martes, 28 de julio de 2015

LAS FIESTAS PATRIAS PERUANAS DEL 28 DE JULIO ES UNA GRAN MENTIRA DE 200 AÑOS

El 28 de Julio de 1821 el Perú criollo celebra el separatismo de España. Pero para el Perú profundo carece de sentido, pues las guerras entre San Martines, Bolívares, Canteracs y Rodiles fueron la continuidad de las habidas entre Almagros, Pizarros, La Gascas, y Centenos. Dicho de otra forma: ¿San Martín está más cercano a Areche o a Túpac Amaru? sin embargo, se engaña a los estudiantes y al pueblo en general en crisis de identidad con que con las mágicas palabras del 28 de Julio” logramos” la independencia nacional”. Lo cierto es que aquel entonces la ciudad de Lima estaba sitiada por las guerrillas autóctonas, a quienes el español peninsular José de La Cerna, como el español americano José de San Martín, detestaban ancestralmente. Para el General José de San Martín era urgente liberar a los criollos del yugo hispano, pero de ninguna manera a los autóctonos del yugo criollo y español.

El viajero Ingles, Basil Hall, narra el “horror” de aquellos días: “El 5 de Julio el Virrey anunció su intención de abandonar la ciudad de Lima, señalando el Real Felipe como refugio para quienes se creyesen inseguros. Eso dio la señal de la fuga y la multitud criolla se precipitaba hacia el castillo, sin dar más razón que el pánico, no solamente de los esclavos y plebe, sino, principalmente por miedo a los autóctonos armados que sitiaba  la ciudad y que podía entrar tan pronto la evacuasen los españoles. Estos autóctonos estaban  tan cerca que se les veía  en los cerros  que caen en la ciudad".

Traición en Punchauca.- San Martín, consciente del peligroso poderío de las guerrillas autóctonas, que en cantidad de cinco (5) mil efectivos dominaba desde Ate hasta la Sierra Central, invita al virrey a parlamentar a fin que el relevo, o sea la “transición” se hiciera “cuidadosamente” a fin de no agitar a una masa de autóctonos que nunca distinguió al español del criollo. Es así que el 2 de Julio de 1821 se abrazan en la hacienda Punchauca – Carabayllo, entre San Martín y José de la Cerna, ahí entre comilonas y brindis por “la madre patria” San Martín propone una monarquía y mientras llegase “el infante designado por la Casa Real” que el Virrey y él nombrasen una regencia compuesta por tres individuos, cuyo presidente sería La Serna. Tal propuesta, más papista que el papa, dejó perplejo al mismo Virrey.

San Martín vino a cumplir el encargo de extranjeros como: Ingleses, argentinos y chilenos, que financiaron su campaña a cambio de “libre comercio sin impuestos y otros beneficios”. Y la monarquía era lo único que les cuadraba para el Perú “con el problema del indio”, cuya insurgencia la habían sufrido recientemente con los tupacamaristas y pumacahuistas, en esas circunstancias,  el Virrey hace conocer a su Estado mayor la propuesta criolla, pero no es aceptada a iniciativa del General Valdez, que consideraba que no había que tratar con “émulos del desleal Gonzalo Pizarro que (en 1537) desconoció la autoridad real”. Es más en contradicciones propias de una pugna Inter – occidental, Valdez amenaza a San Martín con “restaurar el incario, que para tal efecto tenía como ayudante de campo, al descendiente más directo de Huáscar, que daría inicio a un nuevo orden de cosas cuyos resultados serian difíciles de prever”. Sin embargo, las negociaciones continuaron, a petición del Virrey, San Martín ordena a las guerrillas” abrirle paso” a los realistas y al General Arenales “no estorbarles” el ascenso a la sierra. Con esta facilidad las tropas de Canterac evacuan una Lima sitiada por miles de montoneros. Simultáneamente, por el sector opuesto ingresaba la vanguardia criolla conformada por chilenos y argentinos para “evitar” que la indiada se anticipara a sangre y fuego…..tal como lo hicieron en 1536, durante el cerco a la ciudad de Lima, por Kizu Yupanqui, general de Manco Inka. Ante tal fraternidad, el Marqués de Montemira (quien tenia la “encargatura” del Virrey) agradece a San Martín haber evitado la “profanación” de la ciudad por una indiada ”resentida”. Asimismo, le pide respetar a los “notables” que colaboraron con los españoles.

Mequetrefes, el 28 de julio, la celebración fue de tipo virreynal; estaban los de la Iglesia impuesta por Vicente Valverde y Luque, los titulados de Castilla, los oidores de la Real Audiencia, los Condes de San Isidro y de La Vega, los marqueses de Torre Tagle, Riva Agüero y de Montemira, las insignias reales de España, etc. El cortejo de esos “ilustres libres” con San Martín adelante, se desplazó solemnemente  hasta la Plaza Mayor, en donde el fulano dio el discurso ya conocido. Siguió el cortejo a la plazoleta de la merced y se repitió el discurso en el Convento de los Descalzos y en la Plaza de la Inquisición. Tabladillos con pomposos arcos fueron instalados por quienes financiaron, 40 años atrás, la campaña “contra tupacamaristas”.

El colegio de bogados se encargó de arrojar moneda a la plebe para que asistiera a la plaza, al igual como 180 años después Alberto Kenya Fujimori Fujimori regalaba ½ kilo de arroz para llenar sus mítines. San Martín ratificó como autoridades a realistas tránsfugas como Hipolito Unanue (último ministro de hacienda del virreynato y primero de la República) y el General la Mar (que tenía el mando virreynal del real Felipe). Evidentemente la posición criolla jamás fue de liberación nacional, por el contrario, les “estremecía” que implicase el insurgir de un Perú profundo tan indigeridle como el rostro feroz de Túpac katari.

Luego del 28 de julio de 1821, durante tres (3) años los españoles siguieron cometiendo genocidio en el Ande, cuyo clímax fue el arrasamiento “piedra por piedra” de Cangallo por las tropas de Telmo Hurtado ¡corrección! De Carratalá, mientras tanto, el llamado” ejército de los andes” desertaba en masa o se pasaba al enemigo. Efectivamente, Cochrane, que despreciaba al “libertador” por su pusilanimidad (atribuida a su adicción al opio), se retira con su escuadra, los granaderos de los Andes se pasan a los españoles al igual que la guarnición chalaca. Por su parte; los 2 primeros “presidentes” de la República, Torre Tagle y Riva Agüero, también desertan y se pasan al bando virreynal. Así nació la Republica criolla, entre traiciones y transfuguismos. Ahora, en su agonía el criollismo político sigue reconociendo el 28 de Julio como “día de la independencia”, cuando fue una pantomima que traficó con la esclavitud negra y el tributo indígena. En todo caso el 9 de Diciembre tendría más merito… a su vez debiera, el gobierno neoliberal  de los modernos Fujimoristas, Apristas, Perú Posibilistas y Pseudo Nacionalistas considerar a Gonzalo Pizarro (“el rebelde a la causa real”) como su primer prócer, “anti incaico” por excelencia….o sea antinacional y por ende pro “globo colonial”. Definitivamente, la verdadera independencia aún no se logra. De hacerlo tendrá que tirarse abajo los monumentos “repúblicanos”y llevar a la horca a tanto traidor, corrupto y apátrida entre civiles y militares.        

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