es por eso que lo observé detenidamente, miraba su rostro blanco redondo bien tapado y también miraba sus pantorrillas sin pies que en todo momento permanecía ligeramente inestable, siempre se movía con el viento. Pasé los minutos muy aterrorizado y permanecí haciendo mucho esfuerzo intentando gritar y por momentos también pensada emplear el fusil, pero solo fue una idea nada más, pues mi cuerpo estaba paralizado, en esas circunstancias de casualidad ladró un perro desde una de las casas que se encontraba a una distancia de 80 metros y el ser extraño gira alrededor de sí mismo y sobre las chacras se fue a velocidad con dirección al distrito de Santiago de Chayas, no camina, se desplazó por el aire a ras del suelo como si fuera un papel arrastrado por el viento, aún paralizado me quedé siguiendo con la mirada hasta una distancia de 300 metros aproximadamente, momentos que los perros de otras casas también ladraron, los animales salieron y le persiguieron por la chacras y desapareció, en las chacras los perros comenzaron a aullar. 

Aterrorizado procedí a salir de la letrina, mi cuerpo que había permanecido durante varios minutos como anestesiado, gradualmente volvía a su estado normal, no defequé, sin embargo, el dolor estomacal había desaparecido; con abundantes babas espumoso a lo largo del pecho y con el pantalón húmedo por la orina, por el estrecho camino entre magueyes volteé la curva a toda velocidad, me faltaban piernas para correr, corrí por el medio de la plaza con dirección al local municipal a donde llegué con el cuerpo sudoroso y medio adormecido, de a pocas recobré la conciencia. Retornando al segundo piso de este inmueble sin hacer ningún comentario me acosté sobre la misma frazada, mi pantalón seguía mojado, parte de mi uniforme por el sector del pecho aun mostraba el espumoso babas que había quedado impregnado, ya no pude dormir, pasé las horas muy pensativo presagiando malos augurios sobre mi vida.

El día lunes uno de noviembre, es el día de los "muertos"; Urpay amaneció con lluvia, una mañana fría con abundante nubosidad, sobre todo en los cerros circundantes; el empobrecido y silencioso plaza de armas aun mostraba algunas casas pintarrajeadas por los combatientes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, cuando estos incursionaron en el mes de julio. Aquel día, siendo las 08:30 horas, empezamos a salir de este pequeño distrito; que como consecuencia de la lluvia de la madrugada la nubosidad baja cubría gran parte del sendero sinuoso, en este tipo de terrenos el ascenso es muy exigente y agotador, pero continuamos, nosotros con los pulmones acostumbrados en este tipo de terrenos continuamos la marcha entre eucaliptos, magueyes y pastos naturales, pero las subidas son cada vez más empinadas, así que las paradas para recuperar el aliento se repiten cada 15 a 20 minutos. 

Aquel día, durante el repliegue estuve muy pensativo, mientras caminaba por los cerros, sentía que mis pasos no eran los mismos; en el camino sinuoso, entre arboles de eucalipto y magueyes como si estaría escapando en la madrugada avanzaba entre tropezones, me daba miedo de voltear hacía el distrito de Urpay, me alejé, cargando en mi mundo interno el mal recuerdo del encuentro con el fantasma. En mi condición de soldado andino de acuerdo a mi cosmovisión por muchos años a nadie le informé ni comenté de este encuentro paranormal. 

Pasaban los años, la tortura en sueños siempre se me presentaba en imágenes parecidas al fantasma de Urpay, aparecía con vestimenta negra a veces con el cuerpo ensangrentado, ya era casi iterativa; incontables veces he luchado para no ser secuestrado, me perseguía en lugares desconocidos y desolados, pero lograba escapar volando hacia el espacio infinito, o también volaba de un cerro a otro cerro; todo este mal recuerdo se me presentaba en forma de pesadilla, en los instantes que estaba a punto de capturarme, me despertaba sudoroso, jadeando, respirado con cierta agitación por efectos del cansancio, mi corazón latía intensamente, ya no podía dormir, me levantaba de la cama y procedía a caminar, amanecía despierto viendo televisión. 

Cuando se cumplió los 20 años de aquel encuentro paranormal en el distrito de Urpay, comencé a contarles a mis familiares y también a mis colegas de labores del ejército en los diferentes cuarteles, pero nadie me cree, algunos lo toman en forma de burla y otros simplemente me dicen que estoy loco, otros dicen que para la ciencia este tipo de seres no existen. 

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