martes, 26 de junio de 2018

TROPAS CHILENAS EN MOLLEPATA SANTIAGO DE CHUCO EL CORONEL GOROSTIAGA ESCAPA A HUAMACHUCO 1883

El día lunes 2 de julio en el distrito de Mollepata, Santiago de Chuco, el despliegue realizado por el coronel Alejandro Gorostiaga, hizo pensar al personal bajo su mando, que en este lugar aceptaría el combate, según consta en varios testimonios, así lo creyeron sus oficiales y tropas.

El día martes 3 de julio, en horas de la mañana, el jefe chileno convocó a una junta de guerra, ante el cual impuso el criterio de continuar la contramarcha con destino al distrito de Huamachuco, fundamentó su parecer en el hecho de poder obtener refuerzos más al Norte, sabiendo que un batallón al mando del mayor Sofanor Parra se acercaba a Angasmarca, mientras que las tropas salidas desde la ciudad de Trujillo deberían estar próximas a Santiago de Chuco; además, estaban los adeptos al traidor Miguel Iglesias en Cajamarca, que podían intentar cubrirles la retaguardia, conteniendo a las guerrillas patriotas que se creía estacionadas en Cajabamba. Hubo acuerdo unánime para eludir combate y para proseguir la retirada con destino a Huamachuco, porque convencidos ya de que el Coronel Marco Aurelio Arriagada había defeccionado, contramarchando a sus tropas con destino al Centro del Perú, los jefe chilenos veían con creciente temor a las tropas peruanas que le pisaban los talones. Pasaron la noche en la localidad de Tulpo, y a la mañana siguiente continuaron el desplazamiento con destino a la hacienda Angasmarca, donde se les unió el batallón de 500 hombres al mando del mayor Parra procedente de la ciudad de Trujillo. Tuvieron allí un ligero descanso, las tropas chilenas ya sumaban 1500 hombres.

El día miércoles 4 de julio, siendo las 06:00 horas, las fuerzas chilenas prosiguieron el desplazamiento con destino a la localidad de Tres Ríos, próximo al distrito de Huamachuco, a donde llegaron siendo las 14:00 horas. Alejandro Gorostiaga viendo que el terreno era una posición militar conveniente; por ende, concedió descanso a su personal. Ya se sentía fuerte con los refuerzos de 500 hombres del mayor Sofanor Parra que se había unido procedente de la ciudad de Trujillo, las fuerzas chilenas ya sumaban en total 1500 hombres.

El día martes 3 de julio, siendo las 20:30 horas, la vanguardia patriota, comandada por el jefe superior del Norte, Jesús Espiritu Elías y los secretarios Rodriguez y De los Heros, a quienes acompañaba el escuadrón Húsares al mando del señor teniente coronel José cabrera, entró en el distrito de Mollepata, donde recibieron información detallada del enemigo que se había retirado del pueblo poco antes "con el objeto de proteger al General Miguel Iglesias de cualquier ataque". Tal fue la versión del mismo Coronel Gorostiaga, de esta manera justificó su huida. Desde Mollepata se enviaron chasquis a los hermanos Fernando y José Porturas, propietarios de la hacienda Angasmarca, solicitando información detallada sobre el paso del enemigo.

En la mañana del 4 de julio, conforme lo acordado el día anterior, el coronel Recavarren movió a las tropas a su mando con destino a Pallasca, en las mismas horas también el Ejército del Centro avanzaba con destino al distrito de Mollepata. Cáceres entró en este pueblo siendo las 17:00 horas, pero su ejército quedó acampando en Pampas. Los Hermanos Porturas llegaron también a Mollepata, junto con otros patriotas, ofreciendo precisos informes sobre la retirada del enemigo con destino a la localidad de Tres Ríos. El General ordenó entonces que tanto las fuerzas de Recavarren como las del Centro pasara a concentrarse en la localidad de Tulpo. Esa misma noche los hermanos Porturas y Rodriguez jefaturaron una patrulla de reconocimiento, que volverían al día siguiente con la noticia de que Gorostiaga continuaba la retirada hacia Huamachuco. Informó asimismo haber tomado conocimiento de que una fuerza de más de 500 chilenos se acercaba por el camino de la Costa a Santiago de Chuco. Cáceres envió exploradores a este pueblo con la misión de averiguar el número exacto del enemigo.

El día jueves 5 de julio, en horas de la madrugada, el coronel Alejandro Gorostiaga dejó la localidad de Tres Ríos, atravesando la gran pampa de Yamobamba hasta alcanzar las primeras posiciones del paraje de Colpa, pernoctó en ese punto y a la mañana siguiente cubrió el tramo de un kilómetro que lo separaba del distrito de Huamachuco, esperando con impaciencia los refuerzos del comandante Herminio Gonzales procedentes de la Costa, principalmente de las zonas de Trujillo y Pacasmayo. Inmediatamente ocuparon las fortificaciones pre Inca del monumento arqueológico del Marka Huamachuco ubicado en el cerro Sazón.

En la mañana del día jueves 5 de julio de 1883, el ejército patriota llegó a la localidad de Tulpo, "hacienda desprovista de forraje y toda clase de recursos". Por la tarde, el General Cáceres, acompañado de Jesús Elías, Recavarren, Mujica, Fuentes, secretarios, ayudantes y escolta, pasó a la hacienda Angasmarca, donde recibió a los exploradores enviados a Santiago de Chuco. Supo por ellos que las fuerzas chilenas que se aproximaban provenientes de la Costa sumaban 710 efectivos al mando del comandante Herminio Gonzales, con 5 piezas de artillería, buena cantidad de municiones y vestuario de repuesto. Se comprobó que se trataba del batallón salido desde la ciudad de Trujillo al mando del Comandante Herminio Gonzales, que en el trayecto había recibido refuerzos enviados desde otras guarniciones chilenas del litoral. Poco después fue interceptado un correo chileno, confirmando que Gonzales marchaba con destino al distrito de Huamachuco para reunirse con las fuerzas del coronel Gorostiaga. 

El 7 de julio, recibido los refuerzos procedentes de las guarniciones de Trujillo, Chiclayo y Pacasmayo, la división chilena acantonada en el distrito de Huamachuco alcanzó un efectivo de 2210 hombres de las tres armas (infantería, artillería y caballería), adecuadamente equipados y armados con fusiles de última tecnología. Aparentemente ello devolvió la tranquilidad al coronel Alejandro Gorostiaga, de forma tal que preparó psicológicamente a sus tropas, levantando los ánimos, ante la inminencia del choque decisivo con la fuerzas peruanas. Así lo relató el corresponsal de guerra chileno: "Reunidos ya todos, nos sentimos fuertes con el refuerzo recibido y no se tuvo temor alguno de sorpresas de la tropa peruana que pudiera venir en contra nuestra.

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