martes, 1 de septiembre de 2020

LA MUERTE DEL SARGENTO EP ANTONIO CANCHAPARAN MARCOS COMBATE DE TIWINZA 21 DE FEBRERO DE 1995

EL 21 de febrero de 1995, siendo las 05:00 horas, en las inmediaciones de Tiwinza, se escucha el trajinar de las tropas ecuatorianas. Los peruanos han recibido la disposición de que el Batallón Contrasubversivo N° 16 de Tingo María realice un ataque frontal, junto con el Batallón Contrasubversivo N° 314 de Huánuco. También participan la Compañía Especial de Comandos 115 de Tarapoto, el Batallón Contrasubversivo N° 28 de Rioja, y las patrullas del Batallón de Comandos “Comandante Espinar” N° 19 de Lima.

Siendo las 06:00 horas aproximadamente los hombres del BCS N° N° 16, bajan silenciosamente la montaña boscosa hacia el río, alguien rompe una rama y del lado ecuatoriano un soldado grita ¿quién vive?, del lado peruano un capitán responde: “Ecuador”; la voz del lado ecuatoriano pide identificación de la patrulla; los peruanos creen que están en la Montañita, pero aquella posición está un kilómetro más abajo, no saben que han llegado a la misma Tiwintza, principal fortín de los ecuatorianos.

Cerca al río Cenepa, en total silencio, las fuerzas peruanas se agrupan para iniciar el ataque, sorpresivamente se desata el fuego de ambos bandos, los ecuatorianos desde sus trincheras bajo tierra responden el ataque peruano, las hojas de los árboles se hacen picadillo por el cadencioso tiro en ráfaga de cientos de fusiles FAL peruano y HK de los ecuatorianos y por las explosiones del RPG7 peruano, estrellándose contra los gruesos troncos que servía como abrigo y cubierta a las fuerzas ecuatorianas. 

El combate se intensifica por todo lado, hay disparos de lanzacohetes, disparos de cientos de fusiles de todo tipo; en esas circunstancias el combatiente peruano conocido como “Delta” dispara las cintas de munición de su ametralladora MAG contra el enemigo atrincherado. Momentos que mira caer al sargento Antonio Canchaparan Marcos, conocido como (Jilguero), se dice a sí mismo, “se estará camuflando para que no le lleguen los tiros”, pero “jilguero”, su promoción no se mueve; algunos minutos todo se vuelve en un silencio sepulcral; aprovechando este intervalo del  silencio el tirador de la ametralladora corre y se acerca donde el caído, le dice: "no mueras, no nos dejes, ¡valor!, ¡ vuelve a la vida!", pero el combatiente ¡ay! siguió muriendo; el polo verde estampado con logo del ejército aún humea, se nota un tiro de fusil en el pecho, otro en el hombro y uno en el brazo. Uno de los hombres en punta del Batallón Contrasubversivo N° 16 de Tingo María, está muerto, su cuerpo yace entre árboles en la orilla del río Cenepa, simplemente sucede que no ha tenido miedo de morir por su patria, su mirada hacía el infinito se pierde en la eternidad, su rostro está firme, y dice: Yo estoy aquí, nunca me sentí derrotado. 

Se reanuda el combate, pero con más intensidad, los árboles son arrancados por las explosiones que ensordecen a los combatientes: Misiles de lanza cohetes RPG7 de los peruanos y laza cohetes LAW de los ecuatorianos van de aquí para allá destrozando la vegetación, los heridos en ambos lados se cuentan por decenas, dos muertos yacen en las inmediaciones del río Cenepa: El Teniente ecuatoriano Geovanny Calles Lezcano y el sargento 2do peruano Antonio Canchaparan Marcos, uno por cada ejército.

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